Nos encontramos junto a mi esposo en nuestra residencia, en la ciudad de Santiago de Chile. En este país vivimos ambos desde que teníamos 8 años, por diversos motivos familiares.
Muchas veces me pregunto como seria regresar a Japón, aunque ya estoy acostumbrado a este país.
Somos una pareja joven, ambos tenemos 22 años de edad, yo trabajo como chef en un restaurante de comida Japonesa cerca de nuestro hogar familiar que compramos hace seis meses, ya que antes vivíamos en un pequeño departamento, desde que yo tenía 16 años.
Mi pareja, Miyavi Ishihara, es un destacado empresario en este país, muy codiciado por las chicas. Cumplió hace poco los 23 años y hasta hoy en día estoy muy enamorado de él.
Además tenemos más de un motivo para estar juntos en aquella casa, pero últimamente hemos tenido peleas muy fuertes… ¿El motivo?....Pues son los celos, ya que he oído rumores de infidelidad entre nuestras amistades, lo que me hace temer que un día se vayas de mi lado.
Son las dos de la mañana, deberíamos estar acostados en nuestra cama matrimonial, contando que nuestra pequeña esta durmiendo…pero la historia es otra, ambos aún a estas horas somos participe de nuestros gritos que retumban en toda la casa y no se nos ha pasado por la mente como se sentirá ella escuchándonos como energúmenos, o al menos eso creo. Sin embargo eso paso a otro plano, en cuanto escucho un grito tuyo en respuesta del grito que yo te di.
-¡Ya te dije que entre ella y yo no hay nada!-. Me grita -. ¿¡Por qué le haces caso a terceras personas que solo quieren vernos separados, Kai!?-.
- ¿Me vas a decir que todo lo que me han dicho es mentira?-. Camino fuera de la cocina de donde estamos discutiendo-.
- Ya empezaste con tus escenitas-. Dijo alzándome más la voz Miyavi-. ¡Ya estoy harto! ¡Deberías creerme a mi!-. Me dijo mientras se apunta con su propio índice-.
- No me vengas con mentiras-. Digo molesto-. ¡Eres un cínico!-.y le recalco, caminando delante de él, en tanto trata de afirmarme pero yo me corro-.
Enojado él toma un marco de foto, donde estamos nosotros dos y una pequeña de cabellos negros, tez blanca y ojos café tan oscuros que se confundían con el negro.
-¿¡Acaso quieres tirar todo esto por la borda!?-. Me grita afirmándome fuerte el brazo-.
- Me haces daño…Miya…-. Veo que alza el portarretrato…-. ¿Qué…harás?- Le pregunto con temor.
- ¡Pues destruyendo lo que tú quieres destruir!-. Grita desenfrenadamente-.
El tiempo se me detuvo, en ese momento, me vi a mi de niño cuando tenía aproximadamente 7 años, recordando dolorosos momentos con mi familia.
No haré los mismos errores que hiciste
No voy a dejar que mi corazón tenga miseria
No lo romperé del modo que tú lo hiciste
-Flash Back-.
Me encuentro dibujando en el piso de la casa, cuando lo termino, empiezo a buscar por todas mis partes a mi padre, encontrándolo hablando por teléfono en la cocina, acercándome a él y tirando de sus pantalones para que me pusiera atención-.
-Uke…Ahora no-. Me susurra-. Deja eso, me arrugaras el pantalón-.
- Pero-. Sonrío-. Te tengo un dibujo-.
-…Si…El negocio será un éxito-. Toma por inercia el dibujo y lo tira al lavaplatos sin siquiera mirarlo-.
-Demo…-.Bajo mi mirada-.
Tú te caíste con demasiada fuerza
Aprendí el camino difícil, nunca debí dejar que fueras tan lejos
- Touma-. Entra a la cocina mi madre gritando-. ¡Me eres infiel!-. Le grita histérica la mujer-. ¡Mira este labial en tu camisa!-.
- ¡Ringo!-. Le grita el hombre-. ¡Estoy hablando por teléfono!-. Dijo muy molesto el hombre-.
- ¡No me busques excusa!-. Le comienza a pegar en el pecho al hombre-.
- Pa...Pas…-. Susurro, mientras me siento en un rincón de la cocina tapándome los oídos-.
- Ringo… Kai esta acá-. Mi padre se da cuenta que estoy en posición fetal en un rincón de la cocina tapándome los oídos-. Hijo…-. Me toma en brazos y me sonríe, su dulce sonrisa que aun la recuerdo, la misma que tengo yo-. Hora de ir a la escuela-.
