SUPERBIA
Es el rey de las bestias. Se pasea por nuestro mundo arroyando a aquel que se interponga en su camino.
Es el rey de las bestias, y nadie puede negarlo. Todo su ser brama que, lo que su vista alcanza a ver, le pertenece por derecho. Que todo cuanto le rodea es suyo, y los demás siempre estaremos subyugados a su poder.
Puede que, en realidad, no llegue a entender que yo mismo podría matarlo…o quizás si lo entiende, pero su locura ciega su razón.
Quizás sea algo innato, quizás sea culpa de otros, pero lo cierto es que Grimmjow se pavonea por la noches como el rey de las bestias, y los demás se lo permitimos.
¿Será que realmente es nuestro rey y ni cuenta nos hemos dado?
ACIDIA
Puede que sea por su sed de sangre o por su temperamento, pero verle quieto y calmado es algo inimaginable.
Grimmjow no ha nacido para esperar. Desde que sus pupilas divisan su objetivo, el rey no para hasta conseguir lo que buscaba.
No, Grimmjow no atiende a razones cuando quiere hacer algo. Y, normalmente, siempre quiere hacer algo.
Su ser se lo pide, le impide estar quieto.
Si no asesina a alguien de vez en cuando pierde la cabeza.
IRA
Siempre es asombroso observar, a una distancia prudencial, su mirada enloquecida y su actitud amenazante.
No es necesario mucho para llevarle hasta ese punto. Ya de por si la ira suele dominar sus pasos, así que la mínima provocación a su ser implica una respuesta explosiva y una nueva víctima.
Puede que ser el rey de las bestias influya en su temperamento; puede que las expectativas puestas en él ayuden. La realidad es que Grimmjow disfruta destrozando.
Destroza tanto a los nuestros como a los otros…porque la ira le consume.
INVIDIA
Él no conoce el significado de esa palabra. Simplemente no cree tener nada que envidiar a los demás.
Si desea algo, va y lo toma. Si quiere hacer algo, va y lo hace. Como rey que es, su voluntad es ley en su mente.
Y, como vasallos que parecemos ser, dejamos que disponga de lo que desee.
No, Grimmjow no puede envidar nada porque de lo único que carece su majestad es de aquello que no desea tener.
AVARITIA
Sea lo que sea que desee, por muy descabellado que sea, lo conseguirá. Y desea más de lo que puede, obteniendo usualmente lo que quiere.
El rey es avaricioso. Sus caprichos llegan a tal nivel que se cobran vidas.
No es el único así en este lugar, pero sus ojos brillan con tal intensidad ante sus deseos que su ansia de poseer destaca sobre la de los demás.
GULA
Su majestad no padece de este mal…ahora. Sus ansias por devorar pasaron cuando llegó su nivel actual.
Ya no padece gula simplemente porque no la necesita, y un rey se desprende de lo que no le resulta una carga.
LUXURIA
Pocos conocen que el rey padece de este “pecado”. Pocos llegan a entender siquiera que toda la agresividad que muestra en su andar es nada comparado con la que demuestra al poseerme.
Algunos han visto sus ojos destilar lujuria y su boca relamerse con solo pensar lo que pronto obtendrá.
Y solo yo puedo asegurar que la lujuria del rey de las bestias no conoce límite.
Porque yo, Ulquiorra, conozco completamente al rey de las bestias.