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El ángel negro por Angel del Diablo

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Notas del capitulo: Hola! ya estoy aqui otra vez^^ se que dije que hasta que no hubiera 20 reviews no actualizaría... pero es que me hizo muy feliz que mi nee-san pasara por aqui y por eso... pues aqui les traigo el siguiente capi!!!

Cuando el angel terminó de contarle su plan al negro, este no pudo evitar hacer una mueca (hacía tanto que no sonreía que ya no recordaba cómo se hacía).

 

-¿De que te ríes?

 

-En resumidas cuentas: ¿dejarás que me vaya de aquí, asumiendo tú todas las consecuencias, si a cambio yo cuido de un crío solitario durante una semana? ¿Dónde esta la trampa?

 

-No hay trampa, Sasuke, si consigues que en esa semana al chico no le pase nada y si además matas a la soledad que le acompaña, después podrás hacer lo que quieras.

-Solo hay una cosa que quiero.

 

-No, no me lo digas aún. Sólo dime si aceptas o no. –el angel negro lo miró, intentando encontrar la trampa, pero quería salir de allí, estaba aburrido:

-esta bien. Acepto.

El otro ángel sacó de debajo de su túnica blanca unas llaves, con las que abrió la celda y le quitó todos los grilletes. En cuando le soltó el último, se dejó caer al suelo. Tenía el cuerpo entumecido por la misma postura durante tanto tiempo.

 

-¿Puedes salir de aquí?

 

-Claro, me muero por salir. Pero, ¿podrás sacarme?

-Déjalo de mi cuenta. Pero antes ponte esta túnica.  –le sonrió y extendió las alas, de un blanco inmaculado y comenzó a batirlas, haciendo que parte de las plumas se desprendieran y los envolvieran. Para cuando Sasuke se dio cuenta de cómo se iban a ir era ya tarde:

 

-¡No! Odio viajar así!!

 

-Agarrate a algo, que nos vamos!!! –Sasuke sólo pudo ponerse en pie con dificultad y fulminarle con la mirada.   Naruto abrió los ojos cuando algunos rayos de sol le dieron en la cara. Estaba de rodillas, apoyando la cabeza en la cama. De pronto recordó que se había quedado dormido mientras rezaba…. Y ni siquiera había puesto el despertador. Era ya muy tarde para intentar ni siquiera llegar a clase. En su rostro había restos de lágrimas. Se frotó los ojos y miró a su alrededor. Todo estaba como lo había dejado. Se levantó y miró la hora…. 12:09. No le apetecía ir a las clases de la tarde, a sí que estuvo hasta la hora de irse a trabajar entre comer, ducharse y limpiar un poco la casa. Pero cuando aún faltaban dos horas, decidió irse con Iruka-sensei. De camino al restaurante iba cabizbajo y desanimado. Había dormido mal y no se encontraba de buen humor, pero sonrió como pudo al entrar dentro del restaurante. Pero Iruka-sensei estaba nervioso y no se fijo en la falsedad de la sonrisa del rubio. Caminaba de arriba a abajo sin prestar atención a nada.

-¿Qué pasa, Iruka-sensei?

 

-Naruto, no me había fijado en que estabas ahí. Hola.

 

-Ya… “no suelen darse cuenta de que estoy aquí”

-Estoy esperando a alguien… pero todavía no llega. –pero era raro que no esperara en la puerta, y que mirara en todas partes.

-¿Quién… –pero entonces empezaron a caer plumas. Cayeron algunas de un blanco muy puro alrededor de Iruka, pero hubo algunas que cayeron junto a Naruto. Y eran de un negro precioso. El rubio cogió una de ellas, y se la llevo al rostro, para sentir su suavidad. La guardó en un bolsillo de sus pantalones. Pero después de esas plumas, cayeron dos cosas mucho más grandes y pesadas, dos personas. Una de ellas calló, bueno se dejó caer, suavemente junto a Iruka. Naruto se fijó en que tenía el pelo plateado, vestía una túnica blanca con unas sencillas sandalias marrones y ocultaba su rostro con un pañuelo, pero lo mas curioso era que tenía… no sabría decir cómo, pero un segundo después estaba tirado bajo el cuerpo de otro chico. Este era moreno, tenía una piel muy pálida y unos ojos negros llenos de ira. Miraba al otro con ganas de matarlo:

 

-Kakashi!!! Sabes que odio viajar así!!!

