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Falsa Inocensia por Terry

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Notas del capitulo:

Antes que nada, todos los personajes son propiedad de su autor. 

Bueno, es algo que escribí hace mucho... así que puede ser falto de calidad... espero les guste, y como siempre, se aceptan jitomatasos.

 

FALSA INOCENSIA

 

En una solitaria calle caminaba un apuesto chico de tez morena y profundos ojos azules; en su rostro no podía leerse que es lo que le pasaba… parecía confundido… triste… tenía una mezcla de emociones…

 

-“Vamos Ikki, no puedes estar pensando que eso sea posible”-se decía con una sonrisa sarcástica mientras se dirigía a la mansión Kido; dio un profundo suspiro y su mirada se clava en la nada.

 

Su andar era lento y pesado… cuando llegó a la puerta de entrada se arrepintió de lo que estaba haciendo y dio media vuelta, dispuesto a marcharse, cuando la puerta se abrió de pronto; éste sintió que posaban una mano sobre su hombro y volteó para ver quién era el atrevido… no tuvo tiempo para decir algo cuando sintió unos delgados brazos rodearle el cuello…

 

-Ikki, qué gusto me da verte-le susurró Shun al oído, provocando que el fénix se estremeciera-Tenía mucho que no venías por aquí hermano-añadió sin soltarlo.

 

-Sí…-dijo débilmente mientras entrelazaba sus dedos en la sedosa cabellera del chiquillo-¿Planeabas salir a algún lado?-le interrogó mientras le separaba para verle.

 

-Pues… en sí no…-dijo haciendo una mueca infantil-Me estaba aburriendo allá adentro-añadió señalando con la cabeza-¡Pero ahora que tú estás aquí…!-comenzó a decir.

 

El fénix lo silencio poniendo el índice sobre los carnosos labios de Andrómeda.

 

-No tienes que decir nada-le susurró al confundido chico y sin decir más lo tomó del brazo y se alejaron del lugar.

 

Desde una ventana alguien más veía la escena y el cómo ambos hermanos se alejaban… el furioso observador bajó con prisa las escaleras…

 

-¡He y! Te cuidado Hyoga, casi me tumbas-reclamó Seiya mientras esquivaba con dificultad la embestida del cisne… el cual no respondió nada y se encerró en su habitación.

 

Ikki y Shun pasaron toda la tarde juntos, sin preocuparse del tiempo o las demás personas; el fénix se perdía observando a su acompañante…

 

-“Qué apuesto se ha puesto”-pensaba mientras veía los labios de Shun sin poder evitar desear apoderarse de ellos, recorrer con su boca el cuello, hombros, tórax… cada milímetro del cuerpo del inocente muchacho.

 

-¿En qué piensas?-interrogó Shun sacándolo de sus pensamientos.

 

-En nada-contestó de inmediato volteando la vista a otro lado-Creo que ya sería bueno regresar-añadió poniéndose de pie.

 

Shun lo miró desde el suelo e inconscientemente se relamió los labios al pasar un pensamiento bastante pícaro por su mente, acto que pasó desapercibido por su hermano.

 

Desde una de las ventanas el cisne aún vigilaba la llegada de éstos, cuando los vio cerró con cautela la cortina y bajó a la sala.

 

-Buenas noches-saludó el rubio con una sonrisa bien fingida, Shun correspondió muy amable, no así su hermano que le dio una mueca de indiferencia.

 

-Bueno Shun, ya me voy-anunció Ikki calmadamente.

 

-Pe… pero creí que te quedarías a dormir-protestó el ojiverde, una sonrisa maliciosa cruzó por el rostro de Hyoga.

 

-Ya sabes cómo es tu hermano, Shun-intervino el rubio acercándose al chico-No le agrada la mansión para nada-dijo tomándolo del hombro.

 

-Pero quiero que te quedes-dijo Shun de modo caprichoso.

