Enfrente de todo el mundo éramos enemigos. Tú y yo. Rivales a muerte compitiendo con nuestra inteligencia y todos nuestros medios para suceder a L. Yo aceptaba eso.
Sin inmutarme aceptaba lo que decían, simplemente sabía que no era verdad. Sabía que cada rumor escuchado era para provocarme y saber de mis propios labios cuál era mi pensamiento al respecto.
No había razones para decir la verdad.
Lo cierto era Mello que tú y yo siempre fuimos muy diferentes. Nos conocimos cuando tenías ya un tiempo en la Wammy's House.
Siempre fuiste muy sociable y obtienes de la gente lo que necesitas. Por mi parte soy incapaz de hablar enfrente de otras personas si se trata de algo diferente del trabajo o las investigaciones.
Tú sabes eso muy bien.
No encuentro sentido ha hablar con las personas sobre nada. Generalmente siempre terminan creyendo cosas que no me interesa rectificar por que son tan absurdas que carecen de todo interés. Como que soy inhumano o me comporto de manera grosera creyéndome superior solo por tener un alto IQ.
Pero lo cierto es que no me siento superior a nadie. En ocasiones me siento incómodo delante de las demás personas. Incluso inferior. No les hablo no por que no me interesen o no tenga nada que compartir. Simplemente siento que lo que yo tenga que decirles no les interesa, como si no viviéramos en el mismo mundo, inclusive.
Nadie se preocupó por mí y me hacen a un lado por mi capacidad.
Excepto tú, Mello.
Siempre estuviste a mi lado cuando lo necesité, pero también fuiste mi más grande rival y no trataste nunca de ocultármelo a mí como no lo hacías tampoco con los demás.
Desde el primer momento me fijé en ti. Por tu apariencia y también por tu inteligencia. Y por esa iniciativa tan explosiva que mi vacía alma parece necesitar constantemente. Competimos desde entonces. Por amor, propio y mutuo. Y para llamar la atención del otro. Desde luego. Cosas de infantes, de párvulos.
Te enamoraste de mí de una manera extraña, a tu propio modo. Con deseo. Con esa clase de amor despiadado que te caracteriza.
Apasionadamente.
Nuestro amor fue perfecto.
Un secreto solo de dos.
Cuando L murió a manos de Kira sabías que yo no te permitiría marchar tan fácilmente.
Pero te fuiste.
Dejando un hueco en mi alma que jamás podré sanar.
Pero antes de irse dejaste una promesa escrita en mi piel, una que nunca, por mucho que viva podré o querré borrar, fue la última noche que estuvimos juntos.
---Te superaré- me dijiste al cabo de un rato. Cuando recargué mi peso sobre tu pecho cálido-Voy a superarlos a ambos. A ti y a L. Sin importar lo que tenga que hacer. O a dónde tenga que ir. Trabajaré duro para ser el mejor, Near. Esta es una promesa. Si lo hago te buscaré donde tu estés y te pediré que vengas conmigo. Prométeme que vendrás conmigo-pediste.
---Mello te amo-dije sorpresivamente para ambos, ni yo lo esperaba pero tus palabras me conmovieron-Iré contigo al fin del mundo.
---Te amo también-dijiste y me besaste. Ese beso es aún la daga envenenada que está matándome el corazón-Es nuestra promesa-dijiste-Si alguna vez me marcho de este lugar juro que te seguiré amando, pero si no puedo superarte, si... no soy capaz de ser mejor que tú, si es necesario daré mi vida para abrir tu camino. Si eso te mantiene a salvo moriré por ti.
---Eres muy tierno, pero no dejaré que mueras-te dije estúpidamente.
---Nunca le digas a nadie. Es nuestra promesa.
---No lo haré. Es nuestra.
Esa noche me besaste hasta que caí dormido. No supe más.
Abrí los ojos y sentí el vacío de la cama. Creía que te habías marchado a tu propio cuarto. Porque no podías irte. Pero... No te hallé por ninguna parte. Algo dentro de mí empezó a sangrar.
Fui al salón común y una conmoción había ahí. Todos hablaban pero nadie parecía escuchar.
Entonces escuché un llanto y lo supe.
Te habías marchado y ni siquiera tu mejor amigo sabía donde estabas.
Ese llanto era de Matt. Tu mejor amigo. Tu fiel compañero. El mejor de tus seguidores.
A nadie le dijiste nada, de nadie te despediste.
Y Roger no tomó en serio lo que decías. Por que siempre fuiste tan impulsivo.
