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Deseo estar a tu lado por karennoegao

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Notas del capitulo: Holisss!!!
Que tal? Bueno pues yo aquí trayendo otro delirante capítulo de este fic mio jeje!
Para mi suerte esta vez tardé menos en escribirlo que la vez anterior, aunque no se... bueno nunca me conformo con lo que escribo TT__TT...
Bueno pues como he contado con muy poco tiempo esta vez no pude contestar los reviews que me dejaron pero lo haré ahorita v_v, lo prometo jeje.
Bueno como siempre, los personajes de la serie Naruto son pertenencia exclusiva de Masashi-sama.

(...) son pensamientos de los personajes
Y creo que eso es todo...
Los dejo con el capi ^_^
Capítulo octavo: ¡Todo por culpa de la bola de pelos!

Tras un relajante desayuno con su azabache favorito, Naruto se encaminó hacia su empresa como todos los días.
Media cuadra antes de la entrada del majestuoso edificio se detuvo en seco al oír unos fuertes ladridos acercándose por su retaguardia.

-¡Oh no! (Kusó que no sea lo que pienso que es, kamisama)- con ojos acuosos volteó lentamente como si su fin estuviera cerca, mientras los ladridos seguían en aumento –(kusó, kusó, kusó)- con sus manos frente a su cuerpo en posición de defensa y cerrando sus ojos hasta más no poder espero lo inevitable.

Segundos después una bola peluda no identificada de tamaño descomunal se arrojó de lleno sobre Naruto estampándolo contra el suelo. El canino súper desarrollado meneaba su cola eufóricamente mientras lamía sin recato alguno la cara del rubio, que fruncía su ceño en señal de desagrado sin poder quitárselo de encima.

-¡Kusó quítate de encima Akamaru!- gritaba histérico el rubio mientras buscaba ponerse en pié quedando su canino acosador en posición vertical con sus enormes patas sobre el pecho de Naruto.

-¡Akamaru!- un sonoro grito hizo que el peludo aludido volteara su hocico en dirección a la conocida vos de su adorado amo –Deja tranquilo a Naruto- le dijo muy apaciblemente mientras le acariciaba la cabeza y sonreía abiertamente mostrando unos perfectos colmillos blancos muy propios de su persona.

-¡KIBA!- gritó histérico apuntándolo con un dedo acusador mientras innumerables chispas se arremolinaban en sus azules ojos –¡Estoy lleno de babas!-continuaba gritando

-¡Jejeh!- no fue su culpa, es que te extraño mucho, ¿Ne Akamaru?- respondió con una risa forzada y sudando en frío recibiendo un ladrido de parte de su canino favorito en respuesta.
-Kusó Kiba, siempre lo mismo con ustedes dos- se quejaba el rubio mientras se sacudía un poco –Tengo una junta en menos de 20 minutos y mírame, soy un menjunje de babas y tierra dattebayo- suspiraba derrotado y por que no acostumbrado a ese tipo de situaciones.

-Gomen Naruto, pero tienes una muda en la oficina ¿no?- preguntó Kiba mientras ambos comenzaban a avanzar hacia el edificio.

-Así es, aunque debo admitir que extrañaba al chucho este dattebayo- sonreía cálidamente mientras acariciaba la cabeza de Akamaru -¿Cómo les fue?- preguntó curioso.

-Pues como siempre, tus peticiones son muy difíciles de llevar a cavo- suspiró cansado deteniéndose en la entrada de la empresa –demo, no imposibles jeje, el informe te lo entregará Shino- comentó algo serio para el gusto de Naruto.

-Por la seriedad de tu rostro, no son buenas las noticias ¿verdad?- más que pregunta sonaba como una afirmación.

-Pues te diré que la cosa está fea, pero como siempre todo queda a tu criterio- le sonrió nuevamente mostrando sus colmillos y dándole una palmada en el hombro al rubio –en fin mejor vas y te cambias, que yo, como tu gran y mejor guardaespaldas he de recorrer las instalaciones para mantenerte protegidito jeje- dicho esto comenzó a caminar en dirección al estacionamiento junto con Akamaru.

