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Oscura tentación por deyaniradarcy

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Notas del capitulo:

oa!^^ aki les traigo un nuevo cap de este fic^^ esta medio flojito, pero ya se acerca lo interesante (segun yo xD) bueno agradesco muxo q se tomen las molestias de leer mi fic y agradesco por sus rr a: knaxzerim, Delta ya q m an animado bastante, en especial delta^^

bueno espero q les guste el cap^^

 

Capitulo4

Penumbras

 

Aquella noche no dormí, simplemente el cerrar mis ojos podía ver aquella frágil criatura sufriendo, ¡por Ra! nunca había visto tanta tristeza en aquellos inocentes ojos, casi no pude probar bocado antes de irnos a clases, y para mi mala suerte cada vez que alzaba la vista podía ver a un chico parecido a él, alguna palabras o simplemente en algún anuncio de los juegos de cartas ¡maldición! todo por más sutil que fuese me recordaba a aquel chico.

 

Las clases pasaron normales, ya Kaiba había regresado a clases, pero ahora ignoraba completamente a todo el mundo y nadie le prestaba demasiada atención, claro exceptuándome, ya que yo recorría con la mirada los golpes que tenia en la cara, tenia varios moretones que comenzaban a tornarse en un color entre verde y morado oscuro, también tenia una cicatriz en su labio inferior, Kaiba se veía igual o peor que Joey que para ser sincero también estaba bien golpeado, pero aquel rubio actuaba como si no le importara y hablaba y bromaba con normalidad.

 

Mientras el profesor impartía su clase, yo lo ignore por completo, tenia que hallar la manera de descubrir lo que sucedía antes de que esta angustia y desesperación dominara por completo mi ser, estuve tentado a confrontarme con Kaiba y exigirle que me dijera el porque de su actitud, inmediatamente deseche esa opción, en primera instancia por la falta de derecho en inmiscuirme en su vida, ya que no soy nadie para el ni tampoco somos si quiera amigos ni nada que justifique aquella exigencia, si bien soy o quiero pensar que Mokuba es mi amigo, queda muy pobre mi argumento a la hora de exponer mi petición, y en segundo lugar, con la furia reflejada en aquellos aterradores ojos azules de seguro que terminaría matándome o mandándome a desaparecer de una vez, y no es que le tenga miedo, después de todo la muerte ronda mi ser hace mucho tiempo, pero si me pasa algo entonces no podría ayudar a ese pequeño.

 

También pensé en pedirle ayuda a Yugi, pero se que el no hablara más de la cuenta, porque a pesar de que yo soy alguien que posee toda su confianza, el no puede romper aquella promesa que de seguro el Chibi le hizo jurar antes de contarle aquel secreto.

 

Para la hora de almuerzo observaba a mis amigos, Tea y Yugi se ven más contentos que antes y yo solo sonreí ante el recuerdo de verlos abrazados y besándose a las afuera de la casa-tienda, si, al fin mi tímido y algo ingenuo de mi Aibou le confeso sus sentimientos que fueron correspondidos de inmediato por aquella chica.

 

Tristan hizo un comentario acusador que causo que el silencio y el sonrojo en los rostros de ellos le confirmaran las palabras dichas por aquel castaño y claro que los gritos de felicitación y bromas muy bochornosas por parte de Tristan y Joey no se hicieron esperar, estuve a punto de reírme por las ocurrencias de esos dos y más de alguna sonrisa traviesa se formo en mi boca, pero no me reí, ya que pensé que los pobres ya habían tenido suficiente y temí que se derritieran de los rojos que estaban, es que el solo imaginar a esos dos en alguna posición intima y comprometedora, era algo sumamente cómico.

 

Las bromas continuaron hasta que el timbre dio por finalizado el receso, para suerte de los enamorados que no perdieron tiempo en salir prácticamente corriendo de aquella cafetería. Fue realmente agradable el tener un poco de paz en compañía de mis amigos, pero aun así no dejaba de pensar en aquel asunto que me mantenía realmente preocupado.

 

Cuando llegamos a casa, el abuelo de Yugi aun se encontraba en el museo y al ver que por fin estábamos solos me anime a preguntarle a mi Aibou acerca de ese asunto, al menos debía intentar obtener alguna pista.

--Yugi, estoy preocupado por lo que le sucede a Kaiba, esta muy extraño al igual que su hermano ¿tu sabes algo al respecto?

--si yo también lo noto extraño-se quito la chaqueta y se tiro despreocupadamente en la cama-no, no se nada.

