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Deseo estar a tu lado por karennoegao

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Notas del capitulo:

Etto... pues hola a todos, lamento muchísimo el retraso... como siempre pero desgraciadamente mi musa no ha sido de gran ayuda este último tiempo... v_v.

Gracias por sus review y me alegra que les guste este fic, al cual solo le restan dos capis más...

Bueno pues les dejo leer el fic...

Espero sus comentarios como siempre si algo no les agrada, o si simplemente les gusta...

Bueno como siempre los personajes de la serie Naruto son propiedad exclusiva de Kishimoto-sama...

Por cierto quiero agradecerle a mi beta por su apoyo... Lizzy-chan no se que haría sin vos TT_TT...

 

Capítulo 11: Secuestro por partida doble

 

En un pequeño cuarto se puede observar el inmóvil cuerpo del rubio recostado sobre una finísima bolsa arpillera, sus manos y pies están atados fuertemente con hilos de alambre, el cual en algunos lugares mostraba manchas de sangre seca, sus ropas están sucias y desgarradas, y su brillante cabellera dorada se mostraba opaca y parcialmente cubierta por una venda, que a diferencia del resto de su apariencia se veía limpia y bien colocada.

De a poco fue abriendo sus ojos, se encontraba muy mareado, agitado y confundido, no podía distinguir ni su propia posición, lo único que sentía era un fuerte dolor de cabeza, todo a su alrededor daba vueltas imposibilitándole reconocer el lugar donde yacía tendido. Sin perder la calma cerró nuevamente sus ojos y se sumió en un trance de meditación con el único propósito de relajar su cuerpo y recobrar su sentido de orientación, además de tratar de recordar como cuernos había terminado en ese estado, siendo que su último recuerdo era el de estar camino a buscar a su azabache al nosocomio.

 

Poco a poco su respiración comenzó a ser más pausada, sus tensos músculos comenzaron a aflojarse a la par que su mareo menguaba, se vio a sí mismo amarrado con unos gruesos alambres que apretaban lo suficiente como para cortarle parcialmente la circulación ya que todas sus extremidades se hallaban medio “dormidas” dándole esa característica sensación de hormigueo.

Observó el lugar con detenimiento, la luz del lugar no era mucha pero sí suficiente como para darle una buena idea de donde se encontraba, así como era su costumbre, comenzó a analizar cada rincón de aquel cuadrado de pequeñas dimensiones donde se encontraba cautivo.

Las paredes se encontraban desgastadas, agrietadas y mohosas, lo que parecía ser una ventana se hallaba cubierta de tablones mal clavados, y por unas leves aberturas entre ellas se podían divisar unos gruesos barrotes de hierro algo oxidados. El ambiente era denso y pesado, el calor era tal que junto al encierro producían un particular aroma a humedad, óxido y demás… que resultaba bastante desagradable.

Suspiró irritado y sumamente molesto mientras se acomodaba con mucho esfuerzo en el suelo, apoyando su espalda contra la pared. Esta vez sus azules ojos se posaron en la única puerta del pequeño cubículo, la cual, al igual que el resto del lugar, mostraba un color cobrizo, producto de la oxidación, la parte de abajo que rozaba con el suelo estaba carcomida, pero no ingresaba ningún tipo de luz, lo que le daba la idea que era más gruesa de lo que aparentaba, al no notar cerradura alguna supuso que la puerta era corrediza y que solo abría y cerraba desde afuera.

Bufó cansado y hastiado, sabía que eso pasaría tarde o temprano… demo… ¿Tenía que ser justo en el momento en que iba a recoger a Sasuke para llevarlo al médico? Odiaba el no saber si el azabache se encontraba bien o no, le tenía sumamente preocupado y ahora era peor, ya que no tenía idea de cuánto tiempo iba a estar metido en ese asqueroso bulín. Una fuerte punzada en su cabeza le hizo cerrar fuertemente los ojos frunciendo el seño, sabía lo que había ocurrido, también sabía quién le había dado ese fuerte golpe y con qué, en cuanto lo tuviera enfrente lo patearía hasta la luna ida y vuelta por su osadía.

