Todo estaba silencioso en el Santuario.
Las aves dormían,la luna brillaba,y Saori roncaba.
Sí,roncaba.
Uno la ve así de delicada,pero durmiendo es peor que un tambor.
Abrió los ojos repentinamente.
Había hecho algo que la preocupaba desde hacia mucho tiempo y, era precisamente, un peliazul.
Ella le había dado la oportunidad de unirse a su lado. Él, gustoso, lo hizo, pero aún así habia algo que le inquietaba.
Se levantó y caminó,en medio de la noche, a través de los Santuarios, ya que estaba ospedada en la habitación de Shionsito-Sama.
Caminó y caminó, pasando por Piscis, Acuario, Capricornio y los demás,en dirección al pueblo.
PIIIIP PIIIIP!
-Mmmh...?
PIIIIIP PIIIIIIIP!
-P-pero qu..?
PIIIIIP PIIIIP!
-Ah..vaya...
El joven se revolvió en su cama, apoyando la mano en la mesita de luz y tomando de allí un reloj, al cual le apretó un botoncito para que dejara de sonar.
El lemuriano miró sorprendido la hora. ¿ 3:30 de la mañana ?
-RELOJ DEL CARAJO!!
Reclamaría a Camus por su reloj.
Así es,Camus le había regalado un reloj, ya que el pobre Mu nunca sabía que hora era, por lo cual siempre andaba preguntando que hora era.
"Para que te ubiques" le había dicho Camus al regalarle el reloj.
Ahora,simplemente quería mandar bien al carajo ese reloj.
Como ya estaba bien espabilado, se levantó y salió a tomar un poco de aire.
Saori parpadeó un poco.
Cuando sintió que el sueño volvía a ella, se dió la vuelta, iniciando el regreso al Santuario en el cual se hospedaba.
Se detubo frente al Santuario de Aries, en donde una figura yacía sentada en las escaleras.
Se acercó al lemuriano, quien al parecer estaba "no muy de buenas".
-Sucede algo, Mu?-preguntó la diosa.
-Aparte de que el reloj de Camus sonó a mitad de la noche..no pasa nada-dijo con media sonrisa.
La chica rió un poco, apartando su cabello para mirar la luna.
-No puede dormir señorita Saori? Porqué?-pregunto tímido el carnerito.
-Ah...-la chica suspiró.
De repente, una idea le vino a la cabeza. Miró exageradamente a Mu, de arriba para abajo, de abajo hacia arriba.
Mu se sonrojó ante la mirada atenta de su diosa, bajando un poco la cabeza.
Saori notó esto, por lo cual comenzó a sonreir. Era una extraña sonrisa.
Mu comenzó a mirarle con curiosidad.
-Estaba pensando...-dijo la pelivioleta.
-Qué?-preguntó curioso el carnero.
La sonrisa de Saori se ensanchó tanto que llegó a asustar a Mu.
-Eres perfecto,Mu-alagó la diosa.
El ariano se puso rojo tomate, desviando la mirada de la penetrante de Saori.
Ella rió.
-Eres perfecto-repitió-. Necesito que me ayudes!
-Ayudarte?-preguntó,aún con la curiosidad metida.
Así es, la curiosidad mató al carnero, y si había algo que sabía, era que Mu era muy muy muy pero MUY curioso.
-Necesito que me ayudes con Saga.
-Saga?-preguntó aún más confuso.
Su mente se concentró en Saga. Ese hombre fuerte, que se hacía respetar.
El gemelo mayor de Kanon.
-Saga tiene una duda sobre algo, y creo que tu le puedes ayudar con eso-dijo la diosa, interrumpiendo los pensamientos del ariano.
-Duda,qué duda?
-Despiertate,dormilón!-susurró un alegre Kanon a su hermano mayor.
-Mmhmhmkhgmhmhmh..-fué lo único que respondió el mayor.
-Vamos vamos!-rogaba Kanon.
Saga abrió un ojo.
Se levantó con violencia y miro a su hermano.
-Kanon, no molestes.
-Anda hermano, ya es hora de levantarse. Debemos ir a en-tre-nar-declaró su gemelo.
-Umgh..
-Vamos vamos vamos-insistía el menor.
Al frin,logró sacarle de la cama.
Cuando miró el reloj,ya eran las 9:10 de la mañana.
Deberían correr si no querían llegar tarde!!!
Todos los caballeros dorados estaban entrando en el coliseo.
Allí,Saori seleccionaria dos oponentes para que peleen.
Saga miraba con ira creciente a Aioria y a Shura, quienes se debatían entre patada y patada.
Un pelilila se sentó al lado de Saga.
Éste desvió la mirada de los santos...y la clavó en el lemuriano.
El ariano miró a Saga y le dedicó su sonrisa mas dulce, para luego desviar la mirada hacia el ring.
