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Deseo estar a tu lado por karennoegao

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Notas del capitulo: Holiiiisssss!

Que tal tanto tiempo???

Yo acá refunfuñando contra la dichosa gripe A que me dejó sin cursadas en la uni TT__TT
Pero bueno, es lo que hay...

Este capítulo en particular me complicó la existencia ¬_¬#, particularmente el lemon... pero al menos pude terminarlo...

Antes de que me olvide, en uno de los reviews que recibí me preguntaron si habría o no mpreg, a lo que le contesté que lo hiba a pensar, la cosa es que sigo en duda por lo que voy a optar por dejarles a ustedes esa decisión, así que si quieren ver a Sasu-chan con pancita pues dejenme un review y si hay varios pues nada, Sasu pasará por todos y cada uno de los fatídicos estadios de un embarasito jeje.

También muchas gracias por sus reviews, son todos muy alentadores, lamento no poder actualizar más seguido v_v.

Bueno como siempre digo los personajes de la serie Naruto son pretenecia de Kishimoto-sama hasta que se decida lo contrario...

Sin más los dejo con el septimo capi de este loco fic...
Séptimo capítulo: Preludio a los problemas

Delicadamente lo depositó en la cama mirándolo durante incontable segundos, Sasuke sentía hundirse en aquellos azules ojos que lo hipnotizaban completamente.
Y sin poder contenerse más elevó su rostro capturando los apetecibles labios de su rubio amor quien recibió gustoso el cálido beso, poco a poco aquella tierna muestra de cariño fue tomando un camino sin retorno hacia la lujuria, ambos se devoraban sin tregua, sus lenguas batallaban entre sí como si no hubiera un mañana.
Las morenas manos de Naruto comenzaron a recorrer cada porción de aquella pálida piel que lo encendía desmesuradamente, mientras seguía devorando los afrodisíacos labios de Sasuke
El azabache podía sentir sus besos, sus caricias que lo enloquecían y lo hacían sentir querido, peor él también quería acariciar y sentir la piel de su amor por lo que suavemente pujó a Naruto con sus manos.

-Es… espera yo…yo también quiero sentirte- le dijo mostrando un hermoso sonrosado en sus pálidas mejillas que lo hacían lucir frágil y muuuuy kawaii.

Naruto asintió con su cabeza para luego sentir como las temblorosas manos de su azabache le desanudaban la corbata torpemente para luego desabotonar la estorbosa camisa, siendo el rubio quien terminó de quitársela en un sensual movimiento sin quitar sus azules ojos de los de su pareja
Sasuke se elevó un poco quedando sentado sobre el colchón a la par que comenzaba a besar y degustar aquella morena piel, repartía húmedos besos por todo su pecho mientras con sus manos pellizcaba los endurecidos pezones de Naruto quien jadeaba deliciosamente en el oído del azabache.
Dejándose llevar por la lujuria y el éxtasis del momento, el rubio buscó nuevamente sus labios en un salvaje beso, mientras las manos del rubio descendían apretando sus nalgas con vehemencia para luego terminar de quitarle el blanco bóxer que se interponía entre él y suculento trasero de su excitante pareja, para luego recostarlo nuevamente sobre el mullido colchón.

-¿Listo para lo que sigue datttebayo?- le preguntó entre dudoso y excitado

-Ha…hai…- le contestó el azabache un tanto temeroso pero igualmente deseoso.

Bajo la atenta mirada de Sasuke, Naruto lamió provocativamente tres de sus dedos los cuales luego los dirigió a la boca del azabache para que le imitara, quien sumamente apenado los tomó y comenzó a lamerlos, cuando Naruto creyó suficiente los retiro dejando un pequeño hilo de saliva entre estos y la suculenta boca de Sasuke.
Lentamente introdujo uno de sus dedos en la estrecha entrada del azabache.

-Ah!- gimió un poco adolorido ante la intromisión.

-Relájate o te dolerá más dattebayo- le susurró al oído mientras movía su dígito en forma circular y mordía suavemente su cuello para distraerlo un poco.

