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Deseo estar a tu lado por karennoegao

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Notas del capitulo:

Holissss a todossss... mucho tiempo sin leernos ya sé que he tardado en actualizar el fic V_V demo... necesitaba reacomodar las ideas porque le habia perdido el hilo a la historia pero bueno luego de varias idas y vueltas pude focalizarme nuevamente...

Muchas gracias por todos lo reviews que recibí los leí todos y prometo ponerme a contestarlos ahorita.

Gracias a mi beta Lizzy por bancarme y cantarme las 40 cuando lo necesité, gracias a mis amigas Bel y Val por su ayuda y latigazos para que escribiera T_T chicas las adoroooo!!!! Gracias a mi amigo Lu y a Ale por sus comentarios nada productivos pero bueno estuvieron para mi y eso importa...

Creo que realmente tenia gente a quien agradecer jeje

en fin acá les dejo el nuevo capi...

Como siempre los personajes de la serie Naruto son propiedad exclusiva de Kishimoto-sama...

Bueno nos leemos al final de capi...

 

Capítulo 13: …Alcanzando la felicidad…

 

-(Sasuke… Sasuke está… él está esperando un hijo mío… mío… mi hijo)- pensaba sorprendido y atontado comenzando a llorar en silencio.

El azabache sintió como una cálida gota de agua cayó en su mano, levó su rostro y observó a Naruto por cuyo rostro corrían lágrimas mientras se mordía el labio inferior intentando controlar sus sollozos. Sasuke no pudo evitarlo y al igual que el rubio comenzó a llorar aferrándose a su mano.

-Yo…snif…yo…snif- el rubio quería hablar pero sus sollozos no se lo permitían por lo que jaló al azabache y lo abrazó fuertemente contra sí –Yo… entenderé si tú no quieres tener ese niño- pronuncio con dolor ya más calmado, pero con un nudo en la garganta.

Sasuke temblaba levemente, sorprendido por las palabras de su rubio amor.

-Naru yo estoy feliz… yo quiero tener este bebé… nuestro bebé- le respondió serio y completamente seguro de sus palabras- Y si tú no quieres pues yo lo criaré solo…- agregó para luego para luego fijar sus ojos al suelo de la habitación.

-¡Eso jamás dattebayo!- grito el rubio mientras volvía a abrazarlo- tú eres mío y ese niño también… es nuestro, y ambos lo criaremos juntos como una familia… una verdadera familia dattebayo- ambos se sonrieron estaban sumamente felices y dichosos.

 

Ambos sabían lo doloroso que era el no tener una familia, la soledad que enfriaba sus corazones llenándolos de una frustrante sensación de vacío. Pero también eran conscientes de que lo único capaz de llenar ese hueco en sus atormentadas almas era la calidez que producían sus corazones latiendo como uno solo, demostrándose día a día la falta que se hacían mutuamente y… más ahora que nunca… ya no estarían solos, ya no más.

 

-Oye… yo… ¿realmente eres consciente que este niño no será un humano ordinario, dattebayo?... yo, sabes de mi condición, aún así… aún así ¿deseas tener un bebé conmigo?- la situación lo superaba, por eso no pudo más que volver a preguntarle a Sasuke si sabía en lo que se estaba metiendo, deseaba confirmar que aquel bello y frágil ser lo amaba lo suficiente como para querer darle un bebé a sabiendas de lo que aquello significaba.

Ante estas preguntas Sasuke no pudo evitar sentir mucha ternura, al ver como aquel trigueño rostro se contraía en una mezcla de ilusión y miedo mientras esperaba nuevamente su respuesta.

¿Que si era consciente en lo que se estaba metiendo? Claro que lo era, era total y plenamente consciente de que se estaba metiendo en un gran y potentoso lío, pero era un lío en el que el mismo había decidido meterse, y para ser sinceros, del cual no deseaba salir nunca.

Seguro de sí mismo y de sus sentimientos miró fijo a Naruto, haciendo aflorar algo de su olvidada arrogancia sonrió macabramente.

