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Water-maniac por Rikkusita

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Notas del fanfic:

Eyeshield 21 es un manga deportivo sobre fútbol americano escrito por Riichiro Inagaki y dibujado por Yusuke Murata por lo que sus personajes no me pertenecen.

Notas del capitulo:

Un Mizumachi x Kakei rapidito. No es un gran One-shot y creo que no he sabido calar demasiado bien en sus personalidad pero me apetecía escribir algo sobre ellos, ¡aunque fuera solo para pasar el rato!

¡Espero que os guste!

WATER-MANIAC

El verano...
Esa época del año en que el sol ilumina cada rincón y nos baña con su eterno calor siempre y cuando la lluvia no haga acto de presencia, algo tan normal en Japón que en Julio los paraguas parecen prolongaciones de los brazos de sus habitantes. También es el período de vacaciones de la mayor parte de los estudiantes, un tiempo de ocio y diversión que se debe de aprovechar hasta el límite. Hay muchas formas de conseguir esto.
Algunos se entretienen no haciendo nada, descansando y tumbándose a horas que en periodo escolar no podrían. Otros, mucho más activos, deciden trabajar para sacarse unos yenes con los que financiarán futuras celebraciones, posibles viajes o simples caprichos que de otra forma no alcanzarían.
Sin embargo, muchos deciden pasar su tiempo de vacaciones en pueblos frescos o en la playa.

A Mizumachi no le gustaba la playa.
Podía nadar, por supuesto, pero había poca gente dispuesta a competir con él en a ver quién llega más lejos. La mayoría de los que se atrevían a aceptar el reto terminaban sin aire a mitad de camino o dándose la vuelta y dejándole solo. Era aburrido y por ello había terminado odiando la playa. Además, estaba toda aquella arena con la que podía jugar pero que se le metía dentro del bañador y le incordiaba al moverse, por no hablar de lo salado del agua.
Sin duda, la piscina era infinitamente mejor.

Desde que abandonó el Club de Natación, Mizumachi apenas había tocado la piscina. Un par de veces al terminar el entrenamiento con los Poseidón pero poco más. Era aburrido no poder nadar con nadie y Kakei ya se había negado tantas veces que hasta le deprimía. No obstante, comprendía que su amigo no tuviese ganas después de tan arduos entrenamientos, al fin y al cabo, la natación poco o nada tenía que ver con el Fútbol Americano y ya tenía suficiente con dejarse la piel en el campo.
Allí, apoyado con ambos brazos sobre el borde de la piscina, Mizumachi pensó en lo aburrido que estaba.

¿Dónde se había metido la gente?
Ni siquiera el equipo de natación estaba en la piscina. Dió una patada en el agua, molesto por la actitud de todos ellos. ¿Dónde pretendían llegar tomándoselo tan poco en serio? Había hecho bien en abandonar el Club, había hecho bien en unirse a los Poseidón, en irse con Kakei...
Sacudió la cabeza, hundiéndola en el agua hasta que solo los ojos quedaron sobre su nivel, avergonzado por sus pensamientos. Ultimamente se dirigían demasiado hacia el linebacker y era aburrido no poder pensar en otra cosa. Sin embargo, no servía de nada porque ahora estaría con el resto del equipo en la playa mientras él le odiaba cada vez más en la piscina.

- Baka Kakei... - musitó sacándo la cabeza para tomar aire y maldecir en tono infantil -... La playa es aburrida...

Pataleó sin motivación alguna, meditando el porqué de tanto odio. Si Kakei estuviese allí poco habría cambiado, o esa impresión daba ya que, después de todo, el chico era demasiado serio y un poco cara-palo. Rió para sus adentros al compararle con un palito de madera alto y delgado con ojos claros y expresión seria. Sin embargo, aunque fuese tan serio, no era aburrido. Estaba acostumbrado a sus tonterías, a sus juegos de niño y comprendía sus motivaciones. En realidad Kakei era el único que le entendía y por eso le gustaba tanto.
Golpeó el agua con los puños cerrados, entrecerrando los ojos nervioso.
¡No era justo! ¿Por qué todos podían estar con Kakei menos él? Si se hubiese quedado, probablemente estarían en la piscina los dos solos y se estarían divirtiendo. ¡No estaría aburrido sin saber qué hacer!

