Continué caminando, paseando solitariamente sin rumbo fijo.
Mi débil respiración es coloreada en blanco
Las estaciones cambian cada vez más fugaces.
Mis lágrimas se derraman sin ninguna razón
Incluso ahora, te amo...
-Nee... Akira.
-¿Hum?
Lo observo girando mi rostro al suyo, que se encuentra en una misma distancia, en tanto ambos estamos recostados en su alfombra y al lado del ventanal, donde se ve como no para de nevar allá afuera, fumamos tranquilos.
-¿No te aburres de venir aquí? -Se sobresaltó por mi mirada de incredulidad, para luego volver a hablar antes que lo haga yo. -Digo... es que creo, bueno que acá no es la gran cosa y no soy como Uke o Shima, que te pueden entretener con playstation o cosas por el estilo... y bueno...
-Y bueno... ¿qué? -Le interrumpí antes que siguiera, ya que me molesta esa actitud. -Deja de decir idioteces, porque a mi me gusta venir ¿o será acaso que no te gusta que este yo aquí? -Me acomode y me senté en pose india.
-¡No! ¡No es eso lo que quería decir! -Exclamó, mientras yo lo miro severo, pero se que debe tener en cuenta, que mi mal papel de amigo molesto, es falsa. -Solamente... es que me preguntaba ¿cómo es eso de tener suerte y alguien venga a visitarte?
-Taka, piensas mucho, ese es el problema. -El sólo me tira una almohada a la cara, pero la esquive, observando como intenta parecer ofendido y crear una pelea de almohadas que se encontraban tiradas por el piso. -¡Ya, cálmate! ¡Solo bromeaba! Pero... en parte es verdad lo que decía.
La tristeza va cayendo, se convierte en nieve blanca y pura.
Tú siempre estabas mirando el cielo
Si alcanzara mi deseo ahora, antes de que mi cuerpo desaparezca...
Abrázame fuertemente una vez más
Dejo lo que estaba haciendo y suspiró como resignado, caminando hacia la cocina. Por mi parte, yo ordeno un poco la estancia y me voy a sentar en uno de los sillones, llevando conmigo el cenicero que estaba más que rebalsado de restos de cigarros.
-Ten, hace frío. -Me sorprendió con una taza de café caliente, aceptándola y dejando la última colilla en otro cenicero.
-Gracias. -Soplé un poco y di unos cuantos giros a mi taza, antes de tomar un poco. En tanto él se acomoda a mi lado posando su oscura cabellera en mi hombro, toma también del suyo.
-No. Gracias a ti, Akira... sino me sentiría muy solo hoy. -Se sinceró, mientras yo no me veo manera para formular comentario alguno, sólo dejar enmudecida nuestras voces por un tiempo, en ello que la música nos hace compañía.
No comprendíamos que nos estábamos lastimando tantas veces.
En ese tiempo en que eras siempre tan amable
Repentinamente el anillo que te había regalado
Fue desapareciendo.
No cumpliste nuestra promesa
Incluso ahora lo recuerdo...
Sin embargo, la respuesta era muy clara y esa se formo a base del tiempo, aquel tiempo que me daba para compartir contigo, de conocer más a ese chico alegre y con inspiraciones, de ese que antes me irritaba porque era la única persona a la cual me costaba hacer frente, y antes de terminar a golpes por ser igual de testarudos, o por que simplemente, por esos hechos...me terminaste encantando como amigo, sin darme cuenta que ese encanto ya parecía envolverme y no era por ese apellido, que con el tiempo se fue forjando...
Mis ahora constantes visitas, parecían querer forjar otras razones... escondidas en la palabra "amistad".
-Llamando a Akira desde el planeta tierra ¿Se encuentra por ahí el bajista de The GazettE?
-¡Calla enano! -Quité su mano que se movía al frente de mi cara, sonrojándome levemente y escuchando su risa tan cerca de mi oído.
-No soy enano. Mejor dime en que planeta te habías ido. -Le mire de reojo y volví a darle importancia al café antes que a sus palabras, lo cual le molestó, lo que hizo que comenzara a tironear de algunos de mis cabellos. -Akira que malo eres, yo solo me preocupo de ti...
-No te preocupes, al final de cuentas no es nada importante...
-Mm...odio cuando estas tan pensativo, ese no eres tú. -Dejo su café en la mesita del living y al levantarse, me toma bruscamente del brazo, llevándome consigo hacia su habitación y salir hacia el pequeño balcón de su departamento.
-¡¿Qué haces?! -Me quejé, observando la mancha de café en mi blusa. -Me he manchado, además... ¡hace frío! -Me abrace a mi mismo, mientras parece él, muy interesado en buscar algo allá bajo y no ponerme atención en mis palabras -¡Me escuchas, te hablo!
-Mejor deja de gritar, que los vecinos se quejaran. -Se dio vuelta y me tapo la boca. - ¿Sabes? se me ocurrió una divertida idea...jejeje
-¿Qué... idea? -Intentaba darme la vana idea de lo que pasaba por su cabeza, pero únicamente me quede absorto en su sonrisa, antes de que por esos labios modulara palabras incoherentes.
