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REFLEJO por Angel del Diablo

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Notas del capitulo: Como recibí más rr de los que esperaba... les pondré este capi ahora (espero que les guste^^)

Hacía rato que la media noche había pasado… y también hacía rato que Sasuke había comenzado a gemir, revolverse e intentar despertar, de vez en cuando, también gritaba, aunque muy bajito. Pero las pastillas para dormir habían anulado su capacidad para volver a la realidad.
Naruto veía sin poder hacer nada como aquel moreno sufría atrapado en su mente. Comenzó a pensar… tenía que haber algo que pudiera hacer por él… después de lo bien que lo había tratado y de no haberlo devuelto a la tienda… debía de haber algo que pudiera hacer… tenía que hacer algo por él… volvió a mirarlo y supo que sólo había una forma, aunque fuera arriesgada… era la única alternativa…

-“Monstruo” –susurraba una voz cavernosa. Una voz que en algún momento fue la voz de una linda mujer, ahora distorsionada por la oscuridad. -“¿Por qué me mataste? ¿Por qué lo hiciste?

-No. Yo no hice nada malo… yo no tuve nada que ver –Sasuke estaba en el suelo, vestido de negro, echo un ovillo, abrazándose las rodillas, temblando, mientras el recuerdo volvía a su cabeza una y otra vez. Sin compasión, el miedo lo arrastraba a ese momento tan traumático de su vida, del que apenas recordaba nada. En realidad, cuando se perdía en aquel agujero de oscuridad profundo, no recordaba apenas nada. En ese momento en concreto, solo recordaba que su hermano lo había engañado y obligado a tomar pastillas para dormir. Sabía que el efecto no pasaría hasta el día siguiente… y también sabía que no quería despertar. No quería porque no tenía nada por lo que despertar. Sumido en esos deprimentes pensamientos, se dejó arrastrar cada vez más hacia abajo, hacia ese agujero oscuro en el que quería quedarse y desde el que ya no veía la luz. Alzó un momento la cabeza, antes de perderse del todo, mientras las voces, ahora de varias personas, seguían resonando a su alrededor. Y creyó verlo a él… pero supo que no era más que otro de sus delirios, de sus pesadillas, aunque, si de verdad era él, no sería una pesadilla, sino un sueño…

Aquel que, estaba seguro, era un sueño, avanzó hacia él, despacio, intentando pasar a través de la densa oscuridad de su corazón. Sasuke se lo quedó mirando, como si fuera una ilusión. Cuando sus ojos se encontraron, azul y negro, cielo y carbón, el rubio sonrió, feliz de haberlo encontrado. Se apresuró a llegar hasta donde estaba y se paró frente a él. Después, arrodillándose a su lado, extendió la mano hacia Sasuke.
El moreno hizo una mueca y la mano de Naruto detuvo su avance.
-¿Vas a golpearme tu también? –le preguntó al rubio, con un tono indiferente, intentando ocultar las ganas que tenía de abrazarse a él.

-¿Golpearte? –el rubio no entendió a qué se refería, pero el moreno le resolvió esa duda pronto:
-No importa, puedes hacerlo. Solo soy un monstruo. Aunque, claro, tú no podrás tocarme porque no eres más que una ilusión, un sueño.

-No, no es cierto. No voy a hacerte daño. He venido para liberarte de tus demonios. –miró alrededor y se fijó en lo que decían las voces.

-¿Por qué te llaman monstruo?

-Porque eso es lo que soy. Yo los maté… fue mi culpa que murieran… todo aquel que entra en mi vida acaba muerto… todos… por eso… debes alejarte de mi, Naruto, debes salir de aquí –su voz se apagó, y ya no se oyó nada. El moreno volvió a esconder la cabeza entre las rodillas, encogido, y la oscuridad comenzó a tragarselo. Quería perderse y no despertar jamás… pero no contaba con que Naruto no se iba a rendir con él.

-¿Hasta ahí llega tu orgullo de Uchiha? Que patético… pero no he venido hasta aquí para verte sucumbir… de eso nada –se acercó hasta su oído y le susurró, muy bajito

-te haré volver de una forma o de otra.

-No hay nada que me puedas hacer… no eres más que una ilusión –el moreno levantó de nuevo la cabeza y alargó la mano hacia el rostro del rubio, y, sabiendo que lo traspasaría (puesto que el rubio estaba encerrado en el espejo, fuera) posó su mano pálida en aquel rostro suave. Y lo tocó. Los ojos del moreno se dilataron al sentir la piel calida de Naruto.

-No soy una ilusión… y no te voy a dejar caer en la oscuridad. –Sasuke suspiró ante aquellas palabras… ¿no lo dejaría caer? Entonces… ¿podía agarrase a él para impedir que la oscuridad lo engullera? No se atrevió a preguntarle… pero alargó los brazos hacía el otro y se abrazó a él, apoyando la cabeza en su pecho, sintiendo su corazón latir.

-¿eres real? –le preguntó, sabiendo que sólo podía ser un sueño.

