CAP. 2 solamente es trabajo.
Bueno en una forma resumida el capitulo anterior Heero y Duo se habían quedado más de la cuenta en el trabajo.
- sí, necesito enviar un télex a Nueva York. Necesito la respuesta antes que la corte abra el caso mañana temprano.
Heero se despidió de Trowa y abrió la puerta principal. Duo tardo unos 5 minutos en escribir el mensaje. Mientras lo trasmitía. Heero fue a su oficina a arreglar unas cosas. Era más fácil trabajar sin que él lo mirara y el necesitaba concentrarse. Observo la respuesta impresa en la maquina y cuando el ojicobalto regreso, Duo arranco el papel y se lo entrego. Un largo suspiro de alivio le indico que era la respuesta que él esperaba, doblo la hoja y lo metió en el bolsillo. Sonrió de un modo que el trenzado nunca lo había visto. Duo le correspondió el gesto.
- Estas muy pálido….?por hambre o por cansancio?-Pregunto Heero de repente.
- Ambas cosas supongo- el ojivioleta se dirigió a recoger su abrigo que había dejado sobre una silla, pero Heero se le adelanto.
- Siento que te encuentres cansado, pero puedo hacer algo en cuanto al hambre, veremos si hay un poco de comida arriba-sugirió el.
El edificio de su trabajo era de 5 pisos los 3 primeros eran donde se encontraban las oficinas, en tanto que el penúltimo piso era donde vivía su antiguo jefe y padre de Heero y el ultimo era de Heero.
Duo abrió la boca para decir que prefería ir a casa, pero la cerro pues Heero ya se había ido y el cuarto estaba vacío. Lo siguió, furioso por su típica arbitrariedad de él. Pasaron por el piso del padre de Heero y prosiguieron hasta el último. Nadie iba allí sin invitación previa. Duo se dio cuenta de que el mensaje de telefax había sido muy importante para invitarlo a donde se encontraba su departamento.
Había otras habitaciones en el piso, pero en la estancia en la que entro, casi abarcaba la totalidad del piso. Un muro lleno de libreros llevaba a la cocina, los libros daban un toque humano al lugar y también grandes sillas acojinadas. Duo intuyo que era obra de un decorador profesional y que no revelaba la personalidad de Heero. Su jefe sirvió 2 copas de vino sin preguntar si eso era lo que quería.
- Solo te pido que me esperes 5 minutos para quitarme este maldito traje.
Duo tomo un poco de vino mientras esperaba, convenciéndose que la situación no era peligrosa. Reviso los libros con la esperanza de que estos le revelaran lo que el apartamento le ocultaba. Había muchas biografías y textos en francés y todo lo que esperaba, hasta que llego a un estante con libros de poesía. Se sorprendió más el hecho de que dé eran leídos con frecuencia, por haba pedacitos de papel que marcaban los poemas que él deseaba leer otra vez, por lo que reviso uno de ellos, un poema de, cuando Heero entro en la estancia. Vestía unos pantalones de pana y un suéter de cuello alto que lo hacían ver más alto.
Duo se sentó en una silla y miro al vacio. Cuanto menos hablara mas pronto el se aburría y lo dejaría irse a casa (es algo contradictorio verdad).
- Vamos a ver las reservas de la despensa- dijo Heero divertido.
Cualquiera estaría haciendo todo lo posible para que él se percatara de su presencia y no a la inversa. Duo Maxwell despreciaba los trucos de coquetería y algo en su mirada sugería que también lo despreciaba a él.
- Huevos, tocinos, mantequilla y pan- enumero Heero al abrir la puerta del refrigerador-no es mucho, pero es algo. Podemos fingir que acabamos de salir de la cama y que es hora del desayuno.
Duo ignoró la insinuación u evito mirarlo a los ojos. Saco cebollas, pimientos y algunos tomates.
- Suficientes para hacer un plato vegetariano. ¿Qué le parece?- pregunto Duo con frialdad.
- No te traje aquí para que trabajaras otra vez.
- Me gusta cocinar… y de cualquier modo, tú me vas a ayudar.
Heero pareció sorprendido y Duo sonrió para sí. Heero Yuy no estaba acostumbrado a que una situación escapara de su control. El no podía saber que en una cocina Duo se sentía como en casa. Heero las tuvo que limpiar y picar los pimientos mientras el ojivioleta hacia el resto, pero la mirada de el indicaba que hubiera preferido unos huevos con tocino. El abrió una botella de vino blanco, y empezó a comer, con timidez el contenido del plato que se le puso enfrente. Duo lo vio comer, controlando la risa que bullía por dentro, trato de toser pero no pudo cuando el bajo el tenedor y lo miro con sorpresa.
- Dígame la verdad, joven Maxwell. Estoy seguro de que mi padre ha mencionado que vives solo. ¿Cómo puedes ser un cocinero con tanta inspiración?
- Nadie que viva solo subsiste a base de una dieta de huevos duros- contestó sonriendo.
- No haga que le repita la pregunta. Explíquese.
Se pregunto a sí mismo si todos se habían puesto de acuerdo para interrogarlo. Primero Trowa, ahora este hombre, quien sería más difícil de eludir.
- Es cierto que vivo solo, pero no sé por qué ese debe ser el motivo de que yo no disfrute de mi comida. De hecho, crecí pensando que iba a ser el creador de algún bello jardín o que sería un gran chef. Eso no sucedió, pero cuando cocino soy muy feliz.
- Creo que la empresa debe estar agradecida de que no haya seguido ninguna de esas 2 ambiciones. ¿Por qué no lo hizo?
Duo levanto la vista y vio que él lo observaba.
- Mi madre me aparto del camino- contestó el con cautela – si yo hubiera dicho que deseaba ser trapecista, mi padre hubiera sido muy feliz, pero mi madre era más intelectual. Ella dijo que yo podría cocinar y plantar todo lo que quisiera cuando tuviera mi hogar; antes de eso debería estudiar una carrera más productiva. Así que aprendí lenguas Cambridge en donde viví y estudie administración antes de venir aquí en Londres.
Como resumen de su vida era breve y había lagunas que el ojivioleta no deseaba llenar. El sabía que Duo tenía 23 años más que suficiente para haber formado un hogar. Al mirarlo ahora, era difícil creer que nadie le hubiera ofrecido matrimonio.
- ¿aun siguen sus padres en Cambridge?
- Mi padre murió unas semanas antes de mudarme a Londres – contesto Duo con dificultad-. Lo quería mucho…aun lo extraño. ..Mi madre se quedo a vivir allí con mi hermano- finalizo.
Aunque no hablo más del tema, Heero capto su profunda tristeza. Eso explicaba algo, pero quizá no la soledad que lo rodeaba.
- No trabajabas aquí entonces, creo- dijo él.
Duo negó con la cabeza, recordando por haber perdido a Miza y solo en una enorme ciudad, la muerte de su padre fue una dolorosa pena, se encontraba en una crisis depresiva cuando Heero Yuy padre lo saco adelante. Heero le miro la cara, consciente de que pensaba en el pasado. Hubo tiempo para notar sus rasgos, era todo una beldad, tendría que ser muy tonto si no lo observaba por más de una vez. Su cabello tenía un color castaño y los ojos de color violeta, eran muy hermosos. Todo en el chico era de una simplicidad que rayaba en su belleza, no era alguien ostentoso pero daba una impresión perfecta. Heero aprobó la combinación.
- Supongo que le arruine la tarde- dijo el de repente- ¿Qué hubieras hechos si se hubiera quedado solo?
- Hubiera cocinado mi cena y escuchado un concierto de música clásica por la radio. Iba ser un buen concierto- dijo, lamentándose- Música de Rachmaninov ejecutada por Askenazy.
- Es obvio que no lo imagine, pero recuérdeme que le ponga el disco alguna vez- la expresión que puso el ojivioleta hizo que Heero prosiguiera-¿Por qué la sorpresa? Como mucha gente, tengo un reproductor y nos cuantos discos.
- Supongo que el asombro se debe a Rachmaninov . hubiera jurado que le gustaban Brahms, sibelius o Bach.
La risa súbita de él fue otra sorpresa de esa tarde poco usual. Le recordó los libros de poesía cuando le tomo la mano. Confundido por las cosas iban demasiado rápido, fue conducido hacia la chimenea y sentándolo en una silla.
- tiene razón en todo, pero también escucho otras cosas- asintió el- ¿Qué quiere escuchar, joven Maxwell, el dueto amoroso de madame Butterfly?
El sabia como terminaba el primer acto de la opera. Era difícil parecer despreocupado cuando el corazón parecía salírsele del pecho, pero lo intento.
- En otra ocasión será, quizás…me siento muy cansado y usted también debe estarlo-arguyo Duo.
Agradeció que la excusa fuera lo bastante razonable para que él no le replicaba. Una velada con Heero Yuy tenía las mismas perspectivas que el caminar un campo minado.
- Por favor no piense que debe llevarme a casa – declaro Duo con firmeza-.puedo irme en taxi.
Para su alivio, Heero no discutió. Lo acompaño hasta la puerta espero que subiera al taxi y como el descubrió después, le pago por adelantado al chofer.
- Gracias por su ayuda, joven Maxwell y por el platillo vegetariano…fue una velada interesante.
La cara de él, a la luz del farol, parecía tan atractiva que por un momento estuvo tentado en creerle lo que él decía. Entonces recordó que no era un hombre sensible, divertido y encantador, sino un conquistador. Heero Yuy solo estaba cansado y un poco agradecido.