Capitulo 1.- Despertar
Abrió los ojos con lentitud, pudo sentir como las pestañas se separaban entre si, era una sensación interesante pero no agradable…su mente recordó los sucesos de horas atrás, apenas alcanzo a captarlos antes de hundirse en un denso llanto que atravesaba las paredes, se revolvió entre las sabanas, pataleó y grito hasta quedarse sin voz para finalmente quedar rendido en la cama, estático…sin realizar otro movimiento que el pestañear y allí permaneció durante un largo tiempo…
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La habitación alumbrada dejaba entrever la exquisita decoración que exhibía con particular esplendor, dentro una conversación se desarrollaba, los ánimos ligeramente subidos únicamente alcanzaban a percibirse en el pesado ambiente ya que las voces de sus ocupantes permanecían opacas, sin demasiadas expresiones.
-Si te atreves te condenarás a la destrucción- Exclamó una joven mujer rubia, llevaba el cabello sujeto por detrás, su mirada refleja una terrible ira.
-Soy consciente de ello pero…-Replicó con enconado entusiasmo un hombre de cabello negro, tenía en sus manos una copa llena de un líquido carmesí, la cuál sostenía con impresionante elegancia que aunado a su orgulloso porte representaban una imagen digna de un rey…
-Romperás la reglas que por siglos nos han regido…además ese muchacho no durara mucho, enloquecerá de dolor como cualquier otro humano- La mujer interrumpió abruptamente al otro, sus palabras demostraban convencimiento- No lo permitiré, no permitiré que te alejes de mi una vez más- Las últimas palabras parecieron tratarse mas una súplica que un regaño. Dio unos pasos tan silenciosos que por unos instantes pereció que flotaba y llegó hasta el, aquel hombre que ni siquiera se dignaba a mirarla. Unió sus labios a lo de ella y comenzó...
-Sabía que esto llegaría algún día...- El hombre rió con sarcasmo, divertido ante el término que acababa de usar, ¿hacía cuantos años que no veía la luz del día?- Pero aún así tenía miedo de este…-Continuó colocando sus brazos alrededor del cuello- nuestros días como compañeros han llegado a su fin, la guerra se acerca y con ella el fin de una familia, si es tu deseo tomar esta estúpida decisión a unos pasos de lo inminente yo no te lo impediré.
-Riza…-Exclamó en un jadeo casi sensual respondiendo finalmente a los brazos de la mujer que hora tenía sobre el y dudó…
-Roy...- Correspondió ella- Bebe de mi sangre una vez mas y promete que jamás me olvidarás.
Sus voces habían adquirido un tono casi humano y en ella se apreciaba el dolor y la angustia pero todo aquello había llegado a su fin. Riza arrojó su cabeza hacia atrás dejando visible su delgado cuello, Roy se inclino hasta ella y quitó el broche que le sujetaba su rubia cabellera antes de finalmente tomar aquel delicioso elixir, casi mágico, y perderse en aquel delicioso instante, el cuál en sus mentes podría prolongarse hasta la eternidad…
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Despertó, intento calcular cuánto tiempo habría pasado desde que sin darse cuenta se quedó dormido, una hora, quizás cinco…el tiempo parecía fluir de manera extraña, los suceso del día anterior todavía se conservaban frescos en su mente, la forma en que se levanto, baño y hasta lavó los dientes perecían un recuerdo casi inexistente así como la última vez que vio a su madre sonriendo, lo esperaba con el desayuno puesto y riñeron por una estupidez que ni siquiera valía la pena recordar, cuánto lo lamentaba, fue desastroso recordar aquello..si no hubiese derramado todas sus lágrimas nuevamente se hubiese entregado a un llanto profundo pero decidió que aquello no tenía mas sentido, no se lamentaría mas por algo que ya no podía cambiar.
Había estado tan perturbado por la muerte de su madre que apenas y se había puesto a reparar en donde estaba realmente; lo primero era levantarse de aquella cama, era realmente cómoda pero ya comenzaba a sentirse inútil, así que lo hizo y dio un recorrido por aquella fina habitación, a decir verdad tenía un estilo bastante moderno pero sobrio, una cama, un escritorio, un librero y diversos objetos que no denotaban nada especial, de alguna manera eso le alegraba…ya no intento escapar mas, en uno de sus ataques de furia lo había intentado solo para descubrir que detrás de aquella hermosa puerta de madera una gruesa puerta de metal lo mantenía dentro activada únicamente por un sistema computarizado, sonrió con ironía al pensar que quién fuera que su captor no tenía las mas mínimas intenciones de dejarlo libre; a decir verdad aquella idea le hacía bastante gracia, estaba consciente por la forma en que su madre fue brutalmente torturada antes de morir que su mente no sería exactamente agradable pero al final todo terminaría, ya no tendría que revivir aquellos terribles sucesos nuevamente…cuánto todo finamente acabará ya no habría mas dolor…Nuevamente sonrió…aunque no exactamente de felicidad...