Los recuerdos que tenían se han ido para siempre, están demasiado radiantes
Quería estar más tiempo junto a ti
No nos podremos conocer una segunda vez
Pero siempre estaré a tú lado cuidándote.
No quería que nada cambiara.
-¡Vamos Reita, anímate!
-Estás loco ¡¿Qué dirán las personas?! -Contrarrestando fuerza hacia atrás, ya que Ruki me empuja por ese lado, queriendo que de mi cara por el balcón.
-No es nada del otro mundo. Y si no quieres empezar tú, lo haré yo. -Sonrió pervertido, quedando yo avergonzado por lo que haría a continuación. -¡Ahí hay una! No esta tan buena, pero... es mejor a seguir esperando. -Sólo lo observaba, pero en cuanto empezó a soltar su lengua y decir halagos algo insinuantes para cuanta mujer pasase, algo en mí se removió... molesto.
Al final, aun perduran las lágrimas que había mostrado.
-¡¡Ya para!!
Grité sorpresivamente, empujando su cuerpo contra mi pecho y tapando su boca con mi mano, olvidando el pequeño detalle de control de fuerza... haciendo que pierda el equilibrio y llevándomelo conmigo al suelo, que por suerte el otro lado no estaba el ventanal cerrado y pasamos hacia su habitación, manchando la alfombra con la nieve impregnada de nuestros cuerpos.
Permanecemos callados un tiempo, escuchando; el ruido de afuera, la música de adentro y tú perro que bosteza, antes de seguir durmiendo en tú cama.
-Etto... disculpa, creo que se me paso la mano. -Atiné a decir, despojándote de mi mano y ver como giras tú cabeza para verme a los ojos en la misma posición, pasando inadvertido que yo intento grabar en mi memoria el casi calor corporal de ti y tus ojos fijos en mi rostro, claramente con alguna interrogante.
-Si, casi me la trago. -Bromeaste, pero no supe porque, pero el que te incorporaras, sentado a un lado, y no me miraras, me decía que había hecho algo malo. -Pero tienes razón, no soy un niño y es tocar profundo eso de piropear a cuanta chica pasase... en una de esas... -Suspiras - habríamos encontrado una fan y nos delataría ¿no?
-Puede ser... -Pero esa no fue la razón que hice aquello. - ¿Estás bien Taka? -El que no me mires y me des la espalda, me preocupa...
-Estoy bien, sólo pensaba en lo correcto que eres. -Me observaste de reojo. -Tú madre debe estar orgullosa de ti.
-Idiota. -Me sobé la cabeza y me acerqué a ti, que en tú misma posición, paso mis brazos por tú cuerpo y choco mi cabeza en tú espalda. -Tú también lo eres, lo que pasa es que eres más idiota que yo en algunas ocasiones. -Te hago reír. -Tú madre debe estar igual de orgullosa.
-Otra vez gracias. -Levanté mi cabeza y me encuentro con tus ojos, que parecen ahora gratificantes, sintiendo, sintiendo que deseas algo... Te mueves un poco y me robas un beso, sonrojándome inmediatamente.
Incluso si desapareces al mismo tiempo que la nieve blanca
Querré florecer por siempre dentro de tú corazón.
No olvides la tibieza de nuestros cuerpos cuando nos abrazamos fuertemente.
Incluso si tú quieres a otra persona
Al final, nunca dejaré de escuchar tú voz.
Quiero caer en un profundo sueño
No obstante, el sonrojo era mutuo y aunque quisiste darme una excusa por ese repentino acto, yo termine deseando más de aquellos labios, de aquella boca.
-Akira...
Gemiste. Fue el momento para aprovechar de conocerte más, terminar ahogados de falta de aire y luego dar cuenta de mis torpes actos.
-¿El me gustas más que un amigo o que tengo sentimientos homo de por medio por ti, sobran no? -Me dijiste y sonreí por ello... Tan claro éramos.
Recuerdos que hubiese deseado que perduraran hasta el día de hoy, que el transcurso del tiempo pasaran siempre esas mismas horas y que aquella música se mantuviera sonando más minutos o muchos más, para saber que todo era igual...
Porque por más hojee esta revista donde posas en cada foto tú, algo dentro de mi se quiebra y me da cuenta que ese ya no eras tú, sino el inalcanzable ser de la fama, la egocéntrica moldeada en ti... alejando a esa persona que amaba y ahora en el presente me decepcionaba con sus actos.
La tristeza va cayendo, se convierte en nieve blanca y pura
Tú siempre estabas mirando al cielo.
Si alcanzara mi deseo ahora, antes de que mi cuerpo desaparezca.
Fuertemente una vez más.
Fuertemente una vez más.
-Un lo siento, un perdóname y más disculpas de por medio... ¿no te harán pensar diferente, cierto?
Fuertemente una vez más, me abrazas por detrás... ¿Acaso no das cuenta de como me ido ahogado?
-Has vuelto ha acertar, porque nada de ello lograra cambiar nuestro presente...
Intento forjar una sonrisa, darme vuelta y verte a los ojos... sin embargo ya nada será como antes.
