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SOMBRA por Angel del Diablo

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Notas del fanfic:

Aquí la portada!! Kana-chan... te superaste... y me alegro mucho de que al fin este lista... aquí va:

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me parece que va muy bien con el fic... en fin... denme su opinión... (Reflejo ya tiene... aunque se la puse al final)

La historia es mia... pero los personajes son de Kishimoto-sensei... bueno... no se como saldrá pero me esforzaré mucho!!!

Notas del capitulo: gomen... se que tardé... pero aquí esta^^

Hacía una semana que el rubio había salido del espejo. Sasuke, que estaba de vacaciones, pasaba mucho tiempo con él. Le gustaba mucho verlo sonreír, ya que todo lo de “fuera” le parecía nuevo y extraño. Era Navidad… pero aún no habían salido de compras… solo lo que el rubio necesitaba con urgencia (como ropa o zapatos).

De escoger esto se había encargado Deidara y la verdad es que conocía muy bien a su hermano, porque había acertado plenamente en los colores o el tipo de ropa.

Habían habilitado un cuarto para Naruto cerca del de Sasuke, al otro lado del pasillo, donde habían puesto una cama, un gran armario (Deidara había comprado demasiadas cosas) y un pequeño escritorio. El rubio estaba muy agradecido con eso, pero su moreno no, ya que si hubiera sido por él habría compartido cuarto y cama con Naruto. Pero eso no era lo que le hacía verse serio y enfadado todo el tiempo, sino otra razón que se repetía todos los días:

Su cuarto estaba en penumbra, pero sabía de sobra que era de día. Se movió en la cama y enseguida se encogió, al sentirla vacía y fría. Otra mañana que despertaba sólo. Había sido así desde hacía tres días. Porque el rubio nunca estaba. Se levantó y caminó descalzo hasta la cocina, dónde su hermano terminaba de desayunar.

 

-Ohayo, ototo –pero, como el otro solo se sentó, sin mirarlo, supo que estaba de mal humor. El menor recorrió la cocina con la mirada, pensando qué comer y buscando a cierto rubio que lo traía loco.

 

-Si buscas a Naruto, se fue temprano con Deidara.

 

-Yo no he dicho eso.

 

-Después me reuniré con ellos… si quieres, puedo darle un recado o algo.

 

-No, no hace falta. –el mayor sonrió al ver que su hermano no podía ocultar sus celos.

 

-¿sabes algo? Falta poco para Navidad… y nos han invitado a una fiesta… creo que podríamos ir…

 

-¿Fiesta de Navidad? Creo que paso

 

-¿Por qué? Seguro que a Naruto le gustaría ir. –lo miró, sin comprender porqué le podía interesar a él lo que le gustara a Naruto.

 

-Es posible, pero no me apetece…

 

-Eres demasiado aburrido. Yo si que voy a pedirle a Dei-chan que venga conmigo.

 

-¿Quién te invitó?

 

-Bueno… fue a ambos… y será una fiesta en la que estarán algunos amigos de tu clase… y algunos de mi trabajo. Será algo informal… solo para pasar juntos un rato entretenido –estaba insistiendo, pero sin duda sabía que estaba siendo un pesado.

 

-Ya sabes que paso de esas cosas…

 

-entonces no te molestará que me lleve a Naruto ¿cierto? –lo miró a los ojos y supo que lo estaba enfadando más de lo que ya estaba.

 

-¡Iré también! –Itachi sonrió. Le encantaba fastidiarlo. Oyeron en ese momento la puerta abrirse y una voz saludarles:

 

-¡Llegué! –era Naruto. Sasuke se levantó de inmediato y caminó a su cuarto. El rubio solo pudo ver como cerraba la puerta. Cuándo entró en la cocina, miró al mayor:

 

-Hola, Naru… ¿Qué haces aquí?

 

-Olvide algo… ¿qué le pasa a Sasuke? Lo noto extraño desde hace algunos días…

 

-ve a verlo. –el rubio sonrió y fue hasta el cuarto de Sasuke. La puerta estaba cerrada y el chico llamó con timidez:

 

-¿Sasuke? –no contestó. -Voy a entrar –abrió sin hacer ruido y metió la cabeza dentro del cuarto, buscando con la mirada al moreno. Pese a ser de día, el cuarto estaba relativamente oscuro, por las cortinas echadas. Sasuke estaba acostado en la cama, tapado hasta el pecho, mirando hacia él con los ojos cerrados. Naruto se deslizó dentro, cerró la puerta y caminó hasta la cama, para después colocarse encima del otro. No hizo ningún movimiento, pero sabía de sobra que no dormía. Se inclinó y repasó con la lengua los labios del otro, haciendo que abriera los ojos y lo besara, con pasión contenida. Al rubio le causó gracia la desesperación del otro… porque en verdad que hacía días que no estaba con él. Cuando sintió libres sus labios, se alejó un poco y lo miró a los ojos.

 

-Buenos días.

 

-¿Qué tienen de buenos? –susurró, con el ceño fruncido.

 

-¿porqué ese humor por la mañana? –no obtuvo respuesta.

 

-Sasuke… eres un cascarrabias –volvió a inclinarse para besarlo, más despacio, intentando mejorar el humor del moreno. Sasuke no podía con aquella dulce tortura… quería tener al rubio. Sacó los brazos para rodearlo y hacer que se pegara a su cuerpo. Naruto entendió lo que quería, pero no podía pararse en ese momento… no tenía tiempo.

