Tomó un largo sorbo de su bebida y miró a su alrededor, aún no entendía del todo la temática del bar que tenía demasiado que ver con el nombre; nadie podía culparle por no saber que diablos significaba la palabra “Ukes”, era americano, ¿como rayos pretendían que lo supiera?; suspiró, al menos estaba agradecido de estar vestido de blanco, no estaba muy seguro de querer ser acosado de la misma manera en que lo estaba siendo su amigo.
Miró la delgada figura vestida de negro que bailaba en la pista con un sujeto x, aún no sabía como se había dejado convencer de ir a un bar Gay, al parecer estaba demasiado aburrido como para negarse, lo curioso era que la suya no era la única figura vestida de blanco, de hecho había varias personas, entre ellas mujeres, que lucían vestidos blancos entre un grupo de trajes negros; el bar estaba lleno solo de estos colores.
Vio como su amigo se le acercaba con una sonrisa pintada en los labios y rodó los orbes azulados, solo esperaba que no le saltara con que saliera a divertirse, ¡¡¡por Dios!!! ¿Cómo había terminado en un bar Gay?, él que tan cerrado de mente era, precisamente él que a pesar de que su mejor amigo lo fuera trataba de mantenerse alejado de ese tema.
-Darren, vamos, tienes cara de perro buldózer, deberías intentar hacer migas con alguien-le dijo el chico de castaña cabellera sentándose junto a él y clavándole los orbes verde jade con fijeza, aún no entendía como era posible que un hombre como Darren estuviera solo, es decir, ¿como podía ser posible que alguien se resistiera a semejante prospecto?
Darren era simplemente una buena razón para ser promiscuo, a sus escasos 20 años la imagen perfecta para una portada de revista, sus facciones eran suaves, simples pero sumamente atrayentes, demasiado atrayentes, desde su pómulos altos, pasando cerca de sus labios finos y sonrosados, perdiéndose en la profundidad de aquellos ojos azules tan intensos y alegres y terminando con su cabellera negra azabache, tan oscura que te hace preguntarte si realmente es natural, el muchacho tenía ese aire de joven atractivo, ese aire de masculinidad divertida tal cual su personalidad, su metro 80 le hacía sumamente interesante y encerrarse con el en una discusión era terminar conociendo demasiado acerca de un mismo tema; definitivamente había que estar loco para no fijarse en él al menos como amigo.
-Claro, permíteme ponerme de pie e intentar ligarme a uno de los chicos del lugar-dijo sarcástico-por favor, sabes perfectamente que si accedí a venir era por que estaba demasiado aburrido Jackson.
-No te digo que te ligues a un chico, aunque con esa cara no sería difícil-sonrió al tiempo que le acariciaba una mejilla sabiendo que aquel gesto le molestaba de sobremanera al pelinegro.
-Déjame en paz Jack-exclamó retirando su cara de la mano del otro-si sigue molestando me voy y dejo que terminen violándote en este lugar-terminó tomando otro trago de su bebida.
-Hay que ver como eres de amargado en este tema…supéralo y trata de hacer amistad con alguna de las chicas, no todas son lesbianas, algunas de ellas son bisexuales-le sonrió poniéndose de pie y alejándose a la parte del lugar en donde la música resonaba alta y fuerte, lo suficiente como para hacer que el muy traidor de Jack terminara por ignorarle por completo, dejó escapar un suspiro y paseó la mirada por el lugar.
Tenía que admitir que, muy contrario a su personalidad estaba demasiado tranquilo, normalmente sería el primero en intentar ligarse a la mitad del bar, la mitad femenina claro, pero allí no podía saber cual chica era y cual no era su tipo, lo curioso del lugar es que, de manera copiosa, solamente los sujetos vestidos de blanco eran los que se acercaban a los vestidos de negro como si se tratara de una especie de rictus a seguir. Para estás alturas de la noche el lugar entero era inundado por la música estridente y movida que inspiraba al contoneo de caderas de todos aquellos chicos contra otros chicos.
Tomó un último trago de su bebida antes de que su atención fuera llamada por un pequeño tumulto de personas alrededor de un muchacho vestido de negro, una fina figura que no podía tener mas de 18 años y que, de no saber que era imposible por el requisito de entrada al bar, hubiera podido jurar que no llegaba a esa edad, su semblante era distraído, como si realmente le importara muy poco estar rodeado de sujetos que le miraban de todas formas menos sanamente, permanecía con una mejilla en la palma de la mano derecha y la mirada perdida en algún punto del bar, sus ojos eran de un tono claro, al menos eso si pudo apreciar dada la distancia entre ambos.
