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Si Snape hubiera conocido el jabón Asepxia... por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Notas a cargo de Dumbledore: "Bienvenidas una vez mas a otro capitulo de esta historia. - una calida mirada barre al publico - Les estoy muy agradecido por no haberme vendido con Gellert, el es encantador pero...- se sonroja un poco- un poco celoso. Y todo porque una vez de vacaciones en Francia lo lleve al Moulin Rougue: ¡era un sitio estupendo!- el director se pierde un momento en ecchis recuerdos de chicas bailando cancan y sentandose en sus piernas y en las de Gellert a tomar una copa- Un sitio estupendo, si. Y no se porque les tiene tanta mania a las vedettes si bien que le gustaron esa noche..."

La autora dice: ¡Disfruten el capi!!!

Nota: Los miniextras son pequeñas historias (como drabbles) independientes del fanfic: no tienen nada que ver con la trama de "Si Snape hubiera conocido el jabón Asepxia", simplemente con ocurrencias que tengo a la hora de publicar y las subo pensando en que agradaran quiza a una o dos personas en especifico o bien porque tenia ganas de escribirlas. (Y tener ganas me parece un motivo mas que justificado para escribir.) 

 

11° Amo de las pociones.

 

 

La noticia de que Severus Snape asistiría al baile de Halloween del Club de las Eminencias se regó como la pólvora. Por doquiera que fuese Severus era señalado por grupitos que cuchicheaban emocionados.

 

-¡Te apoyamos Severus!- le gritaron unos chicos de Slytherin.

 

-¡Púdranse!- les contestó Snape sin voltearlos a ver.

 

-¡Eres el mejor Snape!- gritó un Gryffindor.

 

-¡Cállate!- le gritó Snape, prosiguiendo su camino a clase de Transformaciones.

 

-¡Te amo Severus Snape, cásate conmigo!- se le declaro una chica de Ravenclaw, arrodillada, con anillo y toda la cosa.

 

-¡Apártate!- le grito pateándole el anillo que fue a dar a la chingada, roto en pedazos como el corazón de la chica.

 

-¡Ven al baile conmigo papacito!- le grito un guapito de Hufflepuff.

 

-¡Vete a la mierda!- rugió Severus.

 

-¡Somos tu club oficial de admiradoras!- le cerraron el paso un grupito de chicas mayoritariamente de la casa del Tejon hicieron una formación de gimnasia y agitando sus pompones verdes cantaron una porra- ¡Severus, Severus, rarara, Snape, es guapo, es sexy, es el mejor! - y brincaban formando una pirámide ante el abochornado chico- ¡Te adoramos Severus, solo vivimos para servirte, por una mirada tuya iríamos volando a China! ¡Tus deseos son ordenes, amo de las pociones, habla y tus esclavas te obedecerán!

 

-¡Pues cómprense un bosque y piérdanse! ¡Y nunca vuelvan!- les grito todo rojo, y se abrió paso a empujones tirando la pirámide de chicas gimnastas.

 

Pero detrás de el venia corriendo la 7° plaga de Egipto:

 

-¡Oye, Snape, eso es jugar sucio!- Gilderoy Lockhart estaba congestionado de la ira- ¡Si querías tu club de admiradoras las hubieras reclutado una a una en vez de robarme las mías!- el rubio lo alcanzo y lo sujeto por la tunica, rasgándosela.

 

Snape se volvió molesto y con la varita en alto.

 

-¡Cómprate un mapa y ubícate imbecil! ¿Crees que esto me gusta? ¡Lo odio! ¡Llévate a tus estupidas admiradoras y métetelas por donde te quepan!

 

-¡Eso es Severus, dale su merecido!- lo animo un chico que ni sabia de que casa era. Snape le contesto con una seña obscena (la Britney-señal ;)

 

-¡Mis admiradoras no vienen conmigo, tu las has embrujado! Pero soy magnánimo y te lo perdonare todo si sales conmigo y me llevas al baile de Halloween.

 

-¡Vete al infierno Lockhart! - le espeto aventándolo y dándose la vuelta.

 

Y encajosillo, el rubio tonto levanto con vehemencia su varita para hacerle un hechizo por la espalda, pero estaba tan enojado que se metió la varita en el ojo accidentalmente, y chillando de dolor y dando brincos se fue a la enfermería.

Ante la puerta del aula de Transformaciones lo esperaba Regulus Black, el hermano menor de Sirius, que apenas iba en tercer año, con una cajita de música que abrió en cuanto el apuesto príncipe estuvo a su alcance. Una especie de somnolencia lo invadió en cuanto empezó a escuchar la melodía. Regulus saco un guardapelo de oro sólido y lo movió como péndulo ante los ojos de Severus.

 

-Severuus Snaape, estaas muuy cansadoo, tienees sueeño... -comenzó a hipnotizarlo.

