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Amor a la romana por Kurenai_no_Angel

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Notas del fanfic:

Este fic lo hice al volver de mis vacas en Italia. Me hacía mucha ilu porque jamás había escrito uno de Naruto, así que espero que os guste ^^.

Notas del capitulo: Juro que esta vez no quería hacer un songfic, pero es que no pude evitarlo. Es antes de acabarlo, estuve traduciendo una canción que me encanta de la serie D.N.Angel y la letra tenia que ver con el fic que estaba escribiendo así que no pude resistirme a introducirla. La prueba está en que no empecé con la canción desde el principio, como suelo hacer siempre, si no que la puse por el final. Bueno espero que os guste y me dejeis muchos comentarios, vale?
Amor a la romana   

Harto de la monotonía de su país había decidido cambiar de aires y mudarse a Italia, uno de los sitios más hermosos de toda Europa. Llevaba apenas unas semanas viviendo en un pisito en el centro de Roma que, además de estar bien situado, le resultaba bastante económico ya que no era demasiado habitable, pero para él era suficiente. Había encontrado trabajo de guía turística para japoneses y todos los días visitaba la biblioteca para aprender más sobre la ciudad en la que se hallaba y así poder ganar un dinero para vivir.

  

Por las noches solía quedarse desvelado contemplando en silencio las luces celestiales que bañaban la ciudad eterna, convenciéndose a sí mismo que había hecho bien en abandonar Japón e irse a vivir allí. No había dejado atrás ni familia ni amigos. Sus padres habían muerto cuando él era pequeño y su hermano había desaparecido. Estaba solo en el mundo, con la única compañía de su orgullo, ese maldito orgullo que tantos problemas le había causado a lo largo de su vida.

  

**********************************************************************

  

Amaneció un caluroso día romano. Eran las seis de la mañana y Sasuke se levantó perezoso, camino de la biblioteca para estudiarse lo que le tenía que explicar a su grupo. La lección de hoy sería “La leyenda de la Fontana de Trevi”, entre otras cosas.

  

La historia contaba que esta mítica fuente cumple deseos. El proceso es bien sencillo. Se debe lanzar una moneda con la mano derecha por encima del hombro izquierdo al agua. Cuanto mayor sea el valor de la moneda, mas rápido se cumple, “Ja, menuda chorrada”, pensó.

  

Cerró el libro con hastío, cogió su mochila y se dirigió camino del hotel donde estaba alojado su grupo. Los recogió y puso rumbo a la susodicha Fontana de Trevi.

  

A Sasuke le impresionó el monumento mas de lo que había pensado, ya que en las fotos que había visto en los libros no parecía tan sorprenderte.

  

-“En este lugar parece haberse detenido el tiempo. La figura de Neptuno entre las aguas es imponente”

  “Diseñada por Nicola Salvi y terminada en el siglo XVIII, la Fontana di Trevi, en Roma, es ejemplo de arquitectura barroca. Las estatuas de dioses y caballos decoran esta fuente y los dos tritones de Neptuno, dios romano del mar, parecen conducir su carro alado por el agua. Según la tradición, echar tres monedas al agua, garantiza el regreso a Roma.”  

Terminó la explicación y continuó caminando, mientras hablaba de emperadores y reyes que gobernaron y crearon esta magnífica ciudad que parecía surgida de un sueño al que solo tienen acceso unos pocos privilegiados, y él se consideraba uno de ellos. Le indicó a sus compatriotas un restaurante de comida típica italiana para comer y el lugar donde quedarían después para continuar con la visita.

  

Llegó a su piso reventado, aproximadamente sobre las nueve de la noche. El día había sido realmente agotador. No imaginaba que ser guía turístico cansaba tanto. Por una parte tenía la ventaja de conocer lugares y entrar gratis a museos y demás, pero después de una temporada visitando los mismos sitios y explicando lo mismo, estaba seguro de que se hartaría. Además, tampoco es que dominara demasiado el italiano, aunque se defendía bastante bien.

  

Se desnudó y tiró toda la ropa en el sofá. Abrió la ducha y empezó a salir un chorro de agua helada, bajo el cual introdujo su cuerpo. Necesitaba aclararse las ideas. Ya tenía un trabajo fijo pero tenía que plantearse el terreno personal. Cada día que pasaba se sentía más solo y eso no ocurría cuando estaba en Japón. No podía evitar observar con cierta envidia y dolor de estómago a las parejitas de recién casados que día tras día recorrían Roma en su luna de miel.

