Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

REFLEJO por Angel del Diablo

[Reviews - 258]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

bueno... como fueron buenos conmigo y dejaron muchos rr... pues aqui el capi 6!!!

Después, mientras se apartaba el pelo de la cara, Sakura dijo:

-Hola, Naruto. –el rubio se quedó de piedra. No sólo por el echo de que lo conociera, lo viera y supiera su nombre, sino porque había entrado sin dificultad. Aquello era muy raro… no sabía muy bien lo que hacer. Como no aparecía, la chica habló otra vez:

-Vamos, sé que estás ahí. Sé lo que eres. No tiene sentido que te escondas. –Naruto siguió quieto. Necesitaba pensar. Necesitaba saber que si aparecía, no le pasaría nada. Pero la pelirrosa no estaba por la labor, por lo que no tuvo más remedio que acercarse hasta el cristal para que pudiera verlo. Sus ojos se encontraron y la chica sonrió.

-Por fin te veo… he de reconocer que ganas en persona.

-¿Quién eres? –una cosa estaba clara: Sakura era algo extraño. Y sabía demasiado.

-Bueno… es una larga historia… pero te la puedo resumir en poco: soy la hija de tu sobrina. Mi abuelo era Deidara. –aquello le cayó como un balde de agua helada. ¿Sakura era pariente suya? Eso era absurdo. No tenía sentido. La chica comprobó los estragos de su revelación y continuó diciendo:

-¿sorprendido? Es normal… han pasado mucho años desde aquello y tu y yo no nos parecemos en nada. Pero esa es la realidad.

-¿Cómo lo supiste? ¿Cómo supiste que estaba aquí?

-bueno… la primera vez que vine aquí y me fijé en el espejo, no fue por ti, ni siquiera lo sabía, fue porque me gustó el espejo. Pero el otro día, en clase, vi alrededor del cuello de Sasuke-kun una extraña piedra… que era igual a la que mi abuelo había perdido hacía años por culpa tuya… y se me ocurrió que quizás estaba en el espejo. Después sólo tuve que pensar cómo colarme y la verdad –continuó mientras sacaba de su mochila las llaves de la casa, las llaves que había “perdido” Itachi.

-Fue muy fácil. Pobre Sasuke… no debería dejar algo tan valioso como tú sin protección… alguien podría hacerte daño.

-¿Sabes lo que hizo Deidara?

-Claro… se lo que era él.

-¿alguien más de tu familia sabe hacer…?

-Sólo yo. Eso es como el talento musical… se salta una generación… pero mi madre si que me contó cosas sobre tu hermano. Y admiro mucho todo lo que llegó a aprender a hacer… también me dijo que era brujo y que había un rumor que decía que había echo desaparecer a mucha gente.

-¿Hay más como yo?

-No, malditos como tú no hay más. Lo que te hizo a ti fue un error. Creo que no lo pensó y por eso te acabó encerrando con la piedra.

-¿Supo que me había encerrado con la joya?

-después de maldecirte y vender el espejo, llegó a la conclusión de que te la había llevado. Y ya no pudo hacer nada porque ni él mismo sabía cómo sacarte de ahí.

–después se quedaron callados un rato. Naruto quería preguntarle qué hacía allí, pero temía que si lo hacía, el mal presentimiento que había tenido desde su llegada se cumpliría: se alejaría de Sasuke.

-¿No te preguntas lo que hago aquí? –el silencio por parte del rubio no importó a la joven, que se sentó en la cama del moreno, y habló, mientras cogía y olía una camisa que el moreno se había dejado allí encima.

-En realidad no tenía nada en contra tuya hasta que apareciste en la vida de mi Sasuke-kun. Incluso estando encerrado, sigues estando en medio. Sigues estorbando. Por eso… he venido a pedirte que te alejes de Sasuke. –el rubio alzó una de sus cejas, mirándola de forma incrédula. ¿alejarse? Ni podía ni quería hacerlo.

-No puedo hacer eso. Estoy maldito. –decidió que era mejor no decirle la otra razón por la que no abandonaría a Sasuke: porque lo amaba.

-Ya sé que estás maldito idiota. Pero puedes dejar de hablar con él. Puedes sólo desaparecer.

-¿Por qué quieres que haga eso?

-Porque Sasuke es mío. Pero si tú estás en medio, puede no querer declarárseme. Creo que necesita un poco de tiempo para darse cuenta de que me quiere y si tú estás por aquí revoloteando puede no darse cuenta.

-Eso no tiene nada que ver conmigo.