De a poco la entrada del azabache se fue relajando permitiendo a Naruto introducir dos dedos más recibiendo un leve quejido por parte del azabache siendo amainado por un lento y delicioso masaje a su despierto miembro provocándole un escalofrío que le recorría por toda la espalda produciendo que esta se arqueara emitiendo a la par un sonoro gemido, mezcla entre placer y dolor.
Naruto sonrió complacido al sentir aquella excitada vos que lo enloquecía y sin miramiento alguno mordisqueó y succionó el nacarado cuello de su pareja dejando a su paso una notoria marca rojiza, mientras sus dedos se movían simulando suaves envestidas.

-¿Te gusta? Dime lo que sientes dattebayo- su profunda y lasciva vos penetraba por cada poro del azabache produciéndole una exquisita y cosquillosa sensación en todo el cuerpo.

-Aaah… se…ah… se siente bi…mmh…bien- apenas si podía contener sus gemidos, se sentía tan condenadamente bien que toda lógica y vergüenza habían quedado fuera de contexto.

Naruto elevó su rostro mirando detenidamente el bello rostro del azabache, este lucía unas rozagantes mejillas, sus ojos estaban entrecerrados y sus labios levemente abiertos, para el kitsune aquellas facciones eran las más eróticas que jamás haya visto

-Aaah! Más… Naru…- jadeaba el azabache al sentir como aquellos dígitos se adentraban aún más en su esfínter.

Al escuchar esas palabras y sentir el libre movimiento de sus dedos, Naruto supuso que ya estaba lo suficientemente dilatado por lo que retiró sus dedos de la cálida entrada recibiendo una reprobatoria mirada a lo que sonrió dulcemente. Ante la inquisidora contemplación de Sasuke, el rubio se quitó el pantalón junto a su negro bóxer dejando libre de opresión a su necesitada masculinidad.
Sugerentemente se posicionó entre las piernas del azabache acomodándolas sobre sus hombros y tras masajear un poco su miembro comenzó a penetrarlo lentamente buscando causar el mínimo daño posible.

-Aaaah!- un gemido de dolor salió de sus labios ante la intrusión del miembro de su rubio que le producía cierto escozor.

-Gomen… mnh… solo un poco más aah- trató de tranquilizarlo mientras terminaba de penetrarlo para luego con una de sus manos comenzar a masajear el miembro de Sasuke haciendo tiempo para que se acostumbrara a la intromisión.

Suavemente comenzó a moverse en su interior, recibiendo a cambio unos leves gemidos por parte se su uke.

-Aah!... siii...ah- gemía ante aquella maravillosa sensación que lo envolvía por completo a medida que su entrada era profanada con tanta sutileza- más… más rápido… aah… Naruto…- gimió deseoso moviendo sus caderas para hacer más profundas y rápidas las estocadas de su rubio.

Naruto aumentó el ritmo de las embestidas, un inmenso placer le recorría todo el cuerpo sintiendo como las paredes internas de Sasuke lo aprisionaban una y otra vez.

-Mmnh!... erres tan estrecho… ah… delicioso dattebayo…- gemía el rubio mientras seguía con aquel excitante vaivén.

Sasuke abrió un poco sus ojos viciados de placer observando aquel moreno rostro cubierto por una brillosa capa de sudor que probablemente él también tenía, sus respiraciones eran cada vez más erráticas y su corazón latía con fuerza.

-Aaah! Naru… aaaaah…- jadeó al sentir como una de las manos de su rubio se asió de su miembro y lo masajeaba al ritmo de las embestidas –aahhh!... Naru…motto- una corriente eléctrica cruzó por todo su cuerpo al momento en que llegó al clímax arqueando su cuerpo y aferrando fuertemente sus manos sobre las suaves y arrugadas sábanas.

Naruto sintió un tibio y viscoso líquido en su mano a la vez que una fuerte opresión en su miembro le provocó un fuerte orgasmo.