 

Los ojitos de Snape hacían espirales y el chico movía lentamente la cabeza de un lado a otro mientras repetía con voz ausente:

 

-Estooy cansadoo, tengoo sueeño...

 

-Di: le pediré a Regulus Black que sea mi novio y lo llevare conmigo al baile de Slughorn.

 

Snape, con los ojitos haciendo espirales mas de prisa repitió como autómata:

 

-Le pediré a Regulus Black que...- en ese momento una vocecilla dentro de su mente despertó. Las dotes de gran oclumantico y legeremantico se activaron y sacudiendo la cabeza Snape volvió en si, venciendo el doble hechizo de la melodía maldita y el guardapelo embrujado - ¡Vete a tomar por saco, Regulus Black, tu y el culero de tu hermano son los últimos a quienes llevaría a un baile, antes llevaba al calamar gigante que a un par de tontos del culo como vosotros!

 

-Señor Snape, si vuelve a utilizar ese vocabulario en mi presencia me veré obligada a castigarlo.- dijo la profesora MacGonagall, cargada con tres gruesos libros y el moño tan perfecto como de costumbre. Sus ojos deslumbrantemente grandes y azules atravesaron al jovencito a través de sus gafas rectangulares.

 

-Lo siento, señora. No volverá a ocurrir.

 

-Así lo espero señor Snape.  Y usted señor Black, por su infantil intento de hechizar a un compañero escribirá doscientas veces: "Debo aceptar cuando me den calabazas" Y serán diez puntos menos para Slytherin. - abrió la puerta de su aula y le indico a Snape que pasara.

 

Este se negó, y con una caballerosa inclinación cedió el paso a la bella profesora, cargándole sus libros. Minerva no pudo evitar una sonrisita cuando se sentó. El resto de los serpientes llegaron poco a poco. Gilderoy fulmino con la mirada a Severus y se fue a sentar al extremo opuesto del aula. Lucius, por su parte, se contuvo para no sentarse en las piernas de su amante y besarlo ahí mismo. Se sentó detrás de el y toda la clase le estuvo pasando notitas tontas y picantes donde no dejaba de decirle que quería hacerle cuando estuvieran a solas.

 

Severus se ruborizo al leer una relacionada con un pote de mermelada en salva sea la parte y tuvo que dar un pisotón a Lucius para que dejara de tentarle el culo cada que la profesora se volteaba, y se nego a recibir mas notitas. Pero entonces, Lucius, insistente, empezó a murmurarle. Aterrorizado por que la profesora los descubriera no poniendo atención a su clase movió la varita y murmuro lo primero que le vino a la mente, con la idea de que sus susurros no llegaran a otros oídos que los de el y su interlocutor. "¡Muffliato!", dijo, y así nació uno de los hechizos mas prácticos de todos los tiempos.

 

Si Severus pensaba que durante la clase del Herbologia tendría un respiro, se equivocaba. Lucius aprovecho unos tulipanes comehombres gigantes para esconderse detrás de ellos, jalando consigo a Severus para besuquearse detrás, mientras el profesor Plantae explicaba como hacer para que las flores de heliopoda abrieran sus pétalos y poderles extraer el polen.

 

-¡Umh, Severus, Severus, házmelo aquí mismo!- le rogó el ninfomano platinado, que ya le estaba sobando el paquete y subiéndole una pierna encima.

 

-¡No Malfoy, ¿estas loco?! ¡Estate quieto, estamos en plena clase!- y con un hechizo repeledor se lo quito de encima y para salvarse del acoso sexual de su amante no le quedo mas remedio que refugiarse entre las chicas de Hufflepuff con quienes compartía clase y que, azares de la vida, eran de su club de fans y chillaron emocionadas al verlo entre ellas.

 

Lo miraban con adoración y lo asistían en todo, y al final de la clase le preguntaron si tenia en mente algún bosque especifico para que ellas lo compraran y se perdieran.

 

                                                    *

 

Los días de octubre pasaban a toda velocidad y Severus era la victima de toda clase de atentados seudoterroristas por parte de enamoradas y enamorados suyos: ya había perdido la cuenta de las veces que intentaron hacerle beber un filtro de amor, de las que habían tratado de echarle la maldición imperios, de convencerlo de amarlas con patéticas escenas frente a todo el colegio en las que gimoteantes chicas y chicos amenazaban con suicidarse si no los llevaba al baile de Halloween. La situación se estaba volviendo insostenible, Sev ya tenia un tic en el ojo de tanto estrés... Pero lo peor tenia nombre y apellido: Lucius Malfoy.

 

El bello platinado era un maniático sexual que quería hacerlo a todas horas y en cualquier lado. Severus trataba de resistirse pero el chico era muuuy persuasivo: para gran espanto de nuestro príncipe ya lo habían hecho en un pasillo oscuro, en el aula vacía de Encantamientos, en el despacho del conserje y ahí poco había faltado para que Pevees el poltergeist los pillara.

