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Si Snape hubiera conocido el jabón Asepxia... por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Umh, la numeracion de capitulos del fic y la de la pagina no me cuadra: una de dos, o me equivoque al ponerles los numeros o les subi un capi doble jajaja!

Notas de MInerva McGonagall: "Vaya, hasta que por tengo una participacion en este fic. Me presentaron al mismo tiempo que a Grindelwald (a quien por cierto encontre hurgando entre mis "inmorales" calzones) tuve una linea y como Mercucio el de Shakespeare apasionado desparezco por el largo de una biblia..."

Nezal le contesta: Oh, tienes mucha razon, lo siento querida, ya mero vuelves a salir y no se lo digas a nadie pero eres crucial para el final de este fic *.*

La profesora hace Yes!!! como Liv Tyler en el anuncio viejito de Very Irresistible y las dos salen de escena."

¡UY! SE me olvidaba: hay lemon en este capi pero es medio non-con, soft violacion, algo asi medio guarro pues.

16° La ley del Talión.

 

 

Dumbledore escupió un trago de ponche que tenia en la boca al oír una alusión a su "bailecito" con Grindelwald.

 

-¿Amor, que es eso del baile maldito?- le pregunto picándole el esternón con un bastoncito de caramelo.

 

-No se, no tengo ni idea, no hay modo de que sepan que tu y yo... ejem... - el director estaba tan rojo como su pelo- ... hacemos... aquellito

 

-¡Amor, no digas eso en publico! - lo reconvino Grindelwald, sonrojándose como una doncellita.

 

-Si amor.- el pelirrojo le acaricio cariñosamente la mejilla al rubio: le encantaban los gestos tan tiernos de su melocotoncito azucarado.

 

Nuevamente fue Slughorn quien les rompió la magia del momento.

 

-Ejem, ejem.- tosió para reclamar su atención, desde una prudente distancia- Albus, mi estimado - ya había escarmentado para no decirle querido- y Gellert, ah, ejem, ¿honorable? Ya se que nos han obsequiado con un maravilloso despliegue del arte de Tepsicore, pero, ¿hemos visto acaso ese prodigioso baile que se rumora que ensayáis todas las noches?

 

Dumbledore y Grindelwald eran las vivas estampas del asombro y el apenamiento.

 

-¡No!- grito el segundo.

 

-Oh, veo... ¿podrían ejecutarlo para nosotros?

 

-¡No!- volvió a gritar Gellert.

 

-Oh, bueno...- Slughorn torció el gesto- entonces, solo me resta desearles, a nombre de todo el Club de las Eminencias, la mejor de las suertes con su baile maldito para el Festival Internacional de Danza que se llevara a cabo en Bordeaux la próxima navidad.

 

-¿El Festival Internacional de Danza de Bordeaux?- repitió Dumbledore sin comprender.

 

-Si, claro, mi estimado... ¿para eso ensayáis, no? Todas las noches, de 12 a 2, según dicen... Bailáis para ganar el torneo de baile del Festival, ¿no?

 

-Oh, si, si, - dijo Albus- Si, Horace, viejo zorro, ¡Nos has pillado pillin! ¿y quien te dio el soplo, si puede saberse?

 

-Me temo que no puedo decirte cual de mis eminencias...

 

-¡Fui yo, fui yo profesor!- grito Potter.

 

-¡Tu!- exclamo Grindelwald, incrédulo.

 

-¿Como supiste que bailábamos todas las noches?- pregunto Albus.

 

-¡Porque os vi! - al alma se les cayo a los pies- ¡Os vi en mi mapa mágico... - James no siguió diciendo mas porque Sirius, alarmado, le salto encima y le tapo la boca con la mano, al tiempo de que trataba de estrangularlo... o eso parecía...

 

-Lo que James quiso decir ... - Sirius compuso una psicópata sonrisa atornillada - es que lo sospecho, oyo ruiditos y aventuro una teoría, he, porque, como todos sabemos, los mapas mágicos son muuuy difíciles de conseguir y se supone que no se puede hacer uno de este castillo, ¿recuerdas James? - le apretó mas el pescuezo y este asintió.- Si nos disculpan, nos vamos, es que James olvido... regar su planta jeje.

 

Black arrastro a su amigo fuera de la sala del baile y le grito en airados susurros:

 

-¡James, imbecil, ya ibas a revelar el secreto del mapa del merodeador!

 

-¡Jum, pues eso es menos grave que retirar la "mejor amistad" sin previo aviso!