-Si no lo haces…  le haré daño a Sasuke

-¿cómo?

-Deidara no era el único que sabía hacer magia negra. He heredado su talento.

-No serías capaz

-No sabes de lo que puede ser capaz una mujer enamorada

-Si lo quisieras de verdad no le harías daño

-Si no es para mi… no será para nadie… y menos para alguien como tú –al rubio le dieron ganas de golpearla, pero se contuvo y sólo dijo, con malicia:

-no me asusta lo que puedas hacer. No creo que seas tan poderosa o sino ya habrías hecho algo con tu aspecto

–derrotada y dolida, la chica se giró indignada y abandonó la casa, porque había entrado sin permiso.

 

El rubio se sentó en su lado del espejo y reflexionó sobre lo que le había dicho: ¿qué podía hacer? No quería decirle nada a su moreno pero no podía arriesgarse a que aquella idiota le hiciera daño a Sasuke. Le hubiera gustado tener a alguien con quién poder consulta aquello. Suspiró, agobiado, y continuó dándole vueltas.

 

Sasuke miraba por la ventana, aburrido, esperando a que se acabara la última hora para poder ir a su casa. Recordó la promesa que había hecho y suspiró derrotado, porque no tenía ni idea de cómo podría hacerlo. Alguien tocó entonces su hombro desde detrás y el moreno se giró, cansado de las constantes interrupciones. Ino, tras ponerle carita de niña linda, le preguntó por Sakura.

-Y yo qué se

-Pero me dijo que iría a tu casa para que pudierais venir juntos.

-Pues por allí… no paso.

-¡Que raro! Porque se fue en esa dirección. –el moreno dejó de prestarle atención y volvió a mirar por la ventana, mientras llevaba de forma inconsciente una de sus manos para tocar el colgante que le había dado el rubio… quería verlo de nuevo.

 

Por eso, en cuanto acabó la clase corrió a casa. Llegó y entró, llamándolo:

-Naruto… estoy en casa –pero al entrar en su cuarto nadie lo recibió.

-¿Naruto? –este apareció en el espejo, pero con una expresión fría y distante.

-¿Ya has llegado? Hola –el moreno dejó sus cosas y preguntó:

-¿Qué pasa? –el rubio lo miro, como si no fuera con el, y dijo:

-Tengo que decirte algo.

-Te escucho

-Creo que lo mejor que podemos hacer es olvidar lo que paso anoche.

-¿Olvidar? ¿Por qué?

-Porque esta claro que sólo fue producto del calentón del momento, no significó nada –a Sasuke se le quedó cara de idiota. Alzó una ceja y preguntó:

-¿Me tomas el pelo?

-No

-¿Dices que no significó nada?

-Nada. Solamente fue un error. –al Uchiha le dieron ganas de golpearlo para que dejara de decir tonterías.

-¿Por qué dices eso? Acaso… ¿me estás diciendo que me arriesgué y me entregué a ti por el calentón del momento? –el rubio no podría aguantar mucho mas aquella fachada, debía dejar zanjado el tema cuánto antes.

-Claro que si. O ¿me vas a decir que tú, el gran Uchiha Sasuke, es gay y se ha enamorado como una colegiala de un chico? –aquella era su última carta: atacar su orgullo. El silencio los envolvió, y antes de que el moreno pudiera hablar, llamaron a la puerta. Sasuke, fastidiado, fue a abrir y el rubio aprovechó para desaparecer de la vista. La conversación quedó flotando en el aire.

 

La interrupción la había causado el mayor de los Uchiha, Itachi, que al haber “perdido” sus llaves, no tenía forma de entrar. Nada mas abrirle, le dijo que no comería porque tenía mucho que hacer y que no lo molestara nadie. Después cerró la puerta con seguro y se plantó de nuevo frente al espejo. Pero el rubio no apareció.

-¡Naruto! ¡No hemos terminado de hablar! –pero el otro no dijo ni hizo nada. Frente al espejo, Sasuke lo intentó de nuevo:

-¿Por qué este cambio? ¿Ha pasado algo? Por favor… si ha pasado algo… puedes decírmelo… pero no me dejes así

–nada. Silencio.

-¡Naruto! Maldita sea… –apoyó la frente en el cristal pulido y cerró los ojos.

-¿Qué quieres que haga para que aparezcas? Lo menos que puedes hacer es darme una explicación. –al rubio le pareció justo, así que volvió a aparecer. Sin embargo, el moreno seguía con los ojos cerrados, apoyado, y no lo notó.

