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La eternidad, Juntos por Dei_gazerock

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Notas del fanfic:

Aqui Dei nuevamente con un One-shot esta vez.... en el mes estaré actualizando el otro, perdonen por no hacerlo

Notas del capitulo:

Espero que sea de vuestro agrado esta idea que tenía yo en mi cabeza desde hacía tiempo

 

24 de Diciembre. Víspera de navidad

El cementerio regional de Tokio abría sus puertas tempranamente, a la esperas de visitas de los mortales a sus fallecidos familiares o amigos.

 

Un hombre alto, de corto y teñido cabello negro, y que vestía con tonos oscuros, partiendo con su camisa, pasando por el pantalón y luego el cinturón que afirmaba a la nombrada prenda y sus calzado, todo teñido de negro. Sus ojos contrastaban con aquella ropa, ya que tenían un color verdoso. El hombre, caminaba a paso relajado, por las calles que formaban aquel triste lugar. Cubría el color de sus ojos los tapaba con unos oscuros lentes de sol, para pasar desapercibido entre la multitud. En sus manos, llevaba un pequeño ramo de rosas, rojas y con tonos morados.

 

Se detuvo en seco en frente de una de las tumbas que le era familiar. Recordó entonces los buenos momentos con aquella persona que yacía bajo tierra.

 

"†Ukyou Kamimura

1 de Febrero de 1973

        

21 de Junio 1999.

 

Gran amigo, músico, hijo, y deportista.

Siempre una gran persona. Kami estará siempre en nuestras memorias †"

 

Bajo aquellas letras, escritas con tinta china, habían talladas algunas mariposas, las que revoloteaban por toda la lápida.

 

Se sentó en un banco que había frente a la tumba y suspiró.

 

-Kami...  ¿hace cuanto que te fuiste? - preguntó al viento, con la vista fija  aquella fría cerámica tallada. - Aquel día, en que me avisaron en que estabas muerto, no lo pude creer, no daba crédito a aquello. Tú, aquel que siempre me apoyó en mis proyectos, en todo. - su voz se quebraba poco a poco, a medida de que hablaba. El frio, pegaba en su rostro y en su cuerpo abrazándole con violencia. - Amigo, te extraño, extraño tus permanentes sonrisas, tus bromas, extraño todo lo tuyo ¿Por qué jamás nos dijiste lo de tus dolores? ¿Por qué jamás fuiste abierto con los demás y solo conmigo, quien no te supo escuchar? - dejó una rosa roja después de aquellas palabras y luego prosiguió. - No sé si antes te lo había dicho, pero luego de terminar la gira, te iba a invitar a trabajar conmigo - una lágrima se asomó por sus ojos y fue detenida por el marco de los lentes.

 

Sintió la fría brisa colarse por su camisa y tensar su cuerpo; Cayó al tiempo un pétalo de las rosas que aún sostenía con su mano, se inclinó más hacia el pálido mármol y colocó otra rosa, esta vez una con tintes morados.

 

-¿Eres tú? - preguntó, abrazándose a sí mismo. - Te sientes frío, no te sientes como antes.

 

 

El frío aumento casi automáticamente, luego de que pronunciara esas palabras. Al instante recordó algo que jamás debió olvidar. - Perdóname.

 

 

 

"yasashii utagoe ni michibikarete...
nagare ochiru masshiro na namida kaze ni hukare toki wo kizamu

boku wo miru kegare o shiranai hitomi wa
hate shinaku doko made mo tsudzuku daichi wo utsushi
chiisana yubi de wasureteita boku no namida no ato wo nazoru... "

 

*Flash Back

 

-Nee, ¿Hoy no tienes nada que hacer verdad? - preguntó el vocalista, mientras guardaba unos papeles escritos. El otro negó con la cabeza - Es que, te quería invitar a mi departamento, ya que no hago nada...

 

El pelilargo sonrió ampliamente y se volvió donde el castaño, para contestarle. - ¡No hay problema Gackun!

 

Se retiraron juntos de la discográfica, caminando hasta el apartamento del menor.

 

-Se nota que estamos cerca de navidad, ¿verdad? - dijo el baterista, entablando una conversación con el Camui. Los adornos navideños y la nieve caída, complementaron el dialogo de Kami.