 

Black puso los ojos en blanco.

 

-No molestes Cornamenta, dije que Lunático era mi mejor amigo solo porque no podía decir enfrente de tanta gente lo que de verdad siento por el... - James lo escuchaba sin entender - ¡Lunático!- salto de pronto- ¡Snivellus! ¡Esta en peligro!- y regreso corriendo a la sala, atropellando parejas de danzantes y tirando vasos de ponche en su loca carrera para regresar al lugar desde el que había estado vigilando cada uno de los movimientos de Snivellus, Remus había bebido demasiado ponche para su gusto, ese mendigo de Snape le servia vaso tras otro... Los busco desesperado con la mirada: ¡ya no estaban! Grito como un loco y de pura rabia pateo las espinillas de Lockhart que le paso delante bailando animadamente con Malfoy.

 

                                                        *

 

Aprovechando la distracción creada por la estupidez de Potter Snape habia sacado a Lupin a hurtadillas de la fiesta. El pelicastañito estaba bastante mareado y achispado: perdio la cuenta del numero de vasos de ponche que habia tomado, y con piquetito extra... Severus se habia cuidado bien de beber tanto como su pareja, y con el pretexto de sacarlo a que le diera el aire se lo llevo. Remus iba completamente apoyado en Severus, y lo veía embelesado... ahí en el desierto y oscuro corredor, lejos de la música de la fiesta Remus creía escuchar una melodía que comenzaba a asociar con Severus Snape, y su cutis, de por si resplandeciente, parecía brillar y sus cabellos despedían un delicado perfume mas embriagador que el alcohol que habia tomado.

 

Remus no tenia modo de saberlo, ni Snape mismo lo sabia aun, pero lo que el chico lobo y el chico material (léase Malfoy) habian percibido eran los poderes de seducción que Snape habia heredado de su antepasada sirena. Siempre los habia tenido, latentes, pero al volverse bello y darse cuenta de ello, la autoestima del chico aumento, al igual que su confianza en si mismo, y debido a ello los poderes habian despertado, Snape los habia despertado y los utilizaba sin ser perfectamente conciente de ellos... En aquellos momentos sentia un gran deseo de seducir a ese encanto de ojos melados, luego entonces su herencia sirena venia en su ayuda...

 

-Severus, creo que ya me dio mucho aire... - dijo de repente el chico al darse cuenta de que estaba en una habitación desconocida: la sala de los menesteres, tal y como Snape la habia pedido para satisfacer sus necesidades.

 

-Sientate aquí.- le señalo un bonito banco blanco con cojines situado justo debajo de una ventana ojival por la que entraba el claro de la luna en cuarto creciente.

 

Se sentaron juntos y los ojos melados se elevaron hasta el cielo, estremeciéndose al ver a su enemiga y bajando la cabeza. Snape le levanto la carita por el mentón, y lentamente acerco sus labios a los suyos.

 

-Severus... - alcanzo a murmurar este antes de que los labios delgados se posaran sobre los suyos.

 

Las manos de Snape se posaron sobre la cintura de Lupin y lo atrajeron. Ahora que tenia mas experiencia sabia que era lo que habia sentido cuando estuvieron a punto de besarse en la biblioteca: deseo, pero mezclado con ternura. Lupin en verdad se daba a desear con lo cute que era. Tenia ganas de hacerle el amor con locura hasta caer rendido entre sus brazos. Snape sonrío mentalmente: ese idiota de Black no sabia lo que estaba perdiendo.

 

Lupin gimió quedito y abrió la boca para que Snape se la explorara, y las sensaciones cosquilleantes y deliciosas en su paladar y sus encías lo hicieron paladear lo que era un buen beso... aquel contacto boca a boca lo hacia estremecerse, la lengua de Severus enroscándose con la suya parecía ser una promesa de cuerpos enroscados... aquel beso era delicioso, nunca lo habian besado asi, ¿que era entonces, lo que estaba mal si todo se sentía tan bien?

 

"¡Sirius!" pensó el pelicastaño y la imagen de su atractivo amigo, el que siempre lo habia despreciado, con el cuello ladeado y su pelo como si acabara de levantarse de la cama le hicieron punzar el corazón. Con trabajos pudo despegar sus labios de los de Severus y se alarmo al descubrir que sus hábiles manos ya estaban bien posadas sobre su trasero.

 

-Umh, umh, no Severus, esto no esta bien... - susurro arqueando el cuello que era comido por Snape.

