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Coincidencia O Casualidad por AthenaExclamation67

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Casualidad O Coincidencia

By AthenaExclamation67

Todo sucedió hacía exactamente una semana. Semana en el que nada sospecho puesto que guardaron el secreto muy bien. Demasiado bien. Semana que ya finalizaba, y que daba paso al desenlace en el que todo se iba a revelar.

  • - Kanon... - le llamó su hermano gemelo - esta noche iremos a cenar, así que estate preparado, te recogeré a las 20:30. Ya sabes que soy puntual, así que no me hagas esperar - explicó y colgó el teléfono sin darle ninguna opción a contestar.

Saga estaba cansado de ver a su reflejo en el espejo siempre solo. Cansado por que sufría viéndolo deambular sin rumbo alguno, sin hacer nada con su vida. Solo del trabajo a casa y de casa al trabajo. No se divertía, no salía y mucho menos iba con sus amigos de juerga hasta emborracharse y no recordar si había hecho algo de lo que lamentarse.

Pero Kanon no era para nada así, solo se marchaba hasta su casa después del trabajo, desconocía el significado de la palabra divertirse o de cualquiera de sus sinónimos, así que él solo tomo la decisión de encontrarle una diversión. En este caso. Un novio. Un buen mozo que le alegrara la vista, el cuerpo y el corazón.

Llamo a una agencia. Una de esas agencias de gran reputación en las que se encargaban de seleccionar según tu perfil la mejor pareja, la persona más compatible para que no hubiese ninguna decepción. Así fue como Saga, acompañado por su pareja Aioros, entró en ese lugar, dejo un video con un montaje de Kanon haciendo cosas, una foto para la sección de contactos en red y su número de teléfono para que le avisaran en cuanto tuvieran a alguien que fuera compatible con Kanon.

Eso sucedió transcurridos solo tres días. Kanon, atractivo, interesante, guapo y de cuerpo de dios, fue uno de los candidatos que tuvo más visitas, así que tras una ardua selección, llamaron a Saga y le indicaron el lugar y la hora de encuentro con su cita.

  • - Sr. Gemini... - se oyó al otro lado del celular - le llamamos de "El Amor De Tú Vida Te Está Esperando".
  • - Ah... hola, hola... - dijo entusiasmado.
  • - Señor, como acordamos, buscamos el mejor perfil para su hermano, y ya lo hemos encontrado, la cita será en el restaurante "El Cangrejo Caliente" una excelente marisquería, ya sabe que todo corre a nuestra cuenta, así que dígale al interesado que no tiene de que preocuparse de nada. Solo de disfrutar y pasarlo en grande.
  • - Bien... muchas gracias por su eficiencia, estoy realmente satisfecho - dijo para después colgar.

Saga sonrió sin darse cuenta de que Aioros le miraba, que negaba con la cabeza, pensando que todo aquello era una pésima idea. Sabiendo que a Kanon le haría muy poca gracia encontrarse con un desconocido con el que nada tendría en común, que quizás fuese un engreído maleducado que no tenía otra cosa que hacer que conocer así a la gente para después romperle el corazón. Aioros creía que ese no era el modo natural de conocer a alguien, mucho menos una persona con la que compartir el resto de su vida, igual que le sucedió a él con Saga que por una estúpida discusión para conseguir un producto de un estante el destino les puso delante al amor de su vida.

  • - Saga... ¿estás seguro de esto? - dijo acercándose - creo que a Kanon no le entusiasmará la idea - añadió.
  • - Tranquilo amor... - acarició su mejilla - Kanon no sabe nada, así que si no lo espera, creo que lograré sorprenderle.

Aioros quedó con la boca abierta, no le gustaba en absoluto la idea, pero en cuanto Saga le reveló esa parte, aún le agradó menos. No podía creer que Saga hubiese hecho eso, organizarle esa cita a ciegas.

  • - Pero Saga... No me habías dicho eso, creí que le habías dicho a Kanon en cuanto lo viste, después de salir de la agencia...

Saga empalideció levemente, era cierto, pero para su mente, estaba ejecutando una buena acción. Lo hacía por el bien de su hermano al que quería con locura y devoción, al que no soportaba ver así de triste desde que por algún motivo, se volvió un hombre solitario y ermitaño con tan solo 28 años.

  • - Amor... Discúlpame, pero es que me duele verle así, todo saldrá bien, ya lo verás... me acompañarás esta noche... ¿verdad que sí? - tomó su manos con una mirada de perrito mojado, tratando de convencer a Aioros.
  • - ¡Aghhh... Detesto que me hagas eso! - suspiró sonriente - está bien, iré. Aunque solo sea para evitar que Kanon te mate - sonrió.
  • - Te amo... - dijo antes de tirarse encima de él y caer ambos al suelo - eres un sol - sonrió y le besó efusivamente.

