Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Perdido en el carmin por Megumi Chan

[Reviews - 42]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: etto.. bueno este es mi primer yaoi, espero que les guste.
La noche era fra, la mas fra de todas. El rubio corra desorientado por las calles de la ciudad con una mano sobre su costado derecho, la cual impeda que la sangre siguiera saliendo de la herida.

Haba perdido la nocin de cuanto tiempo llevaba corriendo, la ciudad era completamente ajena a el. Era la primera vez que visitaba Tokio, y haba tenido la mala suerte de ser asaltado y apualado. Los asaltantes le robaron todo su dinero el cual tena destinado a pagar el alquiler de su habitacin, donde se quedara para buscar un trabajo y juntar dinero para ir a la universidad.
Desesperado trataba de pedir ayuda a las pocas personas que a esa hora transitaban la ciudad, pero estas no hacan ms que ignorarlo.

Las calles de Tokio eran tan fras, tan distantes, se arrepenta de haber ido y no haberse quedado en el pequeo pueblo de Konoha. Donde por lo menos en esa situacin lo habran ayudado.

El dolor ya no lo dejaba seguir con su camino y se detuvo en a boca de un callejn, recargndose contra la pared. Cuando un grito ahogado desva su mirada hacia el interior del oscuro callejn, pudo divisar dos sombras. La ms alta vuelve su mirada hacia el rubio quien se aterro al ver los penetrantes ojos carmn que lo miraban sedientos. Dejo caer el cuerpo al suelo, que el rubio pudo distinguir como una mujer, y por sus ropas seguramente una prostituta.

El oji azul estaba aterrado, la mujer pareca estar muerta, y por como lo miraban esos ojos, el sera el siguiente. Su herida le dola demasiado y ya no tenia fuerzas para huir, haba perdido demasiada sangre. Se deja deslizar por la pared hasta sentarse en el frio suelo, ya no poda estar ms de pie. Lo saba, este era su fin, y aunque huyera de all estaba demasiado dbil y morira por la perdida de sangre.

La figura se acerca a el, dejndose ver bajo la luz de la luna. Era un joven, de cabello negro, atractivo, y la piel plida. Estaba vestido con unos pantalones negros y una camisa negra a medio desabotonar, dejando ver sus pectorales. Llevaba en su cuello colgado un rosario que pareca ser hecho de plata. Sus ojos rojos brillaban con tal intensidad hipnotisante que de alguna forma el rubio no poda dejar de mirarlos.

El pelinegro se agacha a la altura de el, y fija su mirada en el costado del chico, donde an permaneca su mano, ya cubierta de sangre. Ya no poda mas su respiracin estaba agitada, estaba marendose; en cualquier momento perdera el conocimiento, y estaba seguro que el quien se encontraba frente a el no era humano y acabara con su vida.

En un ltimo intento por salir con vida lo mira fijamente y en un susurro le pide — Por favor…no…me hagas dao… — Y tras esto su vista se volvi borrosa y perdi el conocimiento.

—…lo prometo…— Murmuro el pelinegro, para luego tomar entre sus brazos al rubio y desaparecer.

Cap.1 “Ojos carmn”

Sus ojos se abrieron lentamente, an se encontraba dbil y su costado no haba dejado de dolerle. No saba dnde estaba, se sent con dificultad, pudo darse cuenta que estaba sobre una cama, en un oscura habitacin; iluminada nada ms por la poca luz de la luna que se filtraba por las cortinas de las monumentales ventanas del cuarto.

Traa el torso desnudo y al parecer haban vendado su herida. Se pone de pie, con su mano sobre su costado. Camina hacia la puerta que se encontraba junta, y al abrirla lentamente, se encuentra con un largo pasillo. Comienza a caminar por el, cuidando cada paso, mirando hacia atrs de vez en cuando. La casa pareca una antigua mansin inglesa, con enormes candelabros colgados desde el techo y una que otra armadura apegada a la pared. Cuadros al oleo de familias o personas con la piel muy plida y ropas antiguas. Tuvo que ahogar un grito con sus manos cundo al llegar al final del pasillo y doblar se encontr de golpe con una grgola; la rodeo y sigui con su camino, hasta encontrar una habitacin con luz.

Miro por el pequeo espacio que dejaba la puerta que se encontraba junta. Y pudo divisar a cerca de diez personas, entre ellas el pelinegro que, haba deducido, lo haba ayudado.

—As que has trado un nuevo juguete… Sasuke-kun —Siseo el mayor de todos, con aspecto plido y el cabello largo. Estaba sentado en un llamativo sof de terciopelo rojo.

— La convertirs como a la pelo de chicle? — Pregunta una pelirroja con gafas que se hallaba cercana a la ventana.

