Han pasado tal vez tres meses desde la última vez que vi a Tezuka, desde que esa maldita expedición nos “rescato” a Yuuta y a mí, tres meses encerrado en mi habitación a solo pan y agua, castigo que me impuso Joe son contemplación esperando a que aborte naturalmente al hijo que llevo dentro, el hijo Tezuka.
En estos meses lo único que he hecho es llorar en mi habitación, esperando a que Tezuka no tardara en venir por mí, esperando que no le hicieran daño al hijo que llevo dentro. He corrido con mucha suerte acerca de la cuestión de mi embarazo, mi padre ha hecho hasta lo imposible para que mantenga al hijo que llevo dentro, Yuuta ya le había comentado acerca de lo ocurrido y mi padre no escatima en gastos para mi bienestar y el de mi hijo, así también corro con la suerte de que mi futuro esposo, dijo que no le molestaba ser el padre del pequeño, lo acepto con los brazos abiertos, pero internamente deseaba que nuestro casamiento no se llevara a cabo.
Atobe y yo nos habíamos vueltos buenos amigos desde que volvía a casa, él y yo entablamos una amistad muy fuerte, más que nada debido al casamiento que se avecinaba y el General Atobe no quería tomar las cosas por obligación, quería tomar las cosas con placer y si era necesario que en nuestro matrimonio fuéramos amigos, así seria. Nos volvimos muy confidentes, llegue a comentarle del amor que tenía por el padre de mi hijo y el llego a decirme “afortunado es aquel a quien tu amas y por el que eres correspondido pues el amor verdadero te puede salvar de esta maldición ” así también él me había confesado que sentía un amor muy fuerte por cierto chico de cabello anaranjado y mirada dormida, Atobe estaba enamorado de un joven que conocía, su nombre es Jirou, él y yo años atrás fuimos compañeros en literatura en una de las casas de mis profesores particulares, extrañamente Jirou y yo teníamos los mismos gustos por leer y salir de la realidad que nos abrumaba, en su caso tenía que ver con el casamiento obligado de su hermano mayor, quien inmediatamente de casarse fue obligado a irse a una isla al norte, Jirou lloro mucho esa perdida y en ese tiempo yo esperaba no me ocurriera lo mismo.
A pesar de la falta de alimento para mí y mi bebe, de los constantes gritos y maltratos de Joe así a mí, siempre miraba por la ventana esperando que todo en la isla estuviera bien, recuerdo que escuche muchos disparos cuando a Yuuta y a mí nos sacaron, me daba temor llegar a pensar que Kunimitsu había muerto o salido mal herido, pero se había tardado mucho en mi rescate, ya habían pasado tres meses, estaba preocupado, pero también surco por mi cabeza la idea que en verdad nunca fue importante para Kunimitsu, más que solo un juguete con el que se divirtió, esperaba que no fuera así, esperaba que mi vida pronto diera de nuevo ese giro que lo cambiara todo y volver a estar al lado de mi amado, algo que espere por tres meses y esperaba que sucediera antes de mi casamiento.
Las campanas sonaban estruendosamente, para mí, si bien era una hermosa melodía, puesto que era el típico campanear que la iglesia usaba para celebrar un venidero matrimonio, pero para mí era el que usaban para los funerales, estaba a menos de una hora de casarme, con alguien que no amaba, que prefería de tenerlo como amigo, así como paso en los meses anteriores a esto, que prefería que fuera feliz con Tezuka y no por el dinero que nuestras familias poseían, Atobe era bueno, al menos eso puedo agradecerle a Joe, que me emparejo con una persona algo arrogante pero de buen corazón, después de todo, no todos en este mundo son así, Joe es la prueba irrefutable de lo más que va este mundo.
