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Si Snape hubiera conocido el jabón Asepxia... por nezalxuchitl

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Notas del capitulo:

Notas a cargo de Regulus Black.

Like a virgin, touched at a very first time... - Regulus canta la cancion debut de Madonna, pero al darse cuenta de que las lectoras lo miran se detiene, cambia de actitud a una muy seria de un digno miembro de la familia Black, tose con afectacion y dice- Muy buenas las tengan todas (¿?) en este capitulo, lamento informarlo, mi querido hermano Sirius opta por no dejarlo todo en familia, como nuestra prima Bella sugeria, y dando la espalda a su noble estirpe decide unirse a ese sangre sucia enfermizo y sospechoso de quien sabe que cosas, con eso que desaparece cada luna llena... en fin, disfruten el capitulo.- el joven saca su guardapelo y empieza a hipnotizarlas...

¡Mas lemon en este capi, y un miniextra!!!

 

21° Like a virgin.

 

Después de idear un plan, que, o mucho les fallaba o conseguían librarse de un matrimonio forzado y además los respectivos amores de sus vidas, Severus y Remus salieron de la sala de los menesteres y se encaminaron a sus respectivas salas comunes. El joven lobito se sentía muy dichoso cuando entro en la habitación circular que compartía con sus amigos. Sin encender la luz, para no despertarlos, se acerco a su cama, que era la única con el dosel descorrido y se desvistió para ponerse la piyama.

 

Pero solo había realizado la primera mitad de su pensamiento cuando la cortina de la cama de Sirius se descorrió de forma teatral y su amigo, casi irreconocible con las ojerotas, la barbita y sobre todo la mirada de intenso y febril deseo le dijo con una voz falsamente tranquila.

 

-Buenas noches Remus. Que horas tan bonitas de llegar. Supongo que estabas tomándote atribuciones maritales con tu futuro.

 

Al terminar su oración Sirius se rió con una risa loca y demente. Remus estaba asustado, nunca lo había visto así. Cayendo en cuenta que estaba solo en boxers se apresuro a tomar los pantalones de su piyama.

 

-No se de que me hablas, Sirius, supongo que has estado bebiendo de mas.

 

Black se sonrojo levemente ante el reproche: a Remus no le gustaba nadita cuando él y James (James por acto reflejo) se emborrachaban. Que lejos estaba Remus de imaginar que el era el motivo de sus frecuentes citas con la botella. Sirius bebía para ver si con la bebida olvidaba los encontrados sentimientos de deseo y amor que su enfermo amigo le provocaba. Con ayuda de la beberecua los rechazaba diciéndose que el no era gay, y que tirarse a su amigo seria una canallada, por su condición. (algo asi como invitar a un cojo a correr, xd!)

 

Pero ahora todo aquello se había ido al diablo.

 

-¿Beber? No, no he bebido. Pero si tu quieres un traguito para ponerte romántico, aquí tengo.- Sirius se agacho y de debajo de su cama saco una botella del mejor whisky de fuego. (conseguido a precio de ganga cuando Aberforth Dumbledore convirtió en abstemio su bar... ahora lo frecuentaban muchos musulmanes xd)

 

Sirius la abrió y le pego un largo trago que asemejaba un beso. Remus se sonrojo de pensar eso, y en calzoncillos. Ojala el plan que el y Snivellus había hecho funcionara. Comenzó a ponerse los pantalones.

 

-¡Alto ahí!- bramo Sirius, y con la botella firmemente asida en la zurda lo rodeo con la diestra por la cintura, repegandose a él.

 

Remus apenas tuvo tiempo de mirar los hipnóticos ojazos negros cuando los labios con aliento alcohólico se apoderaron de los suyos.  A pesar de lo violento de la situación Remus casi se sintió trasportado de felicidad al recibir el primer beso de su amado Sirius. Casi le correspondía, cuando se acordó del plan de Snivellus.

 

-¡Sirius, detente! ¿Qué haces? - le grito empujándolo y tratando de zafarse.