-grrrr- con un sensual gruñido vertió toda su esencia dentro del azabache cayendo exhausto sobre el agitado cuerpo de su amante.

Sus pulmones parecían querer salirse de sus cuerpos, al igual que sus corazones, ambos se sentían satisfechos y muy felices, aquella gran muestra de cariño había sido más que perfecta.
Pasados unos minutos Naruto salió de su cómoda posición para recostarse al lado de Sasuke atrayéndolo en un fuerte abrazo.
Acurrucado en su pecho sus cansados ojos comenzaron a cerrarse con una dulce expresión en su rostro, llena de satisfacción y felicidad.

-Te amo Naruto- dijo en un susurro casi inaudible pero que no pasó desapercibido por un sorprendido rubio que lo miró un tanto temeroso ante el poder que emanaba aquellas simples pero muy concisas palabras que, para la suerte del rubio, no necesitaban en si respuesta ya que el emisor se había quedado profundamente dormido.

Unos minutos de silencio nublaron su juicio, ¡Sasuke lo amaba!, eso ya era algo muy preocupante para Naruto, él estaba seguro que quería al azabache, pero de ahí a amarlo, eso ya era otra historia, o al menos lo era para el rubio quien jamás en su corta vida le había dicho a alguien aquellas palabras, solo a sus padres y de eso hacia ya bastante.
Particularmente le guardaba cierto respeto a aquel sutil y profundo sentimiento como es en si el amar, más que nada por que no quería que nadie lo lastimara, aunque tampoco era reacio a la idea de enamorarse pero esta situación era muy rápida para su gusto, o sea, hace solo tres meses que conviven juntos, aún así Sasuke no había tenido ningún tipo de problema en decirle que lo amaba dejándolo completamente en out side.

-(¡Kuso! ¿Y ahora que le digo?)- pensaba preocupado tratando de hallar una solución a su pequeñísimo gran problema- (lo mejor será por el momento no decir nada, hasta aclarar bien lo que siento... ¡kusó!... esto es muy fuerte para mí dattebayo…)- giró su rostro viendo fijamente la suave y dulce expresión en el rostro de Sasuke tan cálido, tan sutil –(por otro lado no me molestaría dormir y despertar todos los días de mi vida viendo este bello rostro dattebayo)- suspiró cansinamente para luego aferrar más aquel frágil cuerpo al suyo, decidiendo que por el momento lo mejor sería simplemente disfrutar de aquel curioso sentimiento que en su corazón comenzaba a florecer –(quien sabe tal vez ya hayas robado mi corazón y yo ni enterado dattebayo)- con estos últimos pensamientos en su cabeza y una sutil sonrisa en sus labios Naruto cerró sus ojos abandonándose en un profundo sueño.

Unos tenues rayos de luz comenzaron a reflejarse por la ventana del cuarto mientras perezosamente dos individuos comenzaban a moverse sobre las arrugadas sábanas, el rubio fue el primero en dar señales de vida, abriendo sus ojos lentamente encontrándose con el pálido y suave rostro de su azabache, sonrió dulcemente sintiéndose por primera vez en mucho tiempo satisfecho y completo, con su mano libre acarició suavemente la brillosa cabellera de Sasuke.

-(Se ve tan lindo durmiendo)- pensó al notar la tenue sonrisa que se dibujada en el rostro de su ahora pareja.

Con toda la ternura que lo caracterizaba, Naruto comenzó a repartir besitos por el cuello y mejillas del Uchiha quien comenzaba a moverse producto de las cosquillas que le producía aquella muestra de amor, pero reacio a la idea de abrir sus ojos gruño levemente a la vez que buscaba más cobijo en el pecho de su rubio acariciando melosamente el tostado pecho de Naruto.

-¡Oe! Despierta Sasu- le susurraba mientras lo apretaba más contra su pecho.

-¡mmh!... 5minutos…más…- bostezó sonriendo levemente.