 

-No Shun, de cierto modo Hyoga tiene razón, la mansión no me agrada-dijo con firmeza mirando de forma dura al chiquillo… éste lo miró entrecerrando los ojos y frunciendo el ceño, sin decir nada más subió molesto a su cuarto…-“Si me quedo… no se cuanto más pueda resistirme”-pensó dando un suspiro.

 

Ikki dio media vuelta para retirarse… antes de cerrar la puerta pudo ver que Hyoga igualmente subía… pero no le dio la menor importancia y se marchó.

 

Shun se encontraba tumbado en la cama boca abajo con los ojos enrojecidos por el llanto cuando el cisne entró.

 

-No llores-le susurró al oído mientras acariciaba su espalda-Aquí estoy yo…-añadió mientras mordía ligeramente el lóbulo de la oreja de Shun.

 

Éste reaccionó de inmediato y se incorporó, la sensación había sido extraña… eléctrica. Hyoga lo miró con una sonrisa maliciosa mientras lo tomaba de los antebrazos.

 

-Hy… Hyoga… ¿Qué… qué haces?-interrogó nervioso al sentir los labios del rubio sobre su cuello.

 

-Te quiero demostrar que él no es el único… el único que te puede dar… lo que deseas-dijo mientras pasaba su húmeda lengua por el cuello.

 

Andrómeda expulsó aire un poco agitado… pero aunque le agradaba la sensación… sabía que no quería hacerlo con él… cosa que cuando se lo hizo saber se molestó, aunque no se retractó de lo que tenía planeado…

 

Ikki se alejaba cada vez más del lugar cuando una extraña sensación lo sacudió de pies a cabeza… se quedó inmóvil unos minutos mientras que a su memoria vino la imagen del cisne subiendo las escaleras… un sudor frío le recorrió la espalda.

 

Hyoga había inmovilizado a Shun atando sus muñecas a la cabecera  de la cama…

 

-Te vez tan bello así-dijo mientras acariciaba el pecho desnudo de Andrómeda.

 

-Por favor Hyoga… suéltame… no quiero…-decía con voz cortada.

 

-No te preocupes, esto te va a agradar-dijo mirando con lujuria a su prisionero mientras lamía los suaves pezones de éste; sus manos iba abriendo camino entre las prendas que le había dejado. Desabrochó el pantalón e introdujo una de sus manos y le acarició su virilidad arrancándole un gemido.

 

Con lentitud lo despojó de sus ropas para tener más libertad de movimiento, el cisne miró lascivamente el desnudo cuerpo mientras él se desvestía… se puso sobre el jovencito, inclinándose lo besó introduciendo su lengua en su boca explorando cada húmedo rincón. Besó su cuello y lentamente lamió el cuerpo de Andrómeda hasta llegar al vientre y más abajo, lamió el sexo del muchacho produciéndole a éste un gran escalofrío y que se excitara de gran manera…

 

Desde el umbral de la puerta un atónito fénix veía la escena, tras un instante de confusión la furia se apoderó de su cuerpo acercándose al rubio y alejándolo de su hermano.

 

-¡¿Qué crees que estás haciendo?!-exclamó asesinándolo con la mirada; el cisne balbuceó algunas palabras sin sentido mientras Ikki soltaba a Shun-¿Estás bien?-le interrogó mientras éste lo abrazaba.

 

-Si… estoy bien-respondió ocultando su rostro en ese fuerte pecho.

 

-Y tú… ¿Qué demonios estas esperando para marcharte?-le dijo con gélida voz mientras cubría con una sábana a su niño.

 

Hyoga se quedó inmóvil, estaba petrificado; entonces Ikki se le acercó y lo tomó por el cuello-Estoy perdiendo mi poca paciencia… mejor lárgate antes que eso suceda… si es que sabes lo que te conviene-le susurra al oído con malicia pura.

 

-¿De… de que serías capaz?-se atrevió a preguntar dubitativo.

