Mi Chiyu-kei
the GazettE
-Por favor Uruha... quédate conmigo, por favor.
Suspiro hondamente, repasando mentalmente como su generosidad podía ser tan grande como para haber accedido ante aquella petición... y más de quien provenía esa voz, aunque simplemente no podía pasar de ella, porque de alguna forma tenía ese algo que lo hacía ceder y flaquear ¿Pero que podía hacer? si por alguna razón era extrañamente hacía poco tiempo su debilidad.
Detuvo sus pasos, saco la llave y abrió la puerta; para luego entrar y sacarse los lentes de sol, dejando a un lado la bolsa que traía en manos. Bolsa que claramente, por su transparencia, dejaba mostrar las pequeñas cajas de medicamentos, para su ahora enfermo a cuidar.
Cansado ya de pensar seguidamente el porque se encontraba ahí, prefirió olvidar y actuar, ya que alguien dependía de él ahora y no podía defraudarlo.
Dirigió sus pies hacia una de las puertas dentro del departamento y titubeó antes de entrar, inhalando y entregándose seguridad.
Aún con su mente repasando pequeños flash back de su compañero de banda, con las condiciones débiles y enfermas (por la gripe que atrapo), no entendía como una parte de él se vio tentado carnalmente, tomando en cuenta que este tenía como pareja a su MEJOR amigo y él TAMBIÉN novio... ¿todo un caso, no?
-Ya volví... ¿Estás despierto?
Lo único que recibió fue un pequeño gruñido, pero entendió aquello, al ver como apenas arropado de cintura para abajo, se encontraba la persona de sus ahora "confusiones" durmiendo placidamente.
-Chiyu-kei...
Murmuro el apodo con ternura, aquel que le decía con complicidad cuando estaban solo los dos juntos, mientras se acercaba sin hacer ruido hacia la cama y arroparlo bien, para después posar su mano en la frente del menor y comprobar el estado de la fiebre.
-Deberías cuidarte más, todavía tienes algo de fiebre.
Volvió a hablar como si el enfermo lograra oírlo.
Sonrió ante la imagen tan apacible del otro, posando sus manos en los cabellos alborotados del otro y poder despejar su rostro, ya que por un poco de transpiración se pegaban a aquella piel suave y pálida... donde aquellos ojos claros, en aquel rostro se mantenían cerrados tiernamente, sus mejillas se encontraban ligeramente sonrojadas y de sus labios solo lograban despojar pequeños suspiros.
Eres tan hermoso, pensó. Por alguna razón aquel rostro lo tenía absorto y más que eso, perdido en los pequeñas facciones; que como su mano y dedos, delineaban cada curvatura con cuidado... desde las líneas de los ojos, la nariz, sus mejillas... y sus labios.
Se alejo un poco, ante sus últimos pensamientos donde los llevaba a querer besar aquellos sonrojados labios, en la que el susto y un dolor se clavaron dentro de él al momento.
-¡¿En que piensas Takashima Kouyou?!
Se recrimino, yendo en dirección a la puerta y al salir de la pieza, dejándose recargar en la puerta.
¿Cómo era posible que tuviera aquellos pensamientos?
Sin embargo al ver su mano, recordaba la suavidad de aquella piel como el calor que desprendía. Negó con la cabeza, molesto nuevamente, y busco las pastillas junto a un paño y una pequeña fuente donde echar agua... había que bajar la fiebre...y la mía.
En tanto preparaba todo, su mente debatía de lo que le sucedía desde hacía algunos días... Recordando como se sentía feliz que aquellos dos empezaran una relación de pareja como la de él con Yuu, en la cual se sentía dichoso de que su chiyu-kei encontrara el amor de su vida...
-El amor de su vida...
Se repitió internamente, reparando en aquella sonrisa en el vocal de la banda que transmitía al estar junto al sin nariz bajista. Por lo cual, sabiendo el estado de noviazgo de su amigo, algo en él sentía que había despertado y le hacía atormentarse en un vaso de agua día tras día, siendo que al final de cuentas también tenía una gran pareja a su lado... Y ahora mantenía sus pensamientos al más bajo.
¿Qué podía hacer? ¿Qué podía hacer? ¿Qué... podía hacer?
Esa era la pregunta de todos los días...
-¡Shima el agua!
Se sobresalto ante la segunda voz, que de nuevo volvía a hacer presencia en la pequeña estancia, que al despojarlo de sus pensamientos, se encontró hundiendo la cocina con agua, ya que al llenar la fuente; termino desbordando el lava platos y mojando el piso. Rápidamente hizo el amago de cerrar la llave y buscar un paño, escobillón o lo que fuese para dejar en buen estado la cocina, pese a ello... sus ojos se pasaron en el dueño de casa; que con solo la camiseta de la selección japonesa algo ancha y en ropa interior... Sus mejillas no demoraron en sonrojarse y más al ver la mirada algo perdida, pero no así preocupada que le era dirigida hacia su persona.
-Etto... Taka ¿no estabas durmiendo?
Apelo, sin saber que decía, en tanto el menor enarcaba una ceja y caminaba con lentitud hacia él.