--Mokuba te vino a ver muchas veces ¿no te comento nada?-me recargue en el marco de la puerta y al ver que no obtendría respuesta continué hablando-esto esta fuera de control, nunca antes había visto a ese pequeño tan triste, hasta incluso me dijo que le temía a Kaiba, y si bien aquel chico puede ser realmente despiadado nunca antes imagine que lastimaría a su propio hermano, el único ser por el cual ha mostrado sincera preocupación.

--la verdad es que Moki me dijo algo grave, pero no te puedo decir nada, porque me hizo jurarle que lo mantendría en secreto-me miró con tristeza-yo también estoy muy preocupado por él, y lo que más temo es que Kaiba se haya enterado de aquel secreto y por ello este actuando de esta manera,  si es así... Yami, puede ser que Mokuba este en peligro-bajo su mirada-pero es poco lo que podemos hacer por el.

--no creo que sea capaz de dañarlo o ¿si?-le pregunte espantado.

--antes pensaba que no, pero ahora al ver sus acciones me temo lo peor.

--así que es imposible ayudarlo ¿no?-me pregunte más para mi, era verdad, Kaiba tenia la custodia de aquel pequeño aparte de tener mucho poder y dinero, el querer quitarle a su hermano para mantenerlo a salvo de el era prácticamente imposible, pero aun así...

--por el momento si, solo nos resta confiar en que Kaiba no le haga daño, de seguro solo esta molesto por otra cosa, y ya se le pasara-dijo aquello como intentándose convencer a si mismo. Fallando notoriamente.

-- y ¿si eso no sucede?-le susurre de espaldas antes de caminar fuera de la habitación, tomar mi chaqueta y las llaves, quería verlo aunque sea un poco solo para saber que esta bien.

--¿vas a salir Yami?-escucho la voz de Yugi que se detuvo en las escaleras.

--si, voy a dar un paseo, si me demoro no te preocupes-le sonreí.

--esta bien.

--por cierto, felicidades por tu noviazgo con Tea.

--eh si gracias-dijo nervioso mientras se sonrojaba.

 

Sentí una calida sensación en mi pecho al verlo tan feliz, eso me daba un gran alivio ahora sabia que Yugi seria muy feliz aunque yo no estuviese a su lado, y por ello podía continuar caminando por este mundo hasta que este cuerpo inestable desapareciera, le deseaba lo mejor a mi luz, y que al fin obtuviese la felicidad eterna.

 

El viento frió me hizo pensar que tan vez no era una buena idea el haber salido, pero al cabo de media hora y al estar en frente de las enormes rejas que custodiaban a aquella mansión borre ese pensamientos, claro que había valido la pena el soportar un poco de frío, ya que pronto podría verle. Me acerque al guardia, pero este denegó mi ingreso de inmediato y tampoco quiso hablar con Mokuba para que me dejara entrar, pero yo no había caminado por casi media cuidad para que simplemente un empleado malhumorado me echase a patadas de aquel lugar sin haber logrado mi objetivo.

 

Por desgracia no tenia uno de esos aparatejos que Yugi intento enseñarme a usar para llamar a Mokuba, camine hasta la esquina de aquel lugar y muy cerca de la mansión había una de esas cabinas telefónicas, le agradecí a todos los dioses el tener aquella tarjeta que Yugi me había dado en caso de que me perdiera, metí la tarjeta en aquel teléfono y marque el numero de la mansión, aunque claro estuve casi quince minutos intentando recordar el bendito numero, y erre varias veces, pero cuando al fin logre que uno de los sirvientes de la mansión me atendiera, tan solo le pedí que le informara a Mokuba que yo estaba a las afueras de la mansión y que no me dejaban entrar, después de aquellas palabras la llamada se corto de seguro se había acabado el dinero de la tarjeta.  No estaba seguro de que le darían el mensaje, pero aun así espere a las afueras de aquel enorme lugar, junto a guardia que me miraba con desagrado mal disimulado.

 

Casi media hora fue lo que tuve que esperar antes de que una camioneta parara en frente de las rejas y un hombre de traje le pidió al guardia que abriera y sin previo aviso aquel hombre abrió la puerta y me ordeno que entrara, yo solo fruncí el ceño antes de obedecer, el ser un poco más amable no lo mataría, pero bueno no le tome mucha importancia, y los diez minutos restantes que se demoro en llegar a la mansión solo me dedique a mirar los hermosos jardines de aquel lugar, cuando la camioneta se detuvo, baje de aquel vehículo mirando como Mokuba salía corriendo desde aquella mansión sonriéndome ampliamente, claro que iba seguido muy de cerca por su guardaespaldas.