¿Qué tenía de especial la playa?
Se encogió de hombros entristecido al pensar en que lo especial de la playa podría ser una chica. No era de los que se deprimían por cosas triviales como aquella, de hecho ni siquiera estaba triste pero le molestaba que fuera así porque se sentía estúpido. Tampoco era de los que se enamoraban, no lo había hecho nunca y dudaba que fuera así, pero la atracción que sentía por Kakei era divertida y odiaba ser el único que la encontraba así. Probablemente, fijarse en él había sido lo más idiota de toda su vida.

Escuchó el sonido del metal contra el metal pero no le importó. Seguramente había sido el viento el que habría movido la puerta de entrada a la piscina, haciéndola golpear contra la verja. ¿Qué podía tener eso de interesante? Metió la cabeza y aguantó la respiración bajo el agua un buen rato, hasta que se quedó sin aire y se vió obligado a salir.
Adoraba el agua y, una vez dentro, ni aún con la piel arrugada deseaba salir de ella. Le daba vida, le hacía sentir bien y olvidaba por unos instantes que era un chico al que le gustaba otro chico. Ni los estudios hacían tanta mella en él, claro que en Mizumachi era difícil que algo lo hiciera.

Recuperó el aire y decidió hacer unos largos antes de salir del agua ya que estaba anocheciendo. Gruñó enfurruñado, estirando las piernas mientras una sombra alta y esbelta se cernía sobre él. ¿Valdría su atención? No, pensó aburrido alargando una mano hacia el borde de la piscina, dispuesto a lanzarse a nado. Sin embargo, otra mucho más larga se le anticipó.
Dió un respingo asustado. ¿Alguien había entrado y pretendía echarle? ¡Diversión al fin!, exclamó un mini-Mizumachi en su cabeza, alegre y sonriente. Se volvió hacia su enemigo y no pudo contener la sorpresa al verlo.

- ¿Kakei? - preguntó Mizumachi entre asustado y sorprendido. ¿Sería un fantasma? Cuando el linebacker asintió con la cabeza, le quedó claro que no lo era - ¡KAKEI! - gritó saliendo de la piscina de un salto, impulsándose con los brazos.

El pelinegro estaba tan serio como de costumbre, aunque en sus labios se perfilaba una débil sonrisa. Por supuesto, la de Mizumachi era mucho más amplia, aunque no mostraba ni la mitad de la alegría que recorría cada una de sus fibras musculares. ¡Estaba allí! ¡No había ido a la playa! Pero... él lo había visto esperar al autobús junto al resto del equipo, por eso se marchó enfurruñado al instituto y se había pasado allí todo el día.
Kakei debió leer la confusión en el rostro del chico de la línea de Poseidón por lo que no tardó en explicarse.

- No me apetecía ir a la playa - dijo serio pero no brusco.
- ¡Pero te vi en la parada del autobús! - replicó el rubio divertido.
- Fui a avisar de que no iba.
- ¿Por qué? - preguntó con actitud infantil y despreocupada.

Se preguntó que había hecho que el linebacker se arrepintiera de ir a la playa con el resto. Pero casi le daba igual porque estaba allí, con él, quien le había tendido la mano estaba a su lado y a duras penas lograba  contenerse para no abrazarle. La atracción era taaaan divertida.
Entre tanta alegría, Mizumachi no esperó la respuesta que su compañero le dió.

- Porque no ibas tú - respondió Kakei acariciándole la cabeza. ¿Desde cuándo hacía eso? -. Pensé que sería aburrido si no venías así que no he ido.
- ¡Baka Kakei! - exclamó Mizumachi, lanzándose a sus brazos finalmente, cogiendo desprevenido al linebacker - ¡He bostezado tanto que me duele la boca! ¡Arréglalo!