Seguiré caminando, sellando un te amo en mis labios, porque nunca volveré a mirar atrás.
Caminaba somnoliento, después de descubrir a su pareja no se ubicaba junto a él, en la cama... y cuando lo encontró sentado en los sillones con el laptod con él, ese era únicamente un detalle, porque más allá, aquel torpe y presumido rubio, lloraba en silencio, preocupándolo. Se acerco con cuidado y silencio, sin embargo... poco duro aquello, cuando tropezó con algo en el piso e hizo evidente su presencia ahí, asustando al menor de paso.
-Ouchh... eso dolió. -Se acaricio la rodilla, recordando que estaban de visita en la casa de sus padres, pero una vez fijo su vista en el chico, dicicio olvidar aquello y caminar. -¿Pasa algo, Taka?
-Nada...
-Que mal mentiroso eres, a ver idiota, repito la pregunta... -Se sentó a su lado y con un brazo atrajo su cabeza. -¿Me dirás que fue lo que trajo tú trasero aquí, a estas horas, en vez de estar abrazado a mi haciendo cucharita?
-¿A quién le vienes a decir idiota? -Refunfuño, secando algunas lagrimas revoltosas, no queriendo demostrar debilidad. Cerró la laptod y busco la mano de su pareja, la cual no le dio la mirada avergonzado, para hundir su cabeza en su pecho. -Solo venía a ver que escribía tú hermana, pero parece que me odia. -gruño. -En la tarde no me dejo ver que hacía y...
-¿Estabas husmeando las cosas de mi hermana? -Interrumpió, queriendo estar molesto, pero no podía...y ahora acariciaba su cabeza con ternura. -¿Taka?
-¡No te enojes! ... Además, solo era una historia de nosotros dos y no era verdadera, sin embargo... -Se separo de forma prudencial a sus cuerpos y lo miro por fin a los ojos, notando lo bien que se veía sin esa bendita, sacándole una sonrisa algo amarga, ya que las letras plasmadas en el documento le calaron muy hondo. -Yo... alguna vez, ¿alguna vez he hecho que dudes, que te decepcione... de que ya no soy el mismo que tú una vez conociste?
-¿A que viene esa pregunta ahora? -Enarco una ceja, intentando al menos que alguna neurona estuviese despierta a esa hora y lograra comprender lo que decía su pareja. -Yo... yo te amo y te quiero... Eres algo gruñón a veces, muy llevado a tus ideas, como presumido, consumidor compulsivo y algo hambriento...
-No soy hambriento. -Objeto, mirándolo severo, siendo que no podía estar enojado, cuando lo primero que le decían eran un yo te amo y un te quiero, para embarrarla con sus contra, aunque era algo muy normal en alguien como Akira.
-Entonces dile eso a la cacerola de mi madre... -Bromeo, para después seguir. -Algo arrogante y con los humitos algo arriba, demo... creo que eso nos ha ocurrido a todos, como; Aoi, Kai, Uruha, ¡hasta yo! -Lo abrazo e hizo que dejara aquel equipo a un lado, para que se recostase encima suyo. -Eso es normal, creo...
-Akira... idiota. -Murmuró suave, al sentir que se embriagaba con el calor de su cuerpo y las palabras algo ortodoxas.
-Pero no importa lo que digan otros, para mi eres el mismo Takanori Matsumoto que conocí, sin importar los que muchos otros creen que sea esa la verdadera personalidad que presentas, porque yo se que es solo fallada, porque...
-¿Por qué?
-Bueno...
-¿Hum? -Insistió en que siguiera, mientras parecía que se iba a quedar dormido ahí.
-¿En donde iba? Me perdí... -Se rasco la pera, para luego escuchar una risa de su pareja. -¡Vez, te hice reír! -Acompaño a su pareja en ello, hasta que se lograron calmar mejor y quedar un momento así en silencio. -Me gusta más que rías... Taka.
-Gracias, Akira, te amo.
-Yo igual y no pienses tonteras. -Le beso la nuca y mientras parecía absorto por el abrazo del otro, como la mariposa de noche que revoloteaba en la habitación que había dejado la luz encendida, continuó. -Ahora sabes, que es mejor no meterse en los asuntos de mi hermana. Como también, que nunca podrás decepcionarme o cosas por el estilo, porque yo haré que pongas los pies en la tierra ¿O.k.?
-Tengo sueño Akira, cállate.
-Pero si yo...
-Entendí... -bostezo. - y para mí no hay mejor triunfo, que el a verte conocido como que me ames.
-Yo también...
-Por eso mil veces gracias... por aguantarme y -Levanto un poco la cabeza y sonrío algo idiota al verlo dormido. - por no callarte tus sentimientos. Yo también haré lo posible por no decepcionarte. -Beso en un roce casto sus labios y se acomodo en su pecho para dormir. -Te amo.
Continué caminando, paseando solitariamente sin rumbo fijo.
Mi débil respiración es coloreada en blanco
Las estaciones cambian cada vez más fugaces.
Mis lágrimas se derraman sin ninguna razón
Incluso ahora, te amo...
Fin~