-Lo estaba, pero me desperté al escuchar correr el agua sin detenerse... -Respondió con una sonrisa y tallándose los ojos, en tanto su caminata se hacía débiles por sus piernas que de a poco se tambaleaban.
-¡Hawai!-Pensó Shima ante aquella reacción del menor, que lo hacía ver como un adorable niño pequeño, aunque poco duro al ver como caía el menor de boca al piso, rescatándolo en el proceso. -Eso estuvo cerca... ¿Qué tienes en mente levantándote en tu estado,... andar con los pies descalzos y pisando el agua? ¿Eh Chiyu-kei?
-Hacía... tiempo que...no me decías Chiyu-kei...jeje...
-Baka. -Mascullo avergonzado, pero alegre internamente por el comentario del menor, el cual tuvo que cargarlo para llevarlo en brazos hasta la pieza y recostarlo en la cama, sin antes secarles los pies. - ¿Por qué...?
-¿Hn? ¿Por qué, qué? -Preguntó el menor, observando con cuidado como el mayor desviaba su mirada y tendía un paño húmedo en su frente, esperando la continuación de la frase.
-Nada, solo me decía... ¿Por qué no llamaste a Reita para que te cuidara en vez de...
-...Tú? -Termino la pregunta, sonriéndole al guitarrista, tomar un respiro y desviar la mirada para responder algo avergonzado. -Capaz me creas un niño mimado, un aprovechado o simplemente un estupido, idiota... no sé, pero...-miro a los ojos del mayor antes de proseguir, en tanto esté, sentado a un lado lo escuchaba concentrado y algo impaciente de lo que iba a decir - Apenas cogí el móvil y al llamar a alguien para informar que estaba algo mal, la primera persona que llego a mi mente fuiste... tú, Shima jeje. ¿Te molesta?
-...Claro que no. -Sonrió dulcemente ante la pequeña confesión de su amigo, teniendo en cuenta que aún no le explicaba lo del bajista. -Aunque es raro ¿no deberías haber llamado a Reita, que viniera tú novio a verte? -Saco el paño de la frente del menor y la hundió en el agua, para después sacarla y volverla a poner nuevamente en la frente del Matsumoto.
-Em...bueno... -Algo, por una extraña razón, le incomodo al ver como se sonrojaba (más si podía) el enfermo, antes de confesar su pregunta, donde sus ojos recuperaban aquel brillo alegre que los caracterizaba. -pues... si hubiese llamado a Aki-chan, em... no creo que en estos momentos estaría "cuidándome"...precisamente.
-¡Oh! ... entiendo. -Exclamó al comprender las palabras del vocalista, para después crearse una atmósfera silenciosa entre ellos.
-Hacía tiempo... no nos juntábamos los dos ¿no? -Rompió la distancia el menor, pescando con cuidado la mano del mayor a su lado.
-Si... -Fue lo que respondió, encontrándose con aquella mirada que tanto gustaba del otro y... que por alguna razón, aún provocaba a tentarse a besarlo. -Mucho tiempo...
-Aja... ¿me odias?
-¿Por qué debería de odiarte? -Habló con cierta melancolía- cuando fui yo quien quiso perderte...alejarte de mi, Chiyu-kei...mi Chiyu-kei... -Murmuro, acortando las distancia y muy cerca del rostro sonrojado del menor, ante la falta de espacio personal.
-Shima... espera, no... -Exclamó nervioso, al verse hipnotizado por la mirada del más alto, que acorralándolo en la cama, no le daba escapatoria y que acercaba con lentitud sus labios a los suyos... aunque estos se detuvieron. Al mismo tiempo, que antes sentía unas manos dentro de su camiseta y escuchar preocupados el sonido de la puerta de entrada abrirse y cerrarse, junto a unos pasos dirigirse hacia la pieza.
-¡¿Ruki estás bien?! ¡Vine en cuanto me contó Kai de tú estado! -Haciendo acto de presencia en la habitación, un agitado rubio-punk entro rápidamente, que miraba confundido la imagen de Uruha en ella, que sentado a un lado de la cama... volvía a humedecer la frente de su novio, en tanto esté; se mantenía recostado en la cama con las mejillas muy sonrojadas. -¿Qué haces acá Shima?
-¿Qué no me vez, baka? -Dijo en broma, levantándose y moverse de su lugar, siendo seguido por la mirada por el bajista y el menor, su andar. -Ruki me llamo para que viniera a verlo... y bueno ¡aquí me vez como todo un niñero jaja!
-Soltó una risa, la cual le siguió el de la venda por la respuesta.
-Entiendo, pero... ¿Por qué no me llamaste a mi Ruki? Yo podía estarte cuidando. -Acercándose hacia su novio y besar delicadamente sus labios como saludo.
-Eh...
-Reita no seas quejoso. Ruki solo halló conveniente que viniese a cuidarlo, porque sino "alguien" haría otra cosa en vez de velar por su salud. -Intercedió por el vocalista, para luego pescar su chaqueta y ponérsela, haciendo caso omiso a la mirada fruncida del otro.