Entre tanto en el nosocomio Sasuke comienza a dar nuevamente señales de vida a manos de un fuerte aroma a perfume de orquídeas que se expandió por sus fosas nasales, haciendo que se ahogara y tosiera, abriendo sus ojos de golpe divisando el rostro de la rubia Tsunade que se alejaba dejándole espacio para que respirara.

 

-¿Te encuentras mejor pequeño?- le preguntó la rubia sentándose detrás de su escritorio y tomando una botella de sake.

-… Si… arigatou- respondió desganado acariciando su vientre aún no creyendo que dentro suyo estaba gestándose un bebé, su bebé, suyo y de su gran y único amor.

-Felicidades Sasu-chan… tendrás un bebé, un hermoso bebé- Deidara no cabía en sí de felicidad, apretando la cabeza del azabache contra su pecho.

 

Las palabras de su cuasi cuñado le sonaban distantes y, en cierta forma, irreales, la angustia y el miedo se apoderaron de su cuerpo que comenzó a temblar sin control mientras se aferraba a los brazos del rubio mayor, comenzando inevitablemente a llorar, ni él entendía a que se debía ese repentino sentimiento de desasosiego que lo envolvía, lo único que tenía claro era que por mucho que quisiera a Deidara en esos momentos lo que deseaba era ser rodeado por los fuertes brazos de su rubio amor, el único capaz de quitarle ese naciente pánico.

 

-Será mejor que regreses a tu casa y guardes reposo, por seguridad, los embarazos masculinos suelen tener complicaciones, sobre todo en los primerizos, aunque…- la seria y pensativa voz de Tsunade preocupó a los presentes incluyendo al azabache mayor que había despertado hacía unos instantes.

-Aunque… ¿Qué? Tsunade-sama, responda- habló Itachi sumamente preocupado por lo que pudiera ocurrirle a su otouto o a su futuro sobrinito.

-Tranquilo, lo que iba a decir es que Sasuke deberá tratar de mantenerse calmado, no es bueno para él ni para su bebé que se desespere o se deprima, así que lo mejor es que descanses y busques algo que te relaje niño- respondió tranquila pero seria mientras sorbía un trago de su elixir favorito.

-Lo sé…- contestó desganado apretando fuertemente sus puños tratando de infundirse a sí mismo algo de valor que nada mal le venía en ese momento.

 

Casi una hora más tarde, el azabache aún seguía llamando a Naruto sin éxito alguno.

Era raro, su rubio nunca apagaba el celular, lo peor era que como no llevaba su agenda consigo no podía contactarse directamente con la empresa.

 

-Lo mejor será que yo te lleve Sasu-chan, realmente creo que necesitas descansar- el rubio mayor se notaba preocupado, así que Sasuke no pudo más que asentir para luego despedirse de los demás

-Espero que vuelvas a visitarme pronto otouto- Itachi abrazó fraternalmente a Sasuke como hacía tiempo deseaba hacer siendo tímidamente respondido.

-Lo haré nii-san- fue su corta pero feliz respuesta, para luego despedirse de Tsunade y Shizune, saliendo con el rubio mayor del nosocomio.

 

Durante el trayecto al departamento Sasuke no mencionó palabra alguna, no se sentía bien, algo lo perturbaba y no sabía qué, Deidara al ver la seriedad de su cuasi cuñado, pensó que lo mejor sería no hablarle y dejarle tranquilo con sus pensamientos, los cuales eran pura y exclusivamente para su rubio amor.

 

-(¿Qué dirá Naruto cuando se entere que tendré un hijo suyo?)- suspiraba preocupado mientras miraba por la ventana del coche el inmenso edificio que pertenecía a la empresa.

-Todo saldrá bien Sasu-chan, estoy seguro que Naruto se pondrá muy contento con la noticia, sé que casi no conozco a Naruto, pero creo que le haría ilusión formar una familia- le habló el rubio mayor tratando de ayudar al azabache justo cuando estaban en la entrada del departamento.

 

Sasuke palideció ante la idea de formar una familia pues recordó algo que el rubio le había dicho durante la cena en el restaurante, bajó su mirada y se giró para adentrarse al edificio.

 

-Arigatou por traerme, demo no es necesario que te quedes, estaré bien, nos vemos- se despidió sin esperar respuesta alguna e ingreso a paso rápido sin mirar atrás dejando a Deidara en un estado de confusión.

