El intento de celestina de Draco Malfoy
Estaba aburrido, sin saber qué hacer con tanto tiempo libre, bueno en realidad tenía muchas cosas que hacer, como: estudiar, realizar unas pociones que su padrino le había pedido, hacer algunos trabajos del colegio, ensayar con su grupo de música, ver qué carrera seguir después de terminar Hogwarts, arreglarse para una cena familiar, hablar con el director come-caramelos-de-limón y etc., etc., etc.… pero aun así no tenía una reverenda gana de realizar ninguna de esas actividades, estaba aburrido pero al mismo tiempo no quería hacer nada, suspiro derrotado, después de que la guerra había acabo, sumando que sus padres eran espías y al final quedaron absueltos de cualquier cargo, su vida se había vuelto monótona y simple, no es que le agradara estar al borde de la muerte por un sádico-cara-de-serpiente u obedecer al inútil-cara-rajada pero aun así en la actualidad su vida había perdido sentido y emoción. Sus días eran así: Se levantaba, duchaba, vestía, bajaba al comedor, desayunaba, iba a clases, iba al comedor, almorzaba, iba a clases, iba a la biblioteca o al jardín, iba al comedor, cenaba, se iba a su sala común, leía o hablaba con alguien, se iba a su cuarto, se duchaba, se ponía el pijama y se acostaba, eso definitivamente no podía ser vida, era una rutina enfermiza y para qué hablar de los fines de semana, si estuviera solo en ese momento se golpearía la cabeza contra la mesa, pero ante todo era un Malfoy y como tal debía demostrar su habitual frialdad y ocultar cualquier sentimiento o molestia.
Se encontraba en el gran comedor teniendo su última ración de comida “legal” que ofrecía el colegio, ya que después de la cena la mayoría de las veces se iba a las cocinas del colegio para que los elfos le preparen algún postre de chocolate. Siguió recorriendo el gran comedor con su vista, sin probar casi bocado, hasta el hambre se le había quitado, su vista se quedo clavada en la mesa de los profesores y sin pensarlo detenidamente se quedo mirando al nuevo profesor de DCAO, esos ojos azules que eran hipnotizantes, esa boca que era una verdadera tentación, esa manos que se movían elegantemente pero al mismo tiempo traviesas, como deseaba que le acariciara y… alto, alto, alto un momento en que estaba pensando? Es ridículo, absurdo y realmente descabellado, él no podía ni siquiera en sueños sentir algo por esa… cosa, no, no, no, no y no, eso era inaceptable, tomo una buena bocanada de aire y la soltó despacio para poder calmarse, pero sin despejar su vista de su profesor, pero en ese preciso momento nuestro-querido-nuevo-profesor-de-DCAO le miro y sus miradas se conectaron, el rubio no pudo evitarlo y se sonrojo, no, no, no, no… y para rematarla el “pulgoso” le había sonreído con esa maldita sonrisa picara, no, no, no, no… se recrimino mentalmente, desvió su mirada para demostrar que en realidad no estaba ni un poco interesado en ese seductor hombre y se fijo en su adorado y único padrino, el mejor profesor de pociones, el más justo, el más leal, el mejor de los mejores, aunque más de la mitad de Hogwarts no piense igual que él, ¿que culpa tenia él de que los demás fueran unos ineptos cabeza de trol que no podían apreciar la delicadeza y el verdadero arte de las pociones?, al quedarse al observar sus gestos y facciones, se dio cuenta de que su profesor no mantenía sus ojos fijos en su palo, sino que dirigía también miradas indiscretas a alguien del comedor, siguió la vista del adusto profesor de pociones y se encontró con más ni menos al grandiosisimo Harry-yo-soy-el-niño-que-vivió-y-nunca-morirá-Potter, pero lo que le sorprendió no fue que le mirara, sino la “forma” en que le miraba, esa miradita no era para nada de odio, ni asco, ni nada que todos estamos acostumbrados a ver, no, no, no, esa miradita era de deseo, lujuria, ternura?, en ese momento estaba a punto de vomitar lo poco que había comido, ¿Cómo su queridísimo profesor y padrino podía sentir eso por Potter?, pero luego su mirada se fue hacia la de Potter y lo que vio casi le hace desmayarse, ya que cuando su padrino había vagado la mirada para entretenerse en su plato, el cara-rajada había levantado la vista y había mirado con deseo, lujuria, ternura? A Severus Snape, no esto era imposible, su padrino estaba enamorado de Harry Potter y el cara-rajada estaba enamorado de Severus Snape.
Quizás por el aburrimiento o porque hace poco se había comido un caramelo de limón que le había ofrecido el director le habían afectado en su cabeza, había tomado la decisión de juntar a su padrino con ese Potter, total con ver feliz a Severus haría cualquier cosa.
Y el pobre de Draco no sabía las cosas que tendría que hacer para juntarlos…
**************
Estaba furioso, horriblemente furioso, no sabia que hacer, que pensar ni menos que decir, se sentía acorralado, ahogado, desplazado, es que no podía creer que esos dos aun no estaban juntos, que todos sus planes se habían ido por el retrete, todo por culpa de ese malditamente sexy y delicioso profesor de DCAO, lo quería matar a besos… mierda y volvía a lo mismo, es que en ese momento se quería golpear la cabeza contra la cama a ver si se le apagaba el cerebro o se le ocurría una idea para librarse de todos los problemas que se había metido, por culpa de… ¿a quien culpar? A los dulces de limón?, al orgullo Gryffindor? Al malhumor del oscuro profesor? O a ese maldito sexy-bombón-deseable-y-apetecible-de…?
