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Deseo estar a tu lado por karennoegao

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Notas del capitulo: Holisssssssssssssss!

Primero que nada me disculpo, se que había dicho que actualizaría dos semanas atrás, pero realmente me ha costado horrores hallar el tiempo y la inspiración para escribirlo TT_TT.
Bueno por otro lado, a pedido mayoritario y sin ningún review en contra...

FELICITACIONES, ESTE FIC ES OFICIALMENTE UN MPREG!!!!!!!!!!!

Gracias por todos sus lindos reviews y espero recibir más.
En fin como siempre digo, los personajes de la serie Naruto son pertenencia exclusiva de Masashi Kishimoto...

Aclaraciones: las mismas de siempre

(...)- pensamientos de los personajes

Sin más acá les dejo el capi...
Noveno capítulo: Cuando el pasado toca a la puerta

–De-Deidara- susurró impresionado de ver allí sobre la cama durmiendo a nada más y nada menos que al ex novio de su hermano.

Aún no podía creer que esa persona estuviera allí, frente a él, no después de tanto tiempo de no verlo, pero así era, reconocería esas dulces y suaves facciones en donde sea, ese rubio cabello brillante lacio que caía seductoramente cubriendo la mitad de su rostro, aún con sus ropas sucias y el vendaje en su cabeza podía sentirse esa presencia elegante que tanto caracterizada a Deidara.

-¿Qué demonios haces aquí?- preguntó aún en un notable estado de shock mientras se ponía de pié, después de todo ni remotamente se hubiera imaginado reencontrarse con el rubio de esa manera ni de ninguna otra si vamos al caso.

De la impresión que tenía comenzó a marearse nuevamente, todo a su lado daba vueltas por lo que se sostuvo de una de las paredes y se tumbó suavemente mientras sostenía su cabeza con una de sus manos sin quitarle la vista de encima al durmiente.

-Kusó- maldijo el azabache mientras recordaba que la última vez que supo de Deidara fue dos semanas antes de que su hermano lo dejara en la calle.

Flash Back

-Itachi, ¿Qué demonios te sucede?, tu no eres así- gritaba desconsolado Deidara mientras trataba de safarse del fuerte agarre de su brazo –suéltame, me lastimas- sollozaba el rubio temiendo por primera vez desde que conocía a Itachi, por lo que pudiera sucederle.

-Tu… todos… todos son una molestia, no puedo confiar en nadie- la profunda y aterradora vos del Uchiha mayor resonaba en todo el lugar soltando de golpe al rubio haciéndolo caer al suelo.

-(niichan, ¿Qué te sucede?)- se preguntaba un aturdido Sasuke mientras escuchaba atentamente la pelea entre su hermano y su casi cuñado.

-¿Por qué me dices eso?, yo siempre te he apoyado, nunca te traicioné ni lo haría, lo sabes- lloraba desconsoladamente Deidara no creyendo que aquel frío ser fuera su amado novio.

-¡Ya cállate! ¡No quiero escucharte más, lárgate, no quiero saber nada más de vos!- su profunda y taladrante voz junto a esos ojos rojos nada normales hacían ver a Itachi como un demonio- ¡Que te largues! ¿Acaso quieres terminar como mis padres?- gritó completamente sacado mientras lo tomaba fuertemente del brazo arrastrándolo fuera de la habitación.

Al ver que su hermano se acercaba, Sasuke voló a su cuarto, era frustrante… se sentía sumamente inútil, pero tenía tanto miedo que todo su cuerpo temblaba como gelatina.
Lágrimas caían de sus ojos mientras se dejaba caer lentamente con su espalda resbalando por la puerta.
Podía escuchar claramente las súplicas de Deidara, pero nada podía hacer, su cuerpo seguía temblando, no tenía el valor para enfrentar a su hermano, simplemente no la tenía… sin resistir más cubrió sus oidos con sus manos y cerró tan fuerte los ojos que llegaban a dolerle, lo único que deseaba era que los gritos cesaran, sonaba egoísta pero ese momento no le importaba, ya demasiado tenía con el asesinato de sus padres, para colmo ahora tenía la incertidumbre de que tal vez su propio hermano haya sido el ejecutor de tal atroz homicidio… no, eso era algo para lo que estaba listo.