  

-“Tal vez debería hacer yo lo mismo. Buscarme de una maldita vez novia y dejar de ser el amargado de siempre. A ver si de este modo consigo sonreír aunque sea por una vez en mi vida”

  

Con estos pensamientos abandonó el baño y se puso ropa para salir a dar una vuelta. No tenía ganas de cenar en su casa y mucho menos de quedarse allí encerrado con lo sumamente hermosa que estaba la ciudad de noche. Además, como ya se la conocía, no tenía miedo de perderse por la inmensa villa romana.

  

Buscó un restaurante asequible a su presupuesto, pero los que encontró estaban bastante alejados de la zona donde él vivía, así que decidió comprarse un sándwich e ir a dar una vuelta. Sin saber por qué, sus pasos acabaron donde comenzaron esta mañana, en la Fontana de Trevi.

  

-“Está bastante hermosa por la noche”

  

No pudo resistir la tentación y se acercó para meter las manos en el agua, o por lo menos intentar ya que el lugar estaba bastante concurrido. Al agacharse vió en el fondo un motón de monedas y en su mente se cruzaron los pasajes del libro donde hablaban sobre la leyenda acerca de esta fuente. Instintivamente, metió la mano en su bolsillo y sacó una moneda. La miró un par de segundos preguntándose si merecía la pena malgastar en dinero en algo así. Por primera vez su curiosidad venció a la razón. Se colocó de espaldas a la fuente, pidió su deseo y lanzó la moneda como venía indicado en el libro.

 

Al girar la cabeza, se dio cuenta que alguien lo miraba muy atentamente desde el otro lado. Era un joven de su misma edad más o menos. Tenía los cabellos como si hubieran sido creados a partir de los rayos del Sol y sus ojos risueños eran como pedazos de cielo. Su cuerpo emanaba una especie de luz celestial que lo envolvía y de su espalda parecían brotar dos alas cubiertas blancas plumas.

  

-No puede ser, debo estar soñando- Sasuke se restregó los ojos y volvió a mirar hacia aquel lugar. El muchacho no estaba. Salió corriendo hacia el otro extremo de la plaza buscándolo entre la gente, desesperado.

  

-Debe de haber sido una ilusión- trató de convencerse al no haberle encontrado a pesar de su rápida actuación.

  

Al regresar de nuevo a la fuente, vió flotar algo blanco en el agua. Metió la mano tembloroso esperando que no fuera lo que él pensaba. Efectivamente, una pluma completamente empapada brillaba bajo los rayos de la luna.

  

**********************************************************************

  

Llegó a su piso con prisa. Las novedades y el cansancio de los últimos días le habían jugado malas pasadas y ahora le daba por ver ángeles rubios. Se tiró en la cama con pesadez, mientras observaba en silencio lo interesante que era el color del techo. Metió su mano de nuevo en el bolsillo y sacó la pluma. La miró al trasluz. Parecía transparente, irreal. La posó sobre la mesilla y encendió la alarma del despertador. Hizo ademán de levantarse y ponerse el pijama, pero el sueño fue más fuerte que sus intenciones y cayó en seguida rendido.

  

Los rayos del sol entraban furiosos por la ventana.

  Pii pii  

Sasuke le dio un manotazo al reloj y se revolvió perezoso entre las sábanas. Apenas había dormido, ya que no había dejado de soñar con aquel chiquillo de la fuente. Seguía en sus treces de que era simplemente una ilusión óptica pero, cuanto mas pensaba en ello, más real le parecía. Pero tenía una prueba de que todo había ocurrido de verdad y eso le desconcertaba. La pluma yacía reluciente sobre la mesita de noche. Saltó de la cama con un solo propósito en su mente: encontrar al rubito.

  

Decidido, se cambió de ropa y fue a trabajar. Aprovecharía que hoy su jornada terminaba antes para investigar un poco sobre su paradero. Acabó a las cinco y se dirigió con una amplia sonrisa a la Fontana de Trevi. Le atraía bastante eso de hacerse el detective. La plaza estaba tan concurrida como siempre aunque por las noches acudía más gente. Todo estaba igual que la última vez que la visitara. La recorrió varias veces en busca de algo que pudiera ayudarle pero no encontró nada. Después de una hora decidió desistir en el empeño. Era absurdo buscar a una persona a la que había visto solo una vez en su vida y por espacio de apenas unos segundos.