-Debo ir a trabajar… anda Sasuke… levántate dattebayo- lo zarandeaba inútilmente por lo que un tanto molesto comenzó a hacerle cosquillas.

-¡jajaja!... noo…jaja…basta jaja…bas…basta…- decía muerto de risa revolviéndose cual gusano en la cama- ¡Ya está, ya me desperté pesado!- le dijo un tanto molesto pero sumamente feliz.

-Gomen… yo también quisiera quedarme un rato más en la cama pero hoy tengo una junta importante- le dijo abrazándolo por la cintura y besando su descubierto cuello- pero… te lo compensaré, tanto lo de ahora como lo de anoche, lo prometo- le dijo para luego levantarse con dirección al baño.

-¿Puedo bañarme con vos?- preguntó Sasuke bastante avergonzado.

-Claro dattebayo- respondió estirando su mano par tomar la de Sasuke.

Luego de un cálido y refrescante baño ambos jóvenes se dirigieron a la cocina con el fin de desayunar entre risas besos y abrazos, el momento era más que hermoso y perfecto ya que nada más que ellos importaba… lastima que lo bueno no dura mucho particularmente si la diosa del destino es una mete púa…

Entre tanto en otro lugar no muy lejos de allí, por las transitadas calles del centro una figura de gran belleza caminaba a paso ligero entre las personas que lo miraban embobados, vestía un traje blanco con una llamativa camisa roja que resaltaba sus azules ojos, su rubia y larga cabellera estaba recogida en una cola alta y un mechón de aquel oro cabello cubría por completo el lado izquierdo de su terso rostro. La sutileza en sus movimientos se acentuaba aún más por una suave brisa que circundaba el lugar.
En conjunto podría decirse que su andar era digno de la realeza.
Poco tardó aquel bello ser en desaparecer de las transitadas calles hasta llegar a un lugar bastante lejano de su punto de partida.
El edificio al que arribó se encontraba un tanto descuidado por fuera, dándole un aspecto lúgubre como de película de terror, el enrejado de la entrada, un tanto oxidado por el paso del tiempo dejaba entrever unas notables formas espiraladas. Al atravesar la entrada un camino de piedra se abría paso por un descuidado jardín hasta la entrada del viejo edificio. Al lado de la maciza puerta de madera un tanto mohosa, se podía apreciar un pequeño cartel que en letras alguna vez negras decía: “Nosocomio de salud mental Akatsuki”.

Haciendo acopio de toda su fuerza de voluntad golpeo la puerta un par de veces, mientras trataba de hacerse a la idea de que el lugar no era tan malo como parecía, esperó paciente hasta que sintió el rechinar de la puerta indicándole que esta estaba siendo abierta.
Del otro lado de la misma apareció la figura de una mujer un tanto más baja que él, aunque un par de años mayor, que lo miraba inquisidoramente de arriba a abajo.

-Usted debe ser el joven Deidara ¿Verdad?- preguntó la joven a la par que abría del todo la puerta y se hacia a un lado en la clara invitación a que el rubio ingresara al recinto.

-Así es, ¿y usted es?...- preguntó cortésmente luego de ingresar y mientras esperaba a que la mujer cerrara la puerta.

-Yo soy Shizune, la ayudante de Tsunade-sama, la psiquiatra de su prometido- le dijo a la vez que avanzaba por un amplio pasillo siendo seguida de cerca por el rubio.

Luego de eso el silencio se adueño del lugar, solo se sentía el sonido de las pisadas de ambos. Por su parte Deidara se encontraba absorto observando cada detalle de aquel lugar, que a su parecer era de mal gusto y hasta un tanto nauseabundo, las viejas paredes emanaban un olor a humedad y encierro, que se hacia evidente por las innumerables manchas que en ellas se marcaban en ese característico color oxido, mezclado junto a un particular aroma a hospital, su respingada nariz se arrugaba inconcientemente reflejando el poco agrado que sentía hacia aquel compuesto de aromas. De repente la figura que caminada delante suyo se detuvo delante de una puerta, la cual a diferencia del resto del lugar parecía ser relativamente nueva.