Poco después aflojó el agarre de sus manos comenzando a escuchar los sonidos de su entorno, la voz del rubio ya no se sentía, de hecho, toda la casa estaba en silencio, se puso en pié y avanzó hasta su cama dejándose caer en ella llorando nuevamente hasta quedarse dormido.

End Flash Back

Nuevamente se encontraba sollozando, por sus mejillas corrían lagrimas cargadas de odio, frustración, se sentía débil y sobre todo culpable de no haber ayudado a Deidara cuando este más lo necesitó, pero ¿que podía haber echo él? Si ni siquiera fue capaz de protegerse a sí mismo de la ira de su hermano.

-Yamette Sasuke, no debes llorar, ya no más- se susurró mientras se secaba los ojos con sus manos.

Se obligó a ponerse en pié y aunque su cuerpo temblaba un poco se acercó hasta el rubio y comenzó a cambiarle el vendaje de su cabeza.
Realmente Sasuke se encontraba en un estado deplorable, su mano no dejaba de temblar haciendo de la simple tarea de cambiar una venda toda una maldita odisea.
Después de cuatro intentos y muchos insultos proferidos hacia sí mismo y hacia el condenado pedazo de tela, consiguió que esta quedara moderadamente bien colocada, dando un último vistazo a Deidara consideró que lo mejor sería tratar de cambiarle las ropas sucias que traía, por lo que se dirigió pasivamente hacia el cuarto que compartía con Naruto y buscó una muda de ropa.

Luego de haberle cambiado de atuendos, lo arropó cuidadosamente, en todo ese tiempo el joven rubio no había dado señales de vida, al parecer había sido muy duro el golpe en la cabeza.
Era extraño tener a Deidara de nuevo en su vida, realmente extraño, pero de alguna manera también era reconfortante, con sumo cuidado se sentó a la orilla de la cama casi a la altura de la cintura del rubio, observando cuidadosamente la cálida expresión del durmiente.
Con su mano acarició sutilmente la mejilla de Deidara suspirando a la par que a su mente retornaban un cúmulo de recuerdos ligados a ambos y… a Itachi.

Flash Back

-¿A dónde vamos niichan?- preguntaba un chibi Sasuke de 7 años mientras caminaba de la mano de su hermano Itachi de 12 años.

-Quiero que conozcas a alguien- le contestó con su vos seria de siempre.

-¿A quien niichan?- preguntó curioso ya que era la primera vez que su hermano le presentaba a una persona.

-Su nombre es Deidara y es alguien a quien quiero mucho- le dijo con un muy tenue sonrojo en la cara dejando al chibi azabache más que sorprendido por la extraña confesión.

Al poco tiempo llegaron a un parque de diversiones, donde en la entrada se podía divisar a un niño rubio que agitaba su mano alegremente hacia ellos.

-Ohaio Dei-chan- saludó Itachi mirándolo fijamente a los ojos cosa que hizo sonrojar al rubio –este es mi querido otouto Sasuke- le dijo mientras lo empujaba por la espalda suavemente para que saludara como correspondía.

-Ohaio, soy Uchiha Sasuke, un gusto Deidara-san- saludó cortésmente el pequeño peliazul, vale que lo suyo no era precisamente las presentaciones pero por alguna razón pudo intuir que era una situación importante para su niichan por lo que decidió comportarse.

-¡Kawaiiii!- gritó entusiasmado el rubio mientras lo abrazaba efusivamente haciendo sonrojar al azabache que se había quedado prendado de aquellos azules y expresivos ojos del amigo de su hermano.

-¿Por qué a mi no me abrazas de esa manera Dei-chan?- preguntó algo celoso ante la muestra de cariño que su Otouto recibía.