 

-¿Qué que hago? Tomo lo mio.- le apretó una nalga para dejar bien en claro que era lo suyo.- Tu eres mio, Lunático, te guste o no.

 

Lupin no sabia si reír o llorar. Un nuevo beso lo saco de sus cavilaciones.

 

-¿Estas loco? ¡Somos amigos! ¡A ti te gustan las chicas! ¡Yo soy un hombre lobo!- mejor enumerar todos los contras de una sola vez.

 

-¡Al diablo con todo!- gruño Sirius, apretándolo contra el- Tu eres mío y voy a poseerte ahora mismo. - le tiro del resorte de los calzoncillos.

 

-¡No, Sirius, vas a despertarlos!- grito Lupin, con muy poca consideración para con los presuntos durmientes.

 

-James y Peter no están, - Sirius sonrío de oreja a oreja, como si estuviera diciendo algo enormemente divertido- Le dije al buen Cornamenta que si iba a espiar el despacho del director encontraría pruebas fehacientes del control que Grindelwald ejerce sobre Dumbledore merced del "baile maldito". Y le dije que se llevara a Colagusano de testigo.

 

Lupin había abierto mucho sus ojotes, horrorizado por lo que habia hecho Sirius, si Grindelwald sorprendía a sus amigos espiando el despacho del director los convertiría en sapos, cuando menos. Pero Sirius atribuyo la palidez de su amado a otra cosa.

 

-Tienes miedo, ¿he? - dijo como si la idea le gustara - No tienes porque temerme, soy mejor que Snivellus.- le rompió los calzones de un tiron y se los arranco a pedazos.

 

-¡Oye!- le reclamo molesto- ¡Esos eran mis únicos calzones buenos! - todos los demás tenían agujeritos.

 

Sirius se saco un poco de onda con aquello.

 

-No pretendas engañarme. - dijo con una voz ronca y dominante- Si lo hiciste con Snape lo harás conmigo. Y de hoy en adelante solo conmigo. Te encerrare en un calabozo de mi mansión y serás mi esclavo sexual y mi prisionero de amor. - le dijo en un arrebato que arrebolo las mejillas de Remus. El lobito sabia que su Black era perfectamente capaz de hacer lo que decía.

 

Tenia ganas de brincar de gusto y darle de besotes a Sirius, pero recordó el plan de Snivellus. Aguanto.

 

-No, Sirius, no es verdad: Snivellus solo se jactaba, no me toco.

 

-¿Qué la serpiente no te toco? - pregunto con una ceja en alto.

 

-Bueno, si me toco un poquito por todos lados pero cuando quiso pasarse lo abofetee y me vine a dormir.

 

-¿Y porque tardaste tanto en llegar aquí?- pregunto con suspicacia Sirius, que había pasado en vela la noche de la fiesta de Slughorn.

 

-Porque con la borrachera se me olvido la contraseña y tuve que dormir delante del retrato. Evans me encontró en la mañana, cuando salio a poner una carta, y ya entre yo.

 

Sirius medito. Le preguntaría a Evans para confirmar las palabras de Lunatico; al fin y al cabo ahora la chica estaba al alcanze de la mano, con eso de que era la "mejor amiga" de James...

 

-Entonces... ¿aun eres virgen?

 

-Si. - mintió descaradamente Remus, con sus mejillas intensamente carmín, sonrojándose como un verdadero doncel. (la verdad era que temía que lo pillaran en la mentira)

 

-Vaya.- sonrió mas afectuoso Sirius - Eso lo cambia todo.

-¿Vas a dejarme en paz?

 

-No.- contesto - El plan de poseerte de inmediato sigue vigente, lo que ha cambiado es que ahora vas a ser mi esposo en vez del esposo del exgrasiento. Grindelwald jamás toleraría que un doncel no se casara con quien lo ha desflorado.

 

Lupin abrió los ojos desmesuradamente: ¡Justo lo que Snape habia dicho! El intelecto del chico a veces le daba miedo. Pero a Sirius le pareció que Remus estaba asustado y eso lo excitaba. Dio otro largo beso a su botella y luego le pego la boca de la misma a Remus en la suya, obligándolo a beber un largo trago que le escaldo y lo hizo toser. Remus nunca bebía nada tan fuerte, y menos a pico de botella.