 

-Ni creas que podrás liberarte de mí usuratonkachi, estamos en esto juntos para bien o para mal, y será así por mucho tiempo a menos que prefieras que te anote encabezando la lista de venganza de los Uchiha- su voz algo más ronca de lo normal junto a esa penetrante y oscura mirada dejó muy en claro que no estaba bromeando haciendo que por primera vez en mucho tiempo Naruto sintiera un escalofrío recorrerle todo el cuerpo.

 

-Etto… (vaya tan modosito que se veía dattebayo)… lo tendré en cuenta…- respondió cohibido por las palabras del futuro padre de su hijo.

Sasuke aflojó sus facciones para sonreír alegre y feliz, siendo secundado por el rubio quien al igual sonrió, todo estaba dicho y era casi perfecto, sus corazones latían fuertemente y al unísono, los ojos de Naruto irradiaban un brillo cargado de añoranza, su cuerpo temblaba cual gelatina mientras aferraba a Sasuke en un aprehensivo abrazo, quien correspondía al gesto sintiéndose el ser más dichoso sobre la tierra, ya no podía pedir más… ya no necesitaba nada más.

No supo cómo pero de un momento a otro se encontraba de espaldas siendo ferozmente besado por Naruto, podía sentir como esas grandes y fuertes manos se escurrían por debajo de aquella verdosa y picosa bata de hospital produciéndole una sensación sumamente placentera.

-Naru… aah…- se sentía tan condenadamente excitado, su piel ardía ante aquel delicioso contacto, podía sentir como ahora su rubio lamia y mordisqueaba su pálido cuello dejando nuevas marcas uniéndose a las anteriores mientras el colaba sus finas y delicadas manos en aquella fuerte y musculosa espalda acariciándola sutilmente con sus dedos, sintiendo esa mezcla entre suave y rasposa de las gasas que cubrían las cuantiosas heridas que portaba su pareja.

 

-Sasuke…- murmuró cariñoso dirigiéndose nuevamente a sus labios para besarlo ahora más tiernamente mientras se alejaba viendo la cara de molestia y de confusión de su amado –gomen demo… aunque yo también quiero seguir, alguien se acerca, y sólo yo puedo verte desnudo, nadie más, dattebayo- en sus azules ojos pudo ver claramente la posesividad que se sintió en sus palabras haciendo que Sasuke se sonrojara como un tomate.

-Entonces será mejor que te recuestes Naruto- habló tratando de calmar su vergonzosa y notoria excitación.

Pero en el momento en que quiso ponerse de pie fue jalado nuevamente hacia la cama quedando recostado sobre su rubio amor.

 

-Acuéstate conmigo Sasu- le suplicó abrazándolo fuertemente contra su pecho.

 

El azabache no necesitó contestar, sólo se limito a dejarse acariciar aferrándose igualmente a Naruto como si quisiera fundirse a él, realmente la vida le había sonreído… aunque ya venía siendo hora que algo bueno le sucediera.

 

-Te amo- le dijo mientras depositaba un beso en el acanelado pecho de su rubio amor.

Naruto tembló ante estas palabras, él también lo amaba pero aún no sabía cómo hacer salir aquellas palabras que con tanta facilidad su azabache pronunciaba.

 

-(Vamos Naruto, si él puede vos también, son sólo dos palabras dattebayo)- se repetía mentalmente inhalando aire como queriendo juntar energía -… yo… yo t-te- pero antes de poder terminar con su tartamudeante confesión, la puerta de la habitación de abrió de golpe entrando por ella todos sus amigos juntos, quienes al ver al azabache acostado sobre Naruto no pudieron evitar sonreír complacidos y mostrando algo de picardía en sus miradas.

 

-Vaya, parece ser que como siempre te recuperas rápido kitsune- le sonrió Suigetsu con algo de maldad mostrando su afilada hilera de dientes.

-Pues por supuesto kappa, soy un hueso duro de roer dattebayo- contestó con un inusual brillo en sus delicadas orbes azules.