Me habían vestido los sirvientes con un traje blanco, bordado con algunas joyas menores, sabía que era idea de Joe que no fuera tan elegante, todo de blanco y con una corbata morada, según se yo el morado marcaba ni más ni menos una marca que llevaría de por vida marcando así que era una bastardo y que mi prole también lo seria. Atobe vestía un traje café oscuro, se veía deslúmbrate, poco más el mismo sol lo iluminaba, pero para mí no era el amor de mi vida o quien querría casarme, era solo el capricho de Joe
La ceremonia inicial se celebró bastante rápido, una comida con la familia completa donde se presentaban todos los miembros, una tradición bastante milenaria según mi padre, la segunda fase de la ceremonia era el casamiento por iglesia, quería huir de aquello, pero no podía, Joe no se separaba de Yuuta y me amenazaba que si no cumplía con mi deber le aria daño, tenía que proteger a mi hermano pase lo que pase, debía arriesgarme a casarme con alguien a quien no amaba.
La ceremonia religiosa comenzó casi sin retrasos, primero la santa misa donde el padre leía la biblia y varios pasajes de esta para recalcarnos a los casados que no debíamos contradecirla, y siguió así hasta el momento de la llamada promesa.
-Atobe Keigo ¿aceptas por esposo a Fuji Syusuke?- pregunto el sacerdote con bastante tranquilidad.
-Acepto- dijo en tono serio pero algo indeciso ante sus palabras.
-Fuji Syusuke, ¿aceptas por esposo a Atobe Keigo?- me pregunto mirándome con seriedad.
-Acepto- dijo tristemente.
-Si alguien se opone a esta unión que hable ahora o calle para siempre- dijo levantando las manos, mire hacia atrás, nadie se atrevía a decir nada hasta que…
-YO ME OPONGO- se escuchó un fuerte grito, seguido hubo una explosión.
La iglesia se llenó de un denso humo negro, casi no podía respirar hasta que sentí que alguien me tapaba la boca con un pañuelo, abrí los ojos con sorpresa y me di con el cuerpo de un pirata ejemplar, Tezuka había llegado para salvarme, había llegado por mí, tenía una gran venda en su mano izquierda, pero eso no le era impedimento para sus planes, me levanto en brazos a toda prisa y comenzó a correr hasta la salida de la iglesia donde estaba un caballo esperándonos. Comenzó una larga corrida, mire hacia atrás, estaba sorprendido, atónito con lo que ocurría, para mi alivio atrás venia Yoshiro con mi hermano en brazos, quien le abrazaba.
Los guardias de la familia Atobe comenzaron a seguirnos, aun no sé cómo, pero Yoshiro y Kunimitsu se metieron entre las calles del pueblo, doblaban cada tanto, perdiendo en el trascurso a los guardias que venían al final, para mi sorpresa casi media hora después de cabalgar perdimos a los últimos guaridas y Kunimitsu acelero el cabalgar para adentrarse hasta el bosque más cercano y comenzó un rápido recorrido por el, que tardo otros quise minutos en terminar, cuando me di cuenta llegamos a una playa, donde había un bote esperándonos, en el estaba Eiji y Oishi preparados para temar hasta donde estaba nuestro barco.
-Nya Fujiko que bueno que estas bien- dijo abrazándome- y ese traje.
-Me iba casar, pero Tezuka llego justo a tiempo- dijo abrazándolo- gracias.
-Disculpa la demora- me dijo sonriendo- uno de esos oficiales me disparo y una bala se me incrusto en el brazo y perdí mucha sangre, tuve que esperar a que sanara para venir por ti.
-No hay cuidado- dije recostándome sobre su pecho.
-Todo por ti- me susurro.
-Aniki- me dijo mi hermano mirándolo seriamente.
-Aún es pronto- dije haciendo puchero.
-¿Pronto para qué?- pregunto Tezuka seriamente- ¿Te han hecho daño en el tiempo que no estuve?
-No…bueno, si Joe, pero el resto de la gente me trato bien- dijo sonriendo.
-¿Qué me ocultas?- me dijo molesto.
-Yo…-dije nervioso- estoy embarazado.
-¿de quién?- dijo indignado- maldito degenerado…
-De ti- sonríe con su muestra de celos- llevo ya tres meses…
-Tres ¿seguro?