-jaja, tampoco es para tanto Ita-chan- contestó mirándolo fijamente con una dulce y sutil sonrisa en su rostro, en ese momento Sasuke pensó que aquel rubio era realmente hermoso.

Luego de esa pequeña charla los tres ingresaron al parque y desde ese día al menos una vez a la semana los tres salían a pasear a algún lado.
Sasuke poco a poco se fue encariñando con Deidara, al punto en que solía contarle sus problemas, e incluso le contó sobre el chico rubio del que se había enamorado dato que absolutamente nadie sabía.

-Dime Sasu-chan, ¿hay algún chico que te guste?- preguntó Deidara mientras se mecía en el columpio que había en el patio de su casa.

-¿Eh?- la pregunta lo tomó por sorpresa haciendo que sus pálidas mejillas se colorearan –yo… etto… si- respondió avergonzado mientras cerraba el libro que estaba leyendo y agachaba su cabeza para que el rubio no viera su estado, por alguna razón que escapaba a su comprensión nunca había sido capaz de ocultarle nada al rubio y esta vez tampoco era la excepción.

-Soka, eso me alegra mucho y dime, ¿cómo se llama?- preguntó curioso mientras se bajaba de la hamaca y se sentaba a su lado mirando al cielo y sonriendo como siempre hacía.

-Etto… Na… Naruto- contestó tartamudeando –tiene 9 igual que yo y… cursa conmigo… demo…- se calló al recordar el poco contacto que tenía con aquel ser que le había robado el corazón.

-No te preocupes, ya tendrás tiempo para darte a conocer con ese chico, sería un tonto si te rechaza- le comentó mientras acariciaba suavemente la cabellera del azabache mientras este se recostaba sobre las piernas del rubio –Yo creo que ese niño tiene mucha suerte de tener tu cariño- su suave voz y la dulzura de sus palabras calmaron un poco al penoso Sasuke que lo miraba con admiración, deseando poder ser como él.

Adoraba la dulzura con la que el rubio trataba a la gente, la gentileza en todos sus actos, hasta podía notar como la personalidad de su hermano cambiaba cuando él estaba cerca.
En un momento que no podía recordar cual fue, Sasuke comenzó a llamarlo Dei-niichan, depositando en aquella persona toda su confianza… su primer amigo.

End Flash Back

Todos esos hermosos recuerdos se vieron opacados por las desdichas que oscurecieron su vida hasta hacia tres meses atrás.
Sin darse cuenta se encontraba recostado, en una incomoda posición, sobre el pecho de aquel a quien consideraba como su hermano, la calidez que desprendía Deidara le hacia recordar un poco a la calidez de Naruto por lo que preso del cansancio de todo lo acontecido desde que vio al rubio, se dejó sumir en un extraño sopor, mezcla entre felicidad y tristeza, felicidad de reencontrarse con un ser querido y tristeza de sentirse culpable por su falta de fortaleza.
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Tras haber finalizado todo el papeleo del día anterior junto al de hoy, Naruto salió de su oficina, en sus manos llevaba el informe que horas atrás Shino le había alcanzado, el cual había leído ya cuatro veces, su rostro mostraba preocupación, algo inesperado había descubierto, algo que involucraba a su azabache.

-(¡Kusó!, esto era lo que me faltaba dattebayo, ahora ¿como se lo digo?)- exhaló un fuerte suspiro, se sentía exhausto las cosas se habían complicado y mucho, ya que ahora sumado a la reaparición de Orochimaru se la adosaba el problema del presidente de Sharingan corp, el cual para su desgracia era el cuñado de Sasuke – (esta va a ser una larga noche dattebayo)- pensaba mientras salía de la oficina.

-Naru-chan ¿ya te vas?– le pregunto Sai mientras alistaba también sus cosas pera irse.

-Sip, me voy. Tengo cosas que hacer en casa y además…- Se detuvo de golpe, su cabecita loca le recordó algo que había olvidado por completo- Kusó! Se supone que hoy llevaría a Sasuke a cenar dattebayo! –gritó desconcertado jalando su rubia melena ¿Cómo demonios lo había olvidado?