Saga y Aioros se arreglaron y pasaron por el apartamento de Kanon justo a la hora que por la mañana le había indicado, entrando sonrientes en el apartamento, viendo que Kanon, por una vez estaba listo a la hora acordada.

  • - ¡Vaya! Es la primera vez que te encontramos listo - sonrió Saga - preparado para disfrutar de la velada - agregó mirándole, viendo como Kanon asentía por compromiso, mientras Aioros sentía escalofríos porque tenía una mala sensación que le auguraba que algo no iría tan bien como Saga tenía planeado.

Subieron al auto y partieron a la exclusiva marisquería "El Cangrejo Caliente" donde se encontrarían con la cita de Kanon al que dejarían a solas con el elegido y quedarían como carabina en una mesa cercana por si Kanon necesitaba escapar de la velada.

Llegaron y se dirigieron directamente al maître para que les indicara la mesa que tenían asignada.

  • - Hola... buenas noches - habló Saga - ¿la mesa que está reservada a nombre de Saga Gémini? - preguntó.
  • - Sí señor, ya le están esperando sus invitados - explico el maître cediéndoles el paso para que le acompañaran.
  • - Invitados... ¿Qué invitados Saga? - preguntó Kanon nervioso.

Aioros tomo el hombro de Saga y lo estrujo, interrogándole con la mirada, dándose cuenta de que él también estaba sorprendido por el plural de la palabra. Invitados y no invitado... fue algo que le estremeció.

  • - Esto... Kanon... yo... - quiso hablar pero llegaron a la mesa antes.
  • - Buenas noches - hablaron simultáneamente dos muchachos muy atractivos. Uno rubio de pelo corto y otro con bucles azulados de pelo largo.

Kanon miró a su hermano con el rostro pálido, casi contraído por que no esperaba tal situación justo como Aioros había previsto.

  • - Saga... ¡Qué demonios significa esto! - exclamo Kanon - ¿me lo quieres explicar?

Los dos invitados se miraban asombrados, extrañados porque era la primera vez que acudían también a una cita de ese tipo, aunque ellos eran conscientes de lo que hacían y Kanon no.

  • - Kanon... yo... yo... - balbuceaba - te preparé una cita, pero era con una sola persona no con dos, no sé que habrá pasado.
  • - ¡Pero cómo te atreves! - renegó - ¡acaso te crees que estoy desesperado! - dijo sin darse cuenta de que ofendió a los dos muchachos.
  • - ¡Oye! - interrumpió uno de los dos - no juzgues sin saber - replicó .
  • - ¡Exacto! - agregó el otro - no emitas juicios sin valorar antes la situación correctamente - añadió el muchacho rubio realmente molesto - ¡yo me voy! - exclamó sonrojado, sin perder de vista un segundo a Kanon.
  • - ¡NO! Esperar por favor. Yo tengo la culpa de todo esto. No te vayas - dijo que el chico rubio empezaba a ponerse su chaqueta - yo soy el que está desesperado porque mi hermano sea feliz - confesó - yo organicé todo esto, y está claro que hubo un error - dijo apenado - ahora mismo voy a solucionarlo, pero por favor, quedaros y disfrutar de la noche. Está todo pagado y sería una pena desperdiciarlo - finalizó saliendo a toda prisa del local, tomando su celular para llamar a la agencia.

Kanon lo miró sorprendido mientras llamaba enfurecido y renegaba tan alto que se oía dentro del local. Cosa que provocó que se sentara muy rápido imitado por los dos muchachos que permanecían sonrojados, incrédulos por todo lo que estaba pasando

  • - ¡Como que hubo un error! - se oía a lo lejos - ¡es intolerable! - seguía mientras los tres desconocidos se miraban unos a otros, empezando a oír palabras más subidas de tono que les hicieron reír a carcajadas.
  • - Jejeje... Mi hermano... todo un personaje... - dijo entre risas.
  • - Sí, pero con buena intención - dijo el muchacho de cabellos azules con una preciosa sonrisa en los labios.
  • - Sí - refutó el rubio - ya quisiera yo tener un hermano que se preocupara así de mi - sonrió con un brillo encantador en los ojos antes de que empezaran de nuevo a reír.

Aioros trataba de no reírse mientras esperaba que Saga terminara con la retahíla de insultos y palabras malsonantes que no pensó que Saga fuera capaz de pronunciar, hasta que después de revisar el comedor del restaurante y ver como Kanon se divertía, decidió terminar esa llamada que ya salía de tono.