Lo mas extraño era la andrógena apariencia del chico, su tez pálida, su cabello claro llegando a una extraña quimera entre castaño dorado y rubio que caía libremente hasta sus hombros, sus facciones sin embargo eran lo mas asombroso, esa delicada gama de labios finos, nariz pequeña y ojos medianamente grandes y profundos, de no estar seguro de la planicie de su pecho hubiera jurado que se trataba de una chica, no mas que una niña demasiado joven con una sutil mueca de molestia dibujada por la forma en que sus labios permanecían cerrados; ¿que haría una persona como esa en un lugar así? Es decir, el sitio no era malo, pero a ese chico se le notaba demasiada clase como estar metido en un lugar que si bien no era malo, tampoco estaba ubicado en el mejor de los lugares de la ciudad. Colocó el baso que anteriormente contenía un vodka sobre la barra, pagó y dirigió una última mirada a su castaño amigo que bailaba alegremente en la pista, lo lamentaba bastante, pero al menos hasta este punto podía llegar su instinto sobre protector con el mismo así que, simple y llanamente salió del lugar.
^_^_^_^_^_^_^_^_^_^^_^_^_^_^_^_^_^_^_^^_^_^_^Jasser rodó los ojos por enésima vez tratando de ignorar a los sujetos a su alrededor de él, al menos para algo debía servir el ser tan frío y tener al par de gemelos sentados junto a él, aún no concebía que la mitad de aquel barullo estuviera esperando que él les prestara atención, ¡jah! Como si le importara algo que estuvieran interesados en él. Miró a los gemelos sentados a su derecha, parecían estrechamente concentrados en hablar entre ellos y con un par de fósiles prospectos solo para esa noche, al menos para decir que llamaron la atención pero escogieron a los mejores, lo curioso es que l par venía vestido uno al contrario del otro.
Enarqueó una ceja tratando de no pensar demasiado en ello, después de todo se trataba de las únicas dos personas que podía tolerar en su vida, suspiró notando como el tumulto de muchachos empezaba a desaparecer de su alrededor, agradeció al menos empezar mas espacio para respirar.
En un principio su intención no había sido tratar de llamar la atención de nadie, ni siquiera había aceptado acompañar a este par de locos para ver si encontraba pareja, solamente había intentado encontrar una forma de mantener su mente despejada, cosa difícil cuando eres Jasser de Obregón y tu único pasatiempo es pensar, no podía evitarlo, así como tampoco podía evitar que se le acercaran por su andrógena apariencia, ¡joder! El no tenía la culpa de parecer chica con defecto de hormonas de crecimiento.
Estiró una fina mano y tomó el baso a su alcance llevando seguidamente a los labios y sorbiendo un buen trago de aquel alcohol que le bajaba caliente por la garganta, no era aficionado a la bebida pero tenía que admitir que el vodka no era tan malo como supuso, rodó los grises orbes en dirección a la barra tratando de distinguir alguna figura conocida entre el montón de tipos allí sentados, anteriormente había sentido la fijeza de una mirada sobre su persona, eso no le había sorprendido en lo absoluto, siempre que entraba a un lugar llamaba la atención de mas de uno ya fuera Gay o no, lo curioso fue que, a diferencia de las inconfundibles miradas de atracción que usualmente recibía el peso de aquella mirada que recayó sobre él hace unos momentos solo le estudiaba y luego se alejó, como si su tarea estuviera completa.
Una vibración en uno de los tantos bolsillos de su pantalón le sobresalto obligándole a pegar un ligero saltito, se puso de pie procurando no molestar a los gemelos que tan animados se veían y se alejó del bullicio de la música saliendo al exterior, sacó el móvil y miró la pantalla, dejó escapar un suspiro y descolgó el aparato.
-Halló, ¿que ocurre?-respondió con un deje de cansancio en el tono de voz.
-¿Como que “que ocurre”?-escuchó la exaltada voz de su hermana mayor-¿donde estás?
-En un bar con Nícolas y Max-contestó con el mismo tono calmado y desdeñoso de antes.
-Solo espero que ese par no termine metiéndote en problemas…está bien, solo llamaba para saber a que hora pretendías regresar.
-No lo sé, tarde, así que adiós-dijo colgando repentinamente antes de que a su querida hermana le diera por quejarse de todo incluida su propia existencia.
Elevó la mirada al cielo notando que la luna se levantaba rauda en el mismo, era lo único que se podía distinguir gracias a las luces de la ciudad, cerró los ojos unos instantes, estaba harto de lo que opinaran sus padres, hacía ya demasiado tiempo que habían perdido el derecho de que les hiciera caso como para ahora intentar controlarle, pero era mejor no pensar en ello. Dio media vuelta y entró de nueva cuenta al bar.