 

-Tranquilo, hombre, que no ha pasado nada. –el otro no le prestó atención porque sintió bajo él un calor que no había sentido antes. Era tierno, y reconfortante. Él era frío desde siempre y cuando cayó sobre aquella fuente de calor, quedó desconcertado. Se fijó y vio a un chico. Era rubio, tenía los ojos claros y estaba sonrojado. “Tal vez por eso siento tanto calor” se levantó de encima de él, pero se quedó sentado en el suelo. Cuando Naruto se incorporó, solo pudo ponerse de rodillas, porque el otro colocó una mano sobre su mejilla. Sasuke lo hizo sin pensar, sintió en su mano como ardían las mejillas del rubio, pero no era como el calor que solía sentir de los mortales… era más puro... Se acercó más a él, pero se perdió en su mirada.

-Ejem... –el otro angel se había acercado al moreno y lo tomó por el brazo. -Te agradecería que no hicieras eso. –le susurró. Sasuke sólo miró para otro lado y se soltó del agarre del angel. Naruto se levantó, pero no hizo nada más, porque se dio cuenta de que ambos chicos tenían unas alas enormes. Retrocedió, alarmado, pero Iruka-sensei lo detuvo: -Naruto, quiero presentarte a alguien.   Naruto estaba con la boca abierta. Le habían obligado a sentarse en una de las mesas del restaurante, frente a Iruka, que estaba sentado junto a su angel de la guarda (según le habían explicado) que se llamaba Kakashi. Pero lo peor era que estaba al lado del otro angel. El de alas negras, que por cierto, vestía una túnica que parecía muy vieja. Estaba deshilachada y parecía a punto de hacerse polvo. Además, iba descalzo. Según ellos era su angel de la guarda, pero no parecía que le cayera bien. Por suerte para el rubio, pronto abrió el restaurante y estuvo muy ocupado. Pero Sasuke no le quitaba los ojos de encima. “Por Kami, no me quita los ojos de encima. Me pone de los nervios” pensó el rubio, mientras hacía lo posible para concentrarse en su trabajo. “No entiendo como me dejó tan desconcertado” el moreno no le quitaba ojo a su protegido. Aún no sabía porque había sentido como su corazón latía tan calido. No recordaba la última vez que lo había hecho así.   De pronto, una chica se puso a su lado. Él estaba parado en la esquina más apartada, pero la chica había ido hasta allí.

-Hola –dijo.-Me llamo Sakura. ¿Quieres comer algo conmigo? –mientras decía esto, se le agarró del brazo, tirando de él para que lo acompañara. Sasuke sintió frió, lo que normalmente le hacían sentir los humano. El frío de sus egoístas corazones, corazones que solo se dejaban llevar por lo que querían, sin importar lo que tuvieran que hacer para conseguirlo. La miró con desprecio y dio un tirón al brazo, para deshacerse de aquel contacto tan desagradable.

-Déjame en paz. –la chica lo miró con mala cara, pero se alejó. El resto de sus amigas se rieron cuando se sentó de nuevo en la mesa. Pero Sakura no les hizo caso, siguió mirando al joven. Entonces se dio cuenta de que no le quitaba los ojos de encima al camarero. Al monstruo. Sakura lo fulminó con la mirada cuando pasó por su lado, y, como iba distraído intentando que no se le volcara la bandeja, no vio que la joven había puesto su bolso en medio, por donde iba a pasar. Y como era de esperar, tropezó, cayó al suelo y tiró la bandeja. En ella iban dos cuencos de ramen: uno cayó al suelo, el otro al bolso de Sakura. Esto la hizo enfadar:

-¿Qué has hecho? ¡¡Monstruo!! –cogió su bolso y se largo seguida de sus amigas, que se rieron de él al pasar por su lado, y no pagaron lo que habían consumido. Naruto se levantó del suelo, aún sentía el odio con que Sakura lo había llamado: monstruo. También oía los murmullos de los clientes: “eso pasa por contratar a un monstruo” “dicen que amenazó al pobre Iruka para que le diera trabajo”. El rubio recogió las cosas, las dejó en la barra, pidió disculpas y le dijo a Iruka-sensei:

 

-Lo siento. No me encuentro bien. Si no te importa, me iré a casa. No hace falta que me pagues el día. Adiós. –al dueño del restaurante no le dio tiempo a hablar. En un abrir y cerrar de ojos se había cambiado y ya salía por la puerta. Sasuke se quedó allí, sin saber si ir tras él o matar a la niñata esa. Kakashi se le acercó:

-¿Qué haces aún aquí? Es tu protegido… ¡ve con él!

-Pero antes deberías cambiarte de ropa. –intervino Iruka.

-Puedes coger algo de la habitación del fondo. Y deja aquí la túnica. Yo la arreglaré. El moreno no dijo nada, solo se dirigió a la habitación.  

 Continuará…

Notas finales:

Muchisimas gracias a las maravillosas personitas que me dejaron un review.... y les pido que me dejen otro para saber en qué mejorar o si les gusta o no.

De nuevo gracias por leer!! cuidense mucho y hasta el proximo capi!!


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