 

--¡Yami! ¡Que alegría el verte!-me abrazo con fuerza, estuve apunto de ahogarme por aquel fuerte abrazo,  solo le sonreí-no sabia que vendrías a visitarme-dijo un poco más calmado mientras me soltaba.

--siento el aparecerme así, pero deseaba verte-solo me limite a decir aquello mientras que sentía muy incómodamente las miradas de aquellos sujetos cerca nosotros, me miraban con desconfianza, tal y como si yo fuese una gran amenaza.

--no te preocupes, ya sabes que eres bienvenido-me sonrió con calidez antes de tomar mi mano y comienza a subir las escaleras, guiándome hasta la sala de la mansión- ¿esperaste mucho?-me preguntó mientras tomaban asiento en aquellos cómodos sillones de cuero.

--no, solo un poco.

--que bueno, es que aquí la seguridad es demasiada estricta-sonrió nervioso-pero descuida que desde ahora les daré instrucciones a los guardias para que te dejen pasar siempre que vengas.

--gracias, pero ¿tu hermano no se molestara?

--no creo-bajo su mirada-por cierto, siento mucho lo que paso ayer, en verdad no tenia que comportarme de esa manera-susurro bajito para que solo yo lo escuchara.

--descuida, además me alegra mucho que confiaras en mi ¿sabes? a mi me gustaría mucho ser tu amigo, Mokuba-le sonreí mientras que le tome su mano derecha acariciándola fraternalmente.

--¿ser mi amigo?-elevo su mirada sorprendido- ¿es en serio?-su expresión cambio a una alegre.

--claro que es en serio-aun mantenía aquella sonrisa en mis labios.

--muchas gracias Yami-sin previo aviso me abrazo con fuerza.

--no se porque me lo agradeces, cuando en realidad yo debería ser el que estuviese feliz-le comente mientras que lo separaba de mi y acariciaba sus cabellos con cariño.

--es que... la verdad... no tengo muchos amigos, y los que tengo de seguro solo se acercan a mi por el dinero de mi hermano, la mayor parte del tiempo creo que soy invisible y que solo me miran cuando escuchan mi apellido-bajo su mirada mientras sonreía con amargura.

 

Ante sus palabras un nudo se formo en mi garganta, y no sabía la razón, si por la culpa de también haberlo ignorado en el pasado o por el hecho de saber que esa es la única verdad, incluso me atrevería a pensar que el único que pensó en Mokuba como un individuo y posteriormente como un amigo fue Yugi, ninguno del grupo, incluyéndome, lo vio más allá que el simple hermano de Seto Kaiba, ni siquiera como un amigo, tan solo como un conocido al cual automáticamente le dices amigo. Únicamente para que no se sienta mal.

 

--lo siento-me disculpe con el por ser tan desconsiderado.

--¿Por qué te disculpas Yami?-me miro extrañado-no es tu culpa que las personas sean tan interesadas-le resto importancia.

--aun así yo tampoco...

--esta bien, lo entiendo-me interrumpes de inmediato-tenias otras cosas de las que preocuparte en ese entonces.

--Mokuba-nuevamente vi aquella mirada tan herida y sin poder resistirme te abrace sintiendo como tu cuerpo se estremecía levemente, sonreí al sentir que ocultabas tu rostro en mi pecho, escuchando como me agradeces en un susurro ahogado, tan solo ese simple hecho basto para que una calidez nunca antes sentida se adueñe de mi alma y un suave escalofrió recorra mi espalda. 

 

Permanecimos así por varios minutos, aquel contacto era tan agradable para mi que ni aun el hecho de estar en presencia de aquel guardaespaldas me importo, y tan solo me perdí en aquella magnifica sensación que solo aquel pequeño había provocado en mi. Un leve suspiro en protesta escapo de mis labios al sentir como aquel abrazo poco a poco se iba desvaneciendo hasta que al fin te separaste de mí.

 

--estaré muy feliz de ser tu amigo Yami-me sonríe.

--también yo.

--¿te quedaras un poco más o debes irte?-me mira con carita de cachorrito a medio morir.

--la verdad...-miro mi reloj notando que pronto serán las ocho de la noche-no llevo prisa, así que me puedo quedar un poco más-le sonrió.

--¡que bien! Entonces vamos a mi habitación o ¿quieres ir a la sala de juegos? O ¿quieres comer helado? Mmm... No mejor eso no, porque Seto se molestara conmigo-se ríe nervioso.