-¡Tsk! Mendokusai, nadie diría que un par de horas atrás estabas a punto de morir Naruto- si bien el comentario de Nara parecía estar cargado de su usual despreocupación, se podía notar un pequeño deje de alivio en el tono de sus palabras y en la diminuta sonrisa que ornaba su rostro.

 

El ambiente de la habitación estaba cargado de una extraña pero feliz atmosfera, si bien solo algunos de los presentes tenían lazos de sangre, todos sin excepción se consideraban como parte de una misma familia, una familia estrafalaria, con alguno que otro problema de conducta y/o psicológico, con integrantes que, en su mayoría, no eran enteramente humanos pero así y todo, eran sumamente unidos y listos para defenderse mutuamente de quien sea.

Sasuke los miraba sumamente dichoso de formar parte de tan peculiar estirpe, pensando que tal vez todo lo malo que le había sucedido no había sido en vano, claro que extrañaba a sus padres y mucho pero… ya no estaba solo.

Mientras divagaba en sus radiantes pensamientos, abriéndose paso entre sus amigos se hace presente la estilizada y altiva figura del mayor de los Uchiha. Su siempre serio rostro acentuado aún más por aquellos rojos ojos producto de la droga de Orochimaru se fijaron en su rostro notando casi al instante la felicidad y añoranza en sus profundos y penetrantes ojos.

A su lado Deidara aferró el agarre de su mano dándole a entender que también notó el cambio en el azabache, sonrió feliz sabiendo lo que aquella mirada significaba, la verdad había salido a flote… finalmente todo parecía querer tomar su rumbo.

Naruto no había perdido de vista ni una sola de las gesticulaciones de sus futuros cuñados, sintiendo un gran alivio al verse aceptado por estos.

 

-Jeje ¿Qué les parece dattebayo? ¡¡¡¡Vamos a ser papis!!!!- largó de golpe y sopetón tomando en sus manos el rostro del sorprendido azabache plantándole un amoroso y dulce beso, dejando a casi todos en un sorpresivo estado de shock.

 

El primero en poder gesticular algo fue el pálido secretario del rubio, aunque proviniendo de él…

 

-Etto… de…demo ¿cómo?- todos los presentes se giraron enfocando sus ojos en Sai sorprendidos por la, muy pero muy estúpida pregunta, el “cómo” era más que obvio, pero nadie rechistó ya que aún no habían salido de su primer gran asombro.

 

Naruto pestañó divertido por la situación mientras que Sasuke iba adquiriendo un tono que combinaba perfecto con el cabello de Gaara.

 

-Etto… pues, verás Sai cuando mamá abeja y papá abeja deciden que es hora de agrandar su familia…- una gota se escurría por la cabeza de todos los presentes ante la estúpida respuesta a la estúpida pregunta.

 

Sasuke masajeó sus sienes tratando de mitigar su enojo e irritación a causa de la naciente… ¿cómo decirlo sin herir susceptibilidades?... naciente falta de madurez… a quien engañaba, el rubio era un dobe, un completo usuratonkachi, y nunca iba a dejar de serlo aunque no por eso dejaría de amarlo, de hecho, y aunque en futuras charlas lo negaría rotundamente, era lo que más le gustaba de su rubio, la elocuencia e infantilismo que mantenía en todo momento sin dejar de lado, nunca, su meticulosidad.

 

-Bueno creo que lo mejor será dejar a Naru-chan descansar- la protectora voz de Iruka resonó en la habitación captando la atención de todos quienes asintieron sin rechistar.

 

Uno a uno los visitantes se fueron retirando quedando en aquel cuarto Naruto, Sasuke, Iruka y Kakashi.

-Iruka-nissan ¿Podrías decirme cuando me voy de esta mugre de hospital? Sabes que los detesto, dattebayo - habló inflando sus mofletes en un tierno e infantil puchero consiguiendo la inmediata atención del castaño y un bufido por parte de su azabache que lo miraba con cara de “siempre te sales con lo quieres”.

-No te preocupes Naru-chan, ahora mismo iré a hablar con Sakura para que te den el alta.-

 

Acto seguido arrastró a Kakashi fuera de la sala dejando a la parejita sola y en un tenso ambiente.