— Qu no te fijaste Karin? Era “el” no “ella”…no saba que Sasuke tuviera esos gustos — Le comenta un peli gris que estaba a su lado de colmillos afilados. Al orlo el pelinegro solt un “hmp”.

— Pero que dices Suigetsu?! Sasuke-kun no es gay!! — Le grito histrica la que pareca llamarse Karin, y luego se le colg seductoramente del cuello al peli negro. — Verdad que tengo razn Sasuke-kun?—

—No tengo por que darles explicaciones — Argumento el pelinegro, quitndose de encima a la chica.

Un juguete? Haba odo bien? Estaban hablando de el? Se preguntaba un tanto asustado el rubio, cuando volvi a sentirse mareado, haba caminado mucho y su herida solo estaba vendada no suturada, por lo cual se haba abierto y comenzado a sangrar.

— Parece que tu invitado ha despertado, Sasuke-kun — Siseo el mayor, aspirando el aire y mirando hacia la puerta desde el sof de terciopelo rojo.

El rubio se sobresalta, lo haban descubierto. Con las pocas fuerzas que le quedaban comenz a correr, con una mano sobre su herida la que noto como se humedeci con la sangre.

— Esta escapando! — Grito la pelirroja.

— No llegar muy lejos, est herido — Dice una peli rosa, que haba aparecido en la habitacin.

— Qu haces aqu pelo de chicle?, sabes que no eres bienvenida en esta casa— Se quejo Karin.

— Tengo asuntos que tratar con Sasuke-kun, no es de tu incumbencia — Dijo la oji jade caminando hacia el pelinegro, hasta llegar junto a el, le dice al odo — Qu es lo que tramas trayndolo aqu?— Para luego decir en voz alta — Ya se detuvo, si sigue perdiendo sangre va a morir —

Sasuke desaparece, para aparecer frente al rubio, que se encontraba ya al final del pasillo arrodillado el suelo, el dolor le impeda seguir caminando.

— Quines son todos ustedes?! Por qu me has trado aqu?! Qu es eso de que soy tu nuevo juguete?! — Grita el rubio, con impotencia por no poder salir corriendo de aquel extrao lugar.

— No grites, dobe — Lo reprende el pelinegro, mirndolo framente desde arriba.

— Todava lo tienes en el suelo? El pobre chico se va a desangrar ah — Dice la peli rosa que acababa de llegar junto a ellos y se agacha a la altura del rubio para revisar su herida. Al posar sus ojos sobre la sangre por unos segundos al rubio le pareci verlos rojos — Esta perdiendo mucha sangre, hay que curar rpido la herida—

—Trelo a mi habitacin— Ordeno el pelinegro alejndose por el pasillo.

La peli rosa lo miro un poco molesta, pero no era momento de discutir, si no se apresuraba el chico sucumbira ante la perdida de sangre. As que con una fuerza extraordinaria que sorprendi al semiinconsciente rubio, lo cargo en sus brazos y comenz a caminar con el hasta llegar a la misma habitacin en la que se encontraba anteriormente. La peli rosa lo recost en la cama con cuidado, para luego quitar las vendas y examinar la herida.

—Ser mejor que cierres la puerta, el olor a sangre los va a atraer y no quiero interrupciones mientras lo curo— Sugiri la peli rosa tratando de ser lo mas cortes posible, la presencia del pelinegro causaba cierto temor en ella.

El pelinegro en silencio cerr la puerta, para luego tomar asiento en una silla junto a la ventana.
La chica observaba preocupada la herida, era bstate profunda y ya haba perdido mucha sangre. No era ventajoso llevarlo a un hospital, adems de que saba que Sasuke se negara, la nica opcin era…

—Etto…S-Sasuke-kun — Intent dudosa llamar su atencin.

— Qu pasa? Sakura — Pregunta el pelinegro.

—No puedo curarlo… necita tu sangre, solo eso puede salvarlo— Dice en un tono preocupado, si Sasuke se negaba el chico morira, y eso no era conveniente.

—… Vete, maana hablaremos pero no aqu, yo te busco — Ordeno an mirando por la ventana.

—Si— Asinti seria la chica.

Sakura obedeci y sali de la habitacin cerrando la puerta dejndolos solos. El rubio se tenso, puesto que an segua despierto, no se poda mover, pero estaba despierto. Estar solo con ese ser le causaba nerviosismo, miedo; despus de lo que haba visto jurara que el no era humano. Y por que la chica de cabello rosa haba dicho que necesitaba de su sangre? Qu era lo que iban a hacerle? Intent levantarse, pero fue intil, el dolor y la debilidad apenas lo dejaban moverse.

