Amar a un ángel, amar un imposible
No ha duda de que esto ha sido un error…el peor que hecho en todos estos años, algo tan vil, tan bajo y a la vez…tan maravilloso.
Siempre lo he observado, desde que apenas era un tierno bebe hasta ahora que eres un hombre, y desde que recuerdo me has obsesionado con tu inocencia, tu pureza, el como siempre hacías lo correcto sin importar que tan difícil fuera. Eras un ángel, ¿y yo? ¿Yo que soy? Tantos años de verte tan inmaculado, intacto…no pude resistirme mas. Baje a tu lado, y en medio de tus sueños robé tu primer beso. Fue un momento tan especial, tan íntimo y cálido, que cada noche a partir de esa regresaba a tu cuarto, a tu lado y robarte otro beso, , aun sabiendo que estaba mal, que solo podría terminar en desgracia, que tu serias el que saldría perjudicado… era otro momento robado de tu vida, enteramente mío, no importaba nada mas, solo quería verte y amarte a mi manera, yo era feliz así…
Una noche, como tantas otras, al separarme lentamente de ti, abriste tus ojos, esos ojos que desde el primer momento me atraparon volvieron a hacerlo, no pude moverme, , me atrapaste en tus brazos por el cuello, repitiendo una y otra vez las mismas palabras “eres tu”…me besaste, me contaste como desde la primera vez que sentiste mis labios te enamoraste de mi, aun sin saber quien era, de alguna manera…pudiste sentir a través de mi beso todo lo que sentía por ti y lo correspondiste ofreciéndome tu amor, tu alma y tu cuerpo.
Mi deber desde el día en que naciste fue el de protegerte, el ver que nada te pasara, evitarte sufrimiento innecesario, aun a pesar de tenerlo muy en claro…de cuales serian las consecuencias de mis acciones, no me contuve, te sentí, en cada caricia que me regalabas, cada suspiro compartido, cada escalofrió que recorría tu espalda, tu calor, la suavidad de tu piel. Su sabor y aroma, nublando mis sentidos llenándome lentamente llevándome a un instante de perfecto éxtasis.
Mientras te tenía descansando en mi pecho, sintiendo tu respiración, acariciando tu cabello, disfrutando de la sensación y aroma de tu piel, lo sentí…sentí como empezaba el cambio. Tenia que salir de tu cama, de tu cuarto, de tu mente, salir definitivamente de tu vida, o el precio que tendríamos que pagar seria demasiado alto….No quería dejarte ir, no quería soltarte, no quería que terminara ese momento…Pero despertaste, me viste, sonreíste, de nuevo cautivándome con tu sola presencia, tenia que salir de ahí, nos separamos y fui directamente a la ventana, te escuche preguntar que pasaba, pero no podía contestarte, mis alas ya estaban volviéndose grises con un dolor que jamás pensé posible, caí al suelo sudando incapaz de de siquiera gritar, corriste a mi lado abrazándome con fuerza mientras mis alas se disolvían en mi espalda. Había atrasado demasiado la despedida…era demasiado tarde, tendríamos que pagar el precio.
Cuando mis alas desaparecieron por completo hechas cenizas el dolor termino siendo reemplazado rápidamente por un fuerte sentimiento de ira, impotencia, celos, coraje y detrás de todo eso, amor, pero no un amor como el de antes, sino un amor enfermo y corrupto que pasaba a la obsesión y odio en un segundo. Una sonrisa muy contraria a la que siempre te dedicaba se dibujo en mi rostro, al verla retrocediste un poco dejándome espacio para levantarme, susurraste mi nombre, demasiado dulce para ser oído por alguien mas yo, seguiste retrocediendo y yo avanzaba hacia ti con mi espalda sangrando, unas nuevas alas saliendo de ellas, mas grandes, completamente negras de una piel dura y rasposa, mi cabello también empezaba a obscurecerse mientras avanzaba a ti, tu no dejabas de decir mi nombre como si eso pudiera salvarte. Te acorrale contra la pared, mi mano deslizándose con suavidad por todo tu rostro delineando tus labios, bajando por tu delgado cuello hasta llegar a tu pecho, sintiendo el desesperado palpitar de tu corazón casi como si supieras lo que estaba apunto de pasar, por ultima vez me permití perderme en tus ojos, escuchar todos los matices de tu voz al pronunciar esa dos palabras…”te amo”
En ese momento mi mano entro en tu pecho manchando nuestros cuerpos de sangre, tu rostro rápidamente su puso pálido, tu calor se perdió, tu respiración haciéndose cada vez mas pausada, y mientras yo apretaba mas y mas mi sonrisa creció observando con gusto tus lagrimas, disfrutando de tus últimos gemidos de dolor, saboreando tus últimos suspiros. Cuando dejaste de moverte saque mi mano de dentro de ti y te coloco con cuidado en el suelo, robe el ultimo beso que nadie tendría de ti, un beso con sabor a sangre, tan dulce al gusto y amarga al resto de los sentidos.
La parte de mi que aun tenia algo de cordura lloraba tu muerte, pero el resto de mi ansiaba la sangre de esa parte de ti que apreté hasta romperlo. El deseo era tan fuerte que no pude resistirlo, me rendí por completo a el, me deslice hasta tu pecho hurgando dentro de el, removiendo cada pedazo de tu corazón para devorarlo disfrutando del sabor de tu carne, disfrute cada parte hasta que no hubo nada mas y tuve que detenerme. Nuevas sensaciones asaltaron mi mente y mi corazón…La euforia fue reemplazada por terror “yo” te mate, “yo” rompí tu corazón, “yo” me alimente de ti, “yo” fui el culpable de todo lo que paso, el conocimiento del amor, del deseo, del placer y satisfacción que conllevan me llevo al conocimiento de la muerte, el asesinato, la sed de profanar y con ese conocimiento ya nunca mas podría ser un ser de luz…ahora pertenecía a la oscuridad siendo uno con ella.
Desde ese día y para siempre permaneceré siéndolo, con ninguna otra luz mas que el recuerdo de la persona a la que mas ame, y que a cambio me amo de la misma manera, siendo ese su único pecado, amar a un ángel.