20° Toujuors puor.
En su lobrega mansion pura sangre la señora Black colgaba adornitos y pancartas que decian "I -corazoncito- lord Voldemort" mientras el susodicho, en el cuarto de baño se daba una peinadita con brillantina, tarareando mientras se miraba al espejo dejandose bien relamido con un peine:
-Staing'alive, staing alive, oh-ah-oh-ah, staing'alive... - y daba pasitos de baile pues sentia fiebre aunque no fuera sabado por la noche.
Luego de la brillantina se puso un poco de autobronceador, pues le parecia que su palidez era excesiva, y finalmente, bien metrosexual se rizo las pestañas y les puso rimel marca Lancome.
-¡Que guapo eres Voldemortcito!- le dijo a su reflejo- Estas hecho un refifí.- se mando un besito con sus labios de tajada- Una chulada.- se hizo ojitos con sus viperinos ojos- NO hay modo en que Severus Snape no caiga redondito a tus pies, con lo papacito que estas, mira que porte, que elegancia.- se miraba por uno y otro lado- ¡Estas vestido para matar! ¡Oh, matar, horrocruxes!- el mago desvariaba con horrocruxes cada que oia la palabra "matar"- Bueno, eso puede esperar, ¿verdad Nagini? Vayamos por ese muchachito, esa flor de garambullo cuyo amor sera todo tuyo, o mio, es lo mismo: como eres parte de mi.
La serpiente se irguio cuan larga era y le señalo con la cabeza un frasquito, silbado.
-¿Qué dices Nagini, que se me olvida lo mas importante? - sigio la mirada de la serpierte y exclamo- ¡Por los 666 ejemplares quemados con Aristide Torchia, es verdad! Me olvidaba del perfume.
Y llegandose al buro tomo su frasco de "Absolutely Irresistible, Givenchi" y se hecho:
-Una por si me besa, una por si me abraza, y otra por si se pasa, jijiji, y otra mas por si acaso, y una para ti Nagini.- la serpiente tosio cuando le hecharon en plena cara un splush de eau de parfum. -Ahora si, vamos por esa beldad.
Y se encamino muy ufano al atico donde tenian prisionero a Snape (atico a falta de torre) y al entrar el chico que embellecio fruncio la nariz.
-Como que te has pasado un poquito con el perfume, ¿no? - le dijo abanicandose. Estaba desamarrado, solo le habian sellado sus poderes magicos con un practico hechizo "kekkai" vendido por mil duros por el señor Yao, el mas ladino de los mortifagos- Hueles a puritita ramera turca.
-Oh-jojojo.- rio Voldemort agarrandole una manita que el otro se apuro a retirar- Que fino sentido del humor tienes, bomboncito. ¡Grrr! Me dan ganas de comerte de un bocado, grrr. - Voldemor hasta imitaba con su mano aracnida el zarpazo de un tigre.
Severus, que no sabia si reir o llorar opto por la pose de princesa ofendida.
-Ay, como no esta aquí tu mama para decirle: ¡señora; le cambio su hijo por un piano y asi tocamos los dos! - Voldemort se lo apergollo como habia visto al actor Rodolfo Valentino hacerlo cuando era peque y los del orfanato le llevaron a una funcion de cine gratis.
Severus se quedo con cara de "what?"
-Si, Severus, vida mia, ¡como lamento no ser bizco para verte dos veces! ¡O estar borracho para verte hasta cinco! - le trata de dar un beso y Severus rehúsa con cara de asco- Ay papacito - lo apreto Voldemort- ¡tanta carne y yo sin dientes!
-¿Perdon?- replico Severus sacando su lado fresita: los piropos raros del cara de hacha lo dejaban con el ojo cuadrado.
-Lo que oyes mi alma; si Cristobal Colon te viese diria: "Santa Maria, pero que Pinta tiene este Niño!" Y hablando de niños, precioso, ¿Qué tal si vamos haciendo unos cuantos?! - Voldemort le hecho ojitos y le hizo una seña obsena.
Snape casi se puso verde de imaginar el acto sexual en compañía de ese tio tan repulsivo.
-¡No!!! Que asco, o sea, ¿Qué pedo con tu vida? ¿Porque quieres hijos si todos decian que querias la inmortalidad?
-Porque lei que cuando tienes hijos y mueres, mueres un poco menos.- contesto este, y Severus tuvo que admitir la fraccion de verdad que encerraba su razonamiento. Pero que el le ayudara, ¡ni madres!