--no se, lo que quieras esta bien.

--¿te gustaría ver una película conmigo?

--claro, seria entretenido.

--bien entonces vamos a mi habitación-se levanta de aquel sillón y camina hacia el pasillo subiendo las escaleras, lo sigo hasta que al fin llegamos a su enorme habitación, esta es mucho más acogedora que la habitación en la cual estuve la ultima vez que vine, se puede observar en cada centímetro el toque personal e infantil de Mokuba.

 

Camino hasta aquel sillón que esta en el centro de la habitación y en frente de aquel mueble una enorme televisión ocupa casi la pared entera, me siento e inconcientemente miro hacia atrás en donde se encuentra aquella cómoda y enorme cama, debe ser muy fría por las noches, digo un cuerpo tan pequeño en tan enorme lugar... cierro mis ojos fuertemente antes de guiar la mirada hacia el televisor, debo apartar aquellos pensamientos extraños de mi mente, me digo intentando convencerme.

 

Mokuba luego de revolver varios cajones de los muebles se sienta a mi lado mostrando con una sonrisa victoriosa el objeto que estaba buscando, y enciende la televisión con aquel control, y al fin la película da inicio, él mira atento lo que sucede en el televisor, pero yo solo puedo mirar con desconfianza aquel guardaespaldas que no nos deja ni un segundo solos, siempre permaneciendo cerca de las puertas tal y como si fuésemos a escapar.  Suspiro resignado a acostumbrarme a tan molesta presencia centrando la mirada en aquella película, pero inevitablemente mis ojos se desvían hacia donde esta aquel pequeño y recorro con la mirada cada detalle de su rostro...es  hermoso, no puedo evitar el no darme cuenta de ello.

 

No se cuanto tiempo transcurre o si realmente el tiempo esta avanzando y tan solo me doy cuenta de ello cuando la película da por finalizada.

--ahh pero que fraude no puede tener ese final-reclama aquel chico realmente molesto.

--¿no te agrado?-la verdad es que ni si quiera le preste atención y solo me resta imaginar lo que sucedió.

--si...bueno no mucho, es que pudieron haber hecho algo más impactante, pero bueno supongo que tal vez sea solo mi opinión-sonríe despreocupadamente.

--bueno a mi me gusto mucho ver la película contigo-le digo casi inconcientemente.

--lo mismo digo-después de sonreírme aun más marcadamente, mira su reloj-es tarde y Seto aun no llega-susurro preocupado.

--bueno creo que ya me voy-digo sin mucho animo, por que la verdad desearía permanecer allí únicamente para continuar mirándolo, o simplemente para escuchar su voz.

--es que...yo quería estar un poco más contigo-hace un puchero tan adorable que me dan unas ganas incontroladas de abrazarlo.

--yo también-acepto con pesar.

--Bueno yo...

--Señorito-la voz grave y potente de aquel guardaespaldas se deja escuchar.

--¿Qué sucede?

--el amo Kaiba requiere de mi presencia con urgencia, debo dejarlo unos instantes, pero no salga de casa, estaré aquí a su brevedad-le dice aquel enorme hombre antes de salir de la habitación.

--que extraño ¿habrá sucedido algo?-me mira.

--quizás-me encojo de hombros restándole importancia.

 

 Es en ese momento en el que caigo en cuenta de que por fin estamos completamente solos, y eso es un hecho que me inquieta un poco, ya que últimamente mis acciones están fuera de todo mi control y quizás intente...

--ahora que lo recuerdo...-me mira con insistencia antes de que una sonrisa traviesa se forme en sus labios-me prometiste tener un duelo conmigo.

--no lo he olvidado-me rió un poco ante su comentario tan inesperado.

--¿puedes ahora? Es que mañana tengo clases y pos no se si pueda y bueno...

--vamos-le digo antes de que siga con sus tiernas divagaciones.

--¡que bien! Eres el mejor Yami...-me abraza entusiasmado, pero de pronto deja de reír y se separa de mi-pero ¿trajiste tu baraja?-me pregunta preocupado.

 

Yo solo sonrió antes de sacar del estuche de mi cinturón mi baraja mostrándosela, y su rostro se ilumina ante la felicidad.

--es como una extensión de mi cuerpo, jamás me separo de ella-le explico brevemente.

--bien entonces ¡vamos a luchar!-toma una de mis manos antes de caminar hacia la salida de su habitación, guiándome hasta llegar al final del pasillo y abrir unas puertas, me sorprendo mucho al ver allí un enorme campo de batalla, todo perfectamente pulido y en su lugar.