-Naruto… se que es raro, yo no lo entiendo muy bien… pero ahora te has convertido en alguien importante para mi… y no quiero simplemente… decirte adiós.

-¿De verdad? –sobresaltado, el moreno se retiró un poco del espejo, pero notó que ahora el rubio parecía distinto, como si le doliera lo que le había dicho antes.

-Si. Es cierto.

-pero es un error. Creo que es mejor dejarlo aquí.

-¡No! ¡Deja de decir eso! –el menor de los Uchiha no entendía como alguien podía decir tantas tonterías en tan poco tiempo.

-Llévame ahí. Estoy hay que arreglarlo.

-¡No! Eso se acabó, déjalo estar así –y volvió a desaparecer.

-¡Naruto! ¡Llévame dentro! ¡Naruto! –pero no obtuvo respuesta. Furioso, golpeó la pared y se puso a pensar en qué hacer. Sólo tenía una cosa clara: tenía que entrar en el espejo. Se sentó en la cama y miró su reflejo en el espejo. De repente una idea cruzó por su mente.

-Naruto –llamó. -¿Temes tanto no poder dejarme que quieres zanjar el tema sin siquiera hablarlo? No pensaba que fueras así de cobarde –ese comentario, destinado a herir el orgullo del rubio, llevó a cabo su cometido. En poco tiempo sintió el tirón y, dejando su cuerpo en la cama, entró en el espejo. Una vez frente a frente, ninguno dijo nada. -Bueno, ahora explícame a qué vino esa tontería de antes.

-No hay nada que explicar.

-Creí que ya habíamos dejado claro que era demasiado tarde para echarse atrás.

-Nunca es demasiado tarde.

-Naruto –pronunció su nombre de la forma que lo hacía estremecer. Después el moreno se acercó más al otro.

-¿Qué pasa? ¿Por qué de repente dices todo eso?

-Me di cuenta de que es mejor así. Solamente fue un subidón en un momento –aquello hizo desesperar al moreno, que cogió al rubio por los hombros y lo acorraló contra la pared.

-¡Basta! ¡Deja de decir eso! ¿Crees que la primera vez que me arriesgué y entré aquí fue sólo para tener sexo contigo? ¿Crees que sólo quiero sexo de ti?

-¿Qué otra cosa quieres que piense? Tú y yo nunca podremos estar juntos y teniendo tantas chicas lindas fuera, a tu alcance, no tiene sentido que sintieras algo por mi. –el moreno suspiró, comprensivo, y lo abrazó fuerte, impidiéndole moverse o zafarse.

-Usuratoncachi. Nunca me han interesado esas chicas “lindas”. Nunca me he fijado en ellas. Sólo empecé a mirarlas cuando te conocí. Porque, comparadas contigo, eran tan poca cosa. Pero… debo entender que… ¿estas celoso? –el rubio, que se había quedado quieto porque no había conseguido nada con sus intentos de escapar a aquello brazos, negó con la cabeza y susurró:

-tengo miedo. Sasuke… sufrirás por mi culpa y por culpa de mi maldición. Y por eso es mejor pensar que sólo fue por sexo y separarnos ahora.

-Naruto –interrumpió el moreno, colocando uno de sus dedos sobre los labios del otro, tras separarlo un poco:

-No me importa. Si hay que sufrir, se sufre. Pero quiero hacerlo contigo. No tienes que cargar con esto tú sólo. Porque no estás sólo. Ya no. Me tienes a mí.

-Sasuke… ¿crees que algún día podremos…

-No pienses en eso ahora. Ahora sólo me interesa saber una cosa: ¿me quieres?

-Yo…

-¿me quieres?

-Te quiero. Y… aunque sé que no miras a ninguna chica… siento celos. Seguro que estás rodeado de muchas que sólo te quieren para ellas.

-Si. Eso es cierto. Pero yo, en esos momentos, solamente pienso en volver aquí para verte. –sonriéndole, Naruto lo besó, dulcemente, mientras lo abrazaba. Cuando se separaron, Sasuke bostezó.

-¿Tienes sueño?

-no… es sólo que… hacía tanto que no dormía bien que tengo todo el sueño acumulado.

-En ese caso creo que deberías dormir.

-Entonces supongo que tendría que volver y… –pero el rubio, cogiéndole de la mano, lo guió hasta su cama y lo tumbó allí. Lo dejó descalzo y después se tumbó a su lado. Los arropó a ambos y después miró al moreno:

-me gustaría que te quedaras aquí… conmigo…

-de acuerdo. Pero… ¿Cómo apago la luz? –en un instante, el rubio salió y entró otra vez del espejo, tras haber apagado la luz. Cuando se volvió a tumbar junto a Sasuke, este lo rodeó con los brazos y apoyó la cabeza en su pecho, en el lado de su corazón.

