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Últimas Memorias por YuukiC

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Notas del fanfic:

* Los personajes de DN no me pertenecen; sino a Tsugumi Ohba y Takeshi Obata. La trama de esta historia sí...

Quería subir este primero, pero no le tenía título y me aproblemé demaciado. Una de las opciones era llamarlo "El último día en que Matt se pudo sentar" recomendado por Neji, pero no xD de todas formas gracias Neji.

Es la primera vez que escribo lemon [y sobrevive]... Espero les guste.

Notas del capitulo: Este fanfic el 2do que terminé y también el 2do lemon. Sólo que por una triste razón [no respaldarlo] se me borró y tube que hacerlo de nuevo. [sí, esto merece golpe xd]

Quiero darle las gracias en especial a Meguu, que me motivó para re-hacerlo y meterlo al concurso de mi liceo xDU Y que gritó cuando iba al escenario [ese será un día memorable xd]

Gracias.
Estoy sentado en un sillón con mi DS en las manos, mientras Mello da vueltas en la pequeña sala de este pequeño departamento que hemos alquilado para los dos, tiene su chocolatina intacta en la mano. En su rostro, hay una mezcla de preocupación, ira, y hasta me atrevería decir... un poco de miedo, entre otras cosas. No niego que le hace ver bastante atractivo, aún trayendo aquella cicatriz que le cubre la mitad del rostro.

Aún recuerdo como y cuando empecé a sentir esto por él y la primera vez que tuvimos sexo. Sí, lo recuerdo, hasta podría decir que detalle por detalle...

Estábamos aún en Wammy's House, el orfanato para chicos superdotados. …l siempre ha sido mí mejor y único amigo en la vida; era respetado y hasta temido por los demás. Un chico vestido siempre de negro, con un resplandeciente cabello rubio y un corte muy fuera de lo común: con flequillo recto y un largo cercano a los hombros. Bueno para el fútbol, en todas las clases, etc; mientras que yo, era un gallina, un pelirrojo con quien nadie más que él hablaba.

De vez en cuando jugaba algún partido de fútbol con los demás chicos, pero sólo cuando él les obligaba a integrarme. Normalmente se burlaban de mí y Mello siempre me defendía. Como aquel día sentados bajo la sombra de un árbol. Había un gran y resplandeciente sol, un brisa agradable, un día "ideal". Mello comía de su chocolatina y yo jugaba con mi DS tranquilamente, hasta que unos chicos se me acercaron.

—Hey, este es... ¿Cómo se llama? —dijo en tono burlón.Yo, claramente no le di importancia y seguí con mi juego.
—Matt creo que se llama, ¿No es así? —dijo otro de ellos. Claramente esa pregunta iba para mí pero hice nuevamente caso omiso.
—¿Matt?, ¿eso es un nombre? —comenzó a reír estúpidamente a mi opinión...
—Hey, [i]Matt[/i] ¿Acaso no hablas? —Noté aquel cambio de voz al pronuciar mi nombre, pero... No me importa, ¿para qué gastar mi tiempo hablando con ellos?, ni les conocía, sólo los había visto una que otra vez en el comedor o en los pasillos, que sé yo...
—¡Oye! —dijo y luego me quitó la DS de las manos —¡Que te estamos hablando, tonto!
—¡Devuélveme eso! —exclamé ya un poco artado y me levanté a cojerla, pero uno de ellos me agarró por la remera rayada que llevaba puesta.
—Ahora habla el chico este, veamos que hace si le rompo esta maldita cosa...
—Déjenlo tranquilo —dijo una voz que retumbó, una voz fuerte y segura. La voz de mi defensor, mi mejor amigo: Mello.
—¿Ah? No es asunto tuyo Mello, déjanos, estamos conversando con [i]Matt[/i] —de nuevo ese tono...
—Que lo dejen tranquilo —vi que se acercó amenazadoramente, ellos retrocedieron.
—¡Que no es asunto tuyo! —ya comenzaba a titubear...
—No, vamos, le hemos tocado a su novia —lanzaron mi DS al piso y se fueron, sin disimular bien su miedo ante Mello...
—Gracias —él sólo se dio vuelta y me sonrió.

