Había que admitirlo.
Nunca se había visto en esa situación,no obstante la enfrentaría.
Así es,Ikki de Fénix estaba enamorado.
Difícil aceptarlo.
De quién estaba enamorado? Oh,eso era mucho más dificil de aceptarlo.
No porque estaba enamorado de otro hombre,de hecho,era normal que estando solo entre hombres se enamore de uno.
Tampoco era difícil aceptarlo porque era difícil que le correspondieran.
Si no porque estaba enamorado de la persona más volada sobre la tierra.
Así es. Ikki de Fénix estaba totalmente enamorado de Seiya.
Era difícil que Seiya se diera cuenta, ya que siempre andaba en su mundo, y no descubría las cosas a menos que se lo dijeras.
Pero Ikki no podía ir de un día para el otro y decirle; "Seiya, te amo".
-Nii-san..-escuchó una vocecita desde afuera de su habitación.
Abrió la puerta, encontrándose a Shun del otro lado, junto con Hyoga.
Eran pareja desde hacía bastante tiempo.
Que ironía, no?
Shun, que era el más tímido y Hyoga, que siempre mantenía ocultos sus sentimientos bajo una capa de hielo, fueron los primeros en declararse.
En cambio el todavía estaba en ascuas.
-Ikki venimos a ayudarte con Seiya-dijo Hyoga con media sonrisa.
La mente de Ikki comenzó a procesar información.
-Porque no le invitas al cine?-preguntó Shun.
-No me gusta Seiya, y ya no jodan-dijo soltando un gruñido-.Además se la pasa pegado del dragón chino.
-Ah eso se soluciona fá..-Shun se calló de repente.
Saori les miraba desde las escaleras con una gran curiosidad y un extraño brillo en los ojos.
-Ah, s-señorita..nosotros..-comenzó Shun, pero la suave voz de Saori les calló.
-No se preocupen, sé de que hablan y sé que ayuda necesitan también-dijo con una sonrisa la pelilila, y desapareció escaleras abajo.
Comenzaron a escucharse unas risas, las cuales pertenecían a Seiya y a Shiryu.
Ikki, sin poder contener más sus celos,salió disparado por la escalera, entrando a la sala en donde los dos miraban una pelicula.
-Seiya-llamó con gravedad Ikki.
-Eh?Ah, hola Ikki, te quedas a verla?
-No-dijo frunciendo el seño, lo cual asustó un poco a Seiya.
-Sucede algo, Ikki?-intervino Shiryu.
-No.
-Bueno, entonces Seiya y yo seguiremos viendo la peli-Añadió con una sonrisa.
-Saben qué? Mejor me quedo..
-Señorita Saori..no entiendo para que es esto
-Vamos a pedir ayuda a dos santos dorados!
-Eh..pero..tanto para unir al burro con Ikki?-preguntó Hyoga rascándose la cabeza.-Porque directamente no lo hacemos yo y Shuni?
-Sí, o hacemos algo, o Ikki perderá la cabeza. En verdad, Seiya es muy tonto como para darse cuenta solo de que Ikki está loco por él…Además, Ikki nunca les va a hacer caso..el necesita un plan ideado por mentes adultas-comentó Saori.
La chica estaba en la biblioteca de la mansión, buscando un número de celular.
-Bueno, aquí tenemos números de celular de mis amados dorados, llamaremos a Mu y a Saga, aprovechando que están en Japón.
-Podrían ayudar a Ikki, no?-Preguntó Shun con ternura.
Sin poder evitarlo ya, el rubio tomó el mentón de su adorado peliverde y lo besó.
Saori tuvo que separarlos cuando el beso llegaba a mayores, como una guerra de lenguas hasta una ligera erección.
Mientras Saori, Shun y Hyoga se encargaban de llamar a los Santos para que vinieran a la casa (andaban por Japón), Seiya, Ikki y Shiryu seguían mirando la película, aunque Ikki más bien miraba a Seiya.
De vez en cuando se daba vuelta para mirarle, no podía evitarlo, tenía algo que le llamaba la atención.
Le miraba de reojo, claro, pero Shiryu notó la insistente mirada de Ikki sobre Seiya, por lo cual se levantó.
-Iré a leer un poco, ustedes sigan viendo y luego me cuentan-y salió ocultando una sonrisa.
Ikki, sorprendido por el gesto de Shiryu, miro a Seiya, preguntandose si lo que haría a continuación estaría bien.