-(¿Habré dicho algo malo? Bueno supongo que es mejor que consulte sus problemas con la almohada hasta que llegue Naruto-san… Suerte Sasuke)- fueron sus últimos pensamientos antes de adentrarse nuevamente al vehículo y retornar al nosocomio sin darse cuenta que frente al edificio alguien los estaba observando.

-Así que “la cenicienta” ha vuelto a su casa… muy bien- sus palabras fueron interrumpidas por el sonido del celular –moshi moshi… hai Orochimaru-sama me encuentro frente al departamento de Naruto… hai entonces esperaré a la noche… hai como usted diga, hoy mismo lo “invito” a nuestros aposentos- fueron sus últimas palabras antes de terminar la llamada. Encendió el vehículo y se dirigió a la empresa Konoha, el plan ya se había puesto en marcha...

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De vuelta en una lejana y abandonada edificación, en una amplia y casi vacía sala, no muy lejos de donde se encontraba Naruto, se encuentran los tres jóvenes secuestradores charlando… o más bien, discutiendo entre ellos.

 

-¡Eres un idiota¡ ¡¿Cómo se te ocurre golpearle en la cabeza con la notebook a la par que lo dormías con cloroformo?!- la chillona y muy enfadada voz de la pelirroja resonó por todo el lugar asiendo que sus compañeros se taparan los oídos ante tan atroz y dañino tono.

-¡Cierra la boca Karin! ¡¿Acaso quieres perforarnos el tímpano?! ¡Además no tienes ni idea de lo que nos costó atraparlo, el cloroformo no hacía más que ralentizar sus movimientos!- se quejó Suigetsu con un gesto de dolor al recordar todo el esfuerzo que hizo junto a Juugo para poder atrapar a Naruto.

-En fin, en cualquier caso quien tendrá que responder por el golpe y por destrozar la notebook vas a ser pura y exclusivamente vos- suspiró cansada de discutir.

-¿Qué es lo que haremos a partir de ahora?- la voz de Juugo se hizo presente llamando la atención de sus dos compañeros – ¿Hasta cuándo deberemos esperar para atacar a Orochimaru?- Juugo se mostraba impaciente, algo bastante raro en él, pero no era de extrañarse, todos los presentes sólo deseaban que llegara el momento de vengarse de aquella maldita serpiente rastrera, por usarlos como conejillos de india y hacer de sus vidas un completo infierno.

-Por lo pronto debemos esperar que Naruto despierte y... se recupere- mencionó Karin a la par que fulminaba con la mirada a Suigetsu que se hacía el desentendido –además debemos esperar también que el perro faldero de Orochimaru se comunique con nosotros para saber qué es lo que técnicamente planean hacer con Naruto.

 

Los tres jóvenes guardaron unos minutos de silencio cada quien tratando de descifrar lo que acontecería en poco tiempo, que no sería nada sencillo considerando el hecho que ya habían advertido los movimientos en el laboratorio de la serpiente, lo que indicaba que nuevamente llevaría a cabo alguno de sus locos experimentos, y todos llegaron a la conclusión que sería Naruto el dichoso ganador de tales atenciones, sin saber que el rubio ya había despertado y no estaba muy contento que digamos…

 

-¡Maldita sea! ¡Esto es desesperante dattebayo!- gritaba sumamente molesto el rubio mientras trataba como podía de ubicarse sobre la picosa bolsa arpillera – (Kusó, en fin creo que por el momento no me queda otra que esperar… Condenado Suigetsu mira que golpearme con mi notebook… grrr, ya me las pagará)- fueron sus pensamientos mientras miraba fijamente a la puerta esperando que a alguien se le ocurriera abrirla y dar inicio a sus planes.

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Al entrar al departamento una nueva ola de angustia lo atacó, algo en su pecho le hacía sentir que no todo estaba bien…

Sentía pánico del futuro, no sabía que esperar de Naruto, más aún teniendo en cuenta lo dicho por el rubio la noche de la cena, Naruto le había dado a entender que no deseaba formar una familia en sus condiciones, o al menos esa había sido su conclusión.

Es decir, él sabía que Naruto lo quería a su lado, pero aún no entendía del todo qué era exactamente lo que quería de él, ya que sus palabras no fueron muy exactas que digamos.

