Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El ángel negro por Angel del Diablo

[Reviews - 192]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola^^ bueno, no se si al final la pagina desaparecerá o no (espero que no) pero mientras se decide, yo subo otro capi

Era tarde cuando Naruto despertó. Era sábado, por lo que no tenía clase. Eso estaba bien, porque tenía mucha tarea atrasada. Pero había algo que le inquietaba: aquella noche había tenido un sueño: soñó con Sasuke, que le pedía perdón, lo besaba y se iba. Aunque lo inquietaba bastante… solo había sido un sueño ¿verdad? Se incorporó y miró a su alrededor. Estaba solo.
-¿Sasuke? –llamó despacio. Pero no obtuvo respuesta. Se levantó y lo buscó por toda la casa. No había rastro de él por ninguna parte. Aún así, no quiso preocuparse. Era un ángel, seguro que tenía cosas que hacer. Igual que él. Se duchó y ordenó la casa un poco. El sonido del timbre evitó que se parara a pensar en su ángel, en aquel extraño “sueño” que había tenido y también evitó que se parara a pensar que quizás no volvería. Cuando abrió la puerta, allí estaba su amigo Gaara (chico pelirrojo, más alto que él pero de la misma edad. Vestía de negro y un tatuaje en la frente que no era lo único que llamaba la atención en su rostro, ya que también tenía ojeras, que resaltaban sus ojos aguamarina). Había venido a ayudarle con la tarea, habían quedado el jueves (último día que Naruto fue a clase). El chico entró y se sentó en frente del rubio, en la mesa del salón, y colocaron los libros sobre la mesa. Comenzaron a trabajar, pero al cabo de un rato, Naruto soltó el lápiz y dijo:
-es inútil. Este maldito problema de matemáticas es imposible.
-Naruto, creo que lo que te pasa es que no estás concentrado. ¿En qué piensas? –el otro desvió la mirada, no podía decirle en que pensaba… o, más bien, en quien pensaba.
-Yo… no pensaba en nada… es solo que… estoy inquieto. Eso es todo. –el otro lo miró, pero no quiso hacer ningún comentario. Estuvieron trabajando todo lo que quedaba de mañana, hasta la hora de comer. Naruto invitó al pelirrojo (sobre todo porque aún les quedaba tarea). Después de comer y fregar los platos, volvieron a la carga. Quizás fuera porque habían comido, o porque cada vez quedaba menos… el caso es que se les dio mucho mejor acabando un rato antes de que Naruto entrara a trabajar.
-Nee, Gaara, ¡arigatou por haberme ayudado tanto! –Gaara solo susurró un “de nada” y comenzó a recoger sus libros. Naruto los dejó en su cuarto, en una mesa y miró por la ventana. Aunque había nubes en el cielo, no parecía que fuera a llover. Tras recoger todos los libros, salieron de la casa, dirección al restaurante de ramen. Aunque ninguno de los dos lo había notado, una silueta se recortaba en el tejado de la casa de Naru. Era Sasuke, que había permanecido allí casi todo el día. Había estado pensando y ya había tomado una decisión. Abrió las alas y se fue volando al restaurante, tenía que hablar con Kakashi antes de que llegara el rubio. Cuando entró cogió al ángel blanco (que estaba hablando con Iruka tan tranquilo) y lo llevó a la habitación de los empleados.
-Tengo que decirte que… ya tomé una decisión. Pero antes, quiero saber algo: ¿Por qué me escogiste a mí? Sabías que no podría estar con él, y aún así has hecho que lo conozca. –el otro lo miró con enojo y casi le gritó.
-¿Por qué, por una vez, no confías en alguien? Ábrele tu corazón. ¿A qué tienes miedo?
-A ser rechazado. La última vez que confié en alguien me encerraron, me torturaron, me.... –Sasuke no pudo seguir. Kakashi se acercó y le preguntó:
-¿Crees que Naruto te haría eso? ¿Crees que él te rechazaría o te traicionaría?
-Yo… ya no sé qué pensar.
-¿Le has contado la verdad?
-¿Para que? Nadie me creyó cuando lo conté. Porque iba a ser distinto con él. –mientras decía esto a su mente llegó el recuerdo de lo que había pasado… dos años atrás…  