A causa de ti
Nunca voy más allá de la acerca
A causa de ti
Aprendí a aprovechar el lado seguro
Entonces así no me lastimare
Estoy en la escuela, me siento en un rincón del salón, no tengo amigos, ya que temo ser lastimado por ellos, busco seguridad, esa seguridad que solo me da mi personal estereo y los libros…volviéndome estudioso. Solo para no sociabilizar con nadie en ese lugar, temía ser engañado, también a que me hicieran daño o que me gritaran, no lo soportaría. Muchos niños de mi edad juegan a la pelota, me invitan a jugar y yo…yo siempre negándome. Siempre busque el lado seguro de cualquier lugar, al que iba, a tal punto que me aislé de mí alrededor.
A causa de ti
Encontré la fuerza en la verdad
Y no solo yo, sino cada quien que esta a mí alrededor
A causa de ti
Tengo miedo.
Ese día regrese de la escuela a mi hogar, mi madre botaba la comida de mi padre, puesto que no llego esa tarde a almorzar, yo en silencio la seguí hasta la cocina y allí la vi llorando y tomándose unas pastillas.
-¿Qué haces aquí?-. Me pregunta limpiándose las lágrimas-.
- Nada…Solo quería saber como estabas-. Le digo con mi voz infantil-.
- Estoy bien, ahora déjame sola-.
- Está bien-. Me voy a mi cuarto a ver televisión-.
Esa noche tuvieron una fuerte discusión con mi padre, escuche ruidos, decido espiarlos así que me senté en la escalera, los vi primeramente sentados, pero después de un comentario de mi madre, el tomo la mesita de centro del lugar levantándola y lanzándola lejos de ese lugar.
-¡Me hartaste!-.Grita mi padre-. Me voy de este lugar-.
- ¡Pues ándate!-. Grita mi madre-. Ya me harte de ti…-. Le tira un cenicero que pasa por centímetros de la cara de mi padre-.
- ¡Estas loca!-. Escucho que le grita mi padre, mientras comienzo a temblar-.
Mi padre comenzó a subir la escalera y me vio a mi sentado en ese lugar, sus ojos se le humedecieron, me tomo en brazos y me llevo a mi habitación, esa noche durmió conmigo, yo no sabia que era una despedida, solo disfrute de estar a su lado.
-La mañana siguiente-.
Me levanto listo para ir a la escuela, paso por la habitación de mis padres, que casualmente esta la puerta abierta, veo a mi madre tomando esas pastillas, ella al sentirse observada por mi, cierra su puerta con un portazo y yo salto del susto al escuchar ese ruido, decido irme a esperar el autobús, veo en la entrada unas maletas y a mi padre llevarlas, inocentemente me acerco a él y le pregunto.
-¿Dónde viajamos?-. Le sonrío-.
-…-. Se queda callado y me revuelve mis cabellos, devolviéndome la sonrisa, una forzada, la cual ahora comprendo y no en ese momento-. Cuida a mamá ¿ne?...Te echare de menos pequeño-. Dijo besándome la frente-.
- ¿Vas de viaje?-.
- Hijo…Yo me voy de este lugar…Escúchame…Yo y tu madre, ya no nos amamos, nos hacemos daño mutuamente, así que por el bien de todos nosotros, es mejor separarnos.
-¿Me puedo ir contigo?-. Le pregunto sonriendo-.
- No hijo…No puedes-. Me da un beso y me abraza-. Cuídate…-.Se va de la casa-.
- ¡Papá!-. Grito-. ¡Papito!...No te vayas-.
Perdí mi camino
Y no es tan largo, como el que tu seguiste
Y mi padre se fue, dejándome solo con aquella mujer, que se hacia llamar madre, que nunca me trato como a un niño. Siempre yo tuve que ordenar nuestro hogar; aparte de estudiar para mis exámenes de la escuela solo, ya no tenia el apoyo de mi padre, que nunca mas volví a saber de él, asumiendo un rol que no era mi obligación tomarlo… en vez de estar jugando, estoy encerrado en mi casa, cocinando para la cena.
-Ya llegue-. Se escucha a mi madre llegar del trabajo-.
- ¿Cómo te fue?-. Le pregunto sin mucho interés.
-Bien-. Me contesta desde la sala de estar-. Hijo, tienes que preparar tus maletas, por que nos iremos de Japón-.
-¡¿Qué?!-. Pregunto sorprendido-.
- Nos iremos a vivir a otro país-.
- ¡No quiero irme de acá!, ¿Cómo lo haré en la escuela?-. Le pregunto exaltado-.