Desde esa sonrisa, que comencé a sentirme extraño cada vez que lo veía, es decir, siempre.

Nunca pude defenderme solo, a veces me da vergüenza recordarlo, pero, si no hubiera sido por eso, no habría conocido a Mello y realmente no tendría ningún amigo...

Ya confirmado mí sentimiento hacia él —cuando, luego de una gran meditación, desapareció el eco de "novios" de mi cabeza—, me armé de valor y decidí declararme, como cualquier "chica enamorada", aún sabiendo que podía terminar alejándose de mí...

—Mello —dije tenuemente y bajé la cabeza, algo ruborizado
—¿Qué ocurre? —preguntó despeocupado mientras miraba al cielo.
—Tengo que decirte algo, importante
—¿Qué cosa? —vacilé un momento
—Bueno... Lo que pasa es —tomé aire— que tú, t-tú m-me. Que tú me gustas...

Vi su cara sorprendida y pensé que ahí había quedado todo. No quise esperar su rechazo, ¿Cómo un chico como él podría fijarse en mí? Así que me marché a mi habitación, un tanto desepcionado por el rostro del Mello y por mi declaración... Continuamos viendonos diariamente, claro, si somos amigos, y simplemente parecía como si yo no le hubiera dicho nada, todo seguía... igual.

Días después, una bella noche, en el mismo árbol en donde comencé a sentir esto tan lindo por él, me confesó que yo también le gustaba. Me sentía tan feliz, quería abrazarlo, pero él se adelantó y me besó, fue un beso inexperto, y porqué no decirlo: mi primer beso. Esa fue una de las noches más hermosas de mi vida...

Desde ahí, no soportaba estar solo en las noches y comencé a ir a su habitación. Noche a noche dormía con él, fue una suerte que Roger no me haya descubierto. Me abrazaba y besaba. Hasta que una de esas noches, fue distinta. Ya no iban de besos dulces y suaves, sino que eran apasionados y con deseo. De un momento a otro me quitó la remera a rayas que siempre llevo y besó cada espacio de mi pecho, lo estaba disfrutando pero sentía miedo, comencé a gemir, no lo pude aguantar. Comenzó a lamer la zona cercana a mi ombligo.

—Ah, Mello... pa-para por favor —pedía débilmente, pero por dentro no quería que se detuviera. Mi cara ardía, mi respiración aumentaba su velocidad cada segundo
—Tranquilo, no te haré daño —sonaba bastante seguro, o quizá era demasiado bueno con las palabras.

Levantó su cabeza y me besó, introdujo su lengua en mi boca y jugueteó con la mía, no nos separamos hasta que el aire fue completamente necesario, dejó su mirada fija en mí durante unos segundos y sonrió ¡Dios! Es tan hermosa su sonrisa, acarició mi mejilla y esa misma mano se deslizó hasta mi pantalón, lo desabrochó lentamente, dudó en tocar mi ropa interior, pero finalmente introdujo su mano tomando mi miembro.

—Ah, Me... ahh... —me estremecí y cerré fuertemente mis ojos— tengo miedo —dije despacio, todo esto era demasiado para mi. Nunca había pensado en llegar a esto. …l no hacía movimiento alguno, desde ya algunos minutos... me estaba comenzando a desesperar, sentía algo extraño en mi parte baja.
—No te preocupes —dijo finalmente y comenzó a masturbarme lentamente. Yo gemía, no sabía que hacer, él también se sentía nervioso, lo sentía, dudaba en cada movimiento. Atraje su rostro y nuevamente lo besé, como un gesto de "sé que también estás nervioso, no te preocupes", le quité su remera, besé y lamí su cuello
—Más... ah... más rápido -le susurré luego. La excitación estaba apoderándose de mi cuerpo, cada vez que él aumentaba la velocidad de su mano. Era imposible dejar de emitir gemidos sonoros y podía escuchar los suyos aunque fueran en voz baja. —Me-Mello —ya no aguanto más, voy a explotar.
—Me encanta que digas mi nombre de esa manera —dijo dificultosamente.
—Mello, ya... no aguanto más... —lo siento, no puedo. De mis labios salió una especie de grito ahogado y luego de eso llegué a mi clímax; me derramé en su mano.