-¡Fushi, fushi!- se escabullo de su abrazo - ¡Vete a buscar una probeta o algo para hacer tus bebes porque conmigo nunca!
-Ay, capullito de rosa, ¿Por qué te me pones tan rasposo? Soy un partidazo, soy lord Voldemort, tengo 666 mortifagos y dos docenas y media de horrocruxes.
Severus se quedo con cara de superwhat? Voldemort aprovecho para saltarle encima y darle un beso a la "Rodolfo Valentino"
-¡Guacala, que asco!- Severus chillaba y lo cacheteo antes de vomitar en la ancestral alfombra de los Black - ¡Auxilio! ¡Me mato! ¡Me mato antes que dejar que este engendro que parece hijo de ET y Freddy me toque! - y cogiendo un antiguo cortaplumas se lo acerco al cuello.
Voldemort temblo, pero luego razono en voz alta.
-Bueno, si se mata, puedo convertirlo en un inferi y poseerlo asi.
No hay palabras para pintar la expresion de asombro que se dibujo en la carita hermosa de Snape:
-¡Guacala! ¡Que frikki eres! ¡Con razon desde pequeño eras un marginado infantil! ¡Pero nunca me poseeras!
-¿Ah, no?- siseo Voldemort, y como el plan de latin lover le habia fallado volvio a ser el canalla bajuno de siempre - ¿Y quien te va a ayudar? ¿El chapulin colorado, o Albus Dumbledore?
-¿El que?- pregunto Snape, quien no veia la tele- Oh, no importa, ¡Albus Dumbledore, profesor Dumbledore, ayudeme!!!
-¡Aquí estoy Severus, he venido a salvarte! - atrono el silencio la voz del director, sin embargo, habia algo raro: aunque potente, la voz sonaba quedito, como si proviniera de un radio chiquito.
-¡Oh, no, el profesor Dumbledore!- temblo Voldemort y se "hizo de las aguas" - ¡Va a volver a castigarme con lavar todos los inodoros de Hogwarts con mi cepillo de dientes! - y lo busco aterrorizado con la mirada, y lo localizó, corriendo diminuto desde la ventana y con otro pulgarcito detrás suyo que le gritaba, bajito, por la escasa potencia toracica de ambos:
-¡Amor, no corras asi porque se te vuela la tunica y se te ven las piernas!
-¡Jajajaja!- se carcajeo histericamente Voldemort - ¿Y como piensan salvarlo asi de chiquitos?
-El tamaño no es lo que importa.- declaro mini-Dumbledore.
-Muy cierto: lo que importa es cómo moverlo.- añadio Grindelwald y al darse cuenta de que la habia regado, se sonrojo.
Le salvo de la embarazosa situacion que en aquel momento la pocion ojo de hormiga que se habian bebido para introducirse subtreticiamente en la mansion perdio su efecto y ambos magos recuperaron su tamaño normal. Grindelwald lo fulmino con la mirada desde su altura de supermodelo: lo detestaba como un diseñador italiano a unos zapatos baratos, como un academico de la RAE a las feministas de la "miembra" y la "imbecila", como una tamalera a la que se le pone en frente, lo detestaba, en fin, por derecho y obligacion. A Grindelwald le gustaba el lado oscuro y la maldad, pero con estilo y buenos modales: aquel advenedizo sacado del retrete, con sus horrocruxes por docenas y su marca que mas parecia tatuaje de los barrios bajos de Tepito; una calavera con lengua de vibora, (nomas le faltaban su ramo de rosas y un letrero que dijera "mama") lo sacaba de sus casillas por ser un pesimo malo, ofender su delicado sentido de la estetica y contravenir las normas de la elegancia.
-Cuanto tiempo Tom.- lo saludo Dumbledore tan flematico como siempre - ¿Asi que ahora te gusta robar niños?
-Va de mal en peor.- dijo el nordico - Habra cometido muchos errores, pero solo tiene un defecto.
-¿Cuál? - le pregunto su novio.
-Respirar.- contesto este - ¡Muerete por que verte me da asco!- le grito desorbitando los azules ojos.
-¡Jajajaja! ¡No podran matarme, tengo dos docenas y media de horrocruxes! - les respondio Voldemort.
-¿Qué no eran dos docenas?- le pregunto el pelirrojo.