 

-¿Porque? - susurro entre beso y beso - ¿El amor ha de ser casto y puro?- se burlo imitando la voz de su idolo.

 

-No, no es eso.- Remus le cogio la cabeza con ambas manos para separarle el rostro de su cuello - Pero yo no te amo... ni tu a mi.

 

-Pero yo te deseo, y tu a mi, si de enunciar verdades por turnos se trata.- dijo Severus algo molesto, la cosa iba tan bien, ¿porque tenia que empezar Lupin a ponerse filosófico?

 

Le metió las manos por debajo del trasero y lo cargo, sosteniéndolo por aquella pachoncita parte de su anatomia. Apretó y se mordio el labio inferior: Lupin estaba mucho mas bueno que Malfoy... Lupin le hecho los brazos al cuello de forma automatica para no caerse, y cuando llegaron a la amplia y adoselada cama blanca Severus se dejo caer de frente, para caer encima de Remus.

 

El pelicastañito abrió la boca para gritar y el pelinegro aprovecho el momento para volver a apoderarse de ella, le coló la lengua hasta el fondo de la garganta, el sabor a alcoholito dentro de esa calida cavidad lo embriagaba... su mano bajo por un costado de Remus, y al llegar a la altura de la cadera le subió la tunica, dejando expuesto un muslo llenito y bien formado... Lupin se avergonzaba de sus piernas y de sus nalgas, le parecía que estaban demasiado gordas, y era muy inocente como para adivinar que las miradas que solía sorprender al voltearse de improviso no eran de reprobación si no de antojo... debajo de la cubierta de la tunica, al caminar, sus nalgas se hacian notar, hipnóticas...

 

Severus le jalo el otro lado de la tunica y a dos manos se la subio hasta el pecho, rompiendo el beso para sacársela por la cabeza.

 

-¡No Severus, no!- protesto apenado, pero el pelinegro hizo oidos sordos y lo barrio de pies a cabeza con una mirada llena de lujuria que hizo arder la piel de Remus y despertarse sus mas básicos instintos; ser mirado de esa forma, por un chico tan guapo...  Sirius era guapo, pero seguro que nunca lo miraría asi...

 

Severus se relamió los labios y se inclino sobre su pecho para chuparle un pezón; su cascada de cabello negro, un poco largo, le hacia cosquillas en el pecho y sus manos se deslizaban por sus flancos como si quisieran prenderle fuego. Solo sus boxers, abultados, le impedían estar desnudo debajo de él. Jadeó cuando le mordió suavemente el pezoncito y le volvió a agarrar la cabeza, cerrando sus dedos y jalándole el cabello.

 

-¡Basta Severus, basta!- exclamo tratando de cerrar las piernas sin éxito pues el ojinegro ya estaba bien instalado entre ellas.

 

-¿Que pasa?- le pregunto él, levantando el rostro. Un hilito de saliva aun conectaba su boca con la erguida protuberancia - ¿Acaso no te gusta?- le pregunto con un brillo malévolo en el ojo. Con su diestra sobo el paquete del pelicastaño.

 

-Ahhh... - exclamo Remus tapándose la boca con una mano.

 

Severus le bajo el boxer hasta le mitad de los muslos, quedando frente a frente con la excitada hombría de su chico. Se la cogio con cuidado y se la empezó a frotar de arriba a abajo, mirando por entre sus dedos el rostro de Remus; se veía tan adorable, lo que se alcanzaba a ver de el, todo sonrojado y conteniendo pujiditos de placer. Se la acerco a la boca y la rodeo con sus labios, capturando la puntita y apretándola entre ellos. Remus grito de placer.

 

-¡Aahhh! ¡No, Severus, basta!- intento empujarle la cabeza pero en respuesta el pelinegro se la metió toda en la boca y la chupo con fuerza - ¡Aaahhh!- volvió a jadear el chico - ¡No! - exclamo y le temblaban las piernas.

 

-Deja de resistirte encanto.- Severus se la había sacado de la boca y se la masajeaba, mirándolo directamente a los ojos melados, lánguidos de placer y de vino.

 

Severus se arrodillo entre sus piernas y se las levanto en el aire, le saco los boxers y le cogio los dos tobillos juntos para besarle la parte trasera de las piernas. Luego se las separo y se las bajo, acomodándoselas medio flexionadas, y se agacho sobre su regazo, lamiéndole el bajo vientre mientras seguía masturbándolo; Remus se agitaba en la cama, no podía pensar con claridad, de hecho, le parecía que no podía hacer otra cosa mas que sentir. Cuando su miembro volvió a encontrarse envuelto por esa calida humedad se entrego al placer: todo era tan delicioso, los dedos que acariciaban sus ingles, por detrás de las bolitas, presionando ahi un botón desconocido de placer...