----------------FLASH BACK----------------

Sasuke caminaba por los blancos pasillos del edificio en donde se reunía el consejo de ancianos. Iba con su túnica negra, solo que estaba un poco ajada por la pelea que había tenido que luchar. Le llevaban con las muñecas atadas y una cuerda alrededor de su cuello, tirando de ella como si fuera un animal. Lo llevaban cinco guardias, dos a cada lado (formando un cuadrado) y otro delante que tiraba de la cuerda para que el moreno caminara. Tras estos caminaban Itachi y el único chico en quién Sasuke confiaba: era moreno, aunque con las alas y el pelo de un negro más claro que el suyo propio (Sai). Cuando llegaron hasta el salón en donde se reunía el consejo, se detuvieron y obligaron a Sasuke a hincarse de rodillas. Los tres miembros del consejo lo miraron: el primero, que estaba sentado a la izquierda era un hombre, unas líneas rojas bajaban desde sus ojos hasta casi el cuello, tenía el cabello blanco muy largo, vestía una túnica de color blanco y sus alas eran como su pelo (es Jiraiya). El anciano que estaba en medio de los tres era una mujer: tenía el pelo rubio, recogido en dos coletas, vestía una túnica también blanca pero sus alas era ligeramente doradas. Cabe destacar que tenía una delantera imponente y una marquita en medio de la frente (Tsunade-sama). El último de los ancianos era un poco más oscuro que los demás (ya sabrán quién es… ¿no?): tenía el pelo largo, negro, piel pálida y ojos de serpiente. Su sonrisa daba escalofríos y vestía una túnica de un blanco apagado, sus alas eran grises, tirando a negro. Los tres estaban acomodados tras una mesa enorme, y a cada lado de ella había varios guardias (los guardias visten todos visten un uniforme que consta de unos pantalones oscuros, botas altas y una túnica que les llega hasta los muslos. Las alas son blancas y llevan a la espalda una espada). En realidad, aunque ambos lucían jóvenes, tenían muchos años (se mantenían jóvenes porque eran muy poderosos). Tsunade fue la primera en hablar:
-Ángel negro Uchiha Sasuke, estás aquí acusado de violar una de las reglas más importantes impuestas por Kami a nosotros, los ángeles: matar humanos. ¿Es correcto? –Sasuke permaneció quieto, con la vista clavada en el piso, sin decir nada.
-¿Es correcto? –volvió a repetir Tsunade. Los guardias de Sasuke lo golpearon para que dijera algo. Ante esto solo soltó un:
-no.
-¿No? –intervino Jiraiya. -Entonces… dinos, joven angel, ¿qué paso?
-Yo… no lo recuerdo.
-Pues eso no es lo que nos ha dicho tu hermano. –volvió a intervenir Jiraiya. Sasuke miró por el rabillo del ojo a su hermano. Jamás le perdonaría lo que le había hecho. Le había traicionado, acusándolo de algo que nunca hizo. La voz de Tsunade lo sacó de sus pensamientos:
-Ángel negro Uchiha Sasuke, te condeno a morir. –ante esta frase, Itachi sonrió para sí mismo, su plan había funcionado. Sai intentó protestar, pero los guardias lo detuvieron. Aún así, dijo:
-¡No fue culpa suya! ¡El no hizo nada! ¡Le tendieron una trampa!
-¿Estás diciendo, ángel de la guarda Sai, que fue víctima de una trampa? ¿Acaso estabas allí para saber eso? –Tsunade no confiaba en ninguno de los dos ángeles, por lo que no se fiaba de lo que dijeran. Sasuke supo que con esa pregunta Tsunade intentaba también culpar a Sai. Por eso le gritó:
-¡Sai! ¿Qué estás diciendo? ¿Quieres que te castiguen alejándote de tu protegido? ¿Qué harás sin él? –golpearon a Sasuke antes de que pudiera decir más. Era el prisionero y no le estaba permitido hablar. Jiraiya hizo un gesto a los guardias y apresaron a Sai:
-Después decidiremos tu castigo… Sai. Por ahora, debemos ejecutar a Sasuke. –Tsunade estuvo de acuerdo, pero entonces una voz intervino:
-Podríamos matarlo… pero creo que es muy arriesgado –esa voz era de Orochimaru. Una voz oscura y grave que daba miedo (incluso sonaba un poco como de una serpiente).
-¿A qué te refieres, Orochimaru? –preguntó Tsunade. Sabía de sobra que él pensaba de manera más egoísta, pero de vez en cuando sus ideas eran lógicas.
-Me refiero a que si lo matamos… toda la maldad acumulada en su corazón y todo el poder que tiene se puede volver contra nosotros… es mejor mantenerlo encerrado. Será más seguro. –los otros dos lo consultaron. Era una idea buena y con cuidado para que no escapara… sería más prudente encerrarlo.
-Esta bien. Esta decidido: angel negro Uchiha Sasuke, te condeno a estar encerrado para siempre. –después de decir esto, Tsunade permaneció callada. Sasuke alzó la mirada y la miró, desafiante. No dijo nada. Le daba igual, lo único en lo que se paró a pensar antes de que lo arrastraran fuera de esa sala fue si a su amigo Sai le pasaría lo mismo que a él. Si serían tan crueles con él. Esperó que no, puesto que él sí tenía una vida… y sí tenía alguien por quién vivir.    

