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Oscura tentación por deyaniradarcy

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Notas del capitulo:

oa!!^^ bien primero q nada muxas gracias por sus rr, en verdad m an animado bastante, y bueno este sera el ultimo cap del mes, ya veremos en diciembre q pasa XD

sin mas q decir, disfruten de la lectura^^

 

Capitulo2

Encerrado y mudo

 

Ha pasado una semana desde aquella fiesta, las cosas marchan con normalidad mi Aibou recibe constantemente la visita del menor de los Kaiba, pero yo no le pregunto nada acerca del tema, ya que no es mi asunto, aunque Yugi más de alguna cosa me ha comentado, creo que eso se debe al grado de confianza que hay entre ambos y también porque sabe que yo no se lo diré a nadie.

 

Cuando Mokuba se marcha, es cuando Yugi me pregunta si quiero acompañarlo a algún lugar. Hoy ha deseado ir al centro comercial en donde los demás nos esperan, claro que acepte ir a pesar de lo poco que me agrada aquel ruidoso lugar, me gusta el pasar tiempo con mis amigos, aunque tengo algo de sueño, ya que ayer Yugi nuevamente me hablo por horas de Tea y de lo cerca que estuvo de confesarle su amor, pero que a ultima hora le dio demasiada vergüenza. Mi pequeño Yugi siempre tan inocente, aun me es increíble el solo saber que le habla a la chica que le gusta casi con tanta normalidad, y digo casi ya que más de algún tartamudeo se le escapa de vez en cuando.

 

Ellos bromean y conversan mientras comen alguna hamburguesa y sus refrescos, yo respondo vagamente alguna pregunta que me hacen, en realidad más que hablar me gusta escuchar y ver a mis amigos, disfrutando de cada segundo que paso con ellos. El tiempo para mi es muy valioso, por que no se por cuanto tiempo podré seguir viviendo, ya que si bien Ishizu me ayudo a conseguir este cuerpo para permanecer en este mundo, yo no puedo vivir lo mismo que un ser humano normal, después de todo en esencia jamás he dejado de ser solo un espíritu, puedo vivir por siglos o morir en tan solo unos segundos, la muerte para este cuerpo inestable puede ser mañana como en dos años más, por mi esta bien, ya he vivido mucho más de lo que tenia destinado originalmente.

 

Mientras paseamos por las tiendas una fuerte opresión acude a mi cabeza, siento mi cuerpo más pesado de lo normal, el dolor es casi insoportable, cierro mis ojos intentando no quejarme, ya debería estar acostumbrado a este dolor, pero por más que lo intento me es imposible, es verdad, desde que mi alma fue adherida a este cuerpo, jamás se lo he dicho a Yugi ni a ninguno de mis amigos, pero hay días en que este dolor es agonizante, peor que cualquier tortura imaginable, pero esta bien, este es el precio que yo tengo que pagar por mi elección de quedarme en este mundo, y jamás me arrepentiré de ello, a pesar de cuanto debo sufrir, siempre me sentiré muy feliz por mi decisión.

 

--Yami ¿te encuentras bien?-escucho la voz preocupada de mi compañero.

--si Yugi, tan solo me siento algo cansado-intento sonreírle, pero me es imposible, ya que mis labios permanecen fuertemente apretados evitando que cualquier quejido producto del dolor escape de ellos y mi pequeño se de cuenta de todo.

--¿quieres que te acompañe a casa?-miro a sus amigos que continuaban caminando sin percatarse de que ellos se habían quedado atrás.

-- te lo agradezco, pero será mejor que me vaya  solo-le sonrío antes de comenzar a caminar-nos vemos en la casa, y no te preocupes.

--esta bien Yami-en su voz y en su mirada se evidenciaba su preocupación, pero aun asi no me detuvo.

 

Intento caminar con calma, hasta que veo que mi Yugi esta fuera de mi campo visual, comienzo a correr, hasta llegar  a una de las escaleras de aquel lugar, me siento mientras me sostengo mi corazón con fuerza mientras ago un intento sobrehumano para respirar, pero no puedo, me estoy ahogando, mientras que mis latidos aumentan cada vez más, ¿será este mi fin? pienso fugaz mente antes de sentir como todo se oscurece y el dolor simplemente se desvanece.