  

Se sentó en el borde de la fuente y se refrescó la cara. El calor era insoportable. De pronto se fijó en el agua. Unos ojos azules se reflejaban en ella. Se giró rápidamente en busca de esos ojos pero, por más que miró, no encontró su procedencia. Estuvo preguntando a la gente si habían visto por la plaza a un chico rubio de ojos azules y más o menos de su estatura, pero siempre recibía el mismo no por respuesta.

  

Sasuke, desesperado, decidió entonces volver a su casa. ¿Tal vez era todo producto de su imaginación causado por la soledad que sentía en aquel país? No, no podía ser. En el bolsillo de su vaquero llevaba la prueba de que todo era real, por muy descabellado que pareciera. Volvió a iniciar el recorrido de vuelta cabizbajo. Todo aquello era absurdo, pero a la vez intrigante.

  

Una figura asomaba por una de las calles laterales. Sasuke la reconoció enseguida.

  

-¡Eh! ¡Espera!

  

Salió corriendo detrás de él a la desesperada. No pensaba dejarle escapar, otra vez no. Se chocó varias veces con los transeúntes, pero no le importaba. Haría todo lo que estuviera en sus manos para descubrir quién era. Llegaron a una plaza solitaria en la que había una fuente en el centro rodeada de estatuas.

  

-¡Ya te tengo!- gritó estirando la mano y agarrándole de la camiseta. Le giró hacia sí quedándose los dos cara a cara.

  

-Ahora me vas a decir quién eres y qué es lo que buscas de mí.

  

El rubio alzó la mirada. Sasuke se fijó en ese momento en lo extremadamente hermoso que era. Su blanca piel parecía estar tallada sobre porcelana. Soltó al chico y se apartó un poco de él. Al principio Sasuke pensó que se trataba de un muchacho de su misma edad, pero lo cierto es que parecía un niño.

  

-Por favor, necesito respuestas. ¿Quién eres? ¿Por qué me sigues?

  

El chiquillo se sonrojó. Se fue acercando poco a poco hasta Sasuke que seguía inmóvil. Cuando apenas les separaban unos centímetros, el rubio se puso de puntillas y le besó. Sasuke se quedó paralizado, no sabía como reaccionar, así que se dejó llevar y le devolvió el contacto. Sus labios eran dulces como la mermelada y suaves como el terciopelo. Era una sensación única para él ya a la vez agradable. Por instinto, le rodeó la cintura con los brazos y le arrimó hacia sí para sentir su cuerpo cerca. Pudo comprobar que el corazón le latía a mil por hora.

  

Cuando los pulmones empezaban a reclamar su dosis de oxígeno, se separaron. El rubio le miró por última vez a los ojos con un brillante carmesí en las mejillas y salió corriendo con lágrimas en los ojos.

  

-“¿Tan mal beso?”- pensó Sasuke que era incapaz de moverse y perseguirle debido al shock que había sufrido. Una sonrisa se perfiló en sus labios, primero tímida y luego de oreja a oreja.

  

Puso rumbo de nuevo a su casa con una evidente felicidad. Era la primera vez que dejaba salir a sus verdaderos sentimientos y que había dejado atrás el orgullo. Se acabó el ser un reprimido.

  

**********************************************************************

  

Los días posteriores transcurrieron con normalidad. Seguían sin poder quitarse al angelito de la cabeza, pero por lo menos sabía que existía de verdad y eso ya era un comienzo. Había dejado de buscarle, porque pensó que sería más práctico que el pequeño viniera a él cuando le diera en gana en vez de tener que recorrerse toda la ciudad en su busca. Aún así, estuvo indagando sobre el ojiazul para ver si encontraba algo que le diera pistas sobre su paradero. En sus ratos libre, le preguntaba a la gente de la ciudad si le habían visto alguna vez, y los fines de semana se los pasaba en la biblioteca estudiando sobre la historia de Roma.

  

Era un sábado cuando descubriría algo que lo dejaría bien sorprendido. Desayunó tranquilamente y se dirigió a la biblioteca. Estuvo un buen rato buscando entre las estanterías libros sobre mitología romana para saber mas acerca de sus dioses, aparte que era un tema que le apasionaba bastante.