-Este es el consultorio donde lo espera Tsunade-sama- le dijo para luego golpear sutilmente la puerta y tras escuchar lo que parecía ser un “Adelante” Shizune abrió la puerta para anunciar a la visita –Tsunade-sama, aquí está el joven Deidara- su vos extremadamente pasiva hacía sentir al rubio un tanto inseguro y nervioso como si algo malo fuera a ocurrirle.

-Ah es cierto, que pase, que pase-se oyó una vos un tanto más aguda desde el interior de la oficina, así que obedeciendo a la vos Shizune se hizo a un lado dejándole el paso libre al rubio quien ingresó al lugar con sumo cuidado.

-Bienvenido Deidara-kun- habló un mujer rubia ubicada detrás de un escritorio lleno de papeles y botellas de sake- Estábamos esperando su visita desde hacía un tiempo- finalizó la mujer poniéndose de pié para saludarlo.

-Un gusto Tsunade-sama, lamento mi tardanza pero tuve muchos asuntos que arreglar- comentó cortésmente aceptando el saludo de la mujer.

-Me imagino que dirigir una empresa en estos días no es algo sencillo ¿verdad?- comentó mientras volvía a ubicarse en su silla y señalaba una vacía para que el rubio se sentara también.

-Está usted en lo correcto- respondió para luego guardar silencio por unos segundos antes de comenzar con el tema que les incumbía a ambos -¿Cómo se encuentra?- preguntó un tanto nervioso acomodando su mechón de pelo tras su oreja.

-Particularmente su caso ha sido un completo desafío para mi, pero por suerte hemos podido sacarlo adelante, aunque aún falta mucho para su entera recuperación, puedo decir con seguridad que se encuentra totalmente fuera de peligro- una sonrisa victoriosa se dibujaba en su rostro a medida que hablaba.

-¡Que alegría!- Deidara no pudo evitar elevar su voz contento por la buena noticia, su prometido, aquel a quien amaba fervientemente iba a recuperarse y volver a su lado, era la mejor noticia que había recibido en mucho tiempo -¿pu-puedo verlo?- preguntó dudoso pero anhelante.

-Por supuesto, el se pondrá muy contento de verte, suele mencionar tu nombre muy a menudo, al igual que a su hermano- comentó la rubia poniéndose de pié dirigiéndose a la puerta para ser seguido inmediatamente por un nervioso y emocionado rubio.

Tras una silenciosa caminata por el extenso pasillo arribaron a una enorme puerta de madera tallada minuciosamente, era muy distinta la resto de la edificación, la madera lucia brillante y emitía un suave aroma a roble, lo más sorprendente fue ver tallado su rostro con una expresión serena y dulce, cada porción, cada minúsculo detalle de esa extraña obra de arte emitía un infinito amor.

-Ese fue su pasatiempo favorito- comentó Tsunade mientras sonreía cálidamente –desde que llegó aquí no ha hecho más que pensar en ti y en su hermano, los ama mucho a ambos- finalizó en aire melancólico.

-Lo sé, yo también no he hecho otra cosa más que extrañarlo- respondió más para si mismo que para la mujer a su lado.

Esas fueron las últimas palabras que se dijeron antes que la rubia abriera la gran puerta de madera dando paso a un delicioso aroma a flores y verde, muy distinto al nauseabundo olor a medicina y encierro del resto del lugar.
Y allí estaba él, sentado cómodamente bajo un imponente árbol, sus ojos permanecían cerrados, su cabellera negra suelta lucia un tanto desarreglada pero muy brillante y hermosa como antes, su piel pálida lucía un sutil sonrojado que el rubio no recordaba que existiera, anhelante y nervioso se fue acercado hacía su prometido, sus ojos se fueron llenando de lágrimas, había pasado tanto tiempo y sin embargo su corazón no había cambiado en lo más mínimo, seguía amándolo con la misma intensidad de antes y el palpitar acelerado de su corazón le daba la razón en eso. Una vez a su lado, se colocó en cuclillas para quedar a la misma altura, acercó su rostro hasta poder sentir el suave y lento respirar de su amor, elevó su mano y acarició sutilmente su rostro, ante aquella acción los ojos de su prometido se abrieron de par en par dejando ver unos extraños ojos rojos, con cierto destello negro. El rubio de la sorpresa reaccionó alejándose de su amado pero los brazos de este lo envolvieron en un fuerte y posesivo abrazo.

