Una sombra sobrevolaba los tejados empapados mientras intentaba ver algo a través de la cortina de lluvia. Vestía una camisa negra y unos pantalones del mismo color, aunque seguía descalzo. ¿Por qué lo buscaba? No sabía la respuesta. ¿Cómo iba a encontrarlo? Bueno, era su protegido… se suponía que le sería fácil… pero nada. Llevaba un rato sobrevolando las calles más cercanas al restaurante y no había encontrado su casa ni a él. De pronto, algo captó su atención: eran dos personas (por su forma dos mujeres) que intentaban colarse en una casa. Sasuke se posó sobre el tejado de la casa y, agachado para no ser visto, observó.
-… ¿estas segura de esto? –preguntó una voz, asustada.
-Claro que si… ese monstruo debe pagar. –el angel negro reconoció la voz de la chica que se le había acercado esa tarde en el restaurante, aunque no recordaba el nombre. Se dio cuenta entonces de que la chica del pelo rosa llevaba algo pesado en la mano y se acercaba peligrosamente a la ventana donde se veía al rubio al otro lado, intentando dormir. Su sangre comenzó a hervir y sin pensarlo dos veces, saltó del tejado para pararse tras las dos chicas. La otra, de pelo rubio (Ino-cerda) salió corriendo gritando:
-¡¡¡Fantasma!!! –pero Sakura se quedó parada del susto. Aunque no podía ver sus alas, era grande y la intimidaba:
-¿Qué haces aquí? –le preguntó con voz de ultratumba.
-Na…nada. –el angel se acercó a ella y la cogió por el cuello:
-él es mío. Como se te ocurra siquiera pensar en lastimarlo… te mataré. –de las manos de la chica resbaló el objeto que llevaba, que cayó al suelo. Después huyó de allí, sin mirar atrás. El moreno ni siquiera se paró a mirar lo que se le había caído, él solo buscaba la casa del rubio y ya la había encontrado. Se coló por la ventana (era muy hábil, la abrió y cerró en un suspiro) y miró al rubio. Estaba tapado hasta casi la nariz, temblaba, pero estaba dormido, porque tenía los ojos cerrados y respiraba de forma acompasada (o eso creyó).El otro se acercó hasta tener el rostro a escasos centímetros del de Naruto y lo miró: parecía en verdad estar muy sólo. Seguro que muchas noches había sentido que alguien en su ventana intentaba entrar y había deseado huir de allí, como él había soñado escapar de su prisión. En un acto que no pudo contener, acarició su dorado pelo, era lo más suave que había sentido. Pero esto, ya que el rubio tenía un sueño muy ligero, hizo que despertara (en realidad ya estaba despierto). Se incorporó y se separó de él.
-Siento haber entrado así, pero había alguien que intentaba colarse y.... –antes de que pudiera terminar, el otro, levantándose de la cama, se le echó encima y se abrazó a él, temblando.
-Lo sé, las oí en mi ventana. Gracias por salvarme…. –el otro lo abrazó, pegándolo a su cuerpo y le dijo. -No tienes por qué dármelas. Soy tu angel de la guarda ¿no?A Naruto no le dio tiempo a decir nada, porque sintió que una mano muy fuerte lo agarraba por la camisa y lo separaba bruscamente de Sasuke. A este no le dio tiempo a reaccionar. Cuando quiso darse cuenta, Naruto tenía un brazo alrededor de su fino cuello y una mano lo agarraba por la camisa. Intentó ver al agresor, pero estaba a contraluz. Si hubiera sido cualquier otro, sólo por su silueta recortada contra los resplandores de la tormenta, no lo habría reconocido, pero aquella silueta formaba parte de sus recuerdos y pesadillas y la reconocería en cualquier parte: era alto (un poco más que él) su túnica era negra, como su pelo largo (recogido en una coleta baja), sus ojos eran rojos, y sus alas de un gris apagado. Eran casi tan grandes como las de Sasuke, pero se veían más pequeñas debido a que estaban empapadas de lluvia. Casi ningún angel tenía suficiente poder como para que sus alas se secaran nada más salir del agua a la que habían estado expuestas, Sasuke era uno de ellos, pero no su hermano, Itachi. Este se bajó de la cama con Naruto aún cogido y rodeó a su hermano menor, hasta que este quedó entre la ventana y el angel gris. Sasuke estaba furioso. Odiaba a su hermano por haberlo traicionado y ahora venía a arruinarlo otra vez. Pero la voz grave de su hermano lo sacó de sus pensamientos:
-Hola, hermanito. ¿Cómo has escapado de tu celda? –“¿celda?” pensó Naruto.
-Tienes de los nervios al consejo de ancianos. No entienden como echaste abajo todas esas barreras mágicas.