Pero esta vez te marchaste. Verdaderamente. Y tu mejor amigo lloraba, de rodillas en el suelo, inconsolable. Golpeando a todo lo que se le acercara.
Lloró por días y yo también lloré por ti, en silencio, sin que nadie notara lo triste que estaba, no es que notara nadie nunca nada con respecto a mí.
Matt recibió consuelo de los chicos por tu partida y especialmente de Linda la chica de los dibujos ¿La recuerdas? Si, era la que te metía en problemas siempre por mi culpa, era la que siempre nos encontraba y era la que siempre creía que me estabas golpeando.
Con el paso del tiempo Matt pareció más tranquilo. Jugaba y reía, pero aún le dolía. Yo lo sabía. El tiempo siguió pasando y Linda se enamoró de Matt, con ese amor desinteresado de los niños.
Pero Matt rechazó su afecto violentamente una tarde en la sala común cuando ella le dijo sus sentimientos, y Matt confesó a su vez algo muy grave en medio de su dolor por tu abandono, incluso Roger se vio implicado pues lo escuchó gritando. Después de unos días, incapaz de soportar más tiempo el abandono o las miradas de todo el mundo se marchó, fue a buscarte.
Y estaba contigo cuando... Fue tu cómplice cuando...
Él dijo que te amaba. ¿Lo sabías Mello?
Nos dijo a todos que nos odiaba, que odiaba a L, especialmente que me odiaba a mí, por que habíamos causado tu partida y en consecuencia el abandono. Nos hizo responsables por el dolor que sentía. Gritó a Linda que él estaba enamorado de ti.
Matt estaba enamorado de ti. Y yo... me sentí traicionado. Y tan... Lo siento.
Por que supe que estabas con él. Cuando te vi a su lado mi mundo se vino abajo.
Todo el tiempo luego de salir del orfanato lo pasaste con él.
Si, lo sé. Perdóname por ser tan necio. Por ser tan cobarde.
Por nuestra promesa. Esa que fue... la última.
Pero tú lo sabías.
Si, sabías.
Que era muy débil para seguirte. Por eso no lo pediste.
Y mi estúpido orgullo me hizo creer que así era mejor.
Cuando secuestraste a Kiyomi debí detenerte, debía haber hablado contigo y pedirte que la dejaras ir. Que vinieras a mi lado. Incluso Kira quería detenerte, pero mi orgullo... veía el fracaso en tu horizonte, pero yo...
Era yo quien estaba en la mejor posición. Quien tenía las ventajas. Y los recursos para salvarnos a todos. A los tres. Aunque Matt tuviera que venir también.
Pero mi rencor me impidió ver la verdad.
¿Qué importaba si tenía que reelaborar el estúpido plan de nuevo?
¿Qué importaba?
Quien lograra superar al otro, lo protegería ¿Recuerdas?
Esa fue nuestra promesa, esa la única verdadera que hubo entre los dos.
Pero no lo hice. No te detuve, a pesar de todo.
Dejé que hicieras tu jugada.
Por que elegiste a Matt como tu compañero.
Por que dijiste implícitamente que Matt era tu amante.
Por que dejaste claro que ya no me amabas.
Y dejaste claro que ya no había nada entre los dos.
Excepto rivalidad.
Sí, dejaste muy claro que era una carrera simplemente, que quien ganara se lo llevaría todo.
Y que estarías esperándome en la meta, con Matt a tu lado.
Pero me engañabas.
Sí, me engañaste y no supe darme cuenta. Lo sabías, sabías que no lo haría, que era lo único que de verdad me dolía. Lo único.
También tú sabías que el plan fracasaría.
Tú no querías nada. Solo una cosa. Diferente de ganar. Me lo dijiste a la cara y fui incapaz de comprenderlo.
Matt...
Si se convirtió en tu amante está muy bien.
No significa nada para mí.
Porque jamás se convirtió en lo que yo fui para ti ¿Lo sabes?
Claro que lo sabes, siempre lo supiste.
No me importa el cuerpo, no me importa.
Por que soy incapaz de juzgarte.
Y te amo.
Me importó tu alma Mello y por eso es que hoy te pido perdón.
Perdóname por haber sido exactamente como tú esperabas, un niño tonto y cobarde que no supo ser maduro, que no tuvo el valor para seguirte.
Perdóname amor mío.
Supongo que algún día tras la muerte tú y yo nos vamos a encontrar.
Hasta entonces, pagaré el pecado de seguir viviendo...
... por nuestra promesa rota.