Suspiró por enésima vez en el día mientras se desvestía y se metía en la bañera llena de espuma y tibia agua, cerró sus ojos y comenzó a recordar la charla que había tenido con Naruto en el restaurante.

 

Flash back:

 

El ambiente del lugar era cálido y acogedor, la suave música del lugar era tenuemente opacada por el murmullo de la gente, observó a su alrededor, la mayoría de las personas presentes parecían ser de clase alta, en realidad era de esperarse, ni él mismo entendía para que se molestaba en mirarlos… bueno, en realidad sí lo sabía… era simple, se sentía incómodo, normalmente era algo que no le sucedía, el silencio entre ellos era agradable, pero esta vez no… tal vez ese ambiente de riquillos que no le gustaba, o tal vez el hecho de sentirse observado por la gente como si fuera una atracción de circo, fueran los causantes de tal incomodidad… demo… no, no era sólo eso, lo que realmente le incomodaba era no saber qué es lo que estaba pensando su rubio amor, sabía que quería decirle algo, pero al parecer no le estaba resultando nada sencillo. Apartó nuevamente su mirada de la del rubio y la fijó en las paredes del lugar decoradas con vistosos cuadros de distintos estilos, realmente ni le interesaban solo buscaba algo con que distraerse hasta que pasados unos minutos la voz de Naruto comenzó a sentirse casi como un murmullo captando su inmediata atención…

 

-Yo… yo al igual que tu hermano… fui expuesto al uso de unas drogas muy fuertes que el desgraciado de Orochimaru me hizo tomar engañado, cuando estuve en el hospital luego del accidente en el que perdí a mis padres…- Sasuke observaba atentamente cada expresión de dolor, odio y frustración que se apoderaba de aquel bello rostro que tanto amaba y sin quererlo sentía como su corazón le dolía al no poder hacer nada más que escucharlo -… yo…también perdí la cordura, pero no sólo eso, todo mi cuerpo comenzó a cambiar, mis ojos se tornaron naranjas y lo único en lo que pensaba era en destruir, matar, me sentía perdido y no confiaba en nada ni en nadie…- detuvo su relato al sentir como su manos comenzaban a temblar sin control, cerró sus ojos con fuerza y permaneció en silencio unos minutos sintiendo como el azabache no le quitaba los ojos de encima, sintiendo que de alguna manera aquel ser buscaba entenderlo y confortarlo, sintió como aquella delicada y pálida mano se entrelazaba con una de las suyas acariciándola suavemente, con cariño y amor, lo cual hizo que se calmara.

-Yo… tuve muchos problemas para poder controlar todos esos cambios, además… estuve cautivo en los laboratorios de Orochimaru durante tres meses, no sé si recuerdas esos tres meses que me ausenté por enfermedad, en realidad me habían secuestrado…- era agotador y lo sentía en todo su cuerpo pero de alguna manera esa opresión en su pecho parecía estar desapareciendo poco a poco.

-Entonces esa fue la verdadera razón de tus faltas…lo sabía, sabía que no se había tratado de una simple enfermedad- comentó en un susurro que el rubio igual captó.

-¿Así que estabas preocupado por mí incluso en ese entonces?- preguntó sonriendo tratando de apenar a Sasuke, cosa que logró fácilmente.

-…Dobe… claro que me preocupaste… siempre he pensado en ti…- respondió molesto, avergonzado y bastante sonrojado, mientras bajaba su miraba tratando de tapar su bochorno.

 

Naruto se sintió feliz ante aquellas palabras, su corazón latía con fuerza, pero a la vez sintió mucho miedo, él no estaba en condiciones de enamorarse de nadie, no podía darse ese lujo, aunque el azabache lo aceptara tal y como era, el formar una familia no estaba en sus planes, menos sabiendo que podía perder el control de sí mismo y lastimarlo… no, ni hablar, no podía enamorarse del azabache… no podía… ¿o sí?

 

-Yo… quiero que sepas algo, la razón por la que en realidad no tengo pareja es porque nunca me di el lujo de amar a alguien… etto…-suspiró cansinamente clavando sus ojos en aquellas oscuras orbes que tanta calma le hacían sentir- yo… no quiero perderte, pero tengo miedo, miedo de hacerte daño, eso sería algo que no podría soportar… por eso creo…- no pudo seguir ya que fue interrumpido por la enojada voz del joven frente a él.