El rostro de Naruto se comprimió en un duro gesto de molestia y celos recordando al instante que en aquel hospital trabajaba su ex novia y, quien por lógica, al ser la única que conocía su condición semi-humana debía haberlo atendido.

A su lado los ojos de Sasuke se encontraban tapados por su propio flequillo sintiéndose triste y un poco intimidado ante la mención de la peli-rosada.

El tiempo parecía no transcurrir, la blanca habitación se sumió en un abrumador silencio que sólo duró unos pocos minutos hasta que la puerta de la habitación se abriera dando paso a Sakura, quien venía concentrada en la lectura de la ficha médica del rubio.

 

-Buenas… Naruto-kun- saludó la peli-rosa mientras leia su historial para luego, levantar la vista y notar la presencia del azabache –Sasuke-kun…- saludó con una leve reverencia.

 

Nuevamente el lugar se sumió en un incómodo y sepulcral silencio, Sakura se limitó a acercarse a la cama y quitarle las vendas al rubio, ella no deseaba hablar, era consciente que nada de lo que pudiera decir cambiaría la dura expresión en el rostro del rubio, suspiró resignada comenzando a palpar suavemente las zonas cercanas a las distintas heridas de Naruto. Podía sentir la celosa mirada de Sasuke sobre sí por lo que decidió focalizarse en la trigueña y lastimada piel de su ex novio.

 

-Por lo visto las heridas están cerrándose sin ningún problema, aún así no debes hacer ningún esfuerzo hasta que te recuperes por completo, ahora voy a colocarte una crema para ayudar en la cicatrización- habló como toda una profesional tapando su nerviosismo.

 

No hubo respuesta a su comentario, de hecho Naruto ni siquiera le dedicó palabra alguna en todo el tiempo, cosa que no le sorprendía en lo más mínimo, pero que igual le molestaba ¿Qué estaría pensando Naruto? Era lo que se preguntaba Sakura mientras esparcía parte del ungüento sobre las heridas.

Incomodidad, nervios, frustración, celos, muchos celos, esas eran las sensaciones que predominaban en Naruto mientras su ex lo curaba. Había optado por morderse la lengua, sabía que cualquier cosa que dijera dejaría en evidencia su celoso estado y eso era algo a lo que todavía no se acostumbraba, aún así el silencio lo estaba matando. Era consciente que la situación era absurda, después de todo Sasuke lo amaba a él, y no a Sakura, aún así sentía hervir su sangre de sólo imaginar a su ex tocando a su azabache, sin darse cuenta tensó todos sus músculos y apretó su mandíbula haciendo chirriar sus dientes.

Sakura notó al instante como cada músculo de Naruto se tensaba a cada segundo que pasaba, bufó molesta al ver como producto de esto varias de sus heridas se reabrían comenzando a sangrar nuevamente, por lo que hizo lo único que sabía que de alguna manera, extraña manera, lo calmaba.

Respiró hondo, juntó energía, y cerró fuertemente su puño depositando un golpe duro y seco en la cabeza de Naruto.

Sasuke quien no había perdido detalle alguno de lo sucedido se tensó pensando en lo que le esperaba a la peli-rosa por su osadía, aunque algo sorprendido por el drástico cambio en las facciones de Sakura.

 

-¡Shanaroo!... ¡deja de comportarte como un niño!- le gritó encolerizada mientras se ponía frente al rubio mirándolo retadoramente. Sé que cometí errores demo… ya está, no se puede volver el tiempo atrás, además, el es tuyo y de nadie más- suavizó su voz mirándolos con dulzura y añoranza en sus palabras- ahora déjate de tus berrinches de niño mimado cálmate para que pueda terminar de curarte- dicho esto y sin esperar respuesta se situó nuevamente a su espalda comenzando a cerrar las heridas y colocarle nuevas vendas.

 

Naruto quedó pensativo mientras se sobaba la cabeza, sonrió relajado y tranquilo, al parecer era lo que necesitaba, uno de sus fuertes golpes… sí, eso era, volvió a sonreír pero esta vez escandalosamente siendo secundada por la discreta risa de su ex.

