El sonido de la tierra removiéndose y una respiración agitada era lo único que se escuchaba. Draco se limpio el sudor de la frente con la manga de su suéter y se maldijo por haber olvidado su varita en casa, pero todo había pasado tan rápido que aun no asimilaba lo sucedido. Tomó la pala nuevamente y continuó cavando, intentando pensar como saldría de esta. Estaba asustado, demasiado asustado, aunque, claro esta, su orgullo Malfoy jamás lo admitiría.
Cuando consideró que el pozo era lo suficientemente profundo, salió de él para sacar el cadáver de la camioneta todo terreno gris plata que había estacionado a unos metros sobre el angosto camino rural, mientras caminaba con rapidez pensaba en lo irreal de la situación, a la vez que echaba nerviosos vistazos a su alrededor, temiendo ser descubierto. Abrió el portaequipaje y sacó el cuerpo envuelto en plástico, lo arrastró con dificultad hasta la orilla del hoyo, se arrodilló y, sin ningún cuidado lo empujó hacia adentro, sobresaltándose por el sonido sordo que produjo el golpe. Observó el bulto unos segundos, pensando en que él no quería hacer realmente eso, pero le odiaba, realmente le odiaba. Entonces se puso de pie y comenzó a tapar el hoyo con la pala.
Ya arriba de su vehículo, antes de partir, miró por el retrovisor y una enorme punzada de culpabilidad lo atravesó.
- Como lo siento, Harry – dijo en voz baja.
Todo era culpa de Severus, pensó Draco. Si, el tenía toda la culpa pues, de no haber sido por el, jamás hubiese pensado en ello, pero se lo había sugerido abiertamente en su última visita <> y el realmente pensó que quería hacerlo. Así que planeó, como buen Slytherin, su plan era perfecto, pero de último minuto desistió ¿por qué?, un total misterio, pero había desistido y aún así sucedió, aunque accidentalmente, sucedió y eso era lo que importaba. El solo había dado reversa a toda prisa para salir del garaje de esa maldita casa muggle en la que tenía que vivir y no fue consiente de lo sucedido hasta que sintió su coche impactarle. El pánico se apoderó de él y no tuvo mas remedio que adaptar el plan original a la situación.
Apenas llegó a casa y se quitó toda la ropa en el baño a toda prisa, tenía que eliminar toda evidencia antes de que lo descubrieran. Iba a entrar a la ducha, pero pensó en que lo mejor era deshacerse de la ropa primero, no podía conservarla aunque le doliera enormemente tener que deshacerse de sus pantalones favoritos pero no podía darse le lujo de conservarlos, sabía que los muggles tenían medios para descubrir si en la ropa había habido sangre, lo había visto en un programa en la televisión, usando sus malditos líquidos y lucecitas, además de extrañas pruebas con las que conseguían pillar al muggle que había sido tan estúpido como para dejar rastro de su crimen. Draco se detuvo un momento pensando en si un simple fregoteo serviría para eliminar la evidencia, pero desechó de inmediato el pensamiento, no debía arriesgarse. La quemaría, si, era su mejor opción, después de todo, su chimenea, por estar conectada a la red flu, estaba encendida todo el tiempo por lo que nadie sospecharía, su plan no tenía fallos, así que, con una sonrisa arrogante en su rostro, tomo el montón de ropa que había dejado sobre las baldosas del baño y se dirigió a toda prisa a la chimenea. Estaba a punto de llegar a ella cuando las llamas se tornaron verdosas, anunciando la llegada de alguien.
- Oh, mierda – exclamó Draco quedándose paralizado.
Harry salió de la chimenea con su habitual poca gracia y se quedo perplejo cuando vio a Draco frente a el. Estaba desnudo, con un bulto de ropa en sus brazos, una expresión de terror en su rostro manchado de tierra y unas manchas pardas que no quería pensar que eran de sangre, tenía el pelo desordenado y sucio. Parpadeó varias veces, incrédulo, intentando descifrar que sucedía pero solo atinaba a mirarlo. Tras un minuto de silencio y un gran esfuerzo para articular palabra, se atrevió a preguntar.
- ¿Draco? ¿Qué...? – Pero no pudo terminar su pregunta, pues el rubio, quien había comenzado a temblar, dejo caer la ropa y comenzó a gritar mientras se abrazaba a el.
- ¡Lo siento, Harry! ¡Yo no quería, pero fue un accidente y yo no quería que me odiaras por ello! ¡Pero te juro que no lo hice a propósito! - Harry lo separó de el y con una preocupada mirada le pregunto.
- ¿Qué sucedió? - Draco le miró con sus grises ojos y llorosos ojos (aunque después jurara que no fue así) y mordiéndose el labio respondió en voz baja.
- He atropellado a Bono.
Harry abrió la boca y emitió un sonido ahogado, Bono era su viejo perro labrador, llamado así en honor al vocalista de su grupo favorito, el y Draco lo habían comprado doce años atrás, una semana después de mudarse juntos, bueno, el lo había comprado y Draco había refunfuñado todo el día diciendo que no necesitaban a esa bola de pelos y si bien, detestaba al perro y pasaba el día quejándose de que el pobre animal recibía mas atenciones que él, sabía que no era posible que lo hubiese hecho a propósito y la exagerada reacción del rubio lo confirmaba.
- No te preocupes, Draco. Bono era un perro muy viejo. Estoy seguro que no lo viste cuando saliste y el ya no era lo ágil que solía ser. Fue un accidente – Draco le miró largamente aun con la expresión llorosa en su rostro y entendió por qué había sentido tanta culpa.
Harry adoraba a ese perro, él adoraba a Harry y le estaba perdonando por haberlo arrollado, pues este le adoraba aun mas a él y Harry, conociendo a Draco, se imaginaba ya por que retorcida razón (seguramente muy lógica en la cabeza del rubio), había encontrado a Draco en esas condiciones y prefirió no preguntar nada en ese momento, después de todo, Draco siempre sobre reaccionaba a todas las situaciones. Era toda una reina del drama, pero bueno, era su reina del drama y nada le importaba mas.