 

-S-si, es normal que en esta fecha se vea nieve, pero este año se pasó. - habló el vocal cortando el tema en conversación sin que lo quisiese o propusiese.

 

Con el aliento frío Gackt se abrazó a sí mismo, buscando un poco de calor. - Toma - escuchó de su compañero, quien le ofrecía su chaqueta para que se abrigase. - Prefiero morir de hipotermia yo, antes de que nos quedemos sin voz en el grupo. Además Mana me mataría si no lo hago, así que no te niegues y póntela. - tomó la ropa que le ofrecía el batero, mientras le sonría amablemente.

 

-Gracias, Kami. - se lo colocó en los hombros sin meter sus brazos dentro de la casaca. Sintió entonces la calidez con que el mayor la mantenía, abrigándolo a él también.

 

Llegaron al edificio del castaño, mientras este saludaba al conserje del edificio y le daba algunas instrucciones, que a lo lejos, el pelilargo no podía escuchar.

 

-Es el doce. - charló el vocal cuando se devolvía donde su compañero. Se adentraron al edificio, yendo directamente al elevador. - Kami... ¿Jamás se te ha pasado por la cabeza abandonar la banda? - preguntó ingenuo Gackt.

 

-Creo que no... pero si lo llegase a pensar algún día, serás el primero en saberlo - desordenó el cabello de Gackt, como niño pequeño.

 

-Llegamos. - anunció el dueño de casa, saliendo del ascensor.

 

Se adentraron en la gigantesca propiedad de Gackt, conteniendo en ella una sala de estar, living, tres únicas habitaciones, un baño, una gran cocina e incluso una pequeña sala de música, donde tenía diferentes instrumentos de música, entre ellos, el piano de cola y una batería completamente equipada. Pero, aquella no era la primera vez que Kami se adentraba en su departamento, mas le sorprendía cada vez que entraba en ella. - Aún me cuestiono por qué tienes este inmenso departamento, si vives solo. - pensó en alto Ukyou sentándose en uno de los sillones de cuero negro.

 

-Ni yo lo entiendo, pero me gusta. Su espacio, su luminosidad y por sobre todo su ubicación, mira acompáñame. - se puso de pie luego de a verse quedado sentado tan solo unos segundos. El baterista le acompañó siendo conducido hasta un gran ventanal, dividido y tapado por un par de cortinas. - Pasa, creo que esto jamás te lo he mostrado. - abrió las ventanas, tirando de sus manillas hacia los lados, dándole la vista a la cuidad que se escondía detrás de las cortinas.

 

-Es... hermoso. - quedó hipnotizado. Avanzó inconscientemente hacía fuera de los ventanales adentrándose al balcón. Cerró sus ojos sintiendo el frío en su cara, para después abrirlos de par en par afirmándose ya de la baranda que sostenía al balcón.

 

Su vista era complacida con las luces nocturnas de los vehículos contrastando con la oscuridad que el resto de la noche le ofrecía. Era complementada también con la nieve que caía en ese momento y los blanquecinos techos afectados por la ya caída. Suspiró y vio como su aliento se lograba ver con la fría temperatura. Extendió su brazo y abrió su palma, cayendo al instante un copo de nieve en él. Lo acercó nuevamente a su rostro para después rozarlo con su boca, a penas. El castaño, sonrió ante tal gesto infantil y se aproximó al de tintes rojos. - Está fría. - alegó Kami, mientras el castaño sacaba un cigarrillo desde su cajetilla personal. El otro se dio cuenta de ello y le quitó uno, sacando también de sus manos el encendedor y prendiéndolo, para poder fumar él también. Su vista se nubló, y después no supo nada. Sólo de un pequeño dolor de cabeza.

 

-Ukyou, despertaste... - susurró el castaño a su lado, mientras el otro identificaba la habitación como la de Gackt. - Estábamos en el balcón y me diste un susto. Te traje hasta acá, luego... luego llegará mi médico, por favor quédate tranquilo y quieto. - le ofreció un vaso de agua mientras lo acomodaba entre sus brazos.

 

-Perdón, pero desde hace días que no pasaba esto...

 

Interrogándole con su rostro se quedó el menor, estando a punto de preguntar, fue interrumpido, ya que llamaban a la puerta. - Espérame, ya vengo. - se puso de pie lentamente como si dudase de ir.