-¡Tsk!-Chasqueo la lengua. -Ahora puedes irte Shima. Yo me quedare cuidándolo, porque se CUIDAR Y VELAR por mi pareja, a Ruki. -Cruzó de brazos.
-Me alegro. -Comentó, yendo hacia fuera de la habitación y volver a ella con una bolsa en mano -Aquí están las medicinas que me recomendaron en la farmacia para bajar la fiebre -entregándoselas a Reita que miraba incrédulo las cajitas con extraños nombres y luego a él. -Espero que para mañana estés bien... Chiyu-kei.
-Si... -Respondió, mientras apresaba las sabanas con sus manos y observaba como el castaño se despedía con una sonrisa, y se alejaba cerrando la puerta, quedando su pareja y él adentro -Siempre seré tu Chiyu-kei... ¿cierto, Shima?
-¿Chiyu-kei? ¿Me perdí de algo Taka-chan? -Lo saco de sus pensamientos su pareja, que lo miraba inquisidoramente ante el curioso apodo que lo había nombrado el mayor.
-No me mires así, Shima siempre me lo dice para molestar.
-Ok... aunque pareciera que aquello no te molesto para nada. -Recogió el paño de la frente del menor, exclamando sarcásticamente por la excusa.
-Es por la costumbre... creo. Parece que le tome cariño a ello. -Respondió con sinceridad, observando como el bajista no decía nada y lo atendía como lo hacía anteriormente el guitarrista con él. Pero desgraciadamente, simplemente cariño... -Te amo.
-¿A que viene eso? -Dijo divertido el bajista, recostándose al lado del vocalista y pescar el mando del televisor, donde apenas pudo mantenerlo encendido para apagarlo, ya que recibió una queja por el ruido. -Gomen.
-Solo dime que me amas.
-Te amo. -Obedeció alegre, pescando su rostro y besando sus labios nuevamente, para luego acurrucarse a su cuerpo, abrazándolo y dormir junto a él.
-Estoy enfermito, no te duermas...
-No dormiré, solo... estaré así...mm... que abrigadito, solo unos... zzzZZ
-Malo. -Mascullo, entre divertido al ver lo bueno que era para la siesta su pareja y lo pésimo que era para cuidar a un enfermo. -Que bueno que no eres enfermero, porque te me mueres de hambre... pero así te amo. Con pasos descuidados, su mente parecía desconectada del mundo, pensando en que hubiera ocurrido si hubiese besado al menor o Reita los hubiera encontrado en aquella situación, en la que por alguna razón deseo que pasara, pero...
-El hubiera no existe... -Se dijo, abriendo la puerta de su departamento y ver que en el recibidor habían otros zapatos que no eran los suyos, sino de alguien que conocía muy bien... -Pero eso ya no debería importar ¿no?
-Bienvenido a casa ¿qué quiere para almorzar señor Takashima, antes de decirme donde estaba?
-Hmm...arroz hervido estaría bien. -Sonrió ante el recibimiento del pelinegro, que se veía cómicamente vestido con un delantal de cocina rosado con de volantes y adjunto a un estampado de un patito y un gato en él; mientras sostenía un sartén en la mano. -Estaba donde Ruki, me había llamado para que lo fuera a ver.
-Ok ¿pero por qué no llamo a Reita? ¿Acaso no es su novio?
-Lo mismo le pregunte -Pasando a la cocina y acorralando al guitarrista contra la mesa bien decorada, pescando con una mano la cintura del mayor y con la otra su rostro, -y me dijo porque simplemente estarían haciendo esto... -concluyendo con un beso apasionado, que el pelinegro no logro evitar y se hizo participe de aquel juego, que duro poco por la falta de aire.
-¿De verdad quieres arroz hervido?
-Parece ser que no, aunque si... otra cosa. -Respondió al entender claramente lo que quería decirle su pareja, apegándose más su cuerpo con la de él y comenzar a acariciarse por encima de la ropa, entre un beso de lo más demandante.
Puede ser que mis sentimientos no estén claros, puede ser que en un momento a otro quiera protegerte, tenerte entre mis brazos...besarte. Aún así tuve mi oportunidad, y más porque tú me la diste... él que yo no la haya aprovechado a sido mi mayor error, sin embargo el mejor que pude a ver tenido...
Ahora solo puedo pedir que seas feliz y algún día decirte: perdón, te quiero...seamos amigos.
Porque aunque caminemos por el mismo camino, yo estaré cuidándote, por siempre y para siempre... y aunque pareciera que estoy siendo infiel contigo, puedo afirmar que amo a Aoi como a ti o más, siendo que ya no me vez como antes...Y creo que es eso algo de lo que quiero entender por una vez por todas.
Confía en mi y recuerda siempre los secretos momentos que pasamos juntos, Chiyu-kei...
Quiero que seas feliz con la persona que ahora ocupa tú corazón y el lugar que yo nunca supe atesorar y que en este momento lo entiendo,... pero ocupando el trono de otro corazón, hare lo posible por protegerlo con mi vida.
Demo...
Ten presente que tú siempre serás, por siempre y para siempre...Mí Chiyu-kei.
Owari
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