  

Encontró una mesa solitaria al lado de una ventana entreabierta, por la que corría una confortable ráfaga de aire. Se sentó con un libro bastante antiguo y empezó a leer entre bostezo y bostezo, hasta que llegó a un dios en particular.

  “Cupido, en la mitología romana, hijo de Venus, diosa del amor. Su equivalente en la mitología griega es Eros, dios del amor. Es mejor conocido como el joven y apuesto dios que se enamora de la hermosa doncella Psique. Esta historia está narrada en El asno de oro, novela del escritor romano Lucio Apuleyo. En otros relatos aparece como un muchacho travieso que hiere indiscriminadamente a dioses y mortales con sus flechas, lo que les hace enamorarse profundamente. A Cupido se le representa comúnmente como un niño desnudo, alado, y a menudo con los ojos vendados, que lleva un arco y una aljaba con flechas.”  

-Alado…- repitió para sí Sasuke. Pasó a la página siguiente en la que había varias fotos de cómo se solía representar a Cupido y observó con asombro que el dios se parecía bastante al rubio de sus sueños. ¿Pero era posible que aquel muchacho fuera realmente un dios de la mitología romana?

  

Era imposible. No podía ser Cupido.

  

-Umpf, después de que el pequeño desaparezca sin dejar rastro y de que tenga alas, la verdad ya me espero cualquier cosa.

  

Dejó el libro en su sitio y fue a hablar con la bibliotecaria, de la que se había hecho muy amigo. Era una joven muy agradable de su misma edad, cabellos morenos y ojos verdes, que ayudaba a sus padres en el trabajo.

  

-Kurenai, ¿puedo hablar un momento contigo?

  

-Ah, hola Sasuke. Claro, vamos fuera- le dio unas indicaciones a su compañero para que cuidara mientras estaban fuera y ambos salieron del recinto.

  

Kurenai le invitó a tartuffo, un postre típico romano, en una cafetería bastante céntrica.

  

-Dime, de que querías hablarme.

  

-Verás, hace aproximadamente una semana estuve paseando por la Fontana de Trevi. Al lanzar la moneda al agua me giré y vi a un chico rubio de ojos azules que no me quitaba los ojos de encima. Hasta aquí todo normal si no fuera porque…- tragó saliva- el chico tenía alas de ángel…

  

Kurenai meditó tranquilamente sus palabras mientras jugueteaba con la nata del postre.

  

-Ya veo… sería simplemente fruto de tu imaginación, ¿no?

  

-Eso pensé yo, pero al ir a buscarle encontré esto- sacó del bolsillo la famosa pluma con la que iba a todas partes y la colocó cuidadosamente encima de la mesa.

  

Kurenai la cogió entre sus dedos y la observó con detenimiento.

  

-Desde luego de ave no es, por lo menos de las especies conocidas. ¿Podrías describirme a tan místico joven?

  

Sasuke tardó lo menos media hora contándole con todo detalle sus vivencias y describiéndole al milímetro al ángel.

  

-¿Y dices que te besó?- preguntó divertida Kurenai.

  

Sasuke asintió con un nada disimulable sonrojo sobre las mejillas aunque con su típica cara de superioridad.

  

-No crees ni una palabra, ¿no?

  

-Te equivocas. Te creo y es mas te pienso ayudar a encontrar a tu amorcito.

  

-¡No es mi amorcito!- respondió irritado.

  

-Si no sintieras nada por él no pondrías tanto empeño en encontrarle. Y más aún, te habrías apartado cuando te beso. Sería lo más lógico, ¿no?

  

-A mi ese chaval no me gusta. Simplemente quiero reprocharle que me besara y ya está.

  

-Y yo me tengo que creer que mientras te besaba tu estuviste forcejeando con él para que te soltara, ¿no? O que no hicieras nada porque te quedaste en shock.

  

-Si- dijo bajando la cabeza, ya que había omitido el detalle de que lo hubiera abrazado y de que disfrutó realmente de ese beso.

  

-De todas maneras estoy muy intrigada con esta historia de cuento de hadas así que pienso ayudarte- sus cabello morenos ondeaban con el viento.

  

-Gracias, eres la única en quién puedo confiar.

  

-Ya me lo agradecerás mas tarde ayudándome en la biblioteca- en sus labios se perfiló una sonrisa pícara.