 

-Kumamoto - san, le llamé por qué un amigo se desmayó y no supe que hacer. - explicó rápidamente, mientras hacía entrar amablemente al profesional. - Pase, está por aquí. - le indicó mientras abría atentamente la puerta.

 

-Y-yo, mucho gusto, soy Ukyou Kamimura. - extendió su mano y la fría presión que aplicaba el otro contra su extremidad. Se sentó entonces en la amplia cama y el especialista sacó de su maletín el estetoscopio y lo situó un poco más alejado del centro del pecho del pelilargo.

 

-Inhale y luego exhale - el de cabellos rojizos hizo caso a la indicación  y respiró paulatinamente. El médico, puso atención a sus latidos ya que se colocaba los audífonos que unían al estetoscopio. - Bien, ahora saque la lengua. - Kami, se sentía como un niño al estar haciendo eso, desde que su niñez que no lo hacía. Sonrió y luego saco la lengua, y se dibujó una sonrisa para después mirar a Gackt, quien estaba apoyado, de pie, en el umbral  de la puerta con los brazos cruzados, devolviéndole la mirada. - Debe tomarse unos exámenes y le dejaré esto, - le dio a su mano, un frasco. -Cada ocho horas. Si tiene algún malestar señor Camui, - miró al castaño. - No dude en llamarme, estaré a su disposición. - se retiró casi silenciosamente de la habitación, dejando solos a los músicos.

 

-¿Estás seguro que no es pediatra?, me trató igual que a un niño. - acusó, relajando su cuerpo. Gackt se acercó hasta él y se recostó a su lado, apaciblemente.

 

-No alegues, además debes hacerle caso, debes tomarte exámenes, esto no es normal. - le miró de reojo  enojado, esperando a que el otro tomara conciencia. - Si no lo haces por las buenas, le diré a Mana y él te llevará a rastras.

 

-Oke, oke, iré. - suspiró derrotado. - Tan solo déjame dormir. - cerró sus ojos, esperando a dormirse, pero fue atacado por una almohada. - ¡Gaaackto tramposo!  - tomó un cojín él, para aventárselo en la cara al Camui. Jugaron con las almohadas del vocalista hasta que este se cansó, indicándoselo con un gesto mudo. - También estoy cansado. - reclamó volviéndose a estirar sobre la cama. Miró el reloj del velador y se advirtió de la hora. - Gackt... ¿me puedo quedar aquí?  -  preguntó aun indeciso.

 

-Claro... hasta cuando quieras, si quieres te puedes quedar a vivir aquí, a veces me siento muy solo. - bromeó el castaño, haciéndose espacio entre la ropa de la gigantesca cama.

 

-Gracias... amigo.

 

-¡Eh! Pero espera... quiero hacer algo contigo. - le alertó al pelirrojo poniéndose de pie nuevamente, creando también que Kamimura se sonrojase.

 

-Jamás te cansas, ¿verdad? Venga dime qué quieres...

 

-Escribí algo, que es solo batería y piano... - sacó del velador unas hojas en las que habían dibujadas unas partituras correspondiente a una melodía sin letra correspondiente. - Sonará mejor de lo que se ve. Por eso te invité, es para que la ensayemos y quizás podremos incluirla en el show.

 

-Me convenciste... - salió el Camui de la habitación seguido de Ukyou, dirigiéndolo a la sala en donde se encontraba el piano y la batería.

 

El menor se sentó frente al piano y comenzó a teclear en el piano lo que indicaban las partituras. Comenzaba despacio, con calma, relajando los músculos del pianista. Siguió concentrándose cada vez más apresurando los tonos y subiendo el volumen en ellos. Se detuvo entonces y la batería se introdujo, prosiguió guiándose también por el sonido que las cajas y los platillos provocaban. Kami y el vocalista se miraba de vez en cuando, provocando que el otro desviara la mirada. Sonaba perfectamente, como si antes lo hubiesen ensayado. En aquel momento, Gackt bajaba un poco la velocidad de sus dedos que se deslizaban por las blancas teclas y el baterista le siguió, procurando ir acorde de su compañero. Miró una última vez al mayor y este detuvo el sonido de su instrumento. - Tal y como lo pensé. Eres realmente talentoso Kami-kun. - le sonrió y este en silencio le asintió.