 

Yami...Yami despierta...

 

A lo lejos escucho una suave voz mientras que un agradable calor pasa casi imperceptible por mi rostro, intento abrir mis ojos, pero por más que lo intento no puedo, por ello descanso unos segundos más antes de hacer un nuevo intento, afortunadamente por fin logro entreabrir mis ojos y ver de una manera borrosa una silueta.

--Yami, gracias a dios que reaccionaste, ya comenzaba a asustarme.

--estoy bien-al principio no reconocí de quien era esa voz, pero finalmente descubro a quien le pertenece.

--aquí esta la medicina que pidió joven Kaiba.

--muchas gracias-miro aquel sirviente antes de marcharse.

--¿en donde estoy?-pregunto algo desorientado, ya que mi mirada aun es algo borrosa.

--en la mansión, te encontré tirado en las escaleras de centro comercial y como no pude localizar a Yugi le pedí a mi guardaespaldas que me ayudara a traerte.

--siento mucho las molestias-ahora puedo ver con nitidez en donde me encuentro y también a aquel enorme y musculoso hombre que esta parado cerca de la puerta con un rostro muy serio, dando la impresión de que si lo miras demasiado te asesinara a sangre fría, la pistola en su cinturón lo confirma.

-- no te preocupes Yami, me alivia mucho el saber que estas bien-sonrió.

 

Por alguna razón observe aquella bella sonrisa por varios segundos, se veía feliz, normal, pero aun asi había algo que me inquietaba, es como si solo estuviese fingiendo.

 

--Shiro-san ¿nos permitirías hablar a solas?-Mokuba le pregunto a ese guardaespaldas.

-- lo siento señorito, pero el Amo Kaiba ordeno específicamente que no lo dejara solo ni un segundo-respondió aquel hombre de traje y lentes oscuros.

--lo se, pero no estoy solo, además Yami es un amigo de la familia, asi que supongo que no habrá problema, pero si gustas puedes esperarme al otro lado de la puerta, yo saldré en un momento.

--como ordene, lo estaré esperando y en quince minutos volveré a entrar-le contesto, no es que el deseara contradecir las ordenes de aquel chico, pero finalmente el que le pagaba era el señor Kaiba y si no hacia lo que le ordenaba al pie de la letra, seria despedido.

--muchas gracias-le sonrio con cansancio mientras que lo veía salir de la habitación, suspirando casi imperceptiblemente cuando la puerta se cerro.

--tu hermano toma demasiado en serio tu seguridad ¿no?-deje entre ver mi curiosidad sin darme cuenta.

--no lo se, antes asi era, me protegía de las personas que posiblemente intentarían dañarme, pero... ahora no se de quien trata de protegerme, y quizás ni siquiera sea esa su intención.

 

Note como aquellas palabras estaban impregnadas de melancolía, como si algo le estuviese haciendo mucho daño, pero que él no deseaba que fuese notorio, como si estuviese tratando de encubrir algo con todas sus fuerzas. Se alejo un poco de la cama mirando desde la ventana, fue en ese entonces que una dulce sonrisa se dibujo en su rostro.

 

--antes mi hermano y yo solíamos jugar en los jardines de la mansión-comento con suavidad mientras que yo me mantuve en silencio, porque me di cuenta de que el deseaba que lo escuchara, solo eso-por aquellos años fui muy feliz, Seto a pesar de lo ocupado que estaba siempre pasaba tiempo junto a mi, sonriéndome, pero todo aquello se acabo.

 

Mientras hablaba jugaba con sus manos en las finas y costosas cortinas, pero cuando termino de hablar se volteo de una manera infantil me sonrió.

 

--bueno Yami descansa todo lo que quieras y cuando te sientas mejor avísame para que podamos comer juntos-camino hacia la puerta.

--te lo agradezco.

--nos vemos más tarde.