  

-Ya sabía yo que querrías algo a cambio.

  

-A ver te voy a decir algo que quizá te sorprenda. Algo a lo que llevo dándole vueltas durante este rato.

  

Sasuke la observaba en silencio, mientras Kurenai jugaba con la cuchara que deslizaba suavemente sobre la capa de chocolate blanco del tartuffo.

  

-Por lo que me has contado acerca del muchacho, su descripción física se parece bastante a la de Cupido, dios del amor. Hay muchas formas de representarle. Siempre se le pone con los ojos vendados y con flechas además de tener el pelo más bien castaño. Pero hay ocasiones en que se le representa con ojos azul cielo y hebras doradas. Se que parece una estupidez pero podrías ser si además añadimos la cuestión de las alas de ángel.

  

-Lo sabía…- murmuró Sasuke.

  

-¿Perdón?

  

-Está mañana en la biblioteca lo descubrí por casualidad leyendo un libro sobre mitología romana.

  

-Bueno, pues ya sabemos quién es ese misterioso personaje y porque el único que puedo verlo eres tú.

  

-Eso último no lo he comprendido del todo.

  

-Igual que en la religión cristiana hay veces que la Virgen o Jesús se le aparece a la gente para entregarles un mensaje, en este caso es igual. Seguramente el dios Cupido te quiere decir algo, si no ¿qué otra explicación hay? Además según lo que me has contado cuando le preguntabas a los demás si le habían visto la repuesta era siempre un “no”.

  

-Pero… ¿para que me querrá?

  

-¿No es obvio?- sus labios volvieron a formar una sonrisa.

  

-¿A qué te refieres?

  

-Si te besó será por algo…

  

-¡¡¡Qué!!!- Sasuke estaba completamente rojo.

  

-Hay muchas leyendas romanas sobre dioses que se enamoran de mortales…- dejó caer.

  

-¿De verdad piensas que Cupido se ha enamorado de mi?

  

-Oye la gente no va besando por ahí al primero que pilla. Si lo ha hecho será por algo.

  

-Madre mía… Yo solo quería una novia normal, no un dios y encima del amor…

  

-Ja, ja, ja deberías sentirte afortunado. No todos los días baja un dios del Olimpo para fijarse en un humano. Y menos que sea un dios gay.

  

-¡Pero yo no soy gay!

  

-¿Eso crees?- Kurenai observaba divertida el bonito carmesí de las mejilla de Sasuke. Hacía tiempo que no se reía tanto- Es una verdadera pena- continuó- Quedaría bien que un chico tan varonil y masculino como tú fuera homosexual. Además haríais buena pareja.

  

-¿Por qué lo dices?

  

-Él, rubio, ojos azules. Tú, moreno, ojos negros. Cupido el día y tu su antítesis la noche. Seriáis una pareja simplemente perfecta- terminó su tartuffo y se levanto con una sonrisa pícara- Bueno, te dejo que hay que trabajar. Cualquier cosa ya sabes donde estoy- le guiñó un ojo y se marchó despidiéndose con la mano.

  

Sasuke se quedó un poco mas en la cafetería tratando de asimilar toda su conversación con Kurenai. Todavía no podía creerse el hecho de que un dios se hubiera enamorado de él. Era, simplemente, absurdo. Pagó la cuenta y marchó a dar un paseo ya que no tenía otros planes. Estuvo cerca de una hora andando sin rumbo hasta que se hartó y decidió regresar a su modesto piso.

  

Al llegar encontró un sobre por debajo de la ranura de la puerta. Lo cogió sin prestarle la más mínima atención y entró. Lo tiró encima de la mesa de la cocina y se sentó a ver la televisión. Cambiaba de canal incesantemente, no sabía ya si era porque ninguno le agradaba o porque tenía un atroz ataque de nervios. Decidió prepararse una tila bien cargada a ver si así conseguía serenarse.

  

Al dirigirse a la cocina le echó una mirada de refilón al sobre y se dio cuenta de algo que no había percibido en un principio. El dibujo de una pluma blanca brillaba en el papel. Sasuke inquietó reconoció ese dibujo y se sacó por instinto la pluma que siempre llevaba en el bolsillo. Idénticas. Abrió el sobre. Apareció un papel color vainilla con unas letras en dorado.