-¡Protegidito tu abuela!- gritó molesto por el diminutivo haciendo que las personas a su paso voltearan a verlo, y con esas fachas pues el panorama no era muy bueno que digamos- (kusó, me siento como lampazo de colegio)- pensaba mientras se apresuraba a subir hasta su oficina bajo la atenta mirada de todo el personal presente.

-Nos días Naru-kawaii- le saludó Sai con su típica sonrisa –Veo que te cruzaste con Akamaru ¿Ne?- señalando lo obvio –ahora mismo te alcanzo un traje limpio.

-Arigatou Sai- contestó simplemente mientras se adentraba en su oficina donde todas sus cosas estaban guardadas en el armario como él ya esperaba –(jeh ayer con la bronca que tenía dejé todo a sus anchas)- pensaba masajeándose la sien en señal de desagrado ante la situación.

-Pues yo diría que ya era hora de que te picara el bichito de los celos, eso de ser un ser tan perfecto comenzaba a molestar ¿ne?- la vos de Sai lo sacó de sus pensamientos –De seguro estabas pensando en como fuiste capaz de dejar todo a medias así sin más- siguió comentando mientras colocaba el atuendo limpio sobre el escritorio.

-Esto es caótico, desde que vive conmigo he faltado al trabajo, me he retirado a mitad de este, ha hecho explotar mi temperamento, ¡por kamisama casi no he comido ramen!- enumeraba histérico el rubio como si fuera a darle un ataque ahí nomás.

-Pero también te ha hecho sentir feliz por primera vez en mucho tiempo ¿verdad?- comentó el azabache para luego retirarse del lugar sin esperar una respuesta.

-(Es cierto… sorprendentemente es cierto dattebayo)- pensó mientras tomaba el atuendo y se dirigía al baño de su oficina para asearse y cambiarse.
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Mientras tanto en el estacionamiento de la empresa se ve a un muy nervioso Deidara bajando de su coche, carraspeó un poco y acomodó su corbata por vigésima vez, tenía entendido que al presidente de esta empresa le gustaba la gente puntual y bien presentada, así que tomó su portafolios y fijó su vista en el elevador.

-(Bien, es ahora o nunca)- pensaba ansioso aferrando su mano al portafolios –(kusó hasta mis piernas me tiemblan)- cerrando sus ojos fuertemente para tratar de calmarse.

-¡Akamaru detente!- un fuerte grito sacó al rubio de su trance de relajación dirigiendo su vista hacia el lugar de donde provenía el grito.

Sus azules ojos se abrieron de par en par al observar casi en cámara lenta como una enorme bola de pelo se acercaba a una considerable velocidad y pegaba un salto hacia él sin darle la menor oportunidad de esquivarlo, su portafolios salió disparado hacia un costado abriéndose en pleno vuelo desparramando todos los papeles como confeti de cumpleaños mientras Deidara caía de espalda dándose un fuerte golpe en la cabeza.

-¡Guauuu guauu!- fue lo ultimo que oyó antes de quedar inconciente mientras el incordio peludo meneaba la cola frenético posicionado sobre su maltrecho cuerpo.

Kiba corrió desesperado en auxilio del rubio, tras mover a su atrevida mascota, se acercó al rubio y corroboró que aún respirara, cuidadosamente lo levantó y lo afirmó en su pecho mientras Akamaru se le abalanzó nuevamente, solo que esta vez comenzó a lamerle toda la cara logrando así que el rubio reaccionara.

-(¿Que demonios?) –se sentía raro, algo blando y cálido le acariciaba el rostro dejándole una sensación de humedad, pero también ese olor a… ¿a que?, que le hacia fruncir el ceño.

-¡Akamaru ya basta con un demonio!- nuevamente esa vos lo sacó de su ensimismamiento.