----------------FIN FLASH BACK----------------

Sasuke miró a Kakashi, por su culpa había recordado cosas dolorosas de su pasado. Había vuelto a recordar el momento en el que su vida terminó. Pero eso no le impidió sonar frío e indiferente cuando le dijo:
-Me voy. No quiero que Naruto sufra teniéndome a su lado. Kakashi sonrió bajo su mascara, pero solo contestó cuando Sasuke estaba saliendo por la puerta:
-¿Crees que él preferirá perderte a que te quedes a su lado? Piénsalo, Sasuke, puede ser el ángel que has estado buscando. –sin mirarlo, el moreno dijo:
-Yo no busco ningún ángel. –Cerró la puerta tras él, pero se escondió la ver que Naruto estaba fuera del restaurante, despidiéndose de su amigo. El pelirrojo se volvió y Sasuke pudo verle la cara. Se quedó helado al reconocerlo:
-pero si es.... –tuvo que concentrarse y desaparecer entre plumas negra. Pero el rubio alcanzó a ver algunas en el suelo, junto a Kakashi, que había salido de la habitación. Esperanzado, se acercó a él y le preguntó:
-Sasuke ¿ha estado aquí? ¿Te ha dicho algo sobre… mi? –bajó la cabeza para que su flequillo le ocultara los ojos. No quería que viera el miedo que tenía de que Sasuke lo dejara solo. El otro sonrió y le acarició el pelo, después dijo:
-No te preocupes. Estoy seguro de que no te dejará solo. Porque igual que tu pedías un ángel… él también lo hacía. Sólo que en silencio.
-Pero… yo no soy un ángel.
-Si lo eres, eres un ángel de esperanza.
-¡Naruto! –llamó Iruka -Los clientes están esperando, ¡date prisa! –el rubio se alejó del otro ángel y se concentró en su trabajo. Al menos por un rato no pensaría en el angel.  
El rubio salió tarde de su trabajo. Se empeñó en estar hasta que ya no quedaba nada por hacer. Iruka casi había tenido que echarlo. Cuanto más se acercaba a su casa, más miedo sentía de entrar. No quería volver a quedarse solo. Después de conocer a Sasuke, no sabía si podría o no volver a soportar de nuevo la soledad. Cuando entró, todo estaba en penumbra. Sólo la tenue luz de la luna entraba por la ventana. En realidad, algo en su cabeza le había dicho que no habría nadie, pero él quería confiar en su ángel de la guarda. Abatido y triste, se puso el pijama y se acostó. Cerró los ojos y estuvo un poco de tiempo dando vueltas en la cama. No podía dormir y cuándo estaba a punto de levantarse para tomar un vaso de leche, oyó como abrían la ventana. Se quedó quieto mientras el intruso entraba y volvía a cerrar. Entreabrió un poco sus ojos de cielo y pudo ver, a través de sus pestañas, que el intruso era… Sasuke. Aún así, no se movió. El moreno se arrodilló junto a la cama y colocó su rostro a la altura del rostro del rubio, que mantenía los ojos cerrados. Después comenzó a hablar:
-¿Por qué? Yo nunca he tenido a nadie. Siempre he estado solo, he tomado mis decisiones y no me ha hecho falta nadie. Incluso mientras estaba encerrado sabía que nadie me echaría de menos. Si yo nunca he necesitado a nadie… ¿Por qué me haces tanta falta? ¿Por qué no puedo irme? ¿Por qué vuelvo aquí, preocupado, a velar por ti? –el moreno se había acercado tanto, que su voz era apenas un murmullo. A pesar de eso, Naruto no se perdió ninguna de sus palabras. El ángel siguió:
-No entiendo. Yo… debería irme para siempre de tu lado. Debería hacerlo… pero ya no quiero.
-Entonces –contestó el rubio.-No lo hagas.  –abrió los ojos y ante esto, Sasuke se puso de pie y se alejó de él. Pero Naruto se levantó y lo agarró del brazo.
-Sasuke… ¿Por qué dices que debes dejarme? Yo no quiero que lo hagas. –el moreno desvió la mirada y respondió:
-Yo… he hecho cosas que ni siquiera sabes. Soy un ángel negro. No te merezco… yo no –pero Naruto lo interrumpió con un beso. No quería oír nada de lo que había dicho. No quería quedarse solo:
-Sasuke –susurró cuando se separaron. -No me importa. Cuando quieras decírmelo, estaré aquí para escucharte. Pero por favor… no me dejes. –Sasuke supo, cuando lo miró a los ojos, que ya no podría vivir sin él. Había quedado atrapado en esos ojos. En su voz… en su pelo suave y dorado. Lo abrazó de forma posesiva, pegándolo a su cuerpo. Naruto correspondió al abrazo y le susurró:
-Quédate, esta noche, conmigo. –Sasuke lo cogió en brazos (estilo nupcial) y lo besó, mientras lo tumbaba en la cama. Cuando se separaron para respirar, Naruto le susurró:
-Quédate, para siempre, conmigo. –sellaron aquella promesa con un beso suave, puro, en el que ambos prometieron no separarse nunca. Después de eso, Sasuke le quitó a Naruto la camisa y el rubio hizo lo mismo al ángel mientras se besaban de forma más intensa…  

Continuará…

Notas finales: en verdad espero que la pagina no desaparezca y que sigan leyendome!! gracias por sus rr!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).