 

Lo que ya no le gusto fue cuando Snape le metió un dedo. El chico se tenso y sus nalgas se apretaron.

 

-¡No Severus, sácalo, yo no quiero!- protesto, pero le fue imposible moverse, el pelinegro lo tenia bien agarrado... le chupo con mas fuerzas y dejo quieto su dedo dentro de aquel paraíso de suavidad. Todavía escucho sus negativas mientras lo conducía al orgasmo. Quien hubiera pensado que Remus Lupin era un chico tan negativo.

 

Severus no desperdicio el fluido sino que, como le habia enseñado Malfoy, lo uso para lubricar al uke. Le dio la vuelta sin que apenas opusiera resistencia pues estaba ebrio en mas de un sentido. Separo aquellos muslos llenitos y bien formados y restregó las mejillas contra los blanquitos y carnosos volúmenes. Los separo y se fue directo sobre el hoyito, cosquilleándolo con su lengua, dejando correr hacia dentro el semen, para que el suyo pudiera unírsele.

 

Remus hundía la cara contra las mantas, era tan vergonzoso lo que le estaban haciendo, pero se sentía tan bien... no quería que se detuviese pero se detuvo. Sintió a Severus montándosele encima, su respiración jadeante en su nuca, y un roce escalofriante sobre sus nalgas.

 

-¡No Severus, no por favor!- le imploro tratando de escurrirse, pero todo fue en vano - ¡Nunca he hecho eso y no quiero hacerlo contigo!

 

"Pues te chingas." Pensó Snape. Le apretó el cuello a Lupin contra la cama y lo penetro de una estocada, metiéndoselo casi todo y arrancando un grito de agonía de los labios del chico. Lupin lloraba y se resistía y todo aquello no hacia sino excitar mas a Snape. No tuvo piedad de el y empezó a moverse de inmediato, el culo del ojimelado estaba mejor por dentro que por fuera, cosa que no parecía posible, tan estrecho y calido y el golpe de las carnosas nalgas contra su cadera flaca: le encantaba, era un pecado tener sin estrenar a ese chico.

 

Lupin hipaba y temblaba ante cada estocada; el sabor salado de sus lagrimas estaba en sus labios y todo aquello era tan irreal, todo excepto el punzante dolor que no cedía... ¿Como podía Severus hacerle eso? ¿Porque se lo hacia? ¿Tanto lo odiaba? ¿O era solo para molestar a...

 

-Aflójalas, asi te dolerá menos.- le dijo Snape sobre su oído- Relájate.

 

Remus lo obedeció por temor a que le hiciera algo peor. Le gusto comprobar que si relajaba el cuerpo el dolor disminuía... los jadeos de Severus en su nuca le erizaban los vellitos, y no solo de frío. Severus lo manoseaba y lo ultrajaba y parecía que nunca iba a terminar. Las lagrimas se habian secado dejándole caminitos de sal en las mejillas  y una sensación extraña, pero no desagradable, comenzaba a invadirlo desde su maltrecho culito cuando Severus se corrio mordiéndole el pelo, arrancándole unos cuantos pelitos en el paroxismo de su placer y escupiéndolos luego, desplomándose sobre Remus y tratando de consolarlo aun dentro suyo. Le decía palabras dulces y trataba de confortarlo, pero Remus lo ignoraba.

 

Severus se espanto, pero al incorporarse y salir de el vio que no le habia hecho mucho daño... físicamente hablando. Lo curo lo mejor que pudo y lo llevo, de la mano como si fuera un zombi hasta la puerta de la sala común de Griffyndor. Ahi lo dejo para que dijera la contraseña y entrara, pero el chico se sentó en el suelo y abrazándose las rodillas rompió a llorar otra vez.

 

Snape sintió que algo se revolvía en su estomago o en su corazón, una sensación horrible y salio corriendo de ahí.

 

                                                     

Continuara...

Notas finales:

Etto... ya se que os habia prometido un miniextra navideño pero aun no lo escribo: komen, pero me dio una crisis traumante de la mala escritora y bueno... eso si, segurito se los tengo antes de Navidad.

¡Nos leemos el SABADO!!!


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