-¿Sasuke?

-¿Si?

-¿Por qué te gusta tanto escuchar mi corazón?

-¿Por qué? Pues… porque así te siento vivo, junto a mí. La primera vez que te sentí, de no ser por los latidos de tu corazón, hubiera pensado que eras un producto de mi imaginación. Me gusta mucho sentir tu calor… bueno, supongo que es por eso. –volvió a bostezar y se acurrucó contra él, cerrando los ojos.

-Buenas noches, Sasuke.

-Buenas noches, mi kitsune. –casi al mismo tiempo, ambos se quedaron dormidos.

 

El despertador del hermano mayor de los Uchiha despertó al rubio, que aún tenía entre sus brazos al azabache.

-Sasuke… despierta –lo intentó otras dos veces, hasta que el otro despertó.

-Buenos días. –susurró el rubio.

-Hola.

-Tu hermano ya se levantó –le informó mientras el moreno se desperezaba, como un gato.

-¿También tienes clase hoy? Es sábado.

-Si, bueno, tengo que ir a por algunas cosas…

-Entonces será mejor que te des prisa –aunque no quería separarse, no había otra opción. Antes de salir, el rubio lo rodeó con los brazos y lo besó:

-Te quiero.

-Yo también. –después, lo llevó de vuelta a su cuerpo. Cuando Sasuke abrió los ojos, le costó un poco mover su cuerpo. Lo tenía entumecido. Pero solo tardó un poco. Sin pararse casi a desayunar, se despidió de el rubio y se marchó, a la par que su hermano, que, según le había dicho, volvería pronto.

Sasuke salió contento. Al fin parecía que el rubio había aceptado aquello. Al doblar una esquina se tropezó con Sakura, que lo estaba esperando.

-Hola, Sasuke-kun.

-¿Qué quieres ahora, Sakura?

-Bueno… venía a preguntarte si querrías venir conmigo después.

-Lo siento, pero no puedo. Tengo una cita –se le ocurrió añadir al final, pensando que así lo dejaría en paz. Pero… si hubiera sabido lo que iba a provocar aquello, jamás lo hubiera dicho.

-¿Una cita?

-Si. Por eso he de darme prisa. Hasta luego –se alejó dejándola allí. A Sakura solo le costó un instante llegar a esta conclusión: Naruto era la cita de Sasuke. Furiosa, se dirigió hacia la casa del moreno.

 

Naruto divagaba sobre lo que había hablado la noche anterior con Sasuke. Ahora tenía claro que no solo había sexo entre ellos. Contento, flotó un poco dentro del espejo, hasta que sintió que alguien entraba en el cuarto. La chica de cabello rosa se paró frente a él.

-Parece que no te quedó claro lo que te dije ayer.

-No vi conveniente decirle nada a Sasuke.

-Eso he visto. Pero tranquilo. Si no lo hace tú, lo haré yo.

–aquella amenaza asustó al kitsune, que no vio lo que pasaría hasta que no pudo hacer nada, porque la chica descolgó el espejo con cuidado y, tras abrir el balcón, salió afuera con el espejo en brazos.

-Lo siento por Sasuke, pero esto es necesario.

-¡No! ¡Detente! ¡No sabes lo que pasará si me tiras!

-Creo que lo sé mejor que tu, Naruto –sin decir más, dejó caer el espejo desde el segundo piso. El rubio no vio acercarse el suelo. Solo vio a la pelirrosa hacerse pequeña. Su último pensamiento, antes de que el espejo se rompiera, fue para Sasuke:

-“Te amo, Sasuke”

 

Algo dentro de él se rompió. No sabría decir en qué momento lo sintió, pero fue como si algo vital para él ya no estuviera. Sasuke agarró de forma inconsciente el colgante, que titiló un momento y después se apagó, tras emitir un breve destello azul cielo. Un escalofrío recorrió la espalda del moreno y una idea cruzó por su cabeza. Una idea tan escalofriante que no se paró a pensarla más de medio segundo. Dejó lo que estaba haciendo y corrió hacia su casa, sabiendo que algo no iba bien. Que algo estaba muy mal.

 

Continuará…

Notas finales:

espero que les haya gustado... esta vez ha sido largo^^ y espero que sigan leyendome... si me dejan algunos rr... pondre pronto el capi 7!! (bueno, en cuanto me mejore) sayo y gracias por leer!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).