--espero que estés listo para perder Yami-suelta mi mano antes de correr hacia una de las plataformas que automáticamente se eleva guiándolo hacia el tablero.

--ya lo veremos-sonrió de medio lado al ver aquel parecido que tiene Mokuba a su hermano, son simplemente idénticos cuando muestran aquella determinación y algo de egocentrismo.

 

Camino hasta la plataforma contraria acomodando mi mazo antes de que de inicio el duelo.

 

El juego de cartas no dura más de veinte minutos, ya que mi fiel mago oscuro se encargó de borrar los últimos puntos de vida de Mokuba, y aquella sonrisa aun sigue en sus labios como un reflejo de los míos, es que en realidad no ha sido la batalla más espectacular ni la más impredecible, pero he de admitir que me he divertido como nunca, Mokuba es entretenido, sus ocurrencias son tan extrañas que no he dejado de reírme.

--ahh no puede ser y yo que estaba a punto de vencerte-dice haciendo pucheros mientras baja de la plataforma acercándose a la puerta en donde yo lo espero.

--si, muy cerca-tan solo sonrió, ya que en los últimos minutos de la batalla yo tenia 950 puntos de vida mientras el solo tenia 10, pero si estuvo muy cerca.

--no te burles-hace otro puchero-al menos lo intente.

--lo se-me acerque a él y acaricie su cabello-me divertí mucho.

--Yami-de un momento a otro se acerca tanto a mí y me abraza apoyando su rostro en mi pecho ante tan inesperada reacción me quede completamente inmóvil. Un extraño e incomodo escalofrío recorre mi cuerpo al sentir como su calido aliento se cola por mi polera, pero al sentir su cuerpo temblar me preocupe y correspondí aquel abrazo-ya no puedo más.

--tranquilo Mokuba-acariciaba su cabello mientras suspiraba levemente, no me agradaba el verlo tan triste, y aunque casi no podía ver su rostro, podía deducir fácilmente que estaba llorando y más al sentir aquella humedad en mi polera que a cada segundo iba en aumento.

--es que no entiendes, tu no sabes... Seto... el me dijo que yo...

 

Las palabras se aglomeraban en su boca de una manera desastrosa y a aquello agregándole su débil sollozo, simplemente era imposible el sabe lo intentaba comunicarme.

 

--si continuas así solo lograras ahogarte, no comprendo lo que quieres decirme, por favor tranquilízate.

--se que el mentir esta mal, pero... ¿Qué caso tiene el decir la verdad si únicamente logras lastimar a las personas que amas y más encima que estas te miren como a un enfermo? -al fin e hipando de vez en vez logra articular aquella pregunta.

 

 Y simplemente no encuentro palabras para responderle aquello, decir la verdad... ¡que difícil tarea para alguien como yo! alguien que toda su vida se ha basado en secretos y mentiras, todo siempre perdido en el silencio o borrado por falsas sonrisas, mentira... eso es mi vida, o al menos en esencia, entonces ¿Cuál seria la respuesta correcta para la interrogante de aquel pequeño? 

 

--si eres capaz de enfrentarte a la realidad profesando la veracidad de tus sentimientos entonces... la persona que te quiere sabrá entender, pero ¿Acaso no es más fácil el ver de una manera desaprobatoria a todo lo diferente en vez de buscar e intentar comprenderlo?-beso su frente, sintiendo una agradable hormigueo en mis labios, me gusta mucho esa sensación.

--supongo que...-intenta hablar, pero es incapaz de continuar y solo se esconde aun más en mi pecho.

--pronto pasara-no se porque digo esas palabras ¿pasar? ¿Qué cosa? Aun no me ha dicho nada, no se absolutamente que tan grave es lo que esta sucediendo, y sin embargo, le digo aquello ¿con que derecho? Eso simplemente termina por revolverme el estomago.

--es mi culpa, debí callar, yo solo causo problemas-se separa de mi y seca su rostro con la manga de su chaqueta-lo siento, al parecer siempre me ves llorar, normalmente no soy tan débil-se ríe algo nervioso, aun intentando dejar de sollozar, pero al parecer es imposible.

 

Yo solo me limite a observarlo, brindándole mi mudo apoyo, incapaz de acercarme a él, porque estaba muy seguro de que de hacerlo, ya no podría soportar esas ganas enormes de acallar sus lamentos con mi boca, finalmente dejarme vencer por aquella extraña necesidad de probar esos labios y devorarlos como un demente.