 

Fin Flash Back *

 

Algo inusual pasó a su alrededor. Revoloteaban mariposas, siendo que estaba en pleno invierno. El frío ambiente que estaba en su contorno se tornó de pronto cálido, como si le abrazase. - Kami-chan... ¿Por qué me dejaste? - no supo qué hacer cuando se sintió incomodo y nuevamente solo. - No te escapes... no te vayas... no ahora. - quitó bruscamente sus lentes dejando a la vista sus enrojecidos ojos. Sintió una suave risa a lo lejos, que era igual a la de su amigo. - ¿De qué te ríes? ¿Tan divertido es verme así? Idiota... no estaría de esta forma si no fuese tu culpa... - cayó en cuenta de sus palabras, y sonrió estúpidamente. - No sabes cuánto te extraño y cuanto te amo. Jamás me di la oportunidad de decírtelo a la cara, pero cuando lo fui a hacer, ya era demasiado tarde. No es sano quererte así aun después de que ya no estás para que te lo diga. - soltó otras lágrimas al tiempo que dejaba la última rosa sobre la tumba besándola antes de que esta tocara el frío mármol. - Dale, si no quieres que esté yo aquí, lo comprendo. - dijo derrotado y desconforme, al tiempo que la risa que había sentido hace unos minutos volvía.

 

kimi no hosoku sukitooru koe ga boku wo hanasanai
boku ga koko ni itsudzukeru koto wa dekinai no ni...

Ah... koboreochiru namida wa owakare no kotoba

nani mo kikazu, tada boku no mune ni te wo ate hohoemi wo ukabe

 

Se puso de pie dispuesto a marcharse, y cuando lo hizo, volvió a colocar en frente a sus ojos los oscuros lentes que le protegían y a sus minúsculo pero rojizos ojos. - Eres un estúpido Gackt. - se dijo a sí mismo mientras salía del recinto. Le llamó la atención un negro vehículo, con sus ventanillas oscurecidas. -¿Mana san? - preguntó en voz alta al ver bajar de la van a aquel que reconocía aún sin maquillaje y repudiaba igual que aquella vez que recibió gustoso su renuncia a la banda, como si de una empresa se tratase.

 

-Buenas tardes Camui san. - habló profunda y cortésmente el moreno,  pasándole a un lado de él aún sin mirarle. Pero, ¿Tan tarde era? Miró su reloj de pulsera y efectivamente era de tarde, exactamente las 3:45... ¿Tanto tiempo se había pasado allí, recordando cosas?

 

-Si no fuera por usted Mana San, él aún estaría vivo. - acusó fastidiado el pelinegro, vigilando si  el músico se volvía hasta él para responderle. Pero no, siguió su camino sin importarle que le acusaran de una muerte. - Kami, hubiese vivido un tiempo más si usted no se hubiese preocupado tan solo del dinero. - dispuesto a darle la vuelta para que le escuchase, se devolvió quedándose sorprendido al ver que el de aspecto femenino le miraba fijamente.

 

-¡¿Por qué todos me echan la culpa a mí?! ¡¡Estoy harto de siempre estar en la misma situación! Nadie, absolutamente nadie se preocupa de lo que me pasa a mi NADIE, y debo estar yo siempre al pendiente de los demás, ¿No?!! - gritó alterado, alzando la voz en demasía, su calmado semblante de siempre desapareció ante los ojos del otro.

 

-Pero tú debiste preocuparte de él, porque sabías de su situación, yo te lo advertí pero no, seguiste con tus ambiciones y mírate ahora. - le apuntó con el dedo desafiándolo. - estas sólo, aun cuando estas de gira permanentemente, estas solo porque nadie conoce al Mana detrás del escenario, siquiera ahora, tus compañeros de turno, perdón tus sometidos de turnos. Nosotros creímos ser tus amigos... pero nos equivocamos. - enrabiado siguió caminando, sin esperar alguna respuesta del otro, no lo esperó siquiera. Buscó con la vista su vehículo, igual de único que el del guitarrista, siendo el suyo una camioneta.  - Me... alteré. Gracias Kami. - agradeció esta vez. - Prometo no olvidarte jamás... - entonces prendió la radio y se quedó en cualquier estación sin buscar.