-Sí, no me he acostado con nadie más, eres el padre de mi hijo- dije sonriendo.
-OISHI, KIKUMARU APRESUREN EL REMADO, TENEMOS QUE LLEGAR LO ANTES POSIBLE AL BARCO, MI AMADO Y MI HIJO NO CORRERAN RIESGOS- grito levantándose en el pequeño bote, a lo que los dos le obedecieron.
Llegamos al barco en un santiamén, este estaba dentro de una cueva en medio de un acantilado, nos subimos apresuradamente, ya que Tezuka consideraba peligroso que tardáramos más de lo necesario, al subir todos nos recibieron entre abrazos y sonrisas, el chico con quien Yuuta peleaba le dijo que lo necesito estos tres meses para apostar, a lo que Yuuta solo sonrió asintiendo. Tezuka me llevo directo al camarote donde me recostó, seguido mando a que me hicieran una abúndate comida mientras me acomodaba en la cama.
-Debes de estar relajado, tranquilo, bien alimentado- dijo seriamente- será nuestro primer y único hijo, deberé cuidarte mucho.
-No te preocupes, nada dice que este embarazo termine mal- le sonreí tranquilo.
-Syusuke quiero que estés en cama, Yukimura ya perdió tres bebes desde que es pirata, este será el primer y único hijo que tendremos, te cuidare con mi vida si es necesario- dijo recostándose a mi lado- tendremos a este bebe y seremos muy felices de ahora en más.
-Así será- asentí tranquilo.
Las horas pasaron tranquilamente, miraba por la pequeña ventana como cambiada el horizonte cambiaba de color de un cielo azulado a un rojizo anaranjado, Yukimura entro a la habitación de pronto, se veía contento, miro a Tezuka por unos segundos, este estaba durmiendo, se sentó a un lado de la cama y se quedó mirándome.
-Ya me contaron la noticia, felicitaciones- dijo sonriendo.
-Gracias- sonreí- admito que me tomas de sorpresa ¿Quién te ha contado?
-Tu hermano lo anda divulgando.
-ESE YUUTA- dijo mirando molesto.
-No te enojes con él, está emocionado por ser tío ¿Cómo se ha comportado él con todo esto?
-Bien, de sobre protector.
-Es normal- dijo seriamente- será el único hijo, como pirata él sabe lo difícil del oficio, yo he perdido más de un hijo, y este es posiblemente el único que podrán tener, es entendible, maldito sea Shiraishi por lo que hizo, juro que me vengare por ti.
-No hace falta, estoy bien, sano y salvo, mi hijo nacerá en seis meses- dijo sonriéndole con agrado- tengo a el amor de mi vida cuidándome, a mi hermano y un cuñado, mis amigos…compañeros.
-Como el mayor en mando aquí, juro que todo el barco te protegerá- dijo seriamente- por cierto ¿Te molestaría que tu hijo tenga un amigo?
-Para nada- sonreí.
-Estoy de dos meses- sonrió complaciente
-Felicidades, pero el que debería cuidarse más en este caso, serás tú- dije mirándolo con intriga.
-cinco segundos.
-¿Qué cosa?
-Dame cinco segundos.
Nos quedamos mirándonos un rato, no entendía a qué se refería y él sonreía sin más, de pronto, justo como el dijo, cinco segundos después apareció Sanada, lo agarro de la cintura levantándolo y llevándolo a sus brazos, luego sin más se lo llevo, sonreí ante aquello, y Yukimura antes de salir se despidió con la mano.
Tezuka se desperezo de pronto, le miro con cierta dulzura y luego le abrase, el me correspondió el abrazo y me beso en la frente. De pronto sentí nauseas, me tape la boca rápidamente y percibiendo lo que significaría me llevo hasta la ventana y agarro con fuerza, vomite todo lo que tenía, lo que había comido en la cena familiar y luego Tezuka me regreso a la cama.
-Descansen- me dijo en susurro.
-Señor, tenemos un problema- dijo Oishi entrando de repente.
-Dime- dijo prestándome más atención.