 

-Sasuke –habló entre beso y beso: -ahora… no –el moreno no se detuvo. Coló las manos dentro del jersey blanco del otro y acarició su espalda. Cuándo volvieron a separarse para coger aire, preguntó

 

-¿entonces cuando? –el sentirse abandonado le hizo ser más brusco de lo que debía cuando lo hizo a un lado y se levantó de la cama. El rubio notó el repentino cambio de humor y lo imitó. Quedando detrás de él, lo abrazó y le preguntó, haciendo que su aliento acariciara la piel pálida:

 

-¿te pasa algo?

 

-¿Porqué lo dices? –hizo como si todo aquello le diera igual, pero deshizo el abrazo del rubio.

 

-No lo se… hace unos días que te noto distinto…

 

-¿No debería eso ir por ti también? Eres tú el que esta distinto conmigo… ¿o no? –antes de poder responder, se oyó una voz por el pasillo:

 

-¡Naruto! Ya me voy… ¿quieres que te lleve o prefieres ir andando? –los ojos de ambos se encontraron: aunque ambos sabían que la conversación no había terminado, el rubio debía irse:

 

-Tengo que irme… he quedado con mi hermano e Itachi. –el moreno solo le dijo: -esto no se ha terminado…

 

-hablaremos esta noche, Sasuke –se fue, cerrando la puerta. Pero pudo oír lo que le decía el otro, antes de salir:

 

-¡no tienes ni que molestarte! –Itachi oyó lo dicho por su ototo:

 

-¿os habéis peleado? –el rubio no dijo nada. Pero por su expresión triste supo que si.

 

-¿Por qué no se lo dices? -No. Aún no. -¿Seguro? –no obtuvo respuesta.

 

Sasuke esperaba en su cuarto a que su rubio se dignara a aparecer. Hacía rato que había llegado… pero ni lo había mirado, solo se había encerrado en su cuarto con llave. Su hermano se había ido con Deidara y le había dejado dicho que no molestara al rubio, que estaba cansado. ¿Cansado? ¿De que? ¿Qué habían estado haciendo todo el maldito día? El menor de los Uchiha no podía con los celos y el sentimiento de no ser importante. Naruto pasaba de él. Y eso lo enfurecía. Tras pasar la medianoche desistió y se acostó, porque sabía que el rubio no aparecería. Y no apareció.

 

Había llegado el día de la “fiesta de Navidad”. Itachi se terminaba de arreglar frente a un espejo de su cuarto, mirando de vez en cuándo a Sasuke, con su ropa normal.

 

-¿Seguro que irás?

 

-¡Te he dicho que si! Solo que antes debo recoger algo…

 

-no llegues demasiado tarde. Naruto quiere en verdad que estés allí.

 

-Si… seguro –aquel comentario lo había dicho por lo bajo, porque en aquellos cuatro días se había distanciado de él: salía temprano por la mañana y volvía por la tarde para encerrase en su cuarto a hacer Dios sabe qué. Sin embargo… el rubio le había pedido que fuera a la fiesta en uno de sus fugaces encuentros en el pasillo… y no había podido negarse a él. Se despidió de su hermano con un leve levantamiento de cabeza. Aunque no le apetecía… no había otra opción.

Y aunque parecía que para el rubio ya no era tan importante… pues aún lo quería demasiado y le había comprado un regalo de Navidad. Se cambió en un instante y se dirigió a la puerta.

 

-¿Te vas? –la voz desagradable de Sakura le llegó desde el cuarto de su hermano, que se había dejado la puerta abierta.

 

-No te importa.

 

-¿Aun no te ha dejado? Vaya… tras haberlo sacado pensé que te dejaría en cuestión de un par de días.

 

-¡Cállate! –salió cerrando con un portazo, para no escucharla. Porque confiaba en el rubio. Sabía que debía tener una buena razón para estar tan extraño esos días… una razón que le contaría cuando estuviera preparado… aunque debía apresurarse, porque su paciencia tenía un límite. Se abrigó un poco mejor y comenzó a caminar en dirección al centro, mientras la nieve amenazaba con caer.

 

-¿Seguro que vendrá?

 

-Por enésima vez: si.

 

-¿Por qué no te lo trajiste? Seguro que no viene.

 

-por favor, Naru, tranquilo. –Deidara e Itachi intentaban calmarlo, ya que no se había relajado en todo el rato.

 

-Demo… ¿y si esta enfadado? Hace mucho que no…

 

-no te preocupes… si te deja, puedes ser mi novio. –Deidara golpeó a Itachi, para que no lo empeorara más.

 

-Anda, Naru. Ven, voy a presentarte a algunos compañeros de Sasuke. –el rubio sonrió, pero esa sonrisa no llegó a sus ojos, mientras seguía al mayor hacia un grupo de chicos, mirando de reojo hacia la puerta para ver si llegaba Sasuke.

 

Mientras, por las calles se deslizaba una sombra, que iba errante buscando un edificio, una casa, un objeto. Sin saberlo, pasó de largo y continuó calle abajo, sin sentir que el objeto de su búsqueda estaba muy cerca.

 

Continuará…

Notas finales: algo corto... pero es porque es solo un aperitivo... para ir situándonos^^ espero sus rr con opiniones y consejos para mejorar!!

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