  “Ya acabó todo. Es hora de la verdad. El cielo caerá sobre el mundo de los mortales humanos, no hay vuelta atrás. Es el principio del fin. Todos los deseos se harán realidad. Cuando la luna esté en su máximo esplendor tu alma llegará donde comenzaron los sueños a surgir”  

Sasuke se sentó el la silla mas cercana y leyó y releyó la carta intentando absorber cada palabra. Fue inmediatamente al salón y cogió el telefono.

  

-¿Kurenai? Soy Sasuke.

  

-¡Ah, hola! ¿A qué se debe tal honor?

  

-Necesito hablar contigo urgentemente.

  

-¿Qué ha ocurrido?

  

-Mejor lo hablamos en persona. Ven cuanto antes a mi casa.

  

-Esta bien, ahora voy para allá. ¡Me tienes intrigada!

  

Colgó y fue directo a mirar por la ventana. Estuvo allí pegado quince minutos hasta que vió la figura de su compañera recortarse entre las calles. Sonó el timbre y Sasuke se precipitó a abrir.

  

-Hola, menos mal que has venido. Pasa.

  

-¿Qué es eso tan urgente? Espero que sea algo importante porque tengo que volver al trabajo.

  

-Si, y además te va a interesar bastante.

  

Sasuke le tendió la carta. Kurenai la leyó despacio, asintiendo de vez en cuando con la cabeza. Un brillo surgió de sus ojos. Se la veía bastante entusiasmada.

  

-Es muy interesante.

  

-¿Sabes a que se refiere?

  

-Mas o menos. Una cosa clara es que la carta es del dios Cupido, no tengo ninguna duda. Además en el sobre viene su marca- dijo señalando la pluma.

  

-¿Y lo demás?

  

-Tranquilo, no te impacientes. Lo de “El cielo caerá sobre el mundo de los mortales humanos” se refiere a que Cupido digamos que va a hacer acto de presencia, es decir que se va a reencontrar contigo. “Cuando la luna esté en su máximo esplendor” es la medianoche. “Tu alma llegará donde los sueños comenzaron a surgir”… Ummm- se quedó pensativa.

  

-La Fontana de Trevi- murmuró Sasuke.- Ahí fue donde le vi por primera vez.

  

-Perfecto, esta noche a las doce debes dirigirte a la Fontana de Trevi. Supongo que se te irá a declarar Cupido- dijo soltando una risita.

  

-Muy graciosa… y ¿a qué se refiere con lo de los deseos?

  

-Supongo que se cumplirá lo que pediste la noche que lanzaste la moneda, o algo así.

  

-Puede ser… Kurenai, me acompañarás, ¿no?

  

-¡Por supuesto! Pensé que nunca me lo pedirías.

  

**********************************************************************

  Suavemente, suavemente,cierro los ojos, sentir... Llamados por el viento de nuevo,mirar hacia arriba en el cielo soloen las noches cuando no podemos cumplir,yo envío mi deseo a las estrellas.  

-Kurenai, deja de cantar…- protestó Sasuke.

  

-Es que se me ha venido esta canción a la cabeza y no consigo apartarla de mi mente- sus cabellos largos y morenos ondeaba en la fría noche. La luna estaba esplendorosa en el cielo negro.

  Nadie jamás conocerá el "auténtico y verdadero yo", peroporque estoy aquí, porque estoy esperandosólo quiero que me avises.  Durante mucho, mucho tiempo, he soñadocomo si mis sentimientos algún día llegaran a ti.Suave, suavemente, cierro los ojosno sólo desaparecen.  

Las calles estaban desiertas, porque a pesar de ser verano, hacia realmente frío.

  ¿Que es en lo que estás pensando?¿Qué es lo que estás buscando?La razón por la que no puedo ser honestaes que soy débil.  

Kurenai avanzaba unos paso detrás de Sasuke, concentrada en la canción que le recordaba bastante a tan peculiar historia. Estaba impaciente por llegar y descubrir toda la verdad. ¡Era tan emocionante!

  

Torcieron la última esquina. Allí se encontraba la imponente Fontana de Trevi. En mitad del agua había un muchacho rubio con unas hermosas alas de ángel color blanco que brillaban bajo la luz de la luna. Sasuke se acercó con precaución, seguido de Kurenai.

  

-Eres tu…-acertó a pronunciar.

  

El chico salió de la fuente con la túnica azul empapada.

