*YULLEN*
Pasó como un día cualquiera, siempre salen discutiendo conmigo, cuando ya me había cabreado ese buscador, me paré y lo agarré, de inmediato voy que alguien interfirió ¿Quién era?...el mismo que estaba maldito. ¡¡rayos!!, esa maldita mirada, desde ese momento, iniciamos discutiendo, peleando, ¿Qué se yo?. Pasaron los días, semanas, meses, y tu figura aparecia en mi mente, ese cabello blanco tan peculiar, tu pequeño cuerpo (por eso te digo moyashi), te ves tan frágil y a la vez tan fuerte, y esa mirada, tu mirada plateada maldita. Maldita sea, siempre he sido reservado, distnate, pero desde que llegaste, intento hacerme notar ante ti, no llamando la atención de todos, sólo la tuya, sé que tu queires conocerme, saber el porqué de mi ser, muchos se han acercado a mi y se dan por vencido por el simple hecho de pararse frente a mi. Pero tú, moyashi, me retas cada vez que tienes oportunidad, me insitas a seguir tu juego, y cuando me doy cuenta, ya estamos peleando, o nos intentan separar para que no haya un cadáver que recoger. Hoy, hoy es un dia diferente, hoy sabrás algo.
Paso caminando por lo pasillos para ir a mi cuarto, me doy cuenta uqe agarré otro camino, no importa, sigo avanzando hasta que encuentro un cuarto en especial, tu estúpido cuarto moyashi, la puerta está entreabierta, me detengo, procuro que no venga nadie y me asomo para ver, ahí estabas tú balanceándote sobre la silla con una mano, no logro evitar embobarme con tu figura, ya que no tenias la camisa, no te diste cuenta que mi cuerpo estaba entrando a la habitación, cierro la puerta detrás mía, ya ahí cuando al fin notaste mi presencia y el que te estaba observando. Te me quedas mirando (bajándote de la silla) y me sonríes con esa sonrisa tuya tan dulce que tienes; me muero por probar esos labios, esa piel, ¿Qué estoy diciendo?, tengo oportunidad hoy, debo sacar lo que siento de mi corazón, no me importa si después me odias, solo lo quiero decir.
- - Hola Kanda, ¿Qué haces por acá? - dijo el peliblanco con su sonrisa
- - No nada, solo pasaba - no sabia cómo responder, ya que estoy dentro de tu cuarto y a solas contigo
- - ¿Qué tienes? - notas mi inquietud y te aceras lento a mi para ver como reaccionaba
No pude evitar tenerte frente mío, sin saber como te había agarrado de tus muñecas y en un movimiento te puse en medio de la pared y mío, alcé tus manos, tú no entendías nada, una cara de duda aparecía en ti.
- - ¿Qué te pasa? - decías temblando tu voz, te pusiste tenso y forcejeaste por librarte
- - Quiero saber, quiero sentir - lo dije a unos solos centímetros de tu cara, veia tu reacciones.
- - Pero que demo... - estabas sonrojado, tus labios se callaron con los míos.
Te estaba besando, con pasión, quería saborear esos labios tan suave a la vista, sentí como me correspondiste ese beso, abriste un poco tu boca e introduje mi lengua en esta, nuestras lenguas parecían bailar, ya no te sentí tenso, nos separamos por la falta de aire, te veía a los ojos, estabas totalmente rojo, y yo te veía cada vez mas hermoso, acerqué mi cuerpo hasta pegarlo con el tuyo, te solté las manos, y pude ver como te abrazabas a mi cuello, te besé de nuevo, con mas pasión mis manos buscaban sentirte ti blanco pecho, me quité mis guantes para sentir mejor tu piel, poco a poco una de mis piernas se introducía en medio de las tuyas, rozando tu parte noble pude escuchar un gemido tuyo a tal contacto, mis manos se fueron de tu cuerpo para quitarme mi ropa, me quité mi uniforme y solo me quedé igual que tú, con mis pantalones y mi pecho desnudo, sentí tus manos bajar hacia mi pecho acariciando cada parte que veías, sin separarnos del beso, te fui guiando hasta tu cama, te acoté y me puse encima de ti, pude ver un pequeño bulto en tus pantalones, bajé una mano y empecé a frotarlo por arriba de tu ropa, mis pantalones ya me apretaban pero esperé un poco mas; te desabroché tu pantalón y lo fui bajando hasta quitártelo, me detuve un momento, pudiendo observar tu cuerpo y grabarlo en mi mente. Pude ver tu sonrojo y tu mirada excitada.
- - ¿Por qué paras? - te escuché decir
- - Sólo te quiero observar - contesté sin temor
- - ¿sólo eso? - dijiste con un poco de sarcasmo
Noté que me pedías más, te quité tu boxer y pasé a quitarme lo uqe me quedaba de ropa, ahora ambos estábamos desnudos, y me volvía a poner frente de ti, para besarte una vez, fui bajando lentamente dejando un camino de besos y pequeñas mordidas; me detuve en un pezón y empecé a jugar unos segundos con él, pude escuchar tus gemidos que salían de tu boca. Bajé hasta tu miembro erecto, empecé a masajearlo con los dedos, suavemente, para que de una vez lo metiera en mi boca, podía saborear esa sabor tan propio, te hacia un rápido vaivén, deteniéndome en momentos en su punta y pasarte con mi lengua haciéndole círculos
- - ahhgg... - gemía sin cesar, con ese movimiento- de-ten-te,no aguanta..re mas
me detuve para que no te vinieras, aunque lo hubiera querido, quería algo más. Subí de nuevo a tu boca y la besé con lujuria, con mis dedos los introduje en tu boca y los ensalivaste sensualmente, tampoco creía aguantar mas, pero debía hacerlo. Ya con mis dedos humedecidos por ti, bajé hasta tu pequeña y estrecha entrada e introducía el primer dedo, gritaste del dolor de ese intruso, con los segundos fui metiendo el segundo y por ultimo el tercero, moviéndolos en círculos para prepararte bien, mientras mi lengua jugaba con tu miembro lamiendo y besándolo por los lados, saqué mis medos de ti y te miré. Esa mirada maldita que me mataba, (de la que me enamore), cada vez que me miraba, me indicaste que pida seguir, me acomodé en tus piernas e introduje suavemente mi miembro en ti, lo introduje por completo y tú gemiste de dolor, unas pequeñas lagrimas salieron de tus ojos grisáceos por el dolor que sentías. Empecé a acercarme a tu cara y te besé con ternura, intentando calmar el dolor.
CONTINUA...