  • - Saga... Saga... - dijo - cálmate. Mira, se están riendo, parece que se lo pasan bien - ya déjalo - añadió quitándole el celular - por favor, disculpen gracias por todo - colgó.

Saga miró a Aioros y se le abrazó, sintiéndose muy apenado, avergonzado por todo lo que había pasado, sabiendo que él como solía suceder, tenía razón.

  • - Aioros... debo disculparme con ellos... yo...
  • - Ni se te ocurra, mira a tu hermano, se está divirtiendo... ¿eso es lo que querías no?

Saga desvió su mirada de los ojos de Aioros y sorprendido se dio cuenta de que esa casualidad, o coincidencia, finalmente había dado sus frutos. Su hermano sonreía feliz como hacía mucho tiempo, parecía despreocupado, relajado y entusiasmado mientras hablaba con esos dos muchachos.

  • - Venga, vámonos a casa, mañana le llamas y le dices todo lo que quieras, ahora no vamos a interrumpirles.
  • - Pero Aioros yo debo disculparme... yo... - quiso seguir pero sus labios fueron sellados por un beso de Aioros - está bien... - dijo aun con sus ojos cerrados por el beso - mañana le llamo - susurro abriéndolos, mirando fijamente a Aioros, tomando su mano para después subirse a su auto y partir a su domicilio privado.

Mientras tanto, la cena en  "El Cangrejo Caliente" prosiguió. Se presentaron y cenaron mientras charlaban animadamente, conociéndose los unos a los otros, descubriendo que tenían más en común de lo que jamás hubiesen esperado.

  • - Así tú eres Milo - señalo al muchacho de cabellos azules - y tu Rada - añadió cambiando la posición de su mano, señalando al muchacho rubio.
  • - Así es - sonrió Milo sin dejar de mirarle, empezando a explicarle los motivos por el cual había contratado él los servicios de la agencia - verás Kanon - sonrió confiado - mi vida es tan estresante que ni tiempo tengo de conocer gente. Creí que este sería un buen modo. Y en verdad no me arrepiento.
  • - Sí - continuó Rada - a mí me sucede algo parecido - dijo - y al igual que Milo, no me arrepiento, porque creo que de no ser así, jamás te hubiese conocido - sonrió.

Una vez hechas las presentaciones y las confesiones pertinentes, se divirtieron de lo lindo, disfrutando del excelente marisco los tres, bebiendo un delicioso vino blanco con burbujas que les fue desinhibiendo, que les hizo sentirse más relajados. Tanto que la velada no termino con la simple cena, sino que además, decidieron terminar la noche bailando hasta altas horas de la madrugada.

Por la mañana, cuando Saga despertó por un cálido beso de Aioros, inspiró fuerte y llamó a la casa de su hermano. Dispuesto a disculparse, dispuesto a escuchar toda clase de insultos que merecía, que se había ganado por su osadía.

  • - Mmm... No contesta... - dijo casi desistiendo después de dejar que sonara una y otra vez el teléfono.
  • - Ho... hola... - al fin Kanon contestó justo antes de que Saga colgara.
  • - Kanon... hermano... ¿estás bien? - pregunto preocupado.
  • - ¡SAGA! - exclamó provocando que este saltara en la cama - ¡DIOS! No sé como agradecerte esto - añadió dejando atónito a su hermano - ¡HUY! Te dejo que están despertándose - dijo escuchándose unos susurros de dos voces más llamándolo cariñosamente antes de que se cortara la llamada.

Saga abrió los ojos como platos al escucharlos, reconociendo las voces que susurraban medio dormidas el nombre de su hermano. Simplemente no podía creérselo, no lo hubiera hecho aunque lo hubiese presenciado, aunque hubiese visto con sus propios ojos esa imagen que no era capaz de imaginar.

  • - Saga... Saga... - le llamo Aioros casi a gritos en su oído para sacarle del trance en el que estaba - ¿qué ha sucedido? - empezó a zarandearle.
  • - Está con los dos... - dijo haciendo que Aioros tapara sus labios y evitar así que escapara de ellos una carcajada - se los ha llevado los dos a casa - añadió provocando la risa descontrolada de Aioros que se revolvió en la cama, arqueándose, mientras reía a carcajadas más por la cara de asombro de Saga, que por la situación tan acalorada en la que Kanon estaría inmerso. Situación que él si podía imaginar. Situación que él también quiso disfrutar, aunque solo con Saga.

- Fin -


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