Se sentía un poco mareado aún así abrió los ojos e intentó focalizarlos en algo, lo primero que vio fue a una enorme bestia de blanco pelaje que sacudía su cola frenéticamente y jadeaba al mismo ritmo, luego giró su vista hacia la persona que lo sostenía.

-¿Te encuentras bien?- le preguntó Kiba mientras intentaba que ambos se pusieran de pié.

-¿Quién eres?-preguntó Deidara bastante aturdido recordando de golpe que tenía una importante reunión a la cual asistir- ¡La reunión!- gritó desesperado apartándose de Kiba pero un fuerte mareo lo tumbó nuevamente, la cabeza le dolía horriblemente.

-¡Te sangra la cabeza!- gritó Kiba sorprendido y asustado mientras un incrédulo Deidara se palpaba con la mano para luego observarla y caer nuevamente desmayado producto de la impresión.
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Dentro de la sala de junta un ansioso Naruto esperaba bastante indignado la llegada de la única persona faltante, a modo de distracción posó sus ojos en el presidente de Hebi inc, era un hombre de no más de 25 años, su cabello plateado estaba recogido en una cola de caballo, vestía un traje negro, típico de ejecutivo, pero para Naruto era como si estuviera en presencia de un vendedor de ataúdes, por esa razón no permitía que nadie de la empresa vistiera de negro, luego observó su rostro con más detenimiento, este era un tanto más pálido que el suyo, usaba unos lentes que a cada rato acomodaba sutilmente dándole un aspecto muy intelectual, pero algo en su mirar no terminaba de gustarle pero no sabía bien que era.

-¿Sucede algo Uzumaky-sama?- le preguntó el peliplateado al sentirse observado por el rubio.

-No es nada, disculpe si lo incomodé Kabuto-san- respondió dulcemente mientras dirigía su mirada al reloj de marcaba claramente un atraso de 20 minutos –tal vez lo mejor sea comenzar con la junta dattebayo- comentó a todos los presentes quienes asintieron sin cuestionamiento alguno, pues al igual que el rubio estaban aburridos de esperar.

-Bien pues lo primero serán las presentaciones- comentó el rubio- como bien sabes yo soy el presidente de Konoha y mi nombre pues ya lo conoces-finalizó con una de sus típicas sonrisas.

-Yo soy Sabaku no Gaara, presidente de la empresa Suna aliada con Konoha desde hace dos años y medio- comentó un joven de rojos cabellos y verdes ojos.

-Hyuuga Neji, vicepresidente de Hyuuga corp aliada con Konoha hace nueve meses- se presentó un joven de blancos ojos y cabellera castaña larga.

-Aburame Shino, presidente de Green Forest, cuatro años de alianza- finalizó la presentación un muchacho de cabellos abultados y unas circulares gafas de sol que junto a su peculiar atuendo dejaban a la imaginación cualquier tipo de expresión que en ella se mostrara.

-Un verdadero placer, como bien saben yo soy el presidente de Hebi inc- habló pausadamente mirando a todos y cada uno de los presentes.-Pueden llamarme Kabuto- finalizó fijando sus ojos en los azules de Naruto a la par de que se acomodaba los lentes.

El ambiente era raro, Naruto no se sentía cómodo y lo peor tenía el presentimiento que algo estaba por ocurrir, ni hablar del hecho de que algo en Kabuto no le caía del todo bien.

-Bien, para comenzar cuénteme sobre su empresa dattebayo, ¿a que se dedica, cuales son sus propuestas?- preguntó el rubio mientras revisaba uno de los informes que tenía sobre la empresa en cuestión.

-Bueno pues…- Kabuto se vio interrumpido unos golpes en la puerta del salón de juntas.

-Lamento la interrupción, pero necesito que vengas por un momento Naruto- habló seriamente el secretario del rubio sin ingresar del todo al salón.

-Sabes que no me gusta que interrumpan las juntas Sai- comentó Naruto frotándose la sien en señal de disgusto.