-Seiya... puedo decirte algo?
-M?-preguntó el Pegaso sin despegar la mirada de la película.
-Me preguntaba si te gustaría ir al ci..
-IKKI, SEIYA!-apareció gritando Saori.
Tal fué el susto de Seiya, que se lanzó sobre Ikki, abrazándole.
Éste último no supo que hacer, pero rodeó su espalda, para luego despertar.
Si no hacía algo se daría cuenta.
-Pedaso de burro con alas levántate-dijo apartando sus brazos.
-Ah, yo...p-perdón Ikki!-dijo ruborizándose y levantándose de inmediato.
-Idiota...-murmuró Ikki-.Qué sucede Sa-o-ri?-preguntó mirándola con creciente ira.
-Ah, es que llegaron dos santos que ayudarán con...con...ya vengan!-dijo, y salió corriendo.
Ambos se quedaron en silencio, algo incómodos.
-Vamos burro...-soltó Ikki.
Los cinco caballeros de bronce estaban reunidos en la puerta.
De un taxi bajaban con expresión de preocupación dos santos.
Uno era alto, tenía musculatura perfecta y piel bronceada, sin olvidar los largos cabellos azulados que caían por su espalda.
Otro tenía rasgos muchos más suaves, curvas andróginas y una sonrisa capaz de hacerte olvidar todo. Ni hablar de esos hermosos ojos esmeraldas.
-Mu, Saga, me alegra verlos de nuevo!-sonrió Saori.
La mayoría de los presentes miraron con una gota en la cabeza, pues el día anterior habían llegado a Japón para conocer más el país.
Mu se ruborizó levemente, como siempre le ocurría que tenía un contacto cercano con otro, y Saga sonrió, apoyando sus fuertes brazos sobre la espalda de la joven.
-Señorita Saori-dijo Saga con una sonrisa brillante.
-Pasen pasen! Vamos a mi oficina que tenemos que hablar..Ikki, ven con nosotros!-invitó Saori.
Así, a regañadientes, todos volvieron a entrar en la mansión.
En la oficina de Saori, Mu, Saga e Ikki conversaban acerca de la relación de éste último con el Pegaso.
Luego de trazar planes y más planes de conquista, se decidió quién ayudaría a quien.
Mu se encargaría de Seiya y Saga se encargaría de Ikki.
Todavía no habían terminado de preparar todo, cuando Saori saltó con una noticia algo traumante para los dos de oro.
-Solo hay una cama, y es matrimonial.
Mu simplemente se ruborizó completamente, gesto que hacía que el Saga interno se retorciera por no lanzarse a abrazarle de la ternura que daba.
Mientras..la mirada de Saga era de sorpresa, pero con un ligero brillo extraño, que asustó a la mismísima Saori.
-Y lamentablemente no hay otra habitación-se apresuró a decir.
-No se preocupe…ya nos arreglaremos-dijo Saga exhibiendo nuevamente su sonrisa modelo.
-Bien...mañana comenzará la operación Burro con alas!
Cuando Saori terminó su discurso, los tres se dirigieron a sus habitaciones.
Ikki se sorprendió cuando Seiya se le acercó curioso.
-De que hablaron?-preguntó con exaltación.
-Eso no te importa, burro con alas
Y sin decir más, se retiró a su habitación, dejando a un triste Seiya.
Mientras, por su parte, Saga se bañaba en la tina y Mu se ponía su pijama en la habitación.
Al terminar, se sentó en la cama, la cual estaba al lado del baño, de espaldas.
Cerro los ojos pensativamente, hasta que sintió una cálida respiración en su cuello, y una voz que le decía al oído:
-Estás cansado..?
Al oír aquella voz pegó un respingo del susto, logrando que su rostro quedara completamente rojo, ante la mirada divertida de Saga.
-Vamos Mu, yo no muerdo-dijo cuando se hubo recostado a su lado.
Mu finalmente, luego de un tiempo, se quedó dormido, y tiempo después Saga.
Pero al geminiano mucho no le duró, ya que sintió sobre su desnudo torso unas delicadas manos que le envolvían, y un pequeño peso en su espalda.
-Uhmm...-suspiró Mu entre sueños, ya relajado por el calor corporal que Saga desprendía.
El geminiano solo sonrió, cerrando los ojos y pensando en todo lo que debía hacer al día siguiente.