Pudo ver como el peli negro se acercaba a paso lento hacia el, con esa mirada fra y penetrante que lo hizo estremecerse por completo; an mas cuando ya lo tubo frente a el y los ojos azabaches se volvieron rojos y con un brillo sediento observaba su herida.
Se apoyo sobre la cama y acerc sus labios a la herida en el costado del rubio que sangraba, hasta posarlos por completo, probando la sangre del rubio al pasar su lengua delicadamente por la herida. El oji azul se estremeci al sentir aquel contacto e intent de inmediato alejar al chico con sus brazos utilizando la ltima gota de energa que le quedaba.

— Que estas…haciendo, pervertido!? —Grito al empujarlo hacia atrs, y sacando fuerzas de donde no tena se sent en la cama. Su respiracin estaba acelerada y su pulso emaciado lento, su corazn se estaba quedando sin sangra para bombear.

—Hmp, te atreves a hablarme as sabiendo que soy el nico que puede salvarte la vida?— Se quejo el pelinegro mientras se pona de pie y limpiaba con su pulgar el hilo de sangre que sala de su boca.

El chico no dijo nada puesto que su cuerpo ya no resisti ms y cayo inconsciente en la cama. El pelinegro lo observo por unos momentos para luego sacar sus colmillos y morderse la mueca, llenando su boca con su propia sangre; para luego acercase al rubio quien respiraba con la boca abierta agitado, poso sus labios sobre los de el, dejando que el rubio bebiera de su sangre.

Al sentir aquel sabor metlico en su boca y como el liquido se adentraba en su garganta abri los ojos, para encontrarse al pelinegro con sus labios pegados a los suyos. La impresin y el rubor no se hicieron de esperar, sinti como las fuerzas le volvan y empujo al pelinegro y este callo al suelo.

— Qu demonios te pasa?! Yo no soy de esos ttebayo! — Le grita molesto, an con algo de rubor en sus mejillas, luego pasa su mano por su boca para limpiarse cuando nota la sangre — Sangre? — Susurra un tanto desconcertado.

Y su sorpresa no acabo all cuando se dio cuenta de que el dolor de su herida iba desapareciendo, la miro apresurado y se sobresalto al notar que esta se estaba cerrando para quedar su piel como si nunca hubiera pasado nada.

— Qu-que esta pasando?... p-porque?—

—Te he dado a beber de mi sangre— Llamo su atencin el pelinegro quien se pona de pie mientras se limpiaba los restos de sangre de sus labios —La sangre de un vampiro de sangre pura puede curar cualquier herida de un mortal— Dice demostrando cierto orgullo al decirlo.

— Un vampiro? Imposible, esos solo existen en los cuentos — Dice con algo de temor, pidiendo que por favor fuera una pesadilla.

—Hmp, no me importa si no me crees… ahora ven— Lo toma del brazo y ambos desaparecen de la habitacin.

Pudo sentir una leve briza cuando el pelinegro lo tomo del brazo y en un segundo ya no estaban en la habitacin si no frente a la puerta de un departamento. El rubio no alcanz a salir de su asombro cuando un hombre de unos cincuenta aos abre la puerta.

— Ushiha?—Pregunto un poco desconcertado el mayor.

—Jiraiya-san necesito que aloje a este chico en su casa— Dijo el pelinegro lo cual son ms como una orden que como una peticin.

—Claro, no tengo problemas… y tu eres?— Le pregunto al rubio con la curiosidad marcada en su rostro.

—N-Naruto Uzumaki — Respondi entrecortado puesto que an estaba sorprendido y bastante desconcertado.

—Bien, pasa — Lo invito el mayor adentrndose en el departamento dejando solos a Naruto y Sasuke.

— Qu est pasando?— Murmuro para si el oji azul, mientras se adentraba en el departamento, pero es detenido por el pelinegro quien lo toma del brazo.

Naruto no alcanzo a girarse cuando el pelinegro le murmura al odo — Ahora eres mo—

El rubio se estremeci, pero al darse vuelta Sasuke ya no estaba.

—Hey Sigues ah? Que esperas?, entra y no olvides cerrar la puerta— Le llama Jiraiya.

—S-si—

En lo que restaba de la noche, Naruto no pudo dormir, su cuerpo temblaba, no saba que era lo que haba pasado. Definitivamente nunca debi haber venido a Tokio. Jiraiya lo haba acomodado en una habitacin que tenia de sobra, que estaba bastante desordenada y llena de papeles y revistas que ni se molest en mirar. El sol ya se estaba asomando cuando unas palabras resonaron en su mente y lo hicieron sentarse en la cama de golpe.

Ahora eres mo

— Que?! Que demonios le pasa a ese tipo ttebayo?!—
Notas finales: Dejen sus comentarios, criticas sugenrencias, etc.

pronto el 2º capi.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).