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El diván de la Terapía por chibiichigo

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Notas del capitulo:

Bueno... hasta que puedo actualizar. Ustedes disculparan pero no he tenido inspiración (en absoluto) y como la verdad ni he visto bleach ni d-gray man, que fue lo que me pidieron pss no sabía que hacer jaja pero pss finalmente ya subi.

Les dejé una preguntita al final que me agradaría respondieran 

-Bueno… creo que hoy no tengo nada que hacer- Dios, era verdaderamente relajante poder descansar un día. Podría ir de compras… o al cine o a…

-Espera.- Takito me tomó por la playera mientras yo intentaba caminar e interrumpió mis pensamientos con su nada agradable comentario – Hoy tienes que atender a los chicos que citaste……..¿recuerdas?

Dios, pregunta imbécil. Evidentemente no me acuerdo… por vida del yaoi, si me acordara de eso no habría planeado salir de compras. Sonreí amablemente.

-Claro…¿ a qué hora llegan?

-en unos quince minutos aproximadamente. Suelen ser particularmente puntuales.

-Si, por supuesto...- nueva estrategia: fingir que tengo idea de quien diablos está hablando. Y es que claro, ¡antes muerta que ignorante!

-No sabe quien vendrá ¿cierto?- preguntó desconfiado. Una de dos, o me conocía estúpidamente bien o tenía prácticamente escrito un gran signo rojo de interrogación en la cara. Por mi propia salud mental, esperaba que se tratara de la primera.

-En realidad no estoy muy segura. Osea, no es que no sepa… pero quiero corroborar- dije profesional.

-Gaara y Sasuke… ahh e Itachi-sama.- dijo con tranquilidad.

-¿En serio?- pregunté al instante. Creo que hasta me habrían brillado los ojos igual que un semáforo. Mi mente de inmediato empezó a viajar por confines extraños del universo. Miraba a Takito con la emoción dibujada en la cara. El sonrió.

-No.

Adiós ilusiones, esperanzas y deseos. Me dieron ganas de llorar mientras sentía como un cristal se rompía dentro de mí.

-¡¡¡¡Infeliz!!!! Arruinaste mi infancia- grité roja de coraje.

-Dejaste de ser niña hace casi 6 años- apuntó.

-Es solo una expresión. Además eso no te quita lo cabrón- levanté el puño para seguir reclamándole a gusto… eso solo lo hizo reir.

-Si tu no fueras tan despistada no te tomaría el pelo tan seguido… además eres una loca fangirl.

Me quedé callada… me he dado cuenta que casi nunca tengo argumentos suficientes para rebatirle las cosas. Eso es molesto. Apliqué la maniobra casi militar de cambiar el tema rápidamente- bueno… entonces dime quienes van a venir. –“a eso se le llama despistar al enemigo” sonreí orgullosa para mis adentros.

-Edward Elric y Roy Mustang

-Ohh vaya… ahora recuerdo

Pequeño Flashback de Ayu-chan de una noche de ebriedad en el departamento con sus amigos.---

-Takito… dile a Gaara-sama que lo amo.

-Si Ayu-chan…el siguiente eclipse total de sol yo le informo.

---

-Takito… trae más alcohol… el señor Seguchi quiere más alcohol.

-Si Ayu-chan

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-Takito… te quiero muuuuuuuuucho. Te adoro. Eres el mejor asistente del mundo.

-Si Ayu… también te quiero mucho.

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-Ayu-chan. Hablan de la oficina de los alquimistas nacionales. Roy Mustang quiere una cita.

-¿Tenemos oficina de Alquimistas Nacionales? ¿Qué no somos ninjas?... porque yo tengo una bandana que me certifica como ninja de la aldea… y un diploma falso que me hace poder darle terapia al mundo entero…

-Creo que ya estás muy ebria… igual que todos tus amigos. Es más… posiblemente el de playera amarilla pueda empezar a sufrir de congestión alcoholica.

-No me cambies la conversación…. ¿tenemos oficina de Alquimistas Nacionales?

-Si… aparte de los ninjas tenemos alquimistas. Aparentemente la pusieron por el deseo de hacernos pagar más impuestos.

-Ohhh ya veo. Entonces diles que sí… y diles que si no quieren venir a la fiesta… ahhh y por cierto, deberíamos hablarle al contador para ver donde se van mis impuestos.

-Ayu-chan… usted no paga impuestos. ¿no recuerda que como no tiene consultorio real ni ingresos fijos puede ser evasora fiscal?