Sai solo le dedicó una seria mirada dándole a entender de que era más que necesaria su presencia por lo que el rubio emitió un fuerte suspiro y se puso de pié.

-Gomennasai Kabuto-san pero me necesitan de suma urgencia, volveré en un momento- se disculpó el rubio con una leve inclinación.

-No se preocupe, tome usted el tiempo que necesite- le respondió con una simple sonrisa que Naruto pudo observar que era más que falsa.

Nada más salir de la sala Sai lo tomó de la mano arrastrándolo rápidamente hacia kami sabia donde.

-¡Oe Sai! Se caminar sin caerme, no es necesario que me tomes de la mano- le decía tratando de seguirle el paso sin trastabillar en el proceso.

Pero Sai ni siquiera se molestó en contestarle, solo siguió caminando mientras refunfuñaba incoherencias como que bueno sería ¿un tapete peludo blanco en la sala de su casa? Naruto pestañeo incrédulo esperando que a su loco secretario no se le hubiese ocurrido sacarlo de una importante junta solo para mostrarle su nueva adquisición porque lo mataba lenta y tortuosamente.

-Llegamos dijo Sai- sacando de sus morbosos pensamientos de aniquilación al rubio y señalando la sala de enfermería con que contaba la empresa.

-¿Acaso sucedió algo?- preguntó movido por la curiosidad y la seria mirada de su pálido amigo.

-Si, al parecer el presidente de Sharingan inc. si llegó a tiempo, pero tuvo un accidente en el estacionamiento- comentó tranquilamente el morocho mientras golpeaba la puerta.

Luego de adentrarse en el pequeño cubículo que era temporalmente la enfermería pudo observar atónito la figura de un joven no mucho mayor que él tendido en la pequeña camilla con un vendaje en su cabeza y sus ropas todas llenas de tierra y marcas más que conocidas en el pecho del mismo.

-Gomen Naruto- un muy apenado Kiba se disculpaba en nombre de su perro mientras trataba que el aludido no volviera a saltarle encima al rubio como en la mañana

-Por que no me sorprende dattebayo- suspiró sumamente agotado mientras se acercaba a Akamaru y lo miraba reprobatoriamente –sabes chucho, comienzo a pensar que tienes una seria obsesión con los rubios de ojos azules- le dijo mientras lo acariciaba levemente.

-¿Estás tonto a que? Deberíamos mandar a esa bola de pelos directo a la perrera- comentaba Sai mirándolo con enojo fingido –o mejor aún… déjamelo a mi…- no pudo finalizar su frase puesto Naruto lo interrumpió.

-Primero y principal si quieres un tapete nuevo cómprate uno sintético, dos, no tenemos tiempo para andar hablando estas tonterías y tres, me parece que con uno y dos es más que suficiente dattebayo- comentó hastiado de la situación.

-Bueno, según el doctor que se fue hace un rato, Deidara-sama debe descansar un par de días- comentó Kiba mirando de reojo al joven durmiente.

-El problema es que este lugar es muy chico y según tenemos entendido el presidente de Sharingan corp se está hospedando en un hotel y lo apropiado sería que se quedara en algún lugar donde pudiera recibir buena atención- comentó Sai con un extraño brillo en sus ojos, como si fuera a comérselo ahí mismo.

-Ni siquiera lo pienses- dijeron al unísono Kiba y Naruto mirándolo reprobatoriamente siendo acompañados por un ladrido de Akamaru.

-Lo mejor será entonces que se quede en mi casa- comentó Naruto mirando a Kiba –Vos te vas a encargar de llevarlo al departamento –finalizó el rubio dirigiéndose a la salida del cubículo.

-Demo, ¿no era la idea que se quedara acompañado con alguien? –preguntó sin saber que Naruto ya no vivía solo.

-Vete ya Naru-chan- se adelantó Sai antes de que Naru comenzara a hablar –yo le explico-

-Arigatou Sai- con esto dicho se dirigió a la sala de junta como alma que lleva el diablo.