Como es de suponer, la forma de arreglar las cosas para el rubio de mentalidad infantil, es muy diferente a la del resto del mundo. Ignorando la perplejidad de Kakei, Mizumachi cogió por la cintura al linebacker y lo lanzó al agua, zambulléndose después él para no quedar atrás. Sin embargo, el rubio se dió cuenta de inmediato de que Shun se había dejado coger, o que, como mínimo, no había querido reaccionar. Eso fue algo que le molestó porque no era divertido si no había resistencia.
Cuando sacó la cabeza del agua, se encontró cara a cara con un Kakei que le miraba de hito en hito, con la ropa empapada, atusándose el pelo oscuro con las manos. Entrecerró la mirada y Mizumachi esperó la regañina pacientemente, queriendo hacerle una aguadilla sin ningún pudor. No obstante, se detuvo al observar la expresión sonrojada de su amigo.

- ¿Qué pasa, Kakei? - preguntó haciendo de sus ojos dos puntitos.
- ¿Sabes lo que has hecho? - respondó con otra pregunta el linebacker, acercándose con pasos lentos por la resistencia del agua a su compañero de instituto y equipo.
- ¡No! ¡Pero seguro que ha sido divertido! - exclamó entonces felizmente, pensando en que seguramente estaría enfadado por tirarle al agua con ropa y todo.
- No es eso.... - dejó escapar en un suave murmuro Kakei Shun - Me has... me has...
- ¡Tirado al agua!- gritó divertido el rubio.

Pero no pudo continuar, enterrado en un abrazo que a poco no era un placaje. A pesar de estar en el agua, el calor recorrió toda su espina dorsal con un impulso brutal. ¿Le estaba abrazando? ¡Casi muere ahogado de la risa contenida! Pero algo le decía que reirse no estaba bien, no en un momento así. Sus brazos actuaron rápidos, enroscándose en la espalda del linebacker que de pronto ya no resultaba tan serio. Le sintió hundir la cabeza en la caída de su cuello y le volvió a entrar la risa. Sin duda, Kakei lo notó.

-... No te rías... - murmuró Shun alzando la cabeza para mirarle mientras sus manos se deslizaban sobre la cintura de su amigo, provocándole escalofríos -... Si tienes frío podemos salir - añadió inocentemente.
- No tengo frío, me encanta el agua - respondió Mizumachi sonriente -. ¡Y tú también! - confesó despreocupadamente.

En realidad, Kengo se moría por dentro por más que le molestase. No era un chico dependiente porque hacía las cosas por diversión pero, si su confesión no era aceptada, probablemente dejaría de hacer cosas divertidas, dejaría de jugar al Fútbol Americano y... dejaría de verle. Se aburría solo de pensarlo.
Sin embargo, lo que ocurrió le dejó petrificado pues unos labios se cerraron sobre los suyos con fuerza, torpes y fríos, húmedos por las gotas de agua de piscina. Kakei sabía a cloro y cacao para los labios pero le gustaba. Fue un beso rápido que se quedó grabado en sus labios durante largo rato después de separarse. Le gustó tanto que se colgó como un koala de Kakei y esta vez no sorprendió tanto al linebacker.

- Quiero llega a la final contigo... los dos juntos - anunció Kakei entrecortadamente, con timidez.
- Es que si no estuviesemos juntos, ¡no sería divertido! - rió Mizumachi descolgándose y señalando fuera - ¡Pero hoy hagamos otras cosas! Tú y yo... - añadió suavemente, con una pizca de madurez en su simpre infantil carácter.
- Siempre, no solo hoy Mizumachi - replicó el linebacker besándole otra vez, aún ruborizado pero más confiado.

En aquella piscina, ayudado por Kakei a salir de ella, Mizumachi Kengo pensó en que a partir de entonces, aún le gustaría más el agua.
Notas finales:

Y esto es todo... la verdad es que ahora que lo releo no termina de convencerme pero bueno, ya que lo he escrito lo publico. Espero impaciente vuestras reviews y comentarios!

Abayo!!


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