Saga le miró por unos segundos, para luego seguir la misma dirección que el ariano había seguido con su mirada.
La pelea terminó cuando Shura tropezó y cayó al lado, haciendo reír estruendosamente a Afrodita, del quien luego se vengaría {en la cama,supongo xD}.
Luego de ellos dos,quienes tuvieron que pelear fuero DM y Saga.
Mu frunció el seño preocupado, y no fué el único.
Aquellos dos eran, probablemente, los peores contrincantes que una persona podría tener.
Shaka miraba a Mu desde atrás, sonriendo ante algunas de las expresiones del lemuriano.
Al ver la preocupación del pelilila, el budista apoyó una mano en el hombro de su amigo, tranquilizándolo.
Mu se relajó al sentir la mano del rubio y, dándose vuelta, le sonrió en agradecimiento.
La sonrisa de Mu desapareció cuando todos escucharon un desesperado grito de dolor.
El ariano miró rápidamente. Saga se retorcía de dolor.
-Mu-pidió Saori, quien se había incorporado de donde estaba sentada-, ayuda a Saga, llévalo a tu Santuario.
Mu asintió con la cabeza. El Géminis se incorporó con debilidad, apoyando todo su peso en el lemuriano.
Éste, al sentir el fuerte cuerpo del mayor contra el suyo, se sonrojó. No obstante, caminó con rapidez hacia el Santuario.
Ambos agradecieron internamente que el Santuario de Aries fuera el primero de todos.
El lemuriano ayudó al mayor a subir las escaleras con lentitud y cuidado, mientras este último ahogaba gemidos de dolor.
Mu sentó a Saga en su cama, buscando vendas por su mesita de luz, para luego ir al baño a por un botiquín.
Al regresar,vió al peliazul mirando el suelo fijamente. Parecía concentrado en no recordar cuanto le dolía aquella herida.
-Saga-susurró Mu acercándose a él.
Éste alzó instintivamente la cabeza, mirando al ariano con una mezcla de sorpresa y dolor.
Mu se inclinó frente a él, mirándole con preocupación. Ya sabía que era una locura hacer prácticas.
-Necesito que...
Saga asintió con la cabeza. Comenzó a quitarse lenta y cuidadosamente la armadura, con ayuda del menor.
El geminiano se subió la camisa que llevaba bajo la armadura, mostrando una gran y sangrante cortada.
Mu se sorprendió, apoyando delicadamente su mano sobre la zona cercana a la herida.
Saga soltó un gemido ahogado.
Al parecer, Death Mask no había entendido que eran prácticas y había hecho una gran herida a Saga, quién sabe como.
El ariano tomó algo de algodón, lo mojó en Yodo (como duele x.x) y comenzó a frotarlo sobre la herida de Saga.
Este hizo una mueca de dolor, apretando los ojos fuertemente para no quejarse.
A pesar de que le dolía mucho, el trabajo de Mu era delicado, y le trataba con cariño.
Saga abrió sus orbes azuladas y observó al ariano en su trabajo.
Este estaba muy concentrado, cuidando de no hacerle daño a su amigo.
-Anoche hablé con Saori-contó con timidez el menor, de improviso.
Saga agrandó un poco los ojos, extrañado por el comentario.
-Qué tiene que ver conmigo?-preguntó curioso.
Así es. Si algo que Saori también sabía, era que Géminis era también muy muy muy curioso. Era por una de las cosas por las cuales había elegido a Mu.
-Me dijo que tenías..un problema..Y me pidió que te ayudara..-contó un tranquilo Mu, sin dejar de lado su trabajo.
-Aver carnero, explícate-exigió el mayor.
Cuando Mu terminó de limpiar su herida, tomó las vendas y las pasó sobre este. Estuvo un rato haciendo ese trabajo, hasta que miró a Saga a los ojos.
-Dijo que no sabías que era el amor.
Mu notó un brillo de incomodidad en los ojos de Saga.
El peliazul, mirándole con dureza, asintió con dureza.
-No sé que carajo sea eso.
El carnerito suspiró ante la dureza de su amigo.
-Yo te enseñaré.
-Si? Y porqué habría yo de querer?-preguntó con arrogancia el Géminis.
-Athena lucha por el amor. Deberías saber porque defiendes a tu diosa. Si no sabes lo que es el amor, entonces, porqué defiendes a Athena?-soltó Mu.
Saga parpadeó un poco, asimilando las palabras del pelilila.
Tenía razón. Defendía a Athena por una razón que no sentia ni comprendía.
No sabía que era el amor, nunca lo sintió.
Miro a Mu fijamente.
Éste le miraba con sinceridad, con un ligero destello de sonrojo en sus mejillas, debido a la timidez.
-Me enseñarás lo que es el amor..?-preguntó en un susurro el mayor.
-Sí.- contestó Mu, dedicándole una dulce sonrisa.
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