- Ya retire los papeles, ya tengo todo visto-. Me sonríe-. Nos iremos este fin de semana-.
Mis ojos se me ponen vidriosos, siento que en cualquier momento me voy a quebrar, mi madre me mira sorprendida a los ojos y luego se pone a reír.
No puedo llorar
Porque sé que esto es la debilidad en tus ojos.
-¿Quieres llorar?-. Me pregunta burlesca mi madre-. ¡Por Favor!...eres peor que una mujer-.
Aprieto mis puños, muerdo mi labio inferior y hago el amago de retener lo que siento por dentro, porque no darle en el gusto. No iba a llorar, pero… sin evitarlo caían mis lagrimas de frustración-.
- ¡Que poco hombre!...eres igual a tu padre-.
-¡¿Por qué?!-. Le grito “¿Por qué no puedo ser libre de expresar lo que siento?”
-¡No me grites!-. Me pega una cachetada-. Soy tu madre, me tienes que respetar.
-“Cuando te conviene eres mi madre, te odio”-.
- ¡Estas castigado!, ¡No puedes salir hasta que nos vayamos de acá!-.
- Me da igual-. Me voy a mi habitación pegando un portazo-.
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Estoy obligado a falsificar una sonrisa, una risa
Cada día de mi vida.
Voy llegando a mi nueva escuela y no entiendo por que estoy en un país completamente extraño, del que ni siquiera se el idioma.
Cuando el profesor me presento, todos los niños allí me miraron extraños y comenzaron a susurrar; cuando me hicieron la seña del saludo, yo sonreí, últimamente me he acostumbrado a sonreír…aunque por dentro tenga una bomba de tiempo, que en cualquier momento fuera a explotar.
Entonces me lo encontré a él, por esas casualidades del destino, me hicieron sentarme a su lado, lo quede mirando, después de todo no era muy común ver a otro niño japonés en un país que se encuentra en el ultimo rincón del mundo.
-Deberías dejar esa mascara…-.Me dijo mientras mira el patio de la escuela-¿Por que sonríes todo este tiempo?-.
- Eso no te incumbe-. Digo fríamente-. Te quiero aclarar… que no estoy interesado en tratar amistad con nadie-.
- O sea…disfrutas de estar solo-. Me mira con sus penetrantes ojos negros-. Vaya…Ya somos dos-. Me sonríe-. Creo que nos llevaremos bien-.
- Mientras no invadas mi metro cuadrado-.
Después averigüe su nombre…Miyavi Ishihara, que al igual que yo, se vino forzado por sus padres a este país, y desde aquel día nació entre nosotros una extraña amistad, donde sin proponérmelo…comencé a depender de él, en muchos aspectos, tanto escolares como personales. Él fue el único que supo de la separación de mis padres y de cómo me trataba mi madre; muchas veces iba a mi casa a ayudarme con las labores que tenia que cumplir, mientras esa señora desaparecía con su novio de turno.
Mi corazón no tiene probabilidad de romperse
Y deberías de seguir conmigo y empezar de nuevo
Pasaron los años, yo ya dominaba al revés y el derecho el español, aunque al ser extranjeros tanto a Miya como a mí, nuestro tono de voz era algo extraño, aquel día como siempre, me acompaño a mi casa, ya que supuestamente mi madre no estaría en la casa.
- Ya pronto cumplirás 16 años… ¿Qué quieres que te regale?-. Me sonríe-.
- Lo que quieras regalarme-. Le sonrío-.
- Me encanta tu sonrisa, ahora te sale tan natural-. Me toca la cara, provocando mi sonrojo-.
-¡Ya estoy en casa!-. Grito sin esperar respuestas-.
- ¡Que bueno que llegas!-. Me grita mi madre-. ¿Cómo se te ocurrió el día de hoy dejar la lavadora con ropa y no tenderla?-.
- Iba a llegar tarde a la escuela-.
- ¡Eso no me importa!-. Me alza más la voz-. Ahora por tu incompetencia, me saldrá mas cara la luz y el agua… ¿Planeas pagarlo tu?
Ya me acostumbre a sus gritos, mi corazón ya se hizo inmune a sus malos tratos, aunque siempre tuve la minima esperanza que cambiara aquella actitud y que alguna vez se comportara como lo que es, mi madre-.
- Estas castigado-. Me dijo molesta esa señora-.
- ¡Pero madre en 9 días es mi cumpleaños!-.
- ¿Y crees que me importa?-. Me pregunta molesta-. Ya sabes… ¡Es mejor que tu amiguito se vaya!-.
- Miya…-.Le bajo la mirada-. Yo…-.