 

Salió de la habitación mirando a aquel guardaespaldas unos segundos antes de cerrar la puerta detrás de si. Permanecí acostado en aquella cama por casi media hora más antes de que mi cuerpo al fin recuperara su movilidad, al menos el dolor había desaparecido, pero en su lugar un enorme cansancio acudió a mí, no obstante, me levante de la cama acomodando mi ropa y colocándome mi calzado.

 

Recorrí aquella habitación con la mirada, la decoración sobria y los escasos, pero elegantes adornos dejaban ver claramente cuanto tiempo le dedicaron para preparar tan acogedor ambiente, mire por la misma ventana que hace poco aquel pequeño había estado observando,  en efecto, el jardín era muy hermoso, estaba bien cuidado y las flores estaban estratégicamente ubicadas para dar un excelente y casi irreal espectáculo con su belleza. Todo estaba en su lugar, todo se veía impecable: las estatuas, las bancas, los arreglos, el pasto, todo se encontraba meticulosamente cuidado, pero aquella era la impresión que daba si lo mirabas de una manera superficial, porque si lo mirabas con detenimiento, todo se veía muy solitario, vació, como si fuese un cementerio, también podías darte cuenta de aquellas enormes e impenetrables murallas, el alambrado, el sistema de seguridad, las cámaras, los guardias, y los sin numero de sistemas de protección.

 

Una prisión...

 

Aquello fue lo primero que se me vino a la mente, era verdad, en un espacio tan enorme y con tantas personas a tu alrededor vigilándote era imposible el tener algo de privacidad, y lo más importante, algo de libertad, más que una mansión parecía una jaula. Era un pensamiento muy tonto, tal vez estaba exagerando, por ello deje de darle importancia y salí de aquella habitación con la intención de buscar al menor de los Kaiba. Mientras caminaba por aquellos pasillos podía sentir las punzantes miradas de algunos de los sirvientes, también el molesto sonido que producían las cámaras que seguían cada uno de mis movimientos. Al ver que no lo encontraría por mi cuenta, opte por preguntarle a una de las sirvientas, una de las pocas chicas agradables que encontré por aquel lugar me indico la dirección que debía seguir, me había dicho que se encontraba en la biblioteca.

 

Abrí cuidadosamente la puerta encontrándome con Mokuba que leía un enorme libro, mientras estaba sentado en uno de los sillones cerca de una enorme televisión que estaba encendida, aquel enorme sujeto me miro con desconfianza retirando lentamente su mano de aquella arma, al parecer mi presencia represento alguna señal de amenaza, un poco más y estoy seguro de que aquel hombre me hubiese disparado.

 

--Yami ¿ya te sientes mejor?-pregunto aquel pequeño dejando encima de la mesita aquel pesado libro.

--si, gracias por todo Mokuba-le sonreí levemente antes de acercarme y sentarme a su lado, mirando el reloj dándome cuenta de lo tarde que era.

--no es nada, estoy seguro de que si algo malo me sucediera harías lo mismo por mi-le resto importancia.

--por supuesto, después de todo eres uno de mis amigos.

--si-sonrío un poco.

--que silencio-susurre mirado fugazmente aquella enorme televisión de plasma, de seguro de lo último en tecnología.

--siempre es asi aquí, silencio y tranquilidad-me sonríe.

--me agrada mucho la tranquilidad, pero supongo que para alguien de tu edad debe ser muy aburrida.

--para nada, o sea antes si, por ello me pasaba horas y horas jugando videos juegos, o con los dispositivos de realidad virtual que mi hermano inventa, pero después de un tiempo comenzaron a parecerme demasiado monótonas, tediosas y finalmente las abandone y ahora solo me dedico a leer y ha estudiar, quiero ser el mejor para que asi mi hermano este orgulloso de mi.

 

Aquello lo dice en un susurro apagado mientras oculta su mirada con su cabello, impidiéndome ver que emoción es la que se refleja en ellos.

 

--de seguro lo estará-le digo ganándome una mirada de su parte-después de todo eres muy inteligente y bueno como persona.

--gracias Yami, me hacen sentir muy bien tus palabras.

--Amo Kaiba la cena ya esta lista-una mujer vestida de una manera elegante aparece después de tocar a la puerta y luego de recibir un asentimiento de Mokuba se retira.