Una vez allí ingresó apresuradamente y tomó asiento bajo la atenta mirada de sus compañeros y del presidente de Hebi inc.

-Lamento la tardanza, ¿En donde nos quedamos?- habló seriamente mientras volvía a hojear los informes sobre su mesa.

-Bueno como les expliqué a los presentes Hebi inc. es una empresa farmacológica especializada en la creación, búsqueda e investigación de distintas drogas para enfermedades genéticas y congénitas- comentó Kabuto mirando fijamente al presidente de Konoha.

-Entiendo, y la razón por la que buscan una alianza con nosotros es porque se ven necesitados de más fondos para estas investigaciones ¿verdad?- preguntó Naruto sin dejar de mirar detenidamente el informe que sostenía.

-Si bien su apoyo financiero nos sería de mucha ayuda, no es esa la razón principal por la que se busca esta alianza- contestó para luego hacer una pausa mientras tomaba un sorbo de café siendo raramente imitado por los demás –nuestra necesidad radica principalmente en el área experimental, ya que nos vemos fuertemente trabados por las autoridades, quienes consideran que nuestras investigaciones son infructuosas- finalizó tranquilamente acomodando sus lentes con el dedo mayor haciendo que por un instante sus ojos se vieran cubiertos por el reflejo de los cristales de estos.

-Entiendo, me parece coherente su petición- respondió levantando sus ojos y fijándolos en los del plateado.- ¿Alguno de ustedes caras pálidas quiere preguntar algo?- habló mirando a sus compañeros que lo liquidaban con la mirada por la informal manera en que los citó.

-Nada en particular- contestó Gaara al ver que ninguno parecía querer hablar.

-Bueno entonces sin más damos por finalizada la junta- Naruto se puso de pie al igual que los demás bajo la incrédula mirada de Kabuto.

-(¿Esto es todo?, ¿No más preguntas?)- pensaba confundido por lo poco que tuvo que hablar y lo mucho que había pensado que le preguntarían, pero su confusión se vio interrumpida por la voz del rubio que se encontraba ahora a su lado.

-Kabuto-san, gracias por su paciencia ante lo sucedido, dentro de tres días nos comunicaremos con usted para informarle nuestra decisión- le dijo extendiendo su mano.

-S-si, claro entiendo, gracias a usted por su tiempo- se apresuró a contestar mientras se ponía en pié y estrechaba la mano de Naruto, tratando de ocultar su molestia ante lo que el pensó fue una pérdida de tiempo.
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Ya una vez más tranquilo en su oficina se sentó y se estiró hasta donde pudo para luego tomar un refrescante vaso de agua.

-Como siempre te sulfuras de más en las juntas- le comentó Shino mientras se adentraba en la oficina del rubio –toma, esta es toda la información que logramos recaudar de Hebi inc y de Sharingan corp –le dijo seriamente depositando una carpeta cerrada sobre el escritorio.

-¡Ho Shino!- suspiró hastiado mientras se tendía sobre el escritorio- ¿Por qué siempre son malas noticias las que me traen últimamente?- preguntó sosegado y por que no acostumbrado a ellas.

-Pues te diré que esta vez la cosa es bastante más compleja que las demás- le comentó Shino en un tono preocupado muy raro en él- tiene…tiene que ver con…- se detuvo sin saber como seguir.

-Escúpelo de una vez Dattebayo- dijo indignado Naruto mientras se acomodaba en su asiento y cruzaba sus brazos.

-Es Orochimaru- soltó finalmente Aburame viendo como el rostro calmado del rubio se desfiguraba en uno de sorpresa y odio –lo mejor es que te vayas a casa y leas detenidamente el informe y mañana lo discutiremos con los demás- finalizó para luego retirarse del lugar para que el rubio pudiera calmarse.