 

-Sakura-chan jaja… hay que ver cómo eres dattebayo… jaja- rió feliz y aliviado -supongo que aún me falta madurar- finalizó mirando a la nada pensando que tal vez sus problemas con Sakura tenían arreglo, después de todo antes de ser pareja fueron grandes amigos.

 

Por su parte Sasuke los miraba tratando de maquinar lo que estaba pasando entre esos dos.

 

-(Sólo los dobes entienden a los dobes)- suspiró irritado y cansado dejándose caer suavemente sobre la almohada cerrando sus ojos mientras sus labios gesticulaban una sutil sonrisa.

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Tres días después Naruto había recibido el alta del hospital, mas aún debía guardar reposo, algo para lo que no era bueno… nada bueno, él quería salir a comprar cosas para su bebé, quería organizar su casamiento con Sasuke… porque realmente quería pasar el resto de su vida con él, pero no… helo ahí, recostado en su cama mirando el blanco techo mientras su azabache encargaba algo para comer, por suerte para el rubio Sasuke admitía que apestaba en la cocina y reticente a enfermar más a su rubio amor se limitaba a las demás tareas domesticas, las referentes a la limpieza.

-¡Saaaasssukeeeee!- lo llamaba arrastrando su nombre de forma lastimera como queriendo atención inmediata.

-Ya córtala dobe no vas a levantarte de la cama, el médico dijo reposo absoluto oíste… ABSOLUTO- remarcó Sasuke entrando en la habitación con la bandeja del almuerzo.

Ni bien se hubo acercado y acomodado la bandeja sobre las piernas de Naruto, se ubicó a su lado, tomando un trozo de pan de calabaza que se le había antojado, devorándolo como si no hubiese comido en años, mientras sus ojos brillaban embelesados al ver satisfecho, al menos en parte su antojo. Naruto, a su lado, observaba divertido la escena. Levó su mano hasta el rostro del azabache y con su pulgar quitó delicadamente de la comisura de aquellos apetecibles labios unas migajas de aquel anaranjado pan.

Sasuke se sonrojó ante el acto pero antes de poder decir algo Naruto ya había tomado sus labios en un posesivo y hambriento beso.

El brusco movimiento hizo que la bandeja se ladeara pero gracias a los reflejos del rubio no se alcanzó a volcar.

 

-Ups, creo que mejor lo dejamos para más tarde, dattebayo…- le susurró depositando un dulce beso en la mejilla del azabache.

Sasuke salió de su trance sintiéndose algo apenado y molesto por lo que le pegó un golpe en la espalda y se puso de pie.

 

-Te dijeron que no hagas movimientos brutos dobe- carraspeó mientras salía a la cocina por más pan.

-Lo sé demo, me aburroooooo dattebayo- lloriqueó Naruto inflando sus cachetes.

-Conmigo eso no te resulta y ya termina tu comida que luego tenemos que ir a visitar ambos a Sakura- le contestó en un tono alto desde el pasillo.

 

Naruto bufó molesto y comenzó a comer, lo único que deseaba era que pasara rápido el tiempo y poder retomar sus actividades de una buena vez…

Desde entonces ya dos meses habían transcurrido, desde el “incidente” con Orochimaru, todo había parecido retomar su curso natural. Naruto ya recuperado por completo de sus lesiones retomó su labor de presidente encontrándose de lleno con más problemas de los que habría deseado, aún así lograba escaparse para acompañar a su embarazado azabache quien ya lucía un abultado vientre producto de sus nada menos que cinco meses de embarazo.

Como todos los días el rubio se despertó temprano, viéndose fuertemente sujeto por los brazos de Sasuke quien dormía plácidamente acomodado sobre su pecho. Sonrió feliz como cada día desde que ese frágil y sexy azabache había ingresado en su vida. Con cariño acarició el rostro de su enamorado acomodando, de paso, un rebelde mechón de esa sedosa cabellera que cubría descuidadamente parte del rostro de Sasuke, recibiendo un leve suspiro en respuesta a la par que se reacomodaba perezosamente cual gato.