- No te preocupes…entiendo…Nos vemos mañana en la escuela-. Se retira de mi casa-.
- ¡Te odio!-. Le grito para luego salir corriendo a mi habitación, recostándome en mi cama a llorar de frustración. No quería seguir en ese lugar, ya estaba harto de vivir con ella.
Siento unas pequeñas piedrecitas que golpean cerca de mi ventana, me acerco para ver el origen y me encuentro a… -. ¿Miyavi?-.
-…-.Me sonríe-. ¿Quieres que te enseñe a escaparte?...Así podríamos vernos mientras te tiene castigado-.
-…-. Sin saber porque, mi corazón comenzó a latir mas rápido-. Esta…Bien…
A partir de ese día, me fugue con Miyavi, al principio con temor que mi madre me pillara, pero después al ver que ni siquiera se acercaba a mi habitación, ya me fugaba mas tranquilo, llego el día de mi cumpleaños, el 28 de octubre, recuerdo que ese día fui a clases y cuando entre a la sala, estaba completamente vacía, sin comprender porque…si no era feriado aquel día…
- No puedo ser tan distraído como para no saber un feriado-.Digo para mi mismo-.
- ¿Ukecito?-. Me hablo a mis espaldas, Miyavi, con su mochila colgada en los hombros y con el nudo de corbata mal hecho-. ¿Qué haces aquí?... la clase de hoy se dará en el gimnasio y vamos tarde-. Me toma de la mano llevándome corriendo al gimnasio-.
- Espera…Miyavi-. Le detengo la carrera algo dolido, porque ni se acordó de mi cumpleaños-. Tú…
- ¿Yo qué?-. Me mira confundido-.
- Tienes… el nudo de la corbata mal hecho-. Me acerco a su cuello y se lo comienzo a arreglar, notando un leve tono carmesí en sus mejillas-. Ya esta-.
- Muchas…-.Traga con dificultad-. Gracias…-. Me toma nuevamente de la mano y llegamos al gimnasio-.
- Miyavi… ¿Cómo que hay clases aquí?...esta todo oscuro… ¿Miyavi?-. Miyavi había desaparecido de mi lado-. ¿Por qué me dejas solo?-. Veo que alguien enciende la luz-.
- ¡Sorpresa!-. Gritan todos mis compañeros de curso tirandome challas y serpentinas-. ¡Feliz cumpleaños!
Me sorprendí al ver a todo mi curso celebrándome aquel día, siento un abrazo por mi espalda, era Miyavi, provocando que me tensara mucho al sentirlo tan cerca de mi cuerpo.
-¡Felices dulces 16 años!-. Me dijo en mi oído-. El regalo te lo entrego después, cuando estemos solos.
-…Chicos…-. No sabia que decir-. Nunca han hecho nada así…por mí…-. Confieso despacio a mis compañeros-.
- El organizador de todo esto es Miyavi-. Sonríe una chica del curso-. Todos nosotros te queremos mucho Kai, por ello te preparamos esta sorpresa, seas como seas, eres importante para el curso-.
-…-. No hallaba que decir, sentía una inmensa alegría crecer en mi interior-. Chicos…Muchas gracias-. Veo que Miyavi viene con una torta y las velas encendidas. Todos comienzan a cantarme el cumpleaños feliz, yo apago las velas, emocionado, pidiendo mi único deseo “estar siempre con Miyavi”.
Algo me llamo la atención aquel día y fue que mi mejor amigo procuro tener todo ese día algún contacto físico conmigo, me tomaba la mano, me abrazaba, también me tomaba del brazo, yo no lo rechace porque me agradaban esos roces que teníamos.
Llego el final de la escuela, el comienzo de mi encierro en casa debido al castigo que impuso mi madre, aunque como todos esos días me fugaba para estar con Miyavi. Espere que fueran las 15 de la tarde, ya que nos juntaríamos a las 15:30 en la plaza de la esquina de mi casa. Me aliste para escaparme, y ya en la plaza, me junte con él, que en ese momento se veía muy guapo, con su cabello largo suelto desordenadamente y cayendo por sobre su cuerpo…sin poder evitar sonrojarme ante su presencia.
- Hola… ¿Esperaste mucho?-. Le pregunto mientras jugaba, por el nerviosismo, con mis dedos-.
- No…-.Me sonríe-. ¿Vamos a mi departamento?-. Me toma nuevamente la mano como lo hacia siempre que estábamos solos-.
Entre por primera vez a su departamento, quedando sorprendido más que nada porque nadie más vivía allí-.
-¿Tus padres?-. Le pregunto confundido-.