Sentía mi rostro hirviendo, no he podido soportarlo. Tapé mi rostro con mi brazo, Mello dejó de moverse, de seguro no le ha gustado... Sentí movimiento, sentía algo cerca de mi miembro y un escalofrío me recorrió por completo... ¿Qué? Está lamiendo

—¿Qué-qué haces?
—No lo sé, pero me gusta ¿A ti no?—volvió a pasar la lengua
—La verdad, es que... ahh
—Eso es un sí... -rió entrecortadamente
—Sí... -Susurré bajo, ¿por qué me hace sufrir de esta manera, tan lentamente?— No... no pares —sin hacerse de rogar, introdujo por completo mi miembro en su boca y continuó animadamente. De pronto su ritmo aceleró, su respiración era fuerte y agitada, estaba llegando a su límite. Se despegó de mi miembro, y noté que estaba más sudado que yo...
—Bien Matt, ahora lámelos bien —dijo con seguridad y me acercó sus dedos. No tengo ni la más mínima idea de por qué me ha dicho esto, pero no me negué, los lamí lo mejor posible, mientras que con su mano libre, me quitaba todo rastro de ropa. En un momento los quitó. —Bien hecho —dijo robándome un pequeño beso —Ahora prepárate, va a doler un poco
—Qué diablos vas a... ahhh... ¡due-duele! —no aguanté gritar eso, estaba introduciendo sus dedos en mi... entrada.
—Aguanta, es sólo un poco.
—Mello, duele... ¡Maldita sea! ¡Duele! —los está moviendo—- Ahhh, está bien, para ¡Para Mello!
—Ya está —bajó su pantalón y ropa interior— Aquí voy, ¿Listo? —ya sabía lo que venía, pero ¿acaso ya tenía todo esto planeado?
—Sí, estoy listo —digo temblando, y dudo de mis propias palabras. Rápidamente cambió sus dedos por su miembro y lancé un alarido de dolor.
—¿Estás bien? —es raro, pero no quiero ser un gallina para siempre.
—Sí, continúa —me penetró por completo y comenzó lentamente el vaivén. El dolor se transformaba en placer infinito. Mello ya gemía alto, en conjunto conmigo, pero... no era suficiente— ¡Más rápido! —dije inconcientemente, me apegué a él abrazándolo fuerte, afirmó suavemente mi cadera y aumentó la velocidad, nuestra respiración era entrecortada, todo me era irreal.
—Ya, ah... —dijo apenas. Lo besé y sentí como llegaba a su clímax en mí. Nos despegamos por completo, estábamos exhaustos, pero no quería desaprovechar la oportunidad de probar su miembro. Seguí sus mismos pasos y lo disfruté totalmente. Mello gemía sensualmente, no nos quedaban muchas fuerzas. Finalmente, nos recostamos abrazados...
—Te quiero Mello.
—Yo también Matt.

...Sigo observando sonriente sus pasos
—¿Por qué sonríes tanto, eh? —me pregunta un tanto enfadado
—Sólo recuerdo cosas.
—Sabes que no es tiempo de eso ¡Debemos repasar el plan! Sabes que es nuestra única oportunidad para secuestrar a Takada...
—¡Oh, Vamos! Ya lo hemos repasado suficiente —me levanto, dejando a un lado la DS y acaricio su mejilla.
—Pero es que... -coloco mi dedo en su boca
—Olvida eso por ahora —digo bajando el cierre de la remera negra sin mangas que usa.
—- Está bien —me sonríe ¡Bendita sonrisa! y responde desabrochando mi pantalón...
—Olvidemos todo por esta noche... —le susurro.
—Te amo Matt.
—Yo también te amo.

Siento que esta será la última vez que escuche aquellas palabras...
Notas finales: Gracias por leer :)
Comentarios, críticas, lo que sea... son bienvenidos.

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