13° Poción ojo de hormiga.
Severus hojeó con rapidez las paginas de An elixir for existance y luego de bajar la intensidad del fuego hasta casi apagarlo midió una cucharadita rasa de polvo de hada y lo soplo cuidadosamente sobre el caldero. La poción se lleno de brillitos como perlas y a los pocos segundos se levanto del caldero, flotando sobre este. Severus apago el fuego y saco varias botellas de su mochila.
-Supongo que flota por efecto de ese pétalo de tulipán.- dijo Slughorn que lo veía muy emocionado, como un niño ante un juguete nuevo. Con un movimiento de varita ayudo a Snape a guardar la poción en las botellas.- ¿Para que se supone que es, hijo?
-Debería volver al que la bebe pequeñito e invisible por unos minutos, para poder escapar en una situación de peligro.- Severus pensaba en el peligro de morir por el acoso sexual de Lucius.
-Interesante.- el profesor giraba una botella entre sus dedos rechonchos.
-Me inspire un poco en la poción evanescente y en la minimizadora. Pero al contrario de aquellas esta es de corto efecto, o debería serlo.
-Fantástico. Vamos a probarla.- el profesor trasformo un banco en un mono y le dio a beber la pócima al animal.
Este emitió un hipido y destelleando entre ser visible e invisible se volvió rápidamente del tamaño de un pulgar, y correteo bajo las mesas. Slughorn cronometro en su reloj de oro y al cabo de cinco minutos exactos el mono volvió a la normalidad.
-¡Es una poción fabulosa chico!- afirmo con entusiasmo, volviendo a convertir el mono en banco- ¿Como piensas llamarla?
-Poción ojo de hormiga.- asevero Severus, que era lo que había deseado mientras la creaba: hacerse tan chiquito y difícil de encontrar como un ojo de hormiga para que ni Lucius, ni Lockhart ni el club de fans ni la madre que los parió pudieran encontrarlo.
-¡Jajaja! Que nombre tan simpático. Deberías patentarla Severus, muchacho. ¿Que te parece si el día de la próxima excursión a Hogsmeade nos desaparecemos del pueblo y vamos a Londres, al ministerio para que la registres?
-¿No se opondrá el director, señor?
-¿El viejo Albus? ¡No, para nada! Y si no da permiso lo hacemos a escondidas.- el profesor guiño un ojo: no de balde era el jefe de la casa mas astuta y doble de Hogwarts.
-Es usted terrible, señor.- sonrió Severus.
-¡Vamos hijo! No juzgues mal a un viejo. ¿No quieres venir a probar unas deliciosas pastitas que madame Fufú me ha enviado? Anda tras mis huesitos, la muy picara - Slughorn rió y avanzo con Severus rumbo a su despacho- yo no le corto las ilusiones para recibir regalitos como este, jijiji.
Las pastitas de madame Fufú fueron acompañadas por excelente café y hasta una copita de brandy de uva saltarina (pero solo una, chico, o te iras dando saltos) y Severus disfruto de aquella cena en privado: era mucho mejor conversar con el parlanchín profesor a ser observado con hambre y antojo por medio colegio y rechazar las propuestas del tarado de Lockhart para ir juntos al baile. (la ultima vez le había ofrecido una foto autografiada y con dedicatoria para convencerlo)
Lo malo fue que para cuando se dio cuenta de la hora ya eran las once y tantas de la noche, y los alumnos ya debían estar en sus camas so pena de castigos.
-¡Ay, hijo, lo siento tanto! Vamos, te acompañare.
-No hará falta profesor; el pasadizo a las mazmorras esta aquí cerca, y tengo la mochila llena de poción ojo de hormiga.- le sonrió.
-Será mejor que no la pruebes en ti mismo.- le advirtió sin demasiada seriedad Slughorn y Severus salio a toda prisa.
Deambulaba por los oscuros y silenciosos pasillos, disfrutando la lobreguez y abandono del lugar: ni siquiera los fantasmas andaban por ahí. Al doblar una esquina se estrello contra...
-¡Jooo... -Sev se abrazo a quien había interceptado (era mas grande que el) para no caer. Unas manos de largos dedos lo sostuvieron.
-Lo siento señor Snape, ¿se encuentra bien?
-¡Profesor Dumbledore! Si, claro, señor.
-Muy bien, muy bien... - Dumbledore miro hacia atrás con aprensión. Los ojos azules del director expresaban recelo.
-¿Pasa algo director?
-No, nada Severus. Aprovechare este fortuito encuentro para hablarle sobre ciertas cosas de las que había tenido ganas, aunque no tiempo, de hablarle. No será un regaño por andar levantado a estas horas. - lo tranquilizo el profesor, pero lo jalo con el tras un tapiz.
Una vez que estuvieron bastante bien ocultos en un pasadizo secreto el director hablo:
-Señor Snape, como bien habrá sido el primero en notar, el cambio en su apariencia física ha sido impactante.
Severus hizo una cara de fastidio.
-Eso, por supuesto, trae consigo cosas buenas y malas. Tal vez mas de las ultimas que de las primeras, a juzgar por su expresión. Sobre todo con la fiesta de Slughorn que se avecina. A sido usted el responsable, indirectamente, por supuesto, del mayor decomiso de filtros de amor ilegales que ha habido en Howgarts desde que soy director.- le sonrió y Sev parecía abochornado- He tomado medidas para evitar que lo molesten, pero si aun así alguien se extralimitara... -¿el director estaría pensando en Black?- Hágamelo saber. La integridad de mis alumnos es tan importante como su seguridad. ¿De acuerdo?
-Si señor.
-Una ultima cosa: ¿que hacia deambulando por los pasillos a esta hora? No volveré a hacer de la vista gorda en otra ocasión.