 

-¡juh! Wattashi no neko-chan* dattebayo- le susurró al oído atrayéndolo más hacia sí, inundándose de su mentolado aroma.

 

Podía sentir como el vientre de Sasuke presionaba levemente contra sí, su mano libre viajó en esa dirección posándose sobre esa cálida y suave piel, la recorrió suavemente de un lado a otro preguntándose cómo sería su bebé, qué cambios traería a su vida y, por sobre todo, cómo las superaría…

 

-(Pase lo que pase, siempre los protegeré porque los amo, dattebayo)- pensaba fervientemente, recordando su pasado, analizando su presente e imaginando su futuro, el cual él se encargaría que fuera de los tres.

Exhaló un fuerte suspiro fijando su mirada hacia la ventana perdiéndose en el suave vaivén de las ramas de aquel viejo álamo que adorna la vereda.

 

-Mnnh… aceitunas… tomate…ñan…- susurró suavemente Sasuke mientras se acurrucaba en los brazos de Naruto quien se volteó divertido al escuchar esas palabras recordando con gracia y resignación su viaje al autoservicio esa madrugada.

 

Flash back

 

El cielo era cubierto por unas densas nubes grises que se movían lentamente, mientras un frío viento recorría el lugar haciendo crujir las ramas de los árboles colándose por cualquier recoveco produciendo un molesto silbido. Las calles lucían desiertas, era de esperarse siendo las tres de la madrugada, nadie en su sano juicio osaría rondar por allí teniendo un cálido refugio al cual recurrir, demo… a lo lejos su figura comienza a materializarse, dejando ver su clara imagen, sus manos se hallaban ocultas en los profundos bolsillos de una negra campera de jean con corderito, su rostro era parcialmente cubierto por una gruesa bufanda de lana, sus rubios cabellos se mecían de un lado a otro mientras aquel frío e invernal viento se colaba impasible por su cuerpo produciéndole unos desagradables escalofríos.

Un tic en su ojo izquierdo se hizo presente junto a un bufido que escapó de sus finos labios ¿pero por qué? Simple, él no debería estar ahí, no señor, él debería estar en su cama abrazando a su azabache mientras eran arropados por las tibias y suaves colchas de su cama… pero en cambio, se encontraba allí congelándose de pies a cabeza…

 

-¿Otro antojo de tu esposo Naruto-kun?- preguntó el vendedor, al verlo ingresar al negocio, a la misma hora que los días anteriores desde hacía ya un mes.

-Haiiiiiiii…- respondió resignado mientras tomaba dos barras de cereal con manzana verde, 1 pote de helado de ananá, 1 paquete de maní salado, 1 caja de cereales de arroz bañados en chocolate, una lata de paté de foi, tres kilos de tomate, y un frasco de aceitunas rellenas con morrón –creo que esto era todo dattebayo- suspiró mientras sacaba la billetera para pagar.

-¡¡Vamos!! Arriba esos ánimos rubito- le animaba el vendedor mientras le guardaba la mercadería en bolsas.

-Ho man, si alguien me hubiera dicho lo complicado y estresante de la situación me lo pensaba dos veces antes de embarazar a alguien dattebayo- con su mirada llena de lagrimas y un rostro contraído en falsa molestia consiguió que el vendedor se descostillara de la risa.

-Jajajaja… ah querido, si te gusta el durazno báncate la pelusa- le respondió burlonamente mientras recibía el dinero y le entregaba las bolsas.

-¡Ya cállate dattebayo!- le gritó molesto pero divertido arrebatándole los valiosos y poco nutritivos alimentos…

 

End Flash Back

 

-(Lo único que debo hacer ahora es declararle mi amor y pedirle que se case conmigo dattebayo)- suspiró pesadamente sabiendo que no le sería nada fácil, pero como dicen por ahí “lo que no cuesta se va a la mierda”…

Continuará…

 

Notas finales:

Bueno espero y les guste, me quedó bastante cursi para mi gusto demo es lo que correspondía, espero sus reviews con ansias...

 

Nos estamos leyendo besitos y cuidense


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