  

-Yo soy aquel que va a cumplir tu deseo- dijo- Deseaste encontrar pareja en esta ciudad para dejar de sentirte tan solo, ¿no?

  

Sasuke se sonrojó al extremo, mientras Kurenai sonreía y cantaba.

  Al igual que él, me paso las noches,a querer ir al mundo de los sueñossi mi deseo se concedió, al igual que el tiempo¿la sonrisa esa es para mí?  

-Todo este tiempo te he estado observando para encontrarte una buena chica según tu personalidad y tu forma de ser, pero…

  

Sasuke sentía que su corazón latía a mil por hora. Kurenai se alejó hasta una esquina de plaza, ya que no quería estorbar a la parejita.

  

-Pero…- continuó el rubio- Hice algo que no debía- miró a Sasuke a los ojos- Me enamoré de ti…

  

El moreno se sintió desfallecer. Era la primera vez que alguien le hacía semejante declaración. Sentía un agradable cosquilleo en el estómago. El ángel seguía mirándole a los ojos con las mejillas sonrojadas. Los pies de Sasuke comenzaron a moverse solos hacia él.

  Cada vez más, se muestran mis sueñoscomo si mis sentimientos fueron imparables.Tiemblo, esta temblando mi corazón¿qué es lo que estas buscando?  

Se fue acercando mas hasta que no pudo resistirse y le beso. Cada noche desde que le hubo conocido, soñó el probar otra vez aquel néctar que le hacía vivir, esos labios de terciopelo que le hacían desvariar. Poco le importaba ya si era ángel, demonio, hombre o mujer. Lo único que deseaba era sentir su frágil cuerpo temblar entre sus brazos, mientras su lengua cabalgaba voraz hacia paradero desconocido.

  

-Te quiero…- fueron las únicas palabras que pudo pronunciar Sasuke cuando se separaron para respirar.

  

-Yo también, pero…

  

-¿Cuál es el problema?

  

-No puedo, no puedo estar contigo, porque no se si sabrás que yo…

  

-Eres el dios Cupido…- pronunció el moreno con fastidio.

  

-Pero podéis estar juntos si así lo deseáis- Kurenai había vuelto ha acercarse.

  

Ambos se giraron a mirarla.

  

-Nadie cree en los dioses como personas de carne y hueso, sino como leyendas. Nadie sabes que tú existes de verdad, Cupido. Así que puedes renunciar a tus alas de ángel y quedarte con Sasuke, si así lo deseas, aunque seguirás manteniendo tu divinidad.

  

-Pero si conservo mi divinidad seguiré siendo inmortal y quiero ser un humano como Sasuke y vivir una vida normal como él.

  

-Eso es fácil.

  

Kurenai sacó algo de su bolsillo y se acercó a la Fontana de Trevi. Lanzó la moneda al agua mientras pronunciaba su deseo. Inmediatamente después, un halo de luz envolvió a Cupido. Sus alas desaparecieron y su túnica azul celeste paso a convertirse en unos vaqueros y una camiseta blanca.

  

-Listo- dijo Kurenai.

  

Ambos chicos corrieron ha abrazarse y se fundieron de nuevo en un dulce beso.

  

-Creo que yo no pinto nada aquí- murmuró con una sonrisa triste en los labios- Hasta siempre Sasuke, nunca te olvidaré…

  El cielo está todavía alto y lejoscreo en mi pequeño yo, perolas estrellas y la oscuridad y el viento y mañanate seguirán a ti.   FIN
Notas finales:

Espero que os haya gustado. Una cosita, el personaje de Kurenai no se refiere a Kurenai-sensei de Naruto (aunque mi apodo si lo cogí de ahí) si no que se refiere a mí. Es la primera vez que me involucro en un fic XD. Y curiosamente salgo cantando algo que me gusta muchísimo XD.

 

Bueno espero que me dejeis comentarios y juro solemnemente que el próximo fic no sera con canción vale?? Bss. ^^ NYA-O

PD: Lo que viene en cursiva sobre la Fontana de Trevi y Cupido es totalmente cierto. Lo único que me he inventado ha sido la descripción de Cupido para que se pareciese a Naruto.

¡Por cierto! Para los que estén interesados la canción es Futatsu no Negai de la serie D.N.Angel. Os la recomiendo, es preciosa ^^.


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