-¡Me niego! No quiero separarme de tu lado… yo sé lo difícil que debe ser para vos pero también es mi decisión, si quiero o no arriesgarme a tu lado… no decidas por mí… por favor, yo… yo quiero correr el riesgo porque sé que me arrepentiré si no lo hago, si no peleo por la única persona a la que he amado y amo…- sus palabras eran profundas y verdaderas, no había mentiras en ellas y las lágrimas que corrían por sus mejillas fueron sutilmente secadas por las morenas manos de su rubio amor, quien se había puesto de pie y se había acercado con la única idea de abrazarlo ante aquellas palabras que calaron hondo en su ser.

-Gomen, no quise hacerte llorar… gracias, gracias por querer permanecer a mi lado aún siendo yo un monstruo…- lloró, lloró como hacía tiempo quería hacerlo lloró siendo fuertemente abrazado por aquella persona que había osado robarle el corazón sin importarle que el resto de las personas del lugar los mirara no comprendiendo bien la razón de tanto llanterío.

End flash back

 

Abrió sus ojos lentamente acostumbrándose de nuevo a la luz del baño, la espuma de su bañera estaba casi completamente desvanecida, pero se sentía mejor, al menos estaba más relajado, miró sus manos notando como sus dedos estaban todos arrugados, por lo que decidió que era hora de salir de la tina, comer algo ya que ahora sentía hambre por dos, y luego simplemente esperar a que su rubio amor llegue del trabajo para contarle las nuevas que él esperaba y fueran buenas.

Las horas fueron pasando lentamente, el rubio brillaba por su ausencia. Sasuke daba vueltas por el departamento yendo y viniendo desde la pieza a la cocina y luego al comedor repitiendo el trayecto una y otra vez. Estaba preocupado, sumamente preocupado, Naruto no había llegado, ya pasaban las ocho de la noche y su rubio ni siquiera había llamado, acto que siempre sin falta alguna hacía cuando tenía que quedarse hasta tarde en la empresa. Decidido tomó su abrigo y salió rumbo a la empresa, esta sería su primera vez en aquel lugar, pero dada la situación decidió dejar de lado su nula habilidad para hablar con la gente que no fueran estrictamente de su entorno, y emprendió el camino.

Se vio a sí mismo prácticamente corriendo hacia el imponente edificio de Naruto, agitado por su condición se detuvo a juntar aliento justo en la salida de la empresa, en ese momento un auto negro sale desde la parte del estacionamiento y se detiene frente suyo, viendo su propio reflejo en el vidrio polarizado del lado del conductor.

El vidrio del auto bajó rápidamente dejando ver a un joven de cabellos plateados y anteojos que lo miraban fijo.

 

-Disculpe, ¿es usted Sasuke-sama?, yo soy Kabuto e iba en dirección a su departamento por pedido de Naruto-sama- comentó el joven haciéndole señas de que suba al asiento del copiloto.

-Etto… si Naruto me mandó a llamar entonces debería subir y hablar con él- respondió un tanto desconfiado, había algo en sus ojos que no le gustaba.

-De eso se trata joven Sasuke, Naruto-sama no se encuentra en la empresa y desea que usted lo alcance para que le haga compañía en una reunión, como su pareja- mintió descaradamente mientras pujaba sus anteojos como siempre hacía.

-H…hai…- no muy convencido el azabache viró su cabeza hacia el edificio sin saber qué hacer.

-Permítame abrirle la puerta Sasuke-sama- dijo Kabuto mientras salía del coche incitando a Sasuke a tomar la decisión que él deseaba.

-H…hai… arigatou- susurró mientras ambos se dirigían al otro lado del coche.

-Ie, soy yo quien tiene que agradecerle por facilitarme la tarea- mencionó burlonamente a la par que le inyectada una sustancia que lo durmió completamente cuando estaba entrando al coche – ¡jeh! Esto fue más fácil de lo que esperaba- se dijo mientras acomodaba al azabache en el asiento, y luego abordaba el vehículo en dirección al mismo lugar en donde estaba encerrado Naruto.

 

Continuará

 

Notas finales:

Bueno, espero que les haya gustado y que me dejen sus reviews los cuales son muy valiosos para mi...

Bueno cuidense y nos estamos leyendo

Besitos


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