-Ohhh… si es cierto… bueno diles que salud… y que yo amo a Gaara-sama

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Fin de los flashbacks… aparentemente perdí la consciencia durante unos días después de eso…

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Bueno… eliminé mentalmente los recuerdos inservibles… excepto el de Takito diciendome que me quería. Ese creo que lo puedo guardar.

-Bueno… creo que vendrán pronto.- dijo finalizando y marchándose a arreglar unos papeles o algo así.

Me senté en el sillón. En verdad me urgía un día libre. El espejo no se cansaba de recordarme que tenía ojeras prácticamente equiparables con las de un panda o un mapache… y por muy fan que sea de Gaara e Itachi, las ojeras solo van bien con ellos. A mí se me ven horribles y me hacen parecer demacrada. Bueno… el maquillaje lo arregla todo.

El timbre sonó mientras yo consideraba las ventajas de ser mujer y me apresuré a abrir… al mal paso darle prisa.

Casi se me cae la boca cuando vi a un sujeto de cabello negro y mirada estilo “te mataré si te atreves a verme feo”. Era verdaderamente hermoso… de haber sabido que los alquimistas eran así de apuestos preferiría la milicia a la psicología.

El tipo iba acompañado de un joven no mucho más grande que yo en edad. Tenía unos ojos claros muy bonitos. “nota al margen: mis pacientes son más atractivos que yo…” pensé deprimida.

-Hola buenas tardes Gral. Mustang… buenas tardes joven Elric.

-¿Cómo supiste que era yo?- preguntó el más algo con desconfianza. Su tono de voz me intimidó un poco.

-Porque… tiene una plaquita en la camisa.- contesté. Él simplemente me miró altivo y se introdujo, junto con su pareja al consultorio.

-Muy bien… ¿Por qué no me cuentan un poco de ustedes y de su relación de pareja?- pregunté cruzando las piernas y sacando una libreta para apuntar cualquier cosa medianamente relevante que pudieran decir.

-Es obligación de todo buen militar investigar primero- contestó con reproche el de cabello negro

-Pero… pero… yo soy psicóloga, no militar- dije pokeandome los dedos.

-Si tuvieras que encontrar la piedra filosofal para tener de vuelta tu brazo y tu pierna investigarías- acordó  Edward.

“mierda… hasta mis pacientes me regañan… seguro fue idea del infeliz de Takimoto” pensé un poco resentida.

-¿Piedra filosofal? ¿De que habla joven Elric?- pregunté tan pronto noté que ninguno de los tres estaba entendiéndose. Uno pensaba que yo era un militar y el otro pensaba que yo era un no se que.

-Por la ley de los estados equivalentes tu tendrás primero que contarnos de tu vida y tus problemas de familia. Toka koka.- dijo firme el menor. ¿Qué diablos con mis pacientes? Cada vez me consigo gente más loca para atender...

-Pero… ustedes me están pagando para solucionarles sus problemas…

-Entonces, tu también deberás pagarnos para solucionar los tuyos.- convino el de cabello negro.

-¡¡No!!- grité- Ustedes tienen problemas y por eso me llamaron. Ahora díganme que jodidos les pasa o salgan de aquí.

-No le hables así a los alquimistas nacionales. No  tienes idea de lo importantes que somos.- gritaron ambos al unisono.

-Bueno… realmente lo desconozco totalmente- susurré rápidamente, desafortunadamente antes de que mi cerebro hiciera conexión con mi boca.

-Pues en ese caso te contaré- Roy comenzó- pues nosotros somos parte de la división especial de defensa de la nación. Lo que los militares normales no pueden hacer nos lo encargan a nosotros. Somos fueras de elite que vivimos con la única finalidad de servir a una Sunna mejor.

-Ohh ya veo…¿se conocieron de esa manera?- pregunté fingiendo interés en lo que me había explicado antes. De alguna manera tenía que enterarme de la situación en su matrimonio o noviazgo.

-No… nos conocimos porque mi hermano y yo queríamos revivir a nuestra madre porque mi padre, que por cierto creó la piedra filosofal y ha vivido cientos de años, nos abandonó. Entonces cuando mi hermano perdió su cuerpo y yo mi brazo y pierna el llegó y nos dijo que fueramos a hacer un examen de admisión para hacerme alquimista.

-Te recuerdo, mi amado Ed, que yo simplemente acudí a tu casa porque tanto Alphonse como tu mandaron una carta preguntándome por tu padre…

-¿Y siempre se han llevado bien?- pregunté antes de que se pusieran a discutir si se conocieron en abril o en mayo. Aprendí a tomar mis precauciones después de dos intentos de asesinato.