-Bueno tranqui Naru-amor ¿Por qué no le explicas la situación? No creo que vaya a comerte –una lujuriosa mirada se dibujo inmediatamente en su rostro y agregó –aunque yo no dudaría en hacerlo una y otra vez –un hilo de baba escurría por su boca.

-¡No seas asqueroso Sai! Además esto es serio dattebayo –la cara de asco de su rostro solo se vio opacada por una de preocupación ya que ante todo Naruto era un hombre de palabra y pues si le había dicho a Sasuke que saldrían pues entonces lo harían y punto- Sai consígueme una reservación en el mejor restaurante de la zona y avísame ¿De acuerdo?-

-Hai Naru-chan –contestó mientras limpiaba el charco de babas que había a su alrededor.
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Minutos más tarde ya se encontraba en la entrada de su edificio, pensando en como disculparse, nuevamente, con Sasuke y también en como carajo abordar el problema del rubio durmiente sin alterar a su frágil pareja.
Apenas ingresó en al departamento y al no encontrarse Sasuke en el comedor, el rubio se dirigió a su pieza.
Sintió el ruido de la ducha, por lo supuso que Sasuke debía estar pegándose un baño, dejó sus cosas sobre la cama y se dirigió a la pieza de invitados para ver el estado del presidente de Sharingan corp.
Golpeó la puerta antes de ingresar, más por respeto que otra cosa, hallándose con el joven rubio que dormía plácidamente en la cama, con una dulce expresión en su rostro. Por alguna razón tenía la idea que podía confiar en aquel ser aunque nunca hubiesen hablado, el solo verlo allí le producía una extraña confianza.

-(Es raro, demo… creo que puedo confiar en vos)- pensó felizmente mientras salía de la habitación dirigiéndose nuevamente a la suya –Tadaima Sasuke- saludó cortésmente al verlo salir del baño con solo la toalla anudada a su cintura.

-Okaerinasai Naruto- contestó sonrojado, ya que aún no se acostumbraba a que el rubio lo viera con tan poca ropa.

El rubio se acercó hacia Sasuke y tomándolo de la cintura comenzó a besarlo con mucho cariño.

-Sabes, te extrañe mucho hoy- le susurró anhelante al oído mientras lo aferraba fuertemente entre sus brazos –Por cierto, arréglate porque vamos a salir a cenar como te dije- le guiñó un ojo coqueto aún sin soltarlo pero mirando fijo a los oscuros ojos de su pareja.

-Bueno, ahora me arreglo y… yo… yo también te extrañé Naru,- respondió apenado el azabache apoyando su cabeza en el pecho de su rubio amor.

-¿tuviste algún problema con el bello durmiente?- le preguntó el rubio mientras deshacía el abrazo para ser él ahora quien tomaría un baño.

-La verdad es… es que yo conozco a esa persona- comentó Sasuke mientras buscaba ropa en los cajones para cambiarse, al voltear y ver que Naruto lo miraba interrogante prosiguió con su comentario –él… Deidara, era el novio de mí her… de Itachi- se corrigió al sentir que la palabra hermano le salía sobrando a aquel odioso ser que tanta desgracia le había traído.

-Ya veo, jeh, supongo que es ahora cuando más sentido le encuentro a la frase “las coincidencias no existen, solo existe lo inevitable”- le comentó algo serio mientras se adentraba al baño, no sin antes voltearse y decirle –cuando salga te comentaré a qué me refiero, ahora solo alístate-

No hicieron falta más palabras solo el suave golpe de la puerta al cerrarse sacó a Sasuke de su nube, había quedado tildado pensando en la frase que el rubio le había dicho, le resultó raro parecía que la noticia no había resultado tan sorprendente como él pensaba que sería.
Exhaló un fuerte suspiro al darse cuenta lo raro que era su amor, era como si estuviera siempre un paso delante de todos, aunque a simple vista luciera despistado y algo torpe, el azabache se había dado cuenta hace ya tiempo que en realidad era una fachada que el rubio tenía, aunque no le encontraba un sentido lógico, por otro lado si de fachadas hablamos el no era precisamente el más indicado para cuestionar ese tema, pero bueno.