 

Mientras el chico tosía por efecto de la ardiente bebida Sirius lo empujo sobre su cama, y con mas ternura que antes lo rodeo con sus brazos y empezó a besarlo de una manera avorazada, mas hambrienta y necesitada de lo que recordaba haber sentido a Snape... Pero alejando el recuerdo del otro sexy pelinegro se concentro en su plan, en fingir doncellez.

 

Cuando los labios de Sirius, rodeados de su rasposa barbita, descendieron a acariciar y arañar su cuello a un tiempo Remus hizo acopio de voluntad y lo empujo diciendo:

 

-¡No Sirius, detente, hay que esperar a estar casados!

 

-Lo siento Lunático, pero ni puedo ni quiero esperar mas. Y parece que tu tampoco.- añadió con malicia al sentir la erección del chico contra su vientre, frotándose contra esta para estimularlo. Le comía el cuello con besos voraces y le daba suaves mordiditas para marcarlo como suyo.

 

Remus aun se resistía débilmente cuando Sirius descendió hasta su pecho, pero el gemido que escapo de sus labios al ser capturado su pezon fue de puro placer. Sirius rió para sus adentros y bajo la diestra a hacerse cargo del pene de su amado. Remus se arqueo violentamente al sentir la mano entrecerrándose sobre su erección y frotándola.

 

-¡Ahh! ¡Sirius, Sirius!- grito: había deseado tanto eso, había tenido tantos sueños húmedos al respecto.

 

-¿Aun quieres que me detenga? - pregunto Sirius raspándole el pezoncito con su barbilla sin rasurar.

 

-¡Si! - insistió Remus en su papel.

 

Sirius puso los ojos en blanco, exasperado y le dijo:

 

-Pues dentro de cinco minutos me vas a rogar que no pare.

 

Y diciendo y haciendo, le dio la vuelta a su sexy pelicastañito y le abrió las piernas. Como Remus se resistía y trataba de cerrarlas le pego una fuerte nalgada que bamboleo sensualmente el trasero de Remus, que soltó un gritito. El pelinegro se relamió los labios: la imagen de su mano pintada en rojo sobre aquellos blancos volúmenes era tan hot. Le dio otra nalgada, y otra mas... ¡umh! Aquello era fantástico, pensó mientras seguía nalgueándolo, con razón a Bella le encanta el sado. Se detuvo al ver que las nalgas del pelicastaño ya estaban completamente enrojecidas.

 

-¿Vas a ser un chico bueno, Remus, y abrirás las piernas o tendré que seguir castigándote? - pregunto con una voz provocadora.

 

Y Remus, aunque sorprendido por los golpes no los había considerado en exceso dolorosos y si bastante excitantes, continuo con su papel de estuprada Lucrecia:

 

-¡No, no las abriré! Te daré mi virginidad hasta que seas mi esposo.

 

A Sirius aquello le pareció muy tierno, y ecchi. Así podía usar un poco mas de violencia.

 

-Tu lo has querido, precioso.- le dijo, y Remus espero mas nalgadas, pero en vez de eso... nada.

 

Apenas se incorporaba para voltearse a ver que hacia Sirius cuando un par de dedos mojados se introdujeron violentamente en su interior, y el, que era prácticamente virgen grito de dolor. Sirius movió desconsideradamente los dedos en su interior, solo lo estaba lubricando, no preparando. Sin sacarle los dedos hecho un poco mas de lubricante del tubito directamente sobre su miembro enhiesto, y arrojando el tubito que tan útil había sido froto su pene para repartir el lubricante, era un gel frío, que supuestamente ayudaba a dar mas placer a la pareja, por eso lo había comprado.

 

Le saco los dedos a Remus, que aun jadeaba dolorido y asiéndolo con firmeza por las estrechas caderas lo penetro por completo de una sola y violenta estocada.

