Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Scars por katzel

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Yo te amaba.

No tengo vergüenza alguna en admitirlo.

Aquello fue verdadero, real y único.

Te amaba.

Pero me equivoqué desde el principio hasta el final.

 

La primera razón por la que me sentí atraido hacia ti fue tu belleza.

Qué puedo decir, siempre he tenido debilidad por los objetos celestiales y misteriosos hechos de fantasía.

Ante ti me sentia como un pequeño mortal empequeñecido por tu risa e ilusionado con el manantial de sentimientos que brotaba libremente desde tu corazón.

Y no sólo eras bello.

Sino que me cautivaste con tu completa inocencia respecto a tu propia hermosura.

... y además en ese entonces tú también me amabas.

 

No puedo creer que los de aquellas imágenes y aquellos recuerdos hayamos sido tú y yo.

Tampoco puedo negar que vivimos una historia de amor.

 

En esos primeros tiempos yo era un cazador de sueños que intentaba distinguirme aún del resto sin mayor éxito.

Me consumía en el fuego de mi arte tratando de hallar las palabras exactas para pintar el dolor, el amor y la agonía de mis personajes.

Y tanto así estimaba el único regalo que me fue dado desde mi creación, tan obsesionado estaba con reflejar los días irreales de aquellos fantasmas...

... que cometí el error más terrible que un hombre enamorado como yo podía cometer.


Dejé de mirarte.

Nos alejamos.


Entregado a otro rumbo empecé a trascender los límites de nuestro amor.

Pronto me di cuenta de que había dejado tu mano embebido con la promesa de un mundo que no existía.

Fui en tu búsqueda.


Al volver todo había cambiado.

Nuestro amor seguía allí, pero en mi ausencia te habías transformado en otro.

Era el momento de terminar.

Pero tercamente insistí en que ese eras tú y que todo podía volver a ser como antes.

No me resignaba por que estaba perdidamente enamorado de ti.

Empecé a sentir todas las emociones de mis personajes una tras otras pasando de la felicidad a la desgracia y viceversa.


Ya tenías otro.

El alocado y joven amante hecho a tu medida.

Quien no tenía límites en su desenfadada manera de pecar.

Y mi orgullo herido gritaba que deb{ia alejarme para siempre.


Pero no pude.

Estaba ya domesticado.

Y que tú no seas mi dueño era algo tan terrible como arrancarme la vida.

Lo intenté con verdadera zaña.

Alejarme y volar...

Nada daba resultado.


Para eso debía destruir la imagen de criatura de cristal que había forjado de ti.

Te seguí a los lugares secretos con puertas y paredes de colores.

Y fui testigo de tu escandalosa pasión.

Cierto era que ya no me pertenecías y en tu libertad podías tomarte tales lujos.

Pero lloré por que pensé que tan poco había significado para ti que cuando te entregabas con tal delicia a su cuerpo ni siquiera parpadeabas pensando un poco en la triste sombra que dejabas atrás.

Él y yo eramos muy diferentes...

Vaya que lo éramos.

Cómo pudiste tú, mi gran amor caer en sus garras, es algo que nunca entenderé.


Además que eras precisamente tú quien no deseaba mi lejanía.

¿Eras tan malignamente egoísta que deseabas que siguiera girando a tu alrededor?

No quise atreverme a pensar en eso.

Pero pronto descubrí que había otros.

Eras el sol de una brillante constelación de hombres rendidos a tus pies.

Un cruel devorador de sentimientos, nacido para ser amado y adorado, capaz de reclamar de nosotros los homenajes que se te debían pero sin dar a cambio la misma moneda.

El verdadero tirano del amor.

Saber que había amado tanto a un ser como tú me rompió el corazón.

 

Engañado...

Estaba engañado...

Y las heridas se pagan golpe por golpe.

Así que tracé un rápido plan para burlarme de ti.

No te dejaría hasta que realmente sintieses mi falta.

Hasta ser una persona entrañable para ti.

En la tristeza y en la alegría allí deseaba estar.

Trataría de sonreír siempre para ti. Aunque me hablases del otro, de tu amante.

Mostré sumisión y complacencia cosas que jamás había enseñado a ser alguno dada mi fabulosa egolatría.

Te hice creer que toda mi persona estaba a tus pies.


Por dentro esperaba secretamente que miraras dentro de mis ojos y te dieses cuenta de todo el dolor que me habías causado.

Que estúpido fui.

Si estabas tan encantado como siempre de que te amaran sin esperar nada a cambio y a veces en nuestras conversaciones incluso te complacías haciéndome ver lo imposible que era.


Mi amabilidad, mi galantería estuveron presentes en todo momento.

Era tal la imitación del amor que creé que cualquier otro lo hubiese tomado como verdadero.

Esperé...

y esperé...

y esperé...


...al igual que uno de tus personajes favoritos de mis primeros libros que esperó pacientemente y luego disparó a matar.

No te expliqué por qué me fui.

Sólo te di la mitad de mi máscara de hielo y con un lenguaje formal te dije que no quería verte nunca más.

Sé que has sufrido.

No fue por las palabras de aquel entonces.

El motivo es sencillo: se supone que una persona como yo nunca intentaría hacerte daño.


Pero para mí hay un solo motivo verdadero.

Cuando me enamoré de ti escribir perdió sentido para mí.

Por eso regresé de la larga senda extrañando tu mano.

Mis personajes eran pálidos, mis letras descoloridas, mi amor obtuso.

Tú me habías quitado todo.

Y habiéndolo hecho me habías abandonado después.

Justo cuando estaba listo a dejar aquello que era mi vida entera por vivir nuestro amor.

Nadie se había inmiscuido nunca en mis pensamientos como tú lo hiciste saltando fácilmente todas mis barreras.

Ese era tu verdadero pecado.

Eso es lo que no puedo perdonar.


Cerré la puerta cuando te di la espalda.

Pero no ha pasado tanto tiempo y ya incluso tienes una nueva ilusión.


Me he esforzado en herirte y ha sido sólo un relámpago.

Pero me alegra haberlo hecho.


... porque al final el único que conserva la huella que le hiciste a flor de piel soy yo...

.............. por amar a quien no debía.........


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).