En fin, media hora más tarde Naruto salió de la ducha, fresco como una lechuga, con una toalla anudada en su cintura y con otra secándose el pelo avanzó hacia la cama donde se sentó un rato mirando hacia los papeles que estaban sobre la cama.

-(Vaya, yo que me quejaba que mi vida se había vuelto monótona, ahora tengo tantos problemas como neuronas quemadas en el cerebro por falta de ramen dattebayo)- suspiró cansinamente mientras seguía secando su pelo siendo interrumpido por el sonar del celular que no tardó en contestar –moshi moshí, Sai-kun, ¿conseguiste las reservaciones?- le preguntó entusiasmado ya que se moría de ganas por sacar a pasear al azabache, sacó una lapicera de la mesita de luz y en un papel anotó la dirección del restaurante y luego de agradecerle a Sai colgó y como rayo se cambió de ropa.

Al llegar al living se encontró con una hermosa visión, Sasuke se encontraba recostado en el sofá leyendo un libro atentamente, vestía un jean negro ajustado, una camisa blanca de mangas largas y anchas con los dos primeros botones desabrochados dejando a la vista su pálido pecho siendo decorado por un colgante con la insignia de Sonata Arcaica. Naruto no pudo evitar un sonrojo, su pareja se veía condenadamente sexy, antes de siquiera darse cuenta, se encontraba al lado de Sasuke y con mucha sutileza se acomodó sobre él sacándole el libro de las manos sin dejar de mirar aquellos profundos y oscuros ojos que tanto le gustaban. Se acercó lentamente hasta casi rozar sus labios disfrutando del sonrojo que compartía con su amante, sensualmente lamió los labios contrarios para luego comenzar a besarlo con desespero, amaba la suavidad de los labios del azabache, el sabor dulce que tenía era algo que lo enloquecía, que lo volvía adicto y el sentir como era correspondido hacia que su corazón latiera fuertemente, para que negarlo quería a aquel ser con todo su corazón.

-Luces hermoso dattebayo, creo que no te dejaré salir así jeje- le susurró al oído para luego comenzar a besarle el cuello suavemente sacándole leves suspiros a Sasuke.

-Na… naruto…- suspiraba quedito mientras lo aferraba en un aprehensivo abrazo, la verdad era que aún le costaba creer que la persona que más amaba se encontraba a su lado, tratándolo con tanto cariño, haciéndolo suyo, a veces temía que fuera solo un sueño y que despertaría encontrándose en algún callejón acurrucado de frío, pero luego sentía las caricias, los besos, la respiración de Naruto contra su piel y sabía que era verdad, que no estaba soñando y solo podía desear estar a su lado por siempre –Naruto… yo- pero en ese momento un fuerte grito los sacó a ambos de la candente atmósfera que se había armado y del susto Naruto cayó mochito al suelo.

-¿Estás bien Naruto?- le preguntó el joven Uchiha mientras de ponía de pie mirando en dirección al lugar de donde provino el grito.

-Hai, creo que tu cuñado se despertó dattebayo- le contestó poniéndose de pie y dirigiéndose ambos a la habitación de invitados.

Sasuke miró de reojo a Naruto mientras en su cabeza resonaba la palabra “cuñado” pero no quiso darle mucha importancia, de seguro el rubio solo se había equivocado ya que él le había dicho que Deidara “había” sido el novio de Itachi, no que “era”, pero bueno.
Al ingresar a la habitación pudieron observar a un desconcertado Deidara que miraba para todos lados tratando de adivinar en donde se encontraba, a la par que se aferraba la cabeza con una mano, de seguro que aún debía de dolerle y bastante.

-Hola, que bueno que ya despertaste dattebayo ¿Cómo te encuentras?- preguntó Naruto acercándose a la cama –Sufriste un fuerte golpe en la cabeza, por eso te traje hasta mi casa, yo soy Uzumaky Naruto, el presidente de Konoha- le dijo respondiendo a las posibles preguntas del rubio.