--¿cenaras conmigo Yami?-más que una pregunta suena tal y como si fuese una suplica a la cual no me puedo negar.

--claro, seria agradable.

--genial, vamos-me toma del brazo y sale casi corriendo de aquel lugar guiándome para que lo siga, provocando que casi pierda el equilibrio, pero para mi alivio logro evitar una caída.

 

Una vez tomamos asiento varias jóvenes comienzan a servir aquella elegante y deliciosa comida, o al menos huele muy bien, una vez terminan de servir se retiran, veo que Mokuba comienza a comer lentamente, y yo lo imito, mientras que cenamos puedo notar que en todo momento aquel hombre de traje esta junto a Mokuba, pobre debe ser horrendo que una persona te este siguiendo y observando todo el tiempo.

 

 --al parecer mi hermano nuevamente no vendrá a casa-susurra más para si, me percato de que aquel pequeño comentario no iba dirigido a mi por ello finjo que no lo he escuchado.

 

La cena avanza con normalidad, pero el ambiente se relaja unos instantes después, en donde Mokuba comienza a hablarme animadamente sobre las cartas y me pregunta que si alguna vez yo quisiera tener un duelo con él, yo le respondo a todas sus preguntas, y también acepto su desafió, me río de vez en cuando dice algo gracioso, no me había dado cuenta de lo divertido que era hablar con el, bueno es normal ya que según recuerdo esta es la primera vez que, estando en una situación normal, hablamos.

 

Anteriormente, ni siquiera lo había notado más allá del simple "hermano de Kaiba"  ni siquiera por su nombre, y sin saber por que aquello me hace sentir muy mal, es como si él no fuese relevante, como si su presencia siempre fuese opacada por su hermano mayor, como si fuese la sombra de algo, todos saben que esta allí, pero casi nadie le toma importancia.

 

Una vez terminamos de comer, el me lleva hasta la sala en donde me muestra su mazo de carta y me pide alguno que otro consejo, aunque según se Mokuba tiene tres mazos en total, es muy astuto al solo mostrarme uno, se nota que esta tomando muy en serio eso de tener un duelo conmigo.

 

--ya es tarde, de seguro Yugi debe estar preocupado por mi-le digo después de decirle todo lo que es de utilidad para un duelo y demás.

--es verdad, lo siento, me entretuve tanto con tu visita que no me he dado cuenta de la hora-se ríe nervioso mientras que rasca distraídamente su cabeza.

--no te preocupes, además yo también la he pasado muy bien.

--bien, entonces vamos, le diré a uno de los chóferes que nos lleve a la casa de Yugi-se levanta y camina hasta llegar a la sala en donde me pide que lo espere mientras que el llama por teléfono, de seguro a uno de sus sirvientes.

 

Minutos más tarde, nos encontramos cerca de la puerta, pero antes de que podamos salir vemos entrar a Kaiba con una cara de seriedad aterradora, mira fugazmente a Mokuba y a mí con odio mal disimulado.

 

--Hola hermano-le dice el menor algo nervioso-me encontré con Yami en el centro comercial y lo invite, espero que no te haya molestado-se apresura en explicar, pero Kaiba no le contesta y simplemente camina hacia una puerta cerca de la sala de estar-Seto...

 

Veo como la mirada de aquel pequeño se torna triste, antes de que susurrara el nombre de su hermano se hizo un movimiento vacilante como si estuviese esperando algo, pero finalmente no se atrevió a pedirlo. Ya entiendo, ahora que lo recuerdo, Kaiba siempre saludaba a su hermano con algún gesto cariñoso, incluso en aquellos momentos en los que mis amigos y yo estábamos presente, pero ahora ni siquiera le dirigió la palabra, esto esta mal, hace unos días en la fiesta Kaiba le estaba gritando a su hermano y ahora ni siquiera le dirigía la palabra.

 

Algo muy grave debió haber pasado para que Seto Kaiba se comporte asi con la única persona por la cual ha demostrado interés y aprecio desde siempre.

 

--vamos, de seguro Yugi se molestara conmigo por acapararte por tanto tiempo-dijo en broma cambiando aquella expresión de tristeza por una más feliz.