-No, realmente no. Primero este fulano me trataba de su burro… me hizo perseguir a un tipo que convirtió a su hija en un perro parlanchin. Además se supone que el tipo había creado más cosas que platicaban. Animales horribles…

-¿Cómo Barney?- pregunté curiosa.

-Si… cosas horribles. Y cuando se me ocurría pararme en el cuartel Roy me gritaba o me regañaba o me decía algo hiriente.- finalizó con tono un poco herido.

-Pues como no me iba a molestar si tu siempre decías que ibas a ir al cuartel un día y no llegabas. La ultima vez juraste que irías el 10 de abril… y recibí tu llamado el 27 de noviembre diciendo que estabas ligeramente retrasado.

“Vaya que este sujetito es el colmo de la impuntualidad”  pensé distraidamente “Posiblemente debería presentárselo a Taki para que comprenda que un par de días de retraso no es TAAAAAAANTO tiempo”

-Pero yo estaba huyendo de gente que quería asesinarme en ese momento.- se justificó el pequeño.

-Debiste haber llamado para pedir ayuda. Yo te hubiera ayudado Ed…

-Pero yo no lo sabía y no te quería poner en peligro.- se sonrojó un poco el aludido.

-Una pregunta… ¿Qué tal es su vida intima?

-Pues… cada vez que chasquea los dedos… pues… logra hacerme entrar en calor- contestó avergonzado Elric.

-Ohhh… ya veo. Gral. ¿Qué es lo que más le gusta de su pareja?

-Pues… que tiene mano firme para algunas cosas. Que es obstinado, que sabe lo que quiere y lucha por conseguirlo. – el de cabello negro se escuchaba completamente enamorado, lo cual me llevó a preguntarme algo…

-Edward ¿Qué edad tienes?

-17 años.

-Y usted Roy…

-32 años-

-¿Qué no eso es…- hasta me daba miedo pronunciar la palabra. Con la cara de matones que se cargaban…-ilegal?

-Bueno… si- se escuchaba incomodo el mayor- pero somos del gobierno entonces podemos hacer lo que queremos. Solo estoy esperando que cumpla la mayoría de edad para anunciar nuestro compromiso.

-Entonces…¿Qué problema tiene su relación con el pequeño joven Elric?- pregunté descuidada.

-En realidad nada… solamente vinimos por requerimiento gubernamental…- sonrió despreocupado el de cabello negro.

-¿A quien demonios le estas diciendo que es tan ultra super hiper mega pequeño que nadie lo ve mas que con la ayuda del microscopio?- antes de darme cuenta lo tenía gritándome por un lado.

-A nadie joven Elric- sonreí de manera profesional… o creía eso- permítame un momento poruqe tengo que consultar algo con... alguien.

Salí de la habitación a toda prisa, antes de ponerme a revolver los cajones como histérica en un mueble de la sala.

-¿Qué buscas Ayu-chan?- Takito salió de pronto a mi espalda.

-Mi libro de “actitudes profesionales para tontos”. Melo regalaron cuando compré el diploma por internet. Dijeron que de esa manera las personas creerían que soy una buena psicóloga.

-Mmm ya veo… así que eso es lo  que ha estado practicando en sus consultas…

-Si. Pero no lo encuentro y tengo a un enanito sulfurado ahí dentro.

-Eres un caso perdido… dale un valium y sacalos de aquí.

 

 

Notas finales:

Ok... se que el capi no me quedó muy bueno pero me caigo se sueño...

Bueno espero que les haya gustado. Primero que nada quiero someter una idea a su criterio, para saber si les agradaría ver algo de esa indole. estaba pensando en una terapia de Pokemon (primera vez que escribiria de ellos) y digamos que es bastante "sui generis". No se si les interees que lo escriba. Es solo una idea que me da vueltas en la cabeza... como sea.

Punto numero dos^^ decidí aprovechar la ocasión para pedirles o sugerirles o lo que sea... que lean un par de fics que estoy haciendo en caso de que les guste el gaasasu. se llama helado de fresa^^ y el otro es original. se llama "el ser que más amo". Bueno... pues eso es todo. Espero se puedan pasar por ahi aunque sea a conocer un poco más de lo que escribo... lo que si me encantaría esque me dijeran lo de pokemon y siguiernan sugiriendo parejas^^ lol

Bueno besos...

Comenten bonito

XOXO

C.


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