-Si, pero es que ayer compre un juego de seis copitas de cristal soplado pre-ci-o-sas y como no queria que se fueran a romper por accidente las hize horrocrux para que asi solo pudieran romperlas con veneno de basilico y cosas asi.
Grindelwald puso los ojos en blanco, ¿estaba majareta ese tio o los snorkacks de cuernos arrugados le habian comido el cerebro o que onda?
-Tom, sabia que eras un exagerado, pero ya rayas en lo grotesco.- le dijo Dumbledore.
-¡Ah, nadie me quiere!- chillo Voldemort- ¡Mi mama no me queria, la señora del orfanato no me queria, la araña gigante de Hagrid no me queria!
-Si, si, nadie te quiere, todos te odian, mejor muerete!- le dijo Grindelwald y le lanzo un hechizo color verdeaguita, que el mago chafa esquivo por centimetros y hizo un agujero del tamaño de un pozo petrolero donde cayo.
-¡Ahhh! ¡Con que ese hechizo es el prodigioso invento, la poderosa arma que guardabais!
-Pues no.- dijo Dumbledore- Ese hechizo es invencion de Gellert, y amor, no me gusta que uses el Kuolema, es demasiado...
-¡Que no es el arma!- interrumpio el ordinario de Voldemort- Entonces, ¿Cuál es el maravilloso poder que los unio, que los hace fuertes? ¿No sera el ridiculo poder del amor, verdad, jajajaja?
Dumbledore y Grindelwald se miraron con cara de identico fastidio.
-Hazlo tu mi vida. - dijo el finlandes.
-No, hazlo tu mi cielo.- le contesto el ingles.
-Haganlo juntos.- les sugirio Severus que habia permanecido prudentemente escondido bajo una mesa.
-Buena idea.- dijeron al unisono y luego, con identica floritura de varita atacaron a Voldemort, y a la voz de "Jösta Kuolema" sendos rayos de luz verdeaqua impactaron al cara de vibora y lo pulverizaron como si el rayo de su mediocridad hubiese finalmente caido sobre el.
Un juego de preciosas copitas de cristal soplado estallaron a la vez dentro de una vitrina, lo mismo que Nagini, un diario negro (death note), un guardapelo, una copa, su primer chupete, sus zapatos mas comodos, la bacinica de oro de Sirius Black y un laaargo etcetera de objetos.
-Vaya, que facil ha sido.- dijo subitamente Dumbledore- De haber sabido hago de esto mi sueño y no ganar el premio de la revista "Coser y cantar".
-No tengas pendiente amor, - lo consolo Grindelwald - hacer el cojin mas primoroso del año no es moco de pavo.
-Si, bueno, ahora solo nos queda acabar con los mortifagos.
-Tal vez se acaben solos.- dijo el rubio- Ya sabes, cuando matan al cabecilla, los guerrilleros se matan entre si por obtener su puesto.
-Si, y si no lo hacen, nos pueden ayudar los miembros de la Orden del Fenix.
-¿Orden del Fenix?- pregunto Severus - ¿Qué es?
-Oh, es solo un exclusivo club de poderosos y expertos magos que gustan de combatir las fuerzas oscuras y practicar el arte del tejido.- explico Dumbledore- Fuiste muy valiente, Severus, teniendolo a raya.
-Severus Snape.- le dijo Grindelwald con su tono mas serio- Por tu valeroso comportamiento olvidare las actividades inmorales que supe cometias. Ahora, regresemos al colegio.
-Claro amor. - contesto Dumbledore y llamo a Fawkes, y cuando el fenix se aparecio los tres se cogieron de su cola para aparecerse en el mismisimo despacho del director.
*
Como los chismes casi no se regaban en Hogwarts todos los alumnos cuchicheaban expectantes sobre que le estaria haciendo Voldemort a Severus Snape y si el director y la moralidad con patas podrian detenerlo. Las opiniones eran muy diversas: Sirius Black cruzaba los dedos en la esperanza de que Snape muriera, el club de admiradoras del susodicho lloraban a moco tendido y le tenian prendidas sus veladorcitas delante su cuadro, Gilderoy Lockhart aseguraba que habian secuestrado a Snape solo por ser intimo amigo suyo y Lucius Malfoy, que era el unico que sabia la verdad se guardaba muy bien de decirla.
A la mañana siguiente, a la hora del desayuno, el chico que embellecio hizo acto de presencia en compañia del director, y este anuncio muy contento a sus alumnos que:
-El mago tenebroso conocido como lord Voldemort ha sido aniquilado, la noche pasada, por su seguro servidor y el profesor Grindelwald. Severus Snape, quien habia sido secuestrado por el es el unico testigo.