--si-le respondo simplemente, incluso si estuviese pasando algo no era mi asunto, por ello no tengo que entrometerme en nada, y si el pequeño no quería hablar de eso entonces yo no lo forzare.

 

Entramos en aquella limosina, acompañados de aquel guardaespaldas y otro automóvil siguiéndonos muy de cerca. Al parecer Mokuba ya estaba acostumbrado a esto porque parece no importarle, pero a mí me hacia sentir muy incomodo, por más de cinco minutos permanecimos en completo silencio hasta que el menor se animo a hablar:

 

--Yami ¿te puedo pedir un favor?

--el que quieras-le sonreí.

--le puedes decir a Yugi que tal vez mañana no podré ir a verlo-bajo su mirada, como si de pronto el piso de aquella limosina fuese lo más interesante del mundo-y también... que mis visitas serán más limitadas.

--se lo diré-un nudo se formo en mi garganta después de decir aquellas palabras, algo grave pasaba de eso no había duda, pero me sofocaba el solo percibir cuanta tristeza y soledad ocultaba aquel pequeño detrás de su perfecta actuación. Si, aquella felicidad, aquella tranquilidad que demostraba debían ser solo mentiras, nada era real y eso de alguna manera me entristecía.

--te lo agradezco-en ese momento la limosina se detuvo, ya habíamos llegado, realmente deseaba poder hablar un poco más con el, pero el tiempo ya se había acabado.

--llegamos señor-el chofer dijo muy amablemente después de abrir la puerta.

--si, muchas gracias por todo Mokuba.

--Yami...

Me bajo del automóvil, pero me detengo al escucharlo llamarme, volteándome para mirarlo.

--yo...es que...-mira de reojo al guardaespaldas que esta a su lado, noto como cierra sus ojos con pesar, antes de sonreírme-la pase muy bien contigo hoy, seria muy agradable si me visitaras en otra ocasión.

--asi será-le sonrío, se que eso no es lo que deseaba decirme, pero no me queda de otra que seguirle la corriente-nos veremos después.

--si, adiós Yami.

 

Veo como aquella limosina se aleja, suspiro con pesar antes de entrar a la casa en donde un preocupado y casi histérico Yugi me detiene haciéndome mil y una pregunta de donde estuve y regañándome por ser tan inconsciente de no avisarle que llegaría tarde, yo solo le sonrió antes de decirle que fui a visitar a Mokuba y se me hizo tarde, también le doy el recado del menor, y finalmente mi Aibou se tranquiliza, me da las buenas noches antes de irse a su habitación.

 

Desde la puerta miro como mi Aibou duerme tranquilamente en su cama, se ve tan relajado y pensar que hacia unos minutos era aquel huracán lleno de reproches, le sonrió antes de dirigirme a mi habitación y recostarme al fin en aquel cómodo mueble, pero yo no soy capaz de conciliar el sueño estoy muy preocupado por ese pequeño.

 

No es hasta ahora que lo pienso, que me doy cuenta de los triste que es la vida de Mokuba, siempre esta vigilado, jamás puede decir lo que realmente piensa, de seguro por temor a que los sirvientes lo delaten en frente de su hermano, tampoco puede ir a algún lado solo, no puede ser libre, es como si verdaderamente estuviese en una prisión con sus carceleros y sus limitaciones, tal y como si estuviese condenado al encierro y tampoco tuviese derecho a hablar con libertad, como si estuviese mudo para lo que realmente quiere decir, con tan solo un limitado numero de palabras que le están permitidas.

 

Pero lo que me inquieta saber es el "¿Por qué?" y sobre todo ¿Quién es su carcelero? ¿Quién es el que lo mantiene atrapado de esa manera tan cruel?

Notas finales:

ahora sip ya m voy a dormir XD esk no tengo sueño demo en unas horas mas debo ir a clases XD bien espero q el cap alla sido de su agrado^^ y ya saben q cualkier comentario sera bien recibido^^

cuidense muxo y gracias por leer, ah! por cierto aki les dejo mi correo por si tienen alguna sugerencia o simplemente kiere ablar XD yuki_hi_ryoko@hotmail.com

 xauuuu^^


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