-Deidara… al fin viniste… al fin…- una profunda pero amorosa vos inundó los oídos del rubio, ¡como había ansiado escuchar aquella vos nuevamente, cuanto la había extrañado!

Y sin poder contenerse comenzó a llorar, lloraba de felicidad, aferrándose al pecho se su amado, tanto tiempo había pasado que parecía haber sido todo un maldito sueño, pero no lo era, no lo era.
Elevó su rostro aún lleno de lágrimas para ver el de su amado, sus ojos se llenaron de sorpresa al ver que aquellos misteriosos ojos también se encontraban derramando lágrimas. Jamás en todo el tiempo que se conocían lo había visto llorar, ni siquiera en la muerte de sus padres, pero allí estaba aquel seductor y serio rostro demostrando contra todo pronóstico la falta que le había echo él… si, estaba llorando por él, su corazón latía rebozante de felicidad.

-Itachi…- susurró dulcemente para luego posar sus labios sobre los de su azabache en un cálido y conciliador beso- te extrañe tanto… tanto…- mientras unas grandes y pálidas manos secaban tiernamente las lágrimas de su rostro.

-Yo también te extrañe Dei-chan- respondió Itachi sonriendo como nunca antes, porque realmente le había echo falta su rubio, todo el sufrimiento que había pasado, todas cosas malas, la pérdida de sus padres, de su hermano, todo aquello lo había llevado al borde de la locura.

La única razón que lo mantuvo en pié fue el amor hacia Deidara y a su hermano.

-¿Cómo van las cosas con la empresa Dei?- preguntó de repente rompiendo con la cálida atmósfera que se había formado.

-Bien, hoy tengo una junta con el presidente y los accionistas de la empresa Konoha, espero poder cerrar el trato, tenerlos a ellos de nuestro lado ayudaría bastante…pero…- guardó silencio, algo le preocupada en todo ese embrollo entre empresas en el que se estaba metiendo.

-¿Acaso crees que no tenemos oportunidad?- le preguntó seriamente viéndolo a los ojos.

-La verdad, no lo creo, aparte de que somos una pequeña PYME, hay otra empresa más grande que también busca un acuerdo con ellos, si mal no recuerdo la empresa se llama Hebi inc.- comentó recostándose nuevamente sobre el pecho de Itachi.

-Entiendo, debemos hacer hasta lo imposible si queremos su apoyo, siento ponerte en tantos problemas, pero no descansaré hasta encontrar a mi hermano y a la basura que nos separó- su profunda vos se llenó de ira y angustia reflejándose en leves temblores a la vez que se aferró más al cuerpo de Deidara para calmarse.

-No te preocupes, estoy seguro que de una u otra manera los encontraremos, yo no descansaré hasta lograrlo, te lo prometo- le dijo abrazándolo fuertemente transfiriéndole la seguridad de sus palabras.

Horas más tarde el rubio se despidió de Itachi y de Tsunade, prometiendo que a partir de aquel día vendría a diario.
Lentamente se encaminó hacia su casa, se cambió y marchó rumbo a la empresa Konoha.

-(lo lograré, estoy seguro que los convenceré)- con pensamientos positivos en su cabeza se subió a su auto y se puso en marcha hacia su meta.


Continuará
Notas finales: Bueno, espero que les haya gustado, acepto recomendaciones para mejorar mis lemon, y espero sus opiniones acerca de si quieren o no que este fic contenga mpreg.
Chaitos y nos estamos leyendo

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