-Disculpe señor; el profesor Slughorn me invito a cenar y perdimos la noción del tiempo... y no quise que se agotara acompañándome a la sala común. - una idea cruzo rápida por la mente de Sev- Señor, ¿podría ir el día de la visita a Hogsmeade a Londres para patentar una poción que he inventado?
-¿Que ha inventado? Vaya, no se si será conveniente...
-El profesor Slughorn se ha ofrecido a acompañarme. Le ha entusiasmado la poción ojo de hormiga.- Severus saco un frasquito y lo mostró a un sorprendido director.
Y una vez que el chico le explico los efectos que poseía Dumbledore lo abrazo con lagrimas en los ojos.
-¡Es justo, justo lo que necesitaba!!! ¡Oh, Severus Snape, me has salvado! ES decir, me habrás salvado si accedes a darme un poco de tu maravilloso invento: con esto podré eludirlo!!! ¡Claro, porque como es una poción recién inventada, el no puede saber de su existencia ni impedirme beberla!!!- el director casi bailaba del gusto- ¡Recuperare mi libertad!!!
-¡Señor! -dijo Snape sorprendido- ¿Pues de quien esta escapando?
-Oh, no, escapando no es la palabra... ocultándome un poquito, tal vez. Es secreto, Severus, un secreto que es muy importante que sea guardado, ¿me entiende?
-Si señor.
-¿Me darás poción ojo de hormiga, Severus, y guardaras el secreto, sin patentarla durante un tiempo, para que nadie pueda descubrir su existencia?
-Si señor.- le dijo el chico: se veía que el director necesitaba tanto escapar como el- Pero el profesor Slughorn...
-Yo me encargo del viejo Slug. Muy bien Severus, me has prestado un favor que nunca, nunca olvidare.- le sonrió agradecido al chico. Luego tomo un traguito de poción y le paso lo que al mono. Dumbledore se perdió de vista rápidamente y Snape se dirigió sigiloso a su dormitorio.
*
El profesor Dumbledore sabia hacerse invisible sin necesidad de pociones, hechizos ni capas, sin embargo, el profesor Grindelwald también, y le había puesto detectores en la ropa para saber cuando se hacia invisible por cualquiera de los métodos conocidos: esto, naturalmente, para evitar que su amado se le desapareciera para hacer cosas indecorosas, como, por ejemplo leer una revista pornográfica en el baño mientras se... bueno, se hacia lo que todo hombre saludable se hace por lo menos una vez al día. (y mujer también jajaja).
Por esto la poción ojo de hormiga, recién inventada por Severus, era tan practica, le daba la oportunidad al director se hacerse perdedizo sin que su rubio, angelical y psicópata amante se enterara, para tener un poco de privacidad. Tan pronto como salio del colegio Albus se entrevisto con su espía en filas de lord Voldemort, un mago tenebroso que iba ganando cada vez mas poder en Gran Bretaña, y esto incordiaba a Albus, sobre todo, porque entre mas maldad, mas sesiones del Wizeengamot y menos tiempo libre para su pasatiempo favorito: bordar cojincitos y tejerles su ruedo. El encaje de bolillos le quedaba como a nadie.
Así que por este y otros excelsos motivos el paladín de la justicia buscaba detener a Tom Ryddle antes de que se volviera muy poderoso. Pero tenia que hacerlo a escondidas de Gellert, porque este se pondría como energúmeno si supiera que para logar su objetivo tenia que entrevistarse con vedettes, truhanes, coristas, chulos y respetables señores de sociedad que eran los mas perversotes de todos, y en lugares de lo mas indebidos, como tabernas, burdeles, bosques tenebrosos y demás. Esta vez la cita tenia lugar en el bar Cabeza de Puerco, que su hermano le facilitaba previo pago de sus servicios.
El espía lo esperaba encapuchado y comiendo pollo chang-tsei.
-¿Cual es la ambición secreta de Albus Dumbledore?-le pregunto para verificar que fuese el y no un impostor.
-Ganal el conculso del mejol boldado que da la levista "Cosel y cantal".
Albus sonrió aliviado.
-Señor Yao, ¿que noticias me tiene?
-Antes hacelme la plegunta, o yo no contestal.
-¿Cual es el sueño del señor Lang Yao?
-Tenel un empolio de buldeles donde nunca se ponga el sol.- el chinito sonreía francamente.
-Muy bien. Las noticias, no tengo tiempo. - lo urgió Albus, que temía que Gellert se despertara solo en la cama, en cuyo caso ya podía irse preparado para tres horas de interrogatorio.
-Cuando Glindelwald lechazal la plopuesta de Voldemolt este subilse pol las paledes.- Lang Yao puso los ojos en blanco- El estal muy convencido que Glindlewald y tu tenel tellible y secleta arlma teneblosa, y el quelel conseguil-la. El estal segulo que arlma estal gualdada en Hogwalts y el quelel entlal a lobal-la. El planeal secuestlal un estudiante pala ponel-lo bajo maldicion impelius y que este aveligue.
-Ya veo: he de tener especial cuidado con mis alumnos. -Dumbledore saco un pergamino de su bolsillo y se lo dio al señor Yao- Aquí esta tu pago. Cuando tengas mas información contáctame. -y se paro pero Yao lo detuvo.
-Espela, espela, plimelo velifical que este sel hechizo pala apalecel vaselina.- lo prueba y asiente satisfecho- Con esto mis gallinitas podel tlabajal sin dalse cuenta de nada: como decil mi abuelo sabio chino proxeneta: bien lublicado todo il mejol.
Dumbledore reflexiono un instante sobre la sabiduría oriental y luego se marcho.
Continuara...