 

Lo habian hecho en la mañana antes del desayuno, saltandose una clase, a la hora de la comida y por la noche... Sev estaba adelgazando de un modo alarmante y tenia unas ojeras marca Uchiha Itachi que, por ser el idolo escolar del momento, eran copiadas con carbón por un monton de estudiantes mas.

 

Lo único medianamente bueno era que Black y Potter lo miraban con odio, sin poder hacerle nada mas que fulminarlo con la mirada. Eso le daba una extraña satisfacción pero también despertaban recelos: era casi seguro que estaban planeando una mala pasada... Hubiese debido extremar precauciones, pero Snape cometió el error, por primera y única vez en su vida, de subestimar al enemigo.

 

Era casi la hora de la cena cuando Sev iba caminando por un atajo casi a oscuras, enfrascado en la lectura de un grueso libro titulado "Beauty in Darkness vol. 2" cuando un grito y un destello de luz salidos de detrás de un tapiz de la Fata Morgana lo inmovilizaron totalmente. Potter y Black salieron de detrás de este, maravillados de lo fácil que había sido pillar a Severus con el hechizo de la inmovilidad total.

 

-Belleza en la oscuridad.- mascullo Sirius pateando el libro.- Vamos a ver que tan bello resultas sin tus artes oscuras, Snivellus.

 

De haber podido mover la boca, Snape le hubiera espetado un ¡Muérete! Pero no podía. Sin embargo el era el mas avanzado alumno de Hogwarts en hechizos no verbales. Empezó a pensar fijamente en la contramaldicion.

 

-¡Ni siquiera lo intentes, Quejicus!- lo pateo Sirius Black, haciéndole perder la concentración- Lo sabemos TODO sobre ti, incluida tu facilidad para hacer un hechizo sin pronunciarlo. Y como tenemos ganas de charlar contigo un ratito sin que te nos escabullas, hemos prevenido ese pequeño detalle. ¡Claudo mentis! - le apunto con la varita.

 

Snape se aterrorizo: ¡le acaban de bloquear el poder para practicar hechizos no verbales!

 

-Pareces sorprendido Snivellus, ¿creías que eras el único que tenia acceso a la seccion prohibida de la biblioteca? - Sirius lo levanto del cogote y con su rostro peligrosamente cerca del suyo lo quemo con su mirada negra. Resoplaba y sus dedos temblaban de excitación.- Los de Gryffindor también podemos hacer cosas malas, ¿sabias?- Sirius habia saboreado la palabra malas y el brillo en sus ojos le recordó a Severus los destellos de lujuria que Lucius le dirigía.

 

¡Pero no podía ser! ¡¿Ese mugroso león jactancioso deseándolo?! Pero las palabras que pronuncio Potter parecieron confirmárselo.

 

-Vamos Canuto, menos palabras y mas acción. ¿Quién va primero, tu o yo? - pregunto muy entusiasmado.

 

-Yo.- gruñó Sirius, su mirada tenia ese brillo demente característico de los miembros de la familia Black y su transpiración cargada de feromonas hizo que a Severus se le encogieran las tripas.

 

 

Continuara...

 

Notas finales:

¡Kyaaa!!! Violación inminente!!! Kya!!!

Queridas lectoras: acepto sugerencias sobre quien desean que sea el siguiente personaje en estar a cargo de las notas antes del inicio de cada capitulo. ¡Nos leemos el DOMINGO!

MiniExtra3: "El plagio"

En una paradisiaca isla tropical habia un puticlub de lujo llamado Chocolat Loungue, y en este un ninja stripper llamado Dei-chan mascullaba enfurruñado luego de ver cuan exitoso era tener un colegio, tanto para ganancia$ como por las muchas degeneraciones que entre cuatro murallas pueden comenterse,  pues los castillos escuelas no son para nada sitios de virtud (vease si no tambien el castillo de Rosenztoltz).

La madame del lugar, Oro-sama se paseaba en tanga y con una vibora sobre los hombros cuando vio a su mejor chico con el gesto contrariado.

-Oh, Deidara, querido, ¿que te pasa?- le pregunto sentandose a su lado.

-¡Que no es justo que los magos britanicos tengan un colegio de magia y hechiceria y nosotros los ninjas de las cinco aldeas no!

-Umh, si, es lamentable.- dijo Oro-sama.- ¿Porque no fundas una escuela querido?

-¡No tengo en donde!

-Oh, querido, puedes utilizar el Chocolat Palace.- dijo refiriendose a las instalaciones donde estaban- Sera escuela de dia y puticlub de noche.

-¡Gracias Oro-sama! - el ninja stripper se para de un brinco y grita-¡Sera el Colegio Dei-chan de Magia y Puteria! ¡Ita-chin puede enseñar los ninjutsus, osea, la magia y yo la puteria!

-Que loungue, querido, que loungue... - alabó Oro-sama acariciando a su serpiente.

                                          Finesito.


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