 

-No te gustaría saberlo-la advirtió mientras le entregaba su ropa y lo sacaba del cuarto de su hermano. Se sentó junto a éste y le acarició el rostro.

 

-¿Sa… sabes?-inició algo apenado-Me… me

siento… mmm…-el color carmesí aún no se iba de su rostro y su piel se sentía caliente-Algo… extraño…-dijo desviando la mirada-¿Te… te quedas conmigo?

 

Ikki sonrió al verlo así, apenado y sonrojado; le tomó las muñecas enrojecidas por las ataduras, las besó y poco a poco subió por sus brazos hasta el cuello sin dejarlo de besar.

 

-No creo que sea la persona más segura para que pases la noche-le susurró al oído rosándole la oreja con sus labios-Pues hay algo dentro de mí que no se por cuánto tiempo más podré contenerlo.

 

-¿Enserio crees que corro peligro contigo?-pregunta con una sonrisa maliciosa mientras se quita la sábana, dejando expuesto su deseable cuerpo-Estoy seguro que cualquier cosa que me hagas me va a gustar-añadió con picardía.

 

Ikki sonrió al ver que su hermano no era tan ingenuo como él pensaba.

 

-Ya te lo he advertido… luego no te vayas a quejar-dijo antes de empezar a mordisquearle el cuello; Shun dejó escapar un gemido, disfrutaba la sensación que los labios del moreno le producían.

 

El ojiverde comenzó a quitarle la ropa, besaba cada parte que dejaba al descubierto, provocando cierta sorpresa en su acompañante… así lo hizo hasta llegar a su cintura, donde desabotonó el pantalón con un ágil movimiento de su boca… bajó de igual modo la ajustada ropa interior del ojiazul, mostrando un miembro erecto por las sensaciones que le provocaba… Shun lo tomó primero entre sus manos, acariciándolo antes de recorrerlo con su húmeda lengua… el fénix gimió al sentir cómo su hermano se lo introducía en la boca mientras su lengua hacía movimientos que cada vez lo alteraban más.

 

Así estuvo hasta que el fénix se corrió en la boca del peli verde, éste lo miró como esperando a que lo juzgaran… Ikki sonrió complacido para luego tumbarlo en la cama, poniéndolo boca abajo.

 

-Creo que éste pequeño se comportó mal-le susurró mientras lamía su oreja, bajó por el cuello y espalda… sin aviso alguno le dio unas leves nalgadas, a las que el chico respondió con un gemido… acercó sus labios a su redondo trasero y lamió su estrecha entrada con movimientos rápidos y furiosos de su lengua.

 

Ambos chicos estaban acalorados… Ikki ya no podía detener las ganas de penetrar a su hermano… se incorporó un poco y comenzó a entrar en él… Shun al principio soltó un grito de dolor… pero después de sentir las rítmicas estocadas del moreno comenzó a gemir de tanto placer.

 

-Si… si esto me gano por portarme mal… creo… creo que me portaré así más seguido-dijo entre jadeos.

 

-Caya y disfruta-fue la contestación que recibió…

 

Después de correrse nuevamente ahora dentro de él se acostó en la cama  y el chiquillo se le recargó en el pecho…

 

-Ikki…  me has hecho muy feliz esta noche-dijo el chico mientras lamía uno de los pezones de su amante.

 

-Estás diciendo…-balbuceó.

 

-Que yo deseaba que me hicieras el amor-confesó sin poder evitar el ruborizarse.

 

-Jajajajaja-se rió el fénix.

 

-¿De qué te ríes? ¿Te burlas de mí?-pregunta ofendido alejándose de él.

 

-No me burlo de ti mi pequeño-dijo jalándolo y dándole un profundo beso-Es sólo que se me hace gracioso que te ruborices por confesarme que querías que te poseyera… y no te sonrojaste mientras te comías mi pene-añadió arqueando las cejas.

Shun nuevamente se sonrojó y se aferró al pecho del mayor mientras este le acariciaba el cabello… entregándose al sueño.   

 

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