-Si, es verdad.- dijo Snape, y como su palabra era la ley el colegio en pleno prorrumpio en hurras y vivas, Lucius incluido, pues como buen ingles era buen hipocrita.
-Grupos de aurores persiguen por todo el pais a los seguidores mortifagos de lord Voldemort, y el ministro, muy optimistamente, creo yo, espera que en menos de un mes solo quede el recuerdo de este mago criminal y su organizacion malevola.
Nuevos gritos y hurras, y Lockhart se paro en mitad de la mesa y con un megafono gritaba:
-¿Ven? ¡Se los dije! ¡Lord Voldemort tenia un complot en Howgarts en mi contra!
Solo en la mesa de Griffyndor habia un ser que no participaba de la alegria comun que el regreso de Severus Snape y la derrota de lord Voldemort causaba, y ese ser, cubierto con un aura oscura era Sirius Black. La profesora McGonagall el habia decomisado su hacha pero este aun tenia un par de buenas manos con que ahorcar al mendigo de Snape, y el motivo era el modo en como Remus lo miraba.
Desde la noche antepasada habia evitado al jovencito lobo, en la conviccion de que este amaba a Snape, pues recordaba muy bien como le habia pedido que no lo matara; habia pasado dos noches en vela sufriendo de amores, reprochandose su propia estupidez por haberlo dejado ir, su cegera para ver los sentimientos que el joven de ojos melados le inspiraba. Tremendas ojeras circulaban sus ojos negros y estos brillaban cargados de la demencia caracteristica de los Black al mirar al chico que embellecio y a Lupin.
Creyo ver sus mas terribles sospechas sobre la perdida de Lupin cuando este se levanto y fue corriendo al lado de Snape, que se sentaba en su mesa. Los slytherins le abrieron paso y al llegar frente al chico que lo miraba hosco titubeo un momento y despues lo abrazo.
Severus, sorprendido por el comportamiento de Lupin tardo un segundo en devolverle el abrazo: el habia creido que Lupin lo abofetearia o algo, pero en vez de eso le dijo con una voz un poco estridente:
-¡Severus, me preocupe mucho por ti! - se sorbio los mocos y lo miro con una sonrisa en sus labios y una lagrima bailandole en los ojos- ¡Me alegro tanto de que estes bien!
Severus se quedo con su boquita de gato abierta, sin atinar a que contestar, pero con las manos bien puestas sobre la baja espalda de Lupin. Instintivamente alzo la vista y busco con la mirada a Black, y al verlo temblando de rabia, con los puños y los labios crispados sonrio de un modo malevolo, y estrechando mas fuerte a Lupin le dijo en voz bastante alta.
-Si, estoy muy bien Remus. Gracias por preocuparte.- y le seco con un dedo palido la lagrima que rodaba por su mejilla.
Sirius no aguanto mas y pegando otro grito demente (que le valio miradas de censura por parte del profesorado) salio corriendo del gran comedor. James Potter, en compañia de su mejor amiga Lily Evans miraba con pena en la direccion en que se habia ido, y luego, volviendose a mirar a Remus se encogio de hombros y le sonrio. "Con quien salgas es asunto tuyo" , parecia decir su gesto.
Sin embargo, Lupin se saco de onda. Sus intensiones al ir a abrazar a Snape habian sido amistosas, o eso creia el. Aun le tenia un poco de miedo a Snape por lo que le habia hecho, pero al mismo tiempo, no podia seguir engañandose a si mismo, le habia gustado, y mucho, lo que el slytherin le habia hecho sentir.
Pero cuando en medio de aplausos Severus lo beso, Remus opuso resistencia, se safo e instintivamente le dio una bofetada. Y mientras su mano describia el arco y golpeaba la mejilla mas codiciada del colegio se dio cuenta de que si hubiera sido Sirius no lo habria hecho.
"¡Por todos los diablos - grito el chico mentalmente- de quien estoy enamorado!"
-¡Muy bien hecho Reremus Lulupin!- grito el profesor Grindelwald - ¡Nada de besos antes de la boda! - levanto su dedo admonitorio, el indice, y en el anular se veia brillar la sortija gemela de la de que Dumbledore habia vendido al señor Yao.
-¿Boda? - preguntaron al unisono él y Severus- ¿que boda?
Continuara...