-…- Hace una mueca de fastidio-. Digamos que no tengo padres… soy independiente. Este departamento me lo regalo mi padre para que viviera lo más lejos de ellos-. Baja la mirada-. Pero me da lo mismo…si no me aceptan como soy…no cambiare por ellos-.
-Esta hermoso este lugar-. Le sonrío, intentando cambiar el tema, del cual me arrepiento haber sacado a luz con mi pregunta-. Me gustaría vivir en un lugar así…lejos de mi madre-.
- Kai…te puedo hacer una pregunta-. Me baja la mirada nerviosamente-.
- Pues claro…-.Le digo serio- ¿Paso algo?-. Cambia mi tono de voz a uno preocupado-.
- Es que…-. Se dirige a un rincón de la casa y saca una rosa roja sin que yo lo notara y queda dándome la espalda-. Lo más probable es que me rechaces…Y si…quieres romper nuestra amistad…yo lo entenderé-.
- ¿Por qué yo querría hacer eso?-. Le pregunto confundido-.
- Te quiero-. Me dice despacio-.
- Yo también te quiero-. Le dije sonriéndole-.
- Pero no de esa manera-. Me aclara él-. Yo… Aishite…ru…-.Dijo más despacio mientras estira su brazo rápidamente hacia mí, entregándome la rosa roja y agachando la cabeza en el proceso, avergonzado-.
Se me tildan mis mejillas de un color carmesí y lo siguiente que recuerdo es que él me dio un beso en mi boca… mi primer beso, en el que no opuse resistencia…me estaba agradando y lo intensifique como respuesta de que el sentimiento era compartido.
-¿Qué sientes por mí?-. Me pregunta cuando dejo libre mis labios-.
-…-. Me toque los labios-. Pues…-.Me sonrojo-… yo creo que también te amo-.
- ¿Tanto para ser mi novio?-. Me pregunta mientras acaricia mis cabellos-.
- S...i…-. Le respondo nerviosamente-. Yo quiero ser tu novio-.
Esa tarde entre besos y caricias, le entregue todo a mi ahora novio, para luego caer exhaustos rendidos en la cama, terminando de quedarnos dormidos muy abrazados. Olvidándonos del tiempo y del mundo exterior, porque solo existíamos nosotros dos, aquella tarde-.
Mientras en mi hogar, mi madre llego con un nuevo novio, el cual quería presentarme, pero cuando entro a mi habitación solo vio una almohada en mi cama y la ventana abierta, cosa que la molesto de sobremanera. Esa noche me espero despierta hasta que cruce el umbral de la puerta, cuando entre, sentí una fuerte bofetada en mi cara-.
- ¿Cómo se te ocurre salir estando castigado?-. Me grita-.
- No es de tu incumbencia-. Le digo dándole la espalda-. “No se acordó de mi cumpleaños”-.
- Ahora estas castigado hasta fin de año….
- Pero…
- …Y no se hablara más…-. Me dijo molesta-. Pondré protecciones en tu ventana-.
Te vi morir
Te escuche llorar
Cada noche, en tus sueños
Yo era tan joven
Deberías mejor haberte inclinado, a ver que tenía.
-¿Por qué tratas de ser en este momento una madre ejemplar, si nunca lo has hecho?-. Le grito molesto-.
- No vengas a criticarme…Al menos tienes que comer…Te alimento bien y te doy un lugar para dormir-.
- ¡Si claro!-. Le grito molesto-. ¡Si no fuera porque aprendí a cocinar a temprana edad, me hubiera muerto de hambre!-. Cada vez le alzo más la voz-. ¡Tú solo te encerraste en tu dolor!... ¡Nunca te preocupaste por mi!…. ¡Ni siquiera la vez que me dio fiebre en el colegio!... ¡fuiste capaz de buscarme en la enfermería! ¡Si fueras una buena madre, me saludarías para mi cumpleaños y al menos me dirías un: te quiero hijo!, pero ¡NO!…Solo recalcas mis errores y fallas… ¡Ni siquiera vas a mis reuniones de la escuela, ni me felicitas por mi buen rendimiento!... ¡Te odio!… ¡No hallo la hora de ser mayor de edad!-.
- ¿Crees que podrás mantenerte solo?-. Me dijo riéndose-. ¿Con lo incompetente que eres?-.
- No vale la pena hablar contigo…-. Me retiro del lugar-. “Se que soy mejor que tú”.
Tú nunca pensaste en nadie más
Tú solo viste tú dolor
Y ahora estoy llorando
En medio de la noche
Sobre la misma cosa que esta maldita