 

Remus soltó otro grito desgarrador: Sirius lo tenia enorme y se lo había metido bien tosco, su culito, que solo tenia una usada (y muy cuidadosa) le escocia y le dolía, y apenas había tenido tiempo de sentir la magnitud de lo que le metió cuando se movió. El mete y saca que supuestamente no conocía, ya bastante rápido y duro, que lo hacia desmayarse de dolor a cada embate.

 

-Oh, Sirius, para, por favor, me estas matando!- le suplico.

 

-No, solo estas sangrando un poco.- lo "tranquilizo" Sirius - ES normal que te duela la primera vez, pero pronto se te pasara, ya lo veras.- y se inclino par acompañar sus ultimas palabras con un besito en la espalda.

 

Luego jalo a Remus por la cintura, para que quedara bien puesto a cuatro patas, y afianzo sus rodillas en medio de las piernas de su pelicastañito, lo detuvo por la cadera con una sola mano y con la otra lo masturbo. La sensación placentera de adelante compenso bastante el dolor de atrás, y Remus se sorprendió al descubrir que el dolor no le era del todo desagradable... (de tanto estar con los Black se pegan sus mañas) Jadeaba y las aflojaba, rogando mentalmente que Sirus no se diera cuenta de que no estaba estrenando, pero mientras el lo creyera asi, como que se convertiría en realidad, y el, Remus, perdería su virginidad dos veces.

 

Esa idea lo divirtió y aflojo mas el cuerpo, abandonándose a las sensaciones que su loco pelinegro le daba por delante y por detrás, sobre todo por detrás, Remus no sabia pero aquel gel si era efectivo, una gran sensación de calor y bienestar se expandía desde el interior de su orificio a todo su cuerpo, colmándolo, y era Sirius quien se la metía, eso lo hacia gozar aun mas... Sin darse cuenta de cómo se encontró gritando el nombre de su amado y pidiéndole que le diera mas duro.

 

Y Sirius, acariciado su ego guardaba su aliento para pujar y empujar dentro del calido interior del lobito, dándole tan recio que sus bolas se balanceaban y  chocaban con las del pelicastaño. Cuando escucho los gritos que indicaban que Remus había llegado al clímax, al mismo tiempo que sentía su semen inundar su mano y resbalar por ella dio rienda suelta a su placer: con la mano un cubierta de semen lo sujeto por las caderas, manchándolo, y dándole tan recio que el ojimelado temía partirse en dos, mas al sentir los chorros de semen corriendo por sus entrañas una gran alegría disipo todos sus temores, le había dado placer a su querido Sirius.

 

Una vez llegado al clímax Sirius se salio de su interior y se desplomo  a su lado, sobre la cama, jalándolo para abrazarlo contra si mientras recuperaba el aliento.

 

-¿Qué te pareció? - le pregunto luego de un rato, cuando Remus ya empezaba a dormirse.

 

-¿Ah, que? Oh, ya, bueno, pero me duele...

 

-Te voy a curar tu culito.- dijo Sirius dándole de nuevo la vuelta y besando sus nalgas. Luego lo limpio con un pañuelito y le aplico una pomada sanadora, metiéndole los dedos cuidadosamente para curarlo bien. Luego lo volvió a poner bocarriba y lo beso.- Ya esta; mi prima Bella me regalo esta pomada, dice que es fantástica para curar las rozaduras de amor.

 

Lupin lo escuchaba sin saber que decir, salvo que la prima Bella era una degenerada.

 

-Me parece que voy a tener que preguntarle donde la compro, porque vamos a necesitar cantidades industriales de ella, Lunático.- termino con una carcajada maliciosa.

 

                        

                                                            

Continuará...

 

Notas finales:

¡Ojala haya sido de su agrado! ¿Lograran Sirius y Remus casarse? ¿A quien ama el principe meztizo? ¡Algunas respuestas en el proximo capitulo, el MIERCOLES!