-Largo de aquí, Itachi.-Pero que grosero eres, y yo que he venido a conocer a tu protegido. –mientras decía esto, acercó su rostro al del rubio y aspiro el aroma de su piel:
-es realmente muy hermoso.
-¿Solo has venido a esto, hermano?
-Claro que no, ¿crees que yo haría un viaje tan largo solo para recordarte que todo el cielo te busca? No, he venido para contarle a tu niño la verdad sobre ti…. para que se de cuenta de que yo soy mejor angel de la guarda. –aquello aclaró a Sasuke, sólo había venido para llevarse a Naruto. Pero los ángeles de la guarda no pueden llevarse al protegido de otro ángel por la fuerza. Pero, si le contaba su historia a Naruto, estaba claro que se iría sin pensarlo. Pero no se podía arriesgar a atacar a su hermano por miedo a dañar a Naruto. Se mordió el labio inferior, dándose cuenta de que estaba entre la espada y la pared. Su hermano se fijo en este gesto y con una sonrisa de superioridad, comenzó su relato:
-Oye, Naruto-kun, ¿conoces el pasado de Sasuke? –el rubio negó con la cabeza, apenas se acababan de conocer, no había tenido tiempo de saber nada sobre él, aunque en verdad quería conocer más cosas.... pero tenía claro que no de esa manera. Itachi siguió hablando:
-Yo te lo contaré, Sasuke estaba encerrado en una celda, atado por cadenas tan gruesas y tan pesadas que no podía estar de pie. Su celda estaba bajo la habitación donde se reúne el consejo de ancianos, y la puerta que cierra ese pasadizo estaba sellada, y rodeada de zarzas mágicas que impedían la entrada o salida de alguien. Y, ¿sabes porque? Porque violó la mayor regla que poseemos los ángeles, no importa nuestro rango, hay una regla para todos: no matar humanos. –los ojos de Naruto se dilataron, ¿significaba eso que Sasuke había matada algún humano? Sasuke, por su parte, desvió la mirada, no se atrevía a mirar los ojos del rubio. No soportaría ver el odio pintado en esos pedazos de cielo. El mayor de todos siguió con su relato: -Si, mató humanos, y no uno o dos, sino a toda una ciudad. Aquello fue horrible. Y, ¿sabes como fue? Bueno, Sasuke siempre a sido muy codicioso, siempre había deseado más poder y cuando fue ascendido a ángel de la guarda, no contento con todo el poder que ya poseía, robó una de las rocas de hielo, de las cuales, al fundirse este hielo, se obtiene el agua sagrada…. si, son la mayor fuente de poder del cielo. Y Sasuke robó una de las mas grandes. Pero cuando fue descubierto huyó al mundo humano, en donde creyó estar a salvo. Y entonces.... absorbió todo el poder de ese pedazo de hielo y su fuerza y poder aumentaron tanto que no pudo controlarlo y se desbordó. –Sasuke cerró los ojos, había oido esa historia mil veces, pero seguía sin creérsela. Se fijó en el rubio, que tenía la vista clavada en el suelo, asimilando cada palabra del otro ángel.
Itachi siguió, sólo quedaba el final de su historia:
-Cuando lo atraparon, el muy hipócrita juró que era inocente, pero fue llevado ante el consejo de ancianos, que debatieron qué hacer con él traidor. Kami perdió mucho poder con aquella piedra y murieron muchos humanos. Fue un crimen muy serio. Dos de los tres ancianos querían matar a Sasuke, hacerlo desaparecer. Pero al otro le preocupaba todo el poder y toda la maldad que había en su corazón. Temía que aunque lo mataran, todo eso hiciera que pudiera volver. Por eso lo encerraron, para mantenerlo controlado. Hermanito, nunca pensé que te escaparías, después de todo, pero como ya no tenías nada que perder, pues te daba igual donde estuvieras, ¿no? Y ahora dime, Naruto, ¿quién es mejor ángel de la guarda para ti? –por primera vez desde que estaba allí, Itachi lo soltó y se alejó de él. Había dejado dos charcos de agua de lluvia que había goteado de sus alas, pero eso no le importó. Ahora que había conseguido a Naruto, su plan sería más fácil de realizar. Naruto se había quedado entre los dos ángeles. Itachi lo miraba esperando una respuesta y Sasuke, bueno, él lo miraba y en sus ojos estaba pintado el temor de volver a estar sólo. Pero solo fue perceptible durante un segundo, después volvió a sus ojos esa expresión fría e indiferente. Naruto evaluó la situación: podía irse con ese ángel que le daba escalofríos o quedarse con Sasuke, un “asesino”…. Los dos ángeles se quedaron de piedra ante la elección del rubio. Este se giró y miró a Itachi, después dijo…
Continuará…