Giró la cabeza y entonces vio su reflejo, su aspecto continuaba siendo atractivo pero se veía terriblemente demacrado, hacía un día que no comía seguramente y las ojeras que adornaban sus ojos no le lucían pero aún así observo que estaba lavado y vestido con una pijama de seda blanca, su cabello llevaba aquella característica trenza que su madre tanto detestaba y si no fuera por unos cuántos rasguños se podría decir que su condición física era estable. Le pareció curioso e incluso gracioso que no hubiese perdido aquella mirada de confianza que amaban y detestaban por igual, quería encontrarse con dos orbes vacías que denotarán su dolor. Aquello lo hizo sentir mal, quizás no amaba a su madre tanto como creía, hubiese prorrumpido a llorar por la culpa si una voz no le hubiese alertado de que alguien mas había entrado en aquella fría habitación, pero ¿en que momento?
-¿Es un pecado desear vivir?
-Para mi lo es- Contesto deseando que aquello terminará pronto, haría enfadar a ese sujeto para que terminara rápido.- ¿Por qué no me mataste?
El sujeto lanzó una mirada de sorpresa ante la pregunta pero sonrió divertido ante el malentendido y respondió.
-Por que yo no soy el asesino de tu madre- El muchacho alzó la mirada para encontrarse con un hombre de cabellera negra, de facciones finas y una belleza que lo electrizaba, vestido con un pantalón del diario y una elegante camisa negra lucía verdaderamente atractivo, sin explicarse el porque se sonrojo.
-Entonces tu…
-Yo te rescate, deberías agradecerme sino fuese por que entre en el momento preciso habrías corrido la misma suerte que aquella mujer.
-No la llames así- Y la voz del chico se trono furiosa, Roy se alegro de haber encontrado a un espécimen tan especial, realmente resultaba encantador hacer encontrado a ese muchacho que tenía mas confianza que muchos de su especie- Su nombre era Trisha, ella tenía un nombre y… ¡ERA MI MADRE!
-Como sea, ella esta muerta y tú correrás la misma suerte a menos que vengas conmigo…
-¿Ir?... ¿A dónde?- Su respiración era agitada, apenas se recuperaba del grito y sentía especialmente débil- Yo no iré contigo a ningún lado. Preferiría morir antes que…
- De alguna manera se podría decir que morirás pero yo te quiero y yo consigo todo lo que quiero…Siempre. Si tú deseo de morir o de que te maten es tan fuerte lo demostrarás después de haber experimentado la muerte.
Su vos resultaba verdaderamente amenazante, el chico retrocedió unos pasos temeroso ante lo que iba a pasar…jamás imagino que encontrarse cara a cara con la muerte le produciría tal miedo. Roy saco un par de esposas, a pesar de que el menor se resistió y
agito con todas las fuerzas que sus 15 años le podían dar pronto se vio esposado a la cama a merced de un sujeto al que ni siquiera podía ver a los ojos sin sentir escalofríos.
El mayor se próximo hasta el muchacho quién continuaba revolviéndose entre las sabanas con impaciencia pero era imposible sacarse aquellas esposas, sujeto su cabello con fuerza pero delicadeza a la vez y dejo descubierto su cuello; en segundos se había transformando en aquel mounstro que asesino a su madre y clavado sus filoso colmillos…no pudo evitar lanzar un desgarrador grito ante el contacto, una mezcla de dolor y placer lo embriago llevándolo a un plano que ni siquiera tenía idea de que existía pero no podía, no quería convertirse en aquello…, el grito en verdad le pareció singular a Roy, normalmente los mortales disfrutaban de aquel momento tanto como esa porquería que consumían y que llamaban heroína pero esto en cambio demostraba su enorme voluntad de vivir al resistirse con fervor…en verdad era un chico especial…
El acto no duro mas que unos pocos segundo, pronto el rostro del mayor volvió a la normalidad acompañado de esa extraordinaria belleza y el del pequeño se congestionó en una mueca de terrible dolor, sus fuerzas lo habían abandonado así que solo se limitaba a respirar con dificultad, como si fuera a ahogarse…
-La transformación ha comenzado, el dolor que hora sientes irá aumentando poco apoco hasta consumirte pero junto a este el deseo de vivir se hará cada vez mas intenso, cuándo este haya llegado a limites inimaginables desearás la muerte con tanto fervor como la vida y me pedirás que te de mi sangre…
-Jamás- Exclamó en un jadeo…
-Ahora mismo te he transferido muchos de mis conocimientos y eres consciente del ser en el que te convertirás…no puedes resistirte a tu destino…
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Se preguntó cuanto tiempo mas resistiría aquel muchacho, cinco horas ya era algo que rebasaba lo extraordinario, lo máximo que había escuchado un mortal se habría resistido no sobrepasaban las dos horas pero los gritos de dolor se hacían cada vez mas intensos, incluso estaba llegando a sentir lástima hasta que…
-Lo quiero…- Exclamó con dificultad, apenas y podía hablar, un quejido escapo de sus labios- Quiero tu sangre…
- Así será.
Y avanzando hasta el se alejó de ese lugar desde el cuál lo observaba desde hacía horas, hizo un corte a su muñeca y la coloco sobre los labios del muchacho que con un instinto casi salvaje succionó la sangre con gran placer entregándose a ese exquisito pecado, la retiró cuándo consideró que había sido suficiente otorgándole al rubio los momentos mas placenteros de sus vida
-Bienvenido al mundo Edward, mi precioso compañero y amante- le susurro cerca del adolorido rostro del muchacho y dio un delicado beso a aquellos tiernos labios antes de pronunciar entre un jadeo- Ed, Mi oscuro amante.