Y ahora el miniextra: Miniextra 7 "Coleccionando horrocruxes"

 

Lord Voldemort buscaba y buscaba objetos preciosos que convertir en horrocruxes. Estaba seguro de tener la colección mas grande del mundo de estos diabolicos inventos, pero habiendo terminado con todas las reliquias de los cuatro fundadores de Hogwarts se preguntaba que otra cosa podria convertir en horrocrux, asi que puso un anuncio en el periodico que decia de la siguiente manera:

 

"¿Tienes un objeto que sea un precioso tesoro para ti? ¿Quieres asegurarte de que ese invaluable item te dure para siempre? Si estas comprometido a proteger tu tesoro contra viento y marea ( y mas importante, contra Albus Dumbledore) traelo a la mansion Malfoy; pregunta por el Dark Lord. Se recibe de cuatro a siete con interrupcion a las cinco para tomar el te."

 

El anuncio fue puesto en "El profeta", en las hojas informativas de la aldea de Konoha, en "El santoral" de los saintos de Atenea, en los "Edictos" del reino de Gondor, en fin, en todas las publicaciones informativas. Una gran cantidad de personas, con sus tesoros ocultos bajo las chaquetas hicieron fila al dia siguiente. Lord Voldemort los fue pasando de uno por uno para ver sus candidatos a horrocrux.

 

El primero en pasar fue un hiperactivo chico vestido de naranja, con raros bigotitos que no dejaba de brincotear y decir:

 

-¡Dattebayo, dattebayo! ¡Yo quiero que mi ramen instantaneo nunca se acabe y dure para siempre, dattebayo!

Lord Voldemort juzgo que una sopa no era lo bastante digna para contener un trozo de su alma y despidio al chico. El siguiente fue un hombre enmascarado que usaba una bandita identica que el muchacho y le dijo:

 

-Pues yo traigo mis novelas eroticas: veras, cada que mi novio se enoja me las rompe y cuestan una fortuna, ademas, son en si mismas, tesoros invaluables de la echidad.

 

Al dark lord tampoco lo convencieron las novelitas rosas, a pesar de que Kakashi sensei juraba que eran mucho mejores que los romances de Danielle Steel. El siguiente candidato fue un ancianito de luengas barbas y rostro bondadoso que estrechaba con amor una bolsita y que dijo:

 

-Hay hijito, ten piedad de este pobrecito viejito santo que soy yo, san Mithrandir, y convierteme esta bolsita de oro en horrocrux para que nunca se me acabe y pueda sacar y sacar dinero y dinero... - el viejito desorbita los ojos pensando en dinero, pero el Voldy no quedo muy convencido y saco al viejito, eso si, no antes de que se "pidiera prestada" una copa de plata.

 

Lord Voldemort empezaba a aburrirse pero hizo pasar al siguiente, un joven algo feo y bastante idiota que lucia una armadura de bronce color plateado con forma de pegaso. El sainto de Atenea hablo asi:

 

-¡Oh, yo quiero que mi cosmos se haga inagotable!!!- dijo y acto seguido gesticulo como si estuviera sacando su cosmos o haciendo del baño, tenia la misma expresión para ambas cosas.

 

-¡Tu sacate, ni falta te hace! ¡Siempre tienes mas cosmos que yo horrocruxes, siguiente!

 

Saint Seiya salio y entro un palido palido tipo de cara viperina y ojos de serpiente, con cuatro serpientes enroscadas, tan parecido a el mismo que Voldemort se pregunto si seria un espejo, pero el personaje hablo asi:

 

-Hola, querido- Orochimaru a todos decia queridos, y mas si eran ingleses- mira, yo quiero que me hagas inmortales a las bebes: le puso las viboras en fila: esta es Aurea, Darcia, Vaises y Nagini.

 

-¡Oh, otra Nagini!- exclamo Voldemort- ¿Tambien es parte de tu alma?

 

-No, Nagini es parte de mi haren, querido.- Oro sama saco la lengua en una mueca libidinosa.

 

Y como las serpientes le gustaban mucho conviritio a las cuatro viboras en horrocruxes, y desde ese dia, las bebes estuvieron a salvo de los atentados terroristas de Kabuto, que a cada rato trataba de matarlas para ver si asi conquistaba el corazon de Orochimaru.

 

                                                           Tan-tan.


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