-Yo lo siento… la junta…- contestó angustiado mirándolo suplicante como si el perderse la reunión hubiese sido lo peor, con mucho cuidado de no mover mucho la cabeza se volteó hacia la puerta para ver al otro individuo que parecía no tener intenciones de acercarse –Sa… Sa… SASUKE- gritó fuertemente como no creyendo lo que sus ojos veían al instante una fuerte punzada en la cabeza le hizo aferrar sus manos a ella tratando de mitigar el dolor.

Sasuke al ver eso se acercó rápidamente a la cama mientras Naruto le hacía seña que iría por la medicina de Deidara. Delicadamente se sentó a un costado mientras observada como aquellos azules ojos lo miraban como si de un fantasma se tratara.

-Soy yo Dei-niichan- le dijo regalándole una tierna sonrisa, acto que le valió un fuerte abrazo mientras por parte del rubio mayo que parecía querer sacarle los pulmones y sin poder evitarlo ambos comenzaron a llorar pero de alegría.

-Al fin te encontré- le dijo el rubio aún sin soltarlo –que felicidad, estás aquí a mi lado- siguió hablando pero ahora estaba observándolo de arriba abajo como si buscara algo –Estás bien, te ves bien… que alegría- sollozaba a la par que limpiaba las lágrimas que caían por la mejillas de Sasuke –Itachi se pondrá tan contento cuando te vea- suspiró abrazándolo nuevamente.

-(I… Itachi)- ¿había escuchado bien? Deidara acababa de mencionar a su hermano como si fuera lo más común, es más lo había mencionado con tanto cariño como a su propio nombre ¿Qué demonios estaba pasando? Sin darse cuenta se separó bruscamente de los brazos del rubio mirándolo con bronca.

-¿Qué te sucede Sasu?- le preguntó el rubio ante aquella ruda reacción por parte del azabache, intentando acercarse nuevamente a él siendo rechazado automáticamente.

-¿Por qué…, por qué lo mencionas tan dulcemente como si nada hubiera pasado?- preguntó mientras se alejada de la cama frustrado y confundido por la actitud de Deidara –El es un asesino, mató a nuestro padres, entonces ¿Por qué lo mencionas?- gritó desesperado, mientras todo a su alrededor comenzaba a dar vueltas y sin que pudiera hacer nada cayó desmayado siendo retenido por los brazos de Naruto que ingresó a paso rápido a la habitación luego de escuchar los gritos.

Con mucho cuidado y bajo la atenta mirada de Deidara Naruto tomó en brazos a Sasuke y lo llevó hasta su cuarto recostándolo en la cama para luego dirigirse al cuarto donde su invitado yacía sollozando sentado sobre la cama tapando su rostro con las manos.

-Será mejor que tomes tu medicina dattebayo- le dijo entregándole un vaso con agua y la pastilla.

-Arigato- respondió cortésmente mientras tomaba la pastilla y depositaba el vaso sobre la mesita de luz –en realidad no fue culpa de Itachi- murmuró recostándose en la cama mirando fijamente el techo –él también fue una victima… no fue su culpa…Sa…suke- finalizó para nuevamente dormirse.

Naruto sabía que eso era cierto, lo había leído en el reporte que Shino le había entregado, de eso era sobre lo que quería hablar con Sasuke luego de la cena, pero al parecer el destino no quería esperar tanto. Suspiró nuevamente para luego arropar al rubio y dirigirse a su cuarto donde se recostó al lado de Sasuke usando sus brazos como almohada y mirando al techo.

-(El culpable… Orochimaru… esta vez lo pagarás caro dattebayo)- fue su último pensamiento antes de ponerse nuevamente en pie y dirigirse al living donde tomó el teléfono para marcar el número que desencadenaría una batalla en la que hay mucho en juego…

Continuará
Notas finales: Espero que haya sido de su agrado y como siempre espero sus reviews que me incentivan a seguir adelante...

besitos y nos estamos leyendo

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