-La guardia imperial se encuentra al norte, al parecer vigilando la isla- dijo seriamente.
-¿Qué cosa?
-Eso nos dijeron a Eiji y a mí unos pueblerinos, recomiendo que nos quedemos en alta mar hasta que pase el peligro, no queríamos decirte antes, debido a que estas…
-Debieron decirme antes- dijo enfadado- no podemos volver a casa por el momento.
-Tenemos contactos que a su vez tienen contacto con la guardia imperial en otras islas y poblados, podemos pasar desapercibidos en varias islas, hasta que sea seguro volver.
-¿Dónde estamos más cerca?
-De la isla Ko-samui, tardaremos un día en llegar allá- dijo sonriente.
-La isla del eterno verano he, ¿Qué dices Syusuke?
-Me agrada la idea, unas vacaciones- dije sonriendo abiertamente.
Llegamos a una isla muy al sur, el barco se movía con lentitud hasta ella, pero gracias a los acantilados y alguna que otra isla lejana llegamos como si nada a aquella isla extraña, la que se llamaba “La isla del eterno verano”. Para ser sincero jamás creí que eso existiera hasta que la vi, para nuestra suerte era una isla manejada por piratas, una isla donde se podía conseguir armas de todo tipo y a precios convenientes para maleantes de mar.
Bajamos casi de inmediato y todo mundo se nos quedó mirando, algunos susurraban “llegaron ellos” algo temeroso le pregunte a Tezuka debido a esos comentarios, el solo me respondió que era algo normal a lo que tendría que acostumbrarme, puesto que las hazañas que nuestro grupo realizaban eran además de arriesgadas de gran renombre.
Después de mucho caminar llegamos hasta unas casas, al parecer de barro donde nos dividimos, cada quien se separó y entramos en ellas, Tezuka hablo con la encargada de la casa a la que entramos, esta solo sonrió y nos llevó directo a las habitaciones.
-Descansa- me dijo llevándome a la cama.
-Tenemos mucho poder he- dijo con sarcasmo, si bien era cierto, aunque más parecía que nos tenían miedo.
-Somos un grupo de piratas de mucha influencia, todo pirata sabe de nuestras hazañas, algunos nos temen, otros nos admiran, incluso hay quienes nos odian, es normal, hemos surcado por más de cinco años los siete mares, somos adolecentes con grandes habilidades, al menos aquí no nos faltara nada por buen tiempo, cuando la guardia imperial se acerque nosotros ya estaremos lejos.
-Tienen muchos contactos- dije admirado.
-En más de 150 islas Syusuke, casi en todos los continentes, nadie nos tiene más respeto que los mismos piratas, mientras somos presas de caza recompensas…
-¿Conoces a alguno?
-¿Recuerdas al que te disparo? Ese es uno se llama…Kuranosuke… Shiraishi, si ese, antes quería mi cabeza, me entere que ahora quiere la tuya debido a que no te moriste la vez que te disparo.
-Maldito, pos su culpa no tendremos más hijos- dije con enfado.
-Tranquilo, lo importante ahora es descansar, nuestro hijo necesitara mucho descanso, buena alimentación- dijo acostándose sobre mí, luego se paró en seco- no, no debo, lastimaría al bebe…
Le tome con delicadeza su rostro, luego lentamente comenzamos a besarnos en los labios, sus manos agiles comenzaron moverse, primero quitándome la camisa, luego el pantalón, se sentó sobre mí para quitarse la camisa y desajustarse el pantalón, rápidamente volvió a besarme en los labios. No paso mucho rato hasta que sentí sus manos en mi entrepierna, sacándome la ropa, interior mientras se frotaba frenéticamente contra mi cuerpo, de un momento a otro lo sentí entrar, lo hacía lentamente y con cierta sensualidad, que no lo creo contenerme y termine llenando su mano de semen, mientas el después de algunas pocas envestidas llego al éxtasis, cuando sentí que me volvía a llenar de su esencia y termino por acomodarse a un lado de la cama.
Continuara: