Decidieron sentarse en una banca, que estaba tras la escuela, para comerse el rico chocolate que juntos compraron con el fin de pasar el latoso momento de recreo… Como era de costumbre Kenzo sacó el primer mordisco a la antojosa barra de chocolate.... Pero aoi bufo con todos sus desanimos y se cruzo de brazos inflando sus mejillas
-¿Porqué siempre compramos lo que tú quieres?- Preguntó el vocal molesto mientras se apoyaba en el respaldo de la banca
-Porque nunca me dices lo que quieres- le respondió el batero entregándole el chocolate mientras obserbava esos ojos que lo evitaban
-¡Mentiroso!- Con su mano empujo el brazo del batero -…no me gusta el chocolate…- dijo negando el trocito que le estaba estrechando
Kenzo rió, sabía que su amigo se había molestado, pero por algo totalmente infantil. El nunca le decia que queria cuando llegaban al kiosko, y mucho menos antes de comprar, ademas, ya se habia convertido en costumbre que Aoi se enojara con el. Y le encantaba hacerlo enojar, porque siempre se comportaba de esa forma tan... linda...que lograba sacarle una sonrisa satisfecha…
-¡Por favor! ¿No me digas que estás molesto?- preguntó Kenzo sabiendo la respuesta
- SI
–OK… OK… yo luego te compro unas patatas fritas…
-NO…
Atinó a abrazar a su compañero por los hombros atrayéndolo a él lentamente mientras sentía cómo se tensaba el cuerpo de este… Rio por lo bajo y mastico el chocolate nuevamente...
-¿no vas a hablarme?- dijo el batero adivinando los pensamientos de Aoi
Aoi asintió con la cabeza y corrio la cara, un inesperado sonrojo se acomodo en sus blancas mejillas…
Rió despacio, le entretenía la infantil actitud de su amigo... Ahora, como siempre, debia hacer una payasada para que su amigo lo perdonara...pero ¿Que hacer...
De repente, pareciera como si un foco de luz se hubiera prendido en su cabeza...
Se hecho un chocolate a la boca hasta deshacerlo. Miró a Aoi, el que volteó al sentir cómo las manos de Kenzo se posaban en sus mejillas y lo atraían en un lento y suave empujón… De inmediato, y por un descuido del vocal, se fundieron en un profundo beso que era totalmente manejado por el joven baterista que intentaba esparcir el dulce líquido dentro de la boca de Aoi Con su dulce y experta lengua. Todo, todo fue muy corto, muy pocos segundos duró ese beso, pero para Aoi se le hizo eterno.
El batero, al separarse, notó cómo las mejillas del vocal se teñían de un rosa muy opaco, a lo que rió y se alejó lo suficiente para quitarle los nervios a Aoi…
-¿A que ahora te gusta el chocolate?- Preguntó Kenzo con una sonrisa… y un leve sonrojo...
-No… nada de eso…- respondió el vocal nervioso luego de tragarse la sustancia antes obsequiada por el batero…
-¿Ah?…- bufó cruzando los brazos…-Y yo que le puse empeño para que te gustara
-Kenzo…- habló en un tono bajito Aoi
-¿qué?- preguntó molesto y aun sonrojado
-Ahora… - le miro los ojos -Ahora me encanta el chocolate…
Kenzo rió y abrazó a Aoi para que ese momento fuera nuevamente una eternidad para ambos. volviendo a besarse y volviendo a entremezclar las mismas nuevas sensaciones y los mismos nuevos sentimientos…
y porsupuesto el mismo bendito sabor a chocolate!
Que viva el chocolate!
Fin…