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Droga por NaomiChan

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Notas del capitulo:

Naomi:Yahoo~ Mi primer one-shot *-* y el primer Fic que publico aquí
Soy nueva en esto asi que no me maten por que esta muy fome o por que fue muy corto o ¡No se! aunque si he escrito otros fic's todos estan inconclusos xD

Esta idea loca me vino... nada mas y nada menos que cuando me duchaba...
Miku: que mas se puede esperar de ti, ¿no?
Naomi: e.e ¡Cállate! las ideas vienen cuando uno menos se lo espera jeje ^^U

Ojalá les guste ._. & Dejen reviews!! *^*

Disclaimer: La serie Naruto y todos sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.. pero algún dia seran mios muajaja :B

 

Estaba sumergido en la nueva droga que le había dado a probar aquel hombre de pelo liso.

 

Ya no eran ponys rosados y sirenas cantándole al oido las raras ofuscaciones que se imaginaba…  ahora eran horrendas alucinaciones las que se le aparecían cada vez que aspiraba, fumaba o se inyectaba una nueva droga, pero eso en realidad no le importaba, total a fin de cuentas, servia para olvidar todo lo malo que le estaba pasando

Su mente pedía más de ese líquido inyectable azul…

- M-más – pidió con sus orbes azules entrecerradas, agarrando una nueva jeringa en sus manos e inyectándosela sin pensarlo

- Eh, eh con cuidado pequeño – le advirtió el hombre con ojos de serpiente

- Déjame… - expuso el pequeño

 

Necesitaba olvidar… olvidar cada muerte, cada abandono por los que había pasado en esos últimos meses…

 

 

- Me voy – susurró

- N-no, no te puedes ir… - pequeñas lagrimas comenzaban a recorrer sus mejillas – te necesito – susurró

- No me detengas, necesito cobrar mi venganza… y no soy lo suficientemente fuerte para lograrla

- Pero entrenaremos juntos – dijo entrecortadamente, debido a las lagrimas

- No Naruto – sin decir nada mas, se marchó desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos, quedando el rubio sin nadie mas a su alrededor, llorando desconsoladamente en silencio, ahogando los gritos que querían salir.

 

 

El sonido del cardiograma sonaba por toda la ambulancia, ese pitido agudo que chocaba en sus pequeño oídos hacia que comenzara a llorar

- ¡Noooo! … ¡papá! Vuelve, no me dejes solo… porfavor…– abrazaba al cuerpo ahora sin vida de su padre

- Pequeño… - logró articular la enfermera

- Porque… ¿Porque todos se tienen que ir?… ¿Porque todos me dejan solo? – susurraba, intentando ahogar el llanto incontenible y las pequeñas convulsiones que le causaba.

 

 

 

 

 

 

 

Desde la muerte de su padre había comenzado a “probar nuevas sensaciones” como le decía el hombre de pelo liso. Parece que ya había probado todo lo del mercado, desde una aspirada de neopren hasta el líquido azul que estaba inyectándose ahora.

Y aunque sabia que drogándose no olvidaría nada, lo necesitaba, ya se había vuelto algo vital en su diario vivir.

 

- ¿Lo extrañas? – Preguntó el hombre

El chico de ojos azules solo le envió una mirada asesina al hombre mayor.

- Creo que ese fue un si…, oye tu sabes que yo lo puedo contactar y quizás así se vean algún día- dijo con aquella mirada maliciosa.

Ahora el de ojos azules no lo miró, sino que se volvió a inyectar de aquel líquido

- Uff, creo que ese fue un no

- Déjame en paz –

- Lo siento, primero debes pagarme

- El dinero está ahí, encima del mesón – dijo con los ojos desorbitados, el liquido poco a poco comenzaba a hacer efecto en su cuerpo y mente

- Ok ok entonces me voy, adiós pequeño zorrito

Antes de volver a inyectarse el rubio totalmente ofuscado gritó

- ¡No me vuelvas a decir así!

- ¡Ok ok! ¡No te alteres pequeño!

El rubio masculló algo entre dientes,  volvió a inyectarse.

Sintió la puerta cerrarse y las alucinaciones comenzaron: Estaba en un lugar oscuro, sin luz alguna, unas extrañas manos lo guían a un punto de aquel lugar, una tenue luz aparece de la nada, intenta correr hacia ella pero desaparece… así es como ve su vida, oscura, sin salida, sin alguien que pueda salvarle de aquel sufrimiento, sin alguien que le diga que pare, sin alguien que le diga te quiero, sin alguien que lo acompañe… sin nadie… ahora en su alucinación se siente ahogado, como si una mano le estuviera tapando su boca y nariz para que no pueda respirar… su cuerpo ya no responde… sus ojos se desorbitan completamente, llego al clímax de su resistencia corporal…

 

 

- Hola pequeño rubio

Se voltea a ver quien le hablaba, quien era el que se le dirijia de esa manera.

- Quien eres – entrecerró los ojos, la oscuridad de aquella disco no le permitía ver a quien le hablaba

- Tu mejor pesadilla

- Ah?

