La hermosa luna plateada brillaba fuerte mente esa noche, además de que era acompañada por millones y millones de estrellas, que hacían parecer el cielo un trozo infinito de tela adornado por lentejuelas; la brisa nocturna soplaba algo fuerte más no lo suficiente y las potentes olas del mar chocaban contra las rocas provocando un ruido que lejos de ser molesto era bastante relajante.
Y ahí se encontraba el, no recordaba como había terminado metido en todo eso, pero ya no había marcha atrás, no, ya no quería marchar atrás, pero seria algo que pensaría luego, porque en ese momento un par de manos ajenas acariciaban con mucha ternura su cuerpo y unos labios devoraban su cuello, envolviéndolo en un sin fin de sentimientos difíciles de explicar.
Se encontraba sobre una sabana blanca, la cual resaltaba sobre toda aquella arena oscura de playa y a pesar de estar envuelto entre un mar de sensaciones y peder la cordura al punto de tener la mente en blanco como aquel pedazo de tela bajo el, por ratos la dura realidad lo golpeaba y es que habían tantas diferencias entre ellos, que inclusive las podía enumerar…..
1 altura: aquel hombre que se encontraba sobre el, era mucho mas alto por lo que si ambos se levantaran el se vería como un niñito junto a el.
2 piel: la piel de su amante era tan blanca como el propio marfil y sin ninguna cicatriz o moretón sobre ella, mientras la de el era un asco todo lo contrario a la del otro, su color era tostado y llena de cicatrices que nunca se marcharían.
3 rostro: siempre mantenía una expresión serena, parecía que los dioses habían esculpido su rostro con mucho cuidado y esmero por lo que el resultado fue perfecto, una cara hermosa y sin ninguna marca sobre ella, en cambio el siempre mantenía una cara de perro enojado y debido a que fruncía mucho el ceño ya se podían notar aunque no mucho unas arrugas en su frente.
4 cuerpo: los dioses se empeñaban en recordarle que el solo era un niño y prueba de ello era su cuerpo, pequeño y delgado, por mucho que se esforzaba en los entrenamientos su cuerpo no lograba conseguir mucho músculo sin embargo como el cuerpo de aquel hombre ninguno, alto y con los músculos marcados, de seguro la deidad que lo creo se deshizo del molde porque como aquel cuerpo ninguno.
5 ojos: tal vez sus ojos verdes eran lo único de todo su ser que estaba más o menos aceptable pero el verde de sus ojos no era nada especial si se comparaban con aquellas dos perlas negras que estremecen a todo aquel que las vea directamente
6 cabello: su cabello parecía la melena alborotada de un león solo que a diferencia de la los felinos la suya era blanca se podría decir que sin pigmentación, que podía decir de las hebras negras de su amor, le encantaba ver como su cabello se movía de una manera elegante y sensual cuando caminaba.
6 diferencias contadas de una manera superficial sobre ellos dos, porque si se ponía a pensar a fondo toda esas cosas que los separaba nunca terminaría; por cierto como podía olvidar una de las más importantes, el status social, Kuchiki Byakuya provenía de una de las familias nobles mas importantes, mientras que el venia de uno de los lugares mas problemáticos de la sociedad de al…..
-aaahhh!!!! -no pudo evitar que de su garganta saliera aquel sonido
-te prohíbo que pienses en otra cosa que no sea yo touchirou
El capitán del 6º escuadrón se encontraba entres sus piernas y lamía con deleite el miembro erecto del menor, aunque se había tenido que separar para poder llamar la atención de su pequeño amante, el cual había estado distraído desde hace un rato.
-go…men, GOMEN!!!! -byakuya había engullido todo su miembro de un solo golpe y eso lo hizo gritar de placer -bya…ku..ya, onegai….. deja de torturarme
-dime en que pensabas? -el moreno había retirado de su boca el miembro del menor y elevo su rostro a la altura del de su platinado amante
Así era kuchiki byakuya cuando no tenia esa mascara de noble indiferente, un hombre lleno de pura pasión y también celoso, almenos con aquel al que quería.
-te amo, me encanta tu piel - y acaricio su suave y tersa piel -me fascinan esas dos hermosas piedras de jades que tienes como ojos -beso con mucho cuidados los parpados cerrados del menor -y que decir de tu cabellos -enredo los dedos de su mano derecha en los plateados cabellos y los acaricio con mucha delicadeza -durante el día puedes pensar en todo lo que quieras pero por la noche……por la noche el único que puede ocupar tus pensamientos soy yo.
Detestaba eso, el pensaba una cosa y byakuya le decía todo lo contrario, pero aun así también lo amaba, desde hace mucho que esas dos palabras brotaban como cerezos apunto de florecer cada noche y si de algo estaba seguro era que esos “te amo” eran muy sinceros.
-eres un celo pata, pero aun así te amo
Y sin más comenzó una danza sensual entre ambos cuerpos, la noche aun era joven y de seguro su pasional amante no descansaría hasta verlo sin una gota de energía, además cuando volviera a abrir los ojos ya seria de día, amanecería en sus aposentos en el escuadrón 10 y junto a el habría un ramo de cerezos, lo que significaba que tendría una cita nuevamente esta noche, cita que a la que no podría faltar.
Hitsugaya touchirou y Kuchiki byakuya, capitanes de los escuadrones 10 y 6, dos hombres serios y que durante el día si acaso cruzaban palabras, pero que por la noche ambos se quitaban aquella mascara y se mostraban tal cual como eran apasionados y cariñosos y sabían que aunque su relación debía ser clandestina cuando el sol brillaba, cuando este se escondía y le cedía el paso a la luna esta se convertía y la única testigo de su ferviente amor.