-¿Así que Orochimaru eh? ¡Jeh ya era hora de que aparecieras desgraciado!- una maligna sonrisa apareció en su rostro mientras sus ojos mostraban un destello que irradiaba venganza.
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En el departamento del rubio…

Durante todo el día Sasuke no había echo más que suspirar como quinceañera enamorada y francamente se sentía bastante arto de su proceder, pero para su desgracia al igual que el resto de su vida, al parecer tampoco tenía control sobre esos estúpidos suspiros, igualmente no podía evitar sentir su corazón desbordante de felicidad.

Rinnnnnnnggggggggggggg (timbre)

De un sobresalto se levantó del cómodo sillón en donde se encontraba tratando de leer una de las novelas de la biblioteca de Naruto, desde su llegada, era la primera vez que escuchaba el sonido del timbre ya que desde su llegada al departamento, en ninguna ocasión alguien vino de visita, por lo que dudoso se dirigió a la puerta.

-¿Quién es?- preguntó seriamente mirando por la mirilla de la puerta.

-Soy Inuzuka Kiba, ábreme Sasuke por favor- comentó un tanto agitado por el esfuerzo de tener cargando a un tercero en su espalda.

Sin mucha confianza abrió un poco la puerta viendo a Kiba acomodando a una persona desmayada en su espalda.

-¿Cómo sabes quien soy?- preguntó curioso aunque sabiendo la respuesta.

-Porque Naruto me lo dijo, ahora déjame pasar ¿quieres?- tengo un problema en la espalda que no es precisamente liviano- comentó mientras acomodaba un poco mejor al rubio en su espalda.

Sin sentirse completamente a gusto con la situación se hizo a un lado retomando su viejo hábito de frivolidad que tanto lo caracterizo en su época de estudiante.

-Vaya creo que no has cambiado mucho desde la última vez que nos vimos, hasta despides el mismo aroma- olisqueó Kiba adentrándose al apartamento y siguiendo de largo hacia la habitación de huéspedes que ya conocía –Esta persona es el presidente de Sharingan corp. y sufrió un accidente en el estacionamiento de la empresa por lo que Naruto tomó cartas en el asunto y pensó que lo mejor era traerlo aquí para que no se quedara solo por si algo sucediera- explicó Kiba adelantándose al cuestionamiento del azabache.

-Entiendo- fue su escueta respuesta mientras seguía a su ex compañero de clase hasta la que en un principio había sido su cuarto.

-Veo que tu monosilabeo sigue intacto- comentó sarcásticamente mientras recostaba al rubio en la cama y lo arropaba cuidadosamente saliendo ambos del cuarto -Escucha, estas pastillas son calmantes, si se despierta y siente mucho dolor en la cabeza que se tome una- le comentó entregándole una tableta a Sasuke –en fin, debo volver al trabajo, cualquier cosa llámame- le dijo dejando una tarjetita sobre la mesita ratona del living y dirigiéndose a la salida.

Un leve asentimiento de cabeza fue lo único que recibió Kiba como respuesta antes de voltearse y salir del lugar bufando molesto por el autismo del azabache.

Luego del portazo Sasuke se dirigió de nuevo a la habitación para cerciorarse de que el rubio al que no conocía estuviese bien, ya que lo último que quería era que Naruto se enfadara con él por su falta de tacto.
Por lo que sin más preámbulo ingresó en la habitación y se acercó al joven con la sola idea de cambiarle el vendaje de la cabeza pero…

-(Esto es imposible)- pensaba sumamente alterado viendo el rostro del durmiente –(Esto debe ser una maldita broma, no puede ser él)- su rostro era incluso más pálido de lo normal, y un fuerte mareo lo hizo tambalearse y caer al piso sentado –De-Deidara- susurró impresionado de ver allí sobre la cama durmiendo a nada más y nada menos que al ex novio de su hermano.

Continuará…
Notas finales: Bueno, etto... este capi tuvo más dialogo de lo que acostumbro pero bueno...
Ah me olvidaba, ocho de los reviews que recibí apoyan la moción de que este fic sea un mpreg, como recién para el próximo capi comenzaría con ello aún está sujeto a votación, así que espero sus opiniones.
Besitos y nos estamos leyendo

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