-… –el otro no contestó, sólo tomó el rostro del moreno entre las manos y lo miró a los ojos.
Estando tan cerca del otro, el menor de los Uchiha no pudo evitar fijarse en el rostro del rubio, y tampoco pudo evitar acercarse más a él y probar sus labios. Sólo fue un roce, sin profundizar. Porque ambos querían sentirse, aunque fuera sólo un sueño, aunque sólo fuera por esa vez. Al separarse, el moreno volvió a apoyar la cabeza en el pecho fuerte del rubio, en el lado donde podía oír a su corazón latir.
Ninguno de los dos supo con exactitud cuándo el moreno se había dormido en brazos del rubio. Este último sólo se dio cuenta cuando notó que la oscuridad se disipaba y cuándo la respiración del otro era lenta y pausada. Naruto lo apretó un poco más, y apoyó la barbilla en su cabeza, sobre su rebelde y suave cabello. Recordó el beso, y todas las veces que le había dicho que era una ilusión… y era cierto… sólo sería un sueño que el moreno olvidaría pronto…

Sasuke se revolvió y abrió los ojos aún en brazos del rubio. Aunque no quería despertarlo, el menor no tuvo otra opción: era hora de irse.
-Sasuke, debo irme. –apartó al otro con suavidad y ambos se levantaron. Pero Naruto no pudo moverse más. Sasuke le había cogido una de las manos y, entrelazada con la suya, le impedía moverse.

-No te vayas. Si lo haces, la oscuridad volverá. –aquello había sonado como una súplica, pero le daba igual. También le daba igual el hecho de que había besado a un chico y le había encantado. Tampoco le importó su orgullo… sólo quería que se quedara, porque sabía que si se iba no podría volver a tocarlo más.
-Lo siento… pero no puedo quedarme más tiempo. –no quiso mirar esos ojos oscuros, porque no quería decirle la otra razón por la que se iba. Sasuke lo tomó de la barbilla y lo hizo girar el rostro. Sus ojos se encontraron.

-No te preocupes, cada vez que sientas que vuelves a caer… toca esto –se quitó del cuello un colgante del color de sus ojos (N/A: es el colgante que Tsunade le da a Naruto en el manga) y se lo puso al cuello al moreno. La piedra titiló un momento y después brilló un poco, como si estuviera contenta con su nuevo dueño.

-De ahora en adelante ella te guiará en la oscuridad… será tu luz. –sin más, desapareció, dejando al otro un poco sorprendido.

El sol hirió los ojos cerrados de Sasuke, que los abrió con pereza. Esa noche había tenido un sueño tan raro… pero tan reconfortante… porque había soñado con Naruto y lo mejor era que lo había podido tocar. Se sonrojó un poco al recordar que lo había besado, que lo había abrazado y lo demás y se alegró de que sólo hubiera sido un sueño. Porque si de verdad hubiera estado allí, ahora no podría ni mirarlo a la cara…
Se giró y miró el reloj de su mesita: 9:30 de la mañana. Se incorporó en la cama muy deprisa, tanto que se mareó un poco. Agarrándose a la pared se bajó de la cama y comenzó a andar hacia el baño, para intentar darse una ducha y llegar a la siguiente clase. Miró el espejo, pero el rubio no estaba. Olvidando el tiempo, se acercó hasta el objeto y se miró. Tenía mejor aspecto que en otras mañanas, cuando no dormía. Porque ya no tenía tantas ojeras y en sus ojos no había ni rastro de pesadillas. Contento por los progresos que había hecho, se sonrió a sí mismo.
Ante este gesto, el rubio apareció en el espejo. Tenía el mismo aspecto que siempre pero Sasuke no pudo evitar recordar el beso que habían compartido porque, aunque sólo había sido un sueño, él lo había sentido muy, muy real. Y no sólo el beso, sino todo en general: su respiración, los latidos de su corazón… incluso recordaba cada susurro del menor.

-Buenos días Sasuke –la voz del rubio lo sacó de sus pensamientos -¿Cómo has dormido? –se veía como siempre. El otro sólo se encogió de hombros y se alejó de él, saliendo de la habitación. No le daba tiempo a ducharse, por lo que se vistió rápido y salió corriendo, cogiendo su mochila, despidiéndose del rubio con un “adiós”.
Consiguió llegar a la siguiente clase justo a tiempo. Se sentó en su sitio, al fondo de la clase, mientras esperaba que llegara el profesor. Miró por la ventana y se desabrochó uno de los botones de su camisa, acalorado de la carrera hasta el instituto.

-¡Qué lindo colgante! –alzó la vista y vio frente a él a Ino y a Sakura, que miraban algo con mucha curiosidad.

-¿colgante? –se tocó el pecho y sintió que llevaba una pequeña piedra al cuello. Se llevó la mano a la nuca y se quitó el colgante, que resultó ser una pequeña piedra que colgaba de un cordón negro.

-¿dónde la conseguiste? –antes de que pudiera decir nada, entró el profesor y todos ocuparon sus asientos. El moreno, ignorando al profesor, miró la piedra: era del color del cielo. Las mejillas del moreno se tiñeron levemente de rojo al entender que no había sido una ilusión lo que había soñado la noche anterior… ¿o si?

Continuará…

Notas finales: si... ya se... muy corto... pero es que no quería cansarles con mis tonterías... espero sus rr!! gracias por leer!!!

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