- Me eh enterado que andas solo, sin rumbo en la vida…

- ¡¿Quien diablos eres?! – gritó ofuscado, quien se creía ese que le podía hablar así

- Mi nombre es Orochimaru, es un placer conocerte… por fin

- ¿Por fin? – preguntó el de ojos azules, intrigado

- Me han hablado mucho de ti

- ¿Quien? – se había cambiado de ciudad para que así nadie lo reconociera…

- Algún día lo sabrás…

- … Déjame en paz – este hombre debía estar mintiendo, lo mejor era echarlo de su lado

- Espera… te invito una copa

- No bebo – mintió

- No me hagas reír… yo se que bebes… y se que has probado alguna que otra cosa…

- ¿D-de que hablas? – Este extraño ¿como es que sabia tanto de el?

- Oh vamos, no mientas… toma – le extendió un cartucho con un polvillo blanco en su interior

- No, gracias- quería dejar de probar ese tipo de cosas… pero su curiosidad podía mas

- Te lo regalo

- … - Tomó el papelillo y lo aspiró con una bombilla que le facilitó Orochimaru – Aaahh… - pronuncio

- Veo que te gusta… toma – le entrego una tarjeta – ahí esta mi numero de teléfono, si quieres más, solo llama – con una media vuelta desapareció de su vista.

 

Así había comenzado a sumergirse en esa vida sin rumbo fijo, sin futuro, sin esperanza…

 

 

No sentía sus piernas.

Pero respiraba y escuchaba.

Sintió pasos que se acercaban hacia el. Quería saber quien era, quien había entrado a su casa, pero no podía moverse, ni siquiera para levantar su cabeza. Estaba en el piso, recostado con los ojos cerrados, pálido y con ojeras… casi irreconocible.

- No, no, no, no… no puede ser… Naruto… - lo tomó por sus brazos y lo sacudió un poco – No te vayas… quédate conmigo

Intento abrir sus ojos… el azul cielo brillante de sus ojos se había ido, era un azul sin fulgor, opacos, apagados… miró a la persona que lo tenia en sus brazos… no podía ser el… era una visión mas… no era real…

- Naruto…

Sintió una gota en su mejilla… ¿Acaso estaba lloviendo? Abrió un poco sus ojos… llovía… en los ojos de sasuke llovía.

- ¿Sas…uke?

- Sí, soy yo – depositó un pequeño beso en sus labios. Lo tomó totalmente en sus brazos y se lo llevó, debía llegar lo antes posible a un hospital, no podía perderlo dos veces. Salio fuera de aquel viejo y sucio apartamento, le pidió a un hombre que llamara a una ambulancia, espero algunos minutos y ya estaba ahí, dentro de la ambulancia. Recostaron al pequeño rubio sobre una camilla, le pusieron aparatos extraños en sus brazos, una mascarilla de oxigeno. No podía dejar de llorar. Quería ser fuerte, pero no podía.

 

Llegaron al hospital.

El rubio podía oír voces de mujeres y hombres a su alrededor que comentaban algo de… que no tenia posibilidad, que era fatal… podía escuchar también la voz de sasuke, unos gritos de el que pedían que lo salvaran.

Cerró los ojos… otra visión: ya no era un lugar oscuro, era todo lo contrario, blanco y brillante, la mano que lo ahogaba ahora lo ayudaba y lo guiaba hacia una luz aun mas brillante, quería ver a quien pertenecía esa mano… se acercó mas a ella… era… era sasuke.

Aquel moreno lo hundió, sin el se sintió derrumbado, pero el mismo moreno lo salvó, lo llevó nuevamente a las alturas.

 

- Sasuke… te amo… - susurró, quería sonreír pero la droga no se lo permitía, estaba casi totalmente paralizado.

El moreno dejó de gritarles a las enfermeras, sintió una punzada en su pecho, tenia que ir a ver su rubio.

- Naruto… - susurró

El rubio abrió los ojos…

- Mi pequeño zorrito… te amo… -

- sas…uke… yo igual te amo – Cuan feliz lo hacían escuchar aquellas palabras.

- Perdóname, perdóname por dejarte solo tanto tiempo, perdóname por ser un estúpido, perdóname… - comenzó a llorar nuevamente

- Perdóname a mí por ser tan débil – dijo apenas el rubio

- Yo no tengo por que perdonarte

- Entonces yo tampoco… recuerda – tosió un poco – te… amo… estaremos juntos… en otro tiempo… - sus ojos cansados se cerraron, y finalmente pudo esbozar una pequeña y casi invisible sonrisa.

 

El sonido del cardiograma sonaba por todo el lugar, ese pitido agudo que chocaba en sus oídos…

Besó nuevamente sus labios ahora fríos, se retiró del lugar… su pequeño amor le había dicho que estarían juntos… entonces el esperaría que llegara el momento para que vivieran toda una vida juntos, sin nadie que los separe, sin nadie que se interponga.

Él, esperaría…

 

 

 


Notas finales: Naomi: Acepto tomatazos, botellazos, piedrazos, cuchillazos y cualquier objeto condundente que haga daño, si hasta yo me queria matar por asesinar a mi lindo rubito ;-;
Miku: Yo no acepto nada de eso
Naomi: Cállate hijo mio
Miku: e.é
Naomi: Bien, gracias por perder su tiempo en leer ese horroroso fic, pero se que es fome y malo
Miku: Dejen Reviews ! *^*
Naomi: Por Favor!

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