- ALTO YA! – rugió, su grito se escucho hasta la sala común de su casa, pero eso al rubio ni le importo, solo tenia cabeza para pensar en lo que podría hacer…
Después de ese día en el gran comedor había pasado un mes entero, UN MES, en donde tuvo que pasar:
- por castigos
- por vergüenzas
- por desvelos
- por humillaciones
- por gastar más dinero del que hubiera imaginado…
Pero lo peor de todo no era eso, sino haber tenido que soportar al sexualmente-activo-nuevo-profesor-de-defenza-contra-las-artes-oscuras, para que este no interfiriera en sus planes, tuvo que soportar:
- sus coqueteos
- sus descarados movimientos sexys
- sus manoseos
- sus “accidentes” empujones
- sus “castigos”…
Todo para qué? para que no hubiera avanzado en nada en juntar a esos dos malditos cabezotas, que al parecer se odiaban más de lo que ya se odiaban. Pero por algo su familia le había criado para vencer toda adversidad y su orgullo le impedía ser derrotado en algo que debía ser simple viendo que ambos se atraían, a si que jugaría su última carta…
*********
Se encontraba en el despacho de su padrino, quería dejar todo listo, ya había mandado la nota a Potter con ese chico de primero de Gryffindor y también había dejado la nota a Severus en su mesa después de salir de clases, solo faltaba que llegasen y todo terminaría en un: “Felices para siempre…”
Pero sus planes nunca podían salir bien, por algo también era considerado más Malfoy que Black ya que había heredado hasta su mala suerte en realizar planes, estrategias y fiestas clandestinas (estas últimas la hacía Pansy con Blaise XD!), así que para hacer gala de su Malforismo, su queridísimo profesor de DACO entro al despacho del profesor de pociones. Draco se dio media vuelta al escuchar como la puerta se abría, pensando que había sido su padrino que casi siempre llegaba unos minutos antes para mostrar su buena educación, por eso había mandado la citación mas tarde para darle tiempo de ocultarse, ya que no dejaría que nada se estropear, pero su alivio y al mismo tiempo “desencanto” fue encontrarse la figura de ese hermoso hombre recostado en el umbral de la puerta…
- que haces aquí Draco? – le susurro
- nada de su incumbencia – le escupió con veneno
- no deberías hablarle así a un profesor, no sabes los “castigos” que podría imponerte – le dijo burlón
Le dio un escalofrió al escuchar ese “castigo” que no sonó para nada santo, un poco sonrojado y nervioso le contesto – pues… -
Pero no pudo contestar ya que una demandante boca se había literalmente comido la suya, no pudo detenerle ni menos quería hacerlo, así que solo hiso lo que sus deseo y corazón le dicaba, se a sujeto del mayor y le rodeo el cuello con sus brazos, mientras el profesor caminaba hacia el escritorio donde levanto a Draco y lo sentó en la mesa, el menor abrió sus piernas para dar mejor acceso al hombre, mientras profundizaban en el beso, Draco sintió como las manos del mayor se colaban por su camisa y este deslizaba sus manso por la ancha espalda, pero todo paro abruptamente cuando la puerta se abrió de golpe, y el de ojos vio con espanto como en la entrada estaban ni más ni menos su padrino y el cara rajada, Draco empujo a su profesor y se bajo del suelo…
- eh… esto no es lo que parece, yo… el…
Pero para alivio o no de Draco el mayor contesto – esto es lo que parece – sentencio abrazando a su alumno por la espalda
Draco quedo en shock para luego darse vuelta y mirar al otro – que!? Pero… claro que no”! esto es solo un juego para ti y para mi – dijo con dolor
- claro que Draco, yo te amo – le dijo con dulzura que nunca había demostrado sujetando el mentón del menor para que le viera y darle un casto beso en los labios
Draco sonrió embobado – yo también te amo – tirándose a los brazos de ese hombre que le hacía tan feliz
- gane! Sev te dije que aun no se declaraban
- eres un tramposo
- ja, ja, ja, ja… no puedes declinar, ahora será mi venganza muajaja – sonrió con picardía
Ante ese pequeño intercambio de palabras, Draco miro a los otros dos sujetos que habían entrado en la habitación y lo que vio le hiso abrir enormemente la boca sin poder creer, Severus estaba sentado en un sillón negro que se encontraba al lado de la chimenea mientras que Harry Potter estaba sobre las piernas de su padrino y este tenía su brazo alrededor de su cintura, mientras que Potter tenía sus brazos en el cuello de pocionista… Draco jadeo ante aquella escena, que aunque había deseado nunca había imaginado que pasaría así sin más, y que quizás desde hace mucho tiempo…
- maldito pulgoso espero que no le hagas nada a Draco o te juro que…
- me aras lo mismo que yo te aria si le hicieras algo a mi ahijado – le dijo con una sonrisa de superioridad mientras que estrechaba mas el abrazo que tenia con Draco, acercando mas la espalda de su chico al su pecho…
- nunca imagine que el gran Sirius Black, el Casanova numero uno seria atrapado por un chico de diecisiete años
- y yo nunca imagine que Severus Snape, el odiado profesor numero uno seria atrapado por el “odioso” y “engreído” Harry Potter – contesto con superioridad
Mientras que Draco solo pudo exclamar un bajito – no puede ser… - maldiciendo mil veces los dulces de limón que le había ofrecido el viejo-barbudo-esquizofrénico-come-caramelos-de-limón que le habían producido esa estúpida idea de hacer de celestino…
FIN