 

"ya pasara" simplemente le digo.

 

Media hora después, salimos de aquel enorme salón para dirigirnos hasta la entrada, ya debo marcharme, Mokuba ahora sonríe como siempre, nada ha pasado, o al menos eso es lo que demuestra su rostro completamente pacifico.

--espero que Yugi no este molesto-le comento con una sonrisa traviesa en mis labios.

--siento el haberte demorado tanto-se rasca la cabeza con culpa.

--no importa, bueno te veré mañana-digo casi sin pensar, y puedo ver que una bella y amplia sonrisa se forma en sus labios.

--esperare con ansias tu visita-se acerca a mi y me vuelve a abrazar.

 

Ojala no lo hubiese hecho, ya que en ese preciso instante, la puerta principal se abrió dejando ver la imponente figura del CEO de KC junto a ese enorme sujeto que parece la sombra del chibi, ante tal escena me fulmino con la mirada, y al notar la presencia de su hermano, Moki se alejo de mi.

 

--vete a tu habitación Mokuba-dice secamente.

--pero...-susurra en protesta.

--ahora-alza su voz.

--si hermano, buenas noches Yami-dice apenado marchándose.

--cuida de él y no te alejes ni un segundo-se giro levemente hablándole al guardaespaldas el cual obedeció de inmediato.

--es la segunda vez que te encuentro demasiado cerca de mi hermano, tu presencia comienza a estorbarme-me dice sin rodeos, y con una seriedad que congelaría a cualquier ser humano.

--tal vez si lo dejaras salir más, yo no seria el único que estuviese cerca de él-lo miro con seriedad, a mi nunca a logrado intimidarme- se siente solo, quiere amigos ¿Por qué no le permites tenerlos?

--exactamente por lo mismo, no quiero que personas como tú estén cerca de él, solo le darás malas influencias, Mokuba tiene un futuro brillante y no quiero que lo arruine por estar con sus "amigos"-responde con veneno.

--eres injusto...

--me importa muy poco tu opinión, Mokuba es mi hermano, me pertenece y yo haré lo que crea conveniente para él.

--solo porque tu determines lo que es "correcto" no quiere decir que tengas el derecho de manipular su vida y privarlo de su libertad.

--te equivocas-sonrió con sorna-yo puedo hacer lo que quiera con él, y así será mientras sea un menor de edad.

 

Aunque muy dolorosa de aceptar, Kaiba me hizo ver la realidad, que ante mi no fue más que una horrible estocada en el pecho, era cierto Seto era el tutor de Mokuba y era el responsable de cuidarlo hasta que cumpliese la mayoría de edad,  por ende si Kaiba determinaba que era lo mejor para su hermano el estar encerrado y vigilado las veinticuatro horas del día, entonces nadie podía contradecirlo.

 

--ahora que lo entiendes-dijo sonriendo de aquella manera odiosa, que por primera vez en mi vida odie-espero que no te conviertas en un estorbo mayor, ni le metas ideas raras en la mente.

--no lo haré- ¿Qué más puedo decirle? No, si no quiero meterle ideas raras sino otra cosa. Cierro mis ojos, sintiendo desagrado por mis pensamientos.

--muy astuto de tu parte-dice con sarcasmo.

 

Ya no le dirijo la palabra y simplemente camino hacia la entrada, lo más prudente de mi parte es quedarme callado, no quiero decir algo que arruine mi oportunidad de volver a ver a ese  pequeño, aun si tengo que tragarme mi orgullo y no decir unas cuantas verdades a ese castaño.

 

--y aun si no lo entendieras, pronto descubrirás lo fácil que es para mi deshacerme de lo estorbos.

 

Apretó mis puños ante la rabia, pero antes de que me pueda voltear y responder a esa amenaza, escucho como la puerta es cerrada estrepitosamente a mi espalda.

 

No es ahora que veo cuanta oscuridad permanecía oculta en aquel frío chico, pero lo que me inquieta es el saberme tan perdido en esta extraña situación, y el sentir tan arraigados sentimientos por ese pequeño, ¡por Ra! Cuanto deseo tocar, aunque sea por un segundo aquellos suaves labios.

 

Soy un maldito y lo se, pero no puedo evitarlo.

Notas finales:

bueno nos vemos en la sig actualizacion, y ya saben q cualkier sugerencia, opinion o queja seran bien recibidos en un rr^^

nos vemos^^ xauuu!! n.ñ


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