 

-Y ahora con un ya clásico, Le Ciel, de Malice Mizer. - escuchó su voz suavemente y la letra de aquella lenta canción. No se le era extraño recordar a su amor imposible con aquella canción.

 

 kimi no hoo ni kuchidzuke wo... boku wa kimi wo wasurenai
motto tsuyoku dakishimete boku ga sora ni kaeru made
kimi no hosoku sukitooru koe ga boku wo hanasanai
motto tsuyoku dakishimete boku ga kienai you ni...

 

-Ahora resulta que Ukyou Kamimura me sale hasta en la sopa, ¿no? - bromeó consigo mismo relajando su cuerpo. Cerró por un momento sus ojos y entonces no supo más...

 

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-En otras noticias, un grave accidente ayer en la carretera de un automóvil particular y un camión de cargas, dejó un muerto, siendo este el reconocido compositor, y músico Gackt Camui. El accidente, se produjo al chocar Camui frente al camión, yendo él en sentido contrario.

 

Gackt Camui, fue conocido por su trabajo en Malice Mizer, lanzando al grupo al estrellato, con su imponente voz e imagen. También, por su trabajo en S.K.I.N estando trabajando con Yoshiki, Miyavi entre otros. Fue popular por su trabajo de solista, emitiendo en noviembre su último single, JESUS.

 

Sus funerales se realizarán mañana, en Okinawa, siendo de carácter privado. -

 

El cielo gris, acompañaba el triste sentimiento de cada uno de los asistentes a aquella triste ceremonia. Gackt JOB, entre otros se encontraban en aquel, indeseable lugar.

 

Comenzó a llover, camuflando las lágrimas de quienes asistían al cementerio a despedir a Gackt.

 

Mana, en tanto, llegó luego de toda la multitud, despidiéndolo en silencio  y pidiendo perdón,  mudamente.

 

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-Gackto-chan. -  escuchó entre la espesa blancura del solitario lugar. - Aquí, soy yo. - pudo distinguir entonces un rostro que se le hacía familiar. - Ven, te esperé diez años afuera. - estaba sentado en un cubículo, blanco. El otro, sin pereza, avanzó hasta él aunque dudaba, por la blancura, si acaso podía caminar siquiera un paso.

 

-¡¿Kami - chan?! - dijo, incrédulo. El nombrado, tenía el pelo largo en demasía, y del color natural que debiese ser.  - ¿Qué hago aquí? - preguntó, ya un poco más cerca del otro.

 

-No he querido pasar aún, porque te estaba esperando. - balanceó sus piernas y miraba fijamente a Gackt.

 

-Le ciel...

 

-Vale, tú mismo lo dijiste e hice caso, aquí estaba esperándote sin soltar tu mano. - el castaño aun no creía que había muerto, porque recién había estado durmiendo en su camioneta y... ok, ahora si lo creía.

 

-Mierda... me quedé dormido. - alegó más para sí mismo que para el mayor.

 

-Nop. - dijo infantilmente. - Yo te hice dormir, porque, no podría dejarte allí abajo después de escuchar lo que me dijiste. - sonrió ampliamente, viendo la expresión del otro.

 

-¿L-lo escuchaste? - habló atónito. - Pensé que jamás lo podrías hacerlo.

 

-Sí, eso fue lo que siempre quise escuchar. - tomó las manos de Camui entre las suyas, ambas frías y después lo abrazó aún sin bajar del cubículo. - También te amo, tonto. - le dijo en su oído, sin soltar su espalda. Gackt se separó un momento y entonces el otro vio sus lágrimas, limpiándolas con su pulgar. - Siempre tan sentimental... venga, será mejor que entremos, te enseñaré tu nueva vida. - se puso de pie y entrelazo sus manos con las del menor, sin preocupación alguna. - Tocaremos nuestra canción la eternidad entera, ¿vale? - pasó su brazo por el hombro de Gackt, acercándolo más a él. - Dime... ¿Por qué no piensas que esto es un sueño?

 

-Porque siempre confiaré en ti, hasta la eternidad...

Notas finales:

Les gusto?

 

Os espero vuestro review


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