Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Habitación Azul por Celat Black

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Este One-shot fue escrito para participar en un encuentro literario... es triste y muy suave ^//^

Notas del capitulo: Una cordial bienvenida a un relato más, espero sea de su agrado!

 

Habitación azul

Conocerte me llevó a desear mas mi destino... y a escribir esta historia con tinta azul...



Desde fuera de la ventana, me sentía capturado ante la insensatez de tu profunda mirada que no huía de la mía cuando te observaba, ni siquiera tus oscuras pestañas se movían, enmarcando fieramente esos ojos vacíos. Supuse entonces que las medicinas te hacían creer que yo era parte de tus alucinaciones nocturnas, porque esa sonrisa que esbozabas al verme, ningún mortal la habría hecho al recibir mi visita.

Seré franco ¿Quién sonríe al ver a un extraño entrar por su ventana sin la más minima invitación?

Era cautivador ese rojo profundo de tus labios, destacando en tu piel clara, como una mancha de sangre contenida en la textura suave del papel. Tus lánguidos movimientos no hacían más que preservar los segundos... impasible y sin sensación... muy en el fondo querías morir, lo supe cuando tu mismo abriste los botones de tu pijama para que pudiera acceder a tu cuello de manera mas cómoda... debí ver una trampa tras ese gesto ingenuo. Segundos después descubrí que por tu cuerpo corría sangre con sabor a agua... Hacía tiempo que estabas muriendo, casi te sentí decepcionado al asegurarte de que no podía alimentarme de ti, tentabas a tu suerte... a un paso de la tumba te burlabas de tu verdugo...

Eso fue lo que me atrapó en un inicio; esa sonrisilla indescriptible, entre divertida y cansada, angelical con un toque endemoniado... ¿Cómo era posible que un ser como yo, con más de doscientos años, no pudiera escapar de ti? Tu debías ser la presa... no yo... pero debía aceptar que me perdía en esos labios rojos, en medio de la palidez que te daba la enfermedad y la falta de sol. Los ojos de un azul claro y el cabello negro, enmarcando las facciones finas que seguro te hicieron objeto de burla para otros chicos... Ahora es cuando me preguntó qué cara habrías puesto si yo te dijera que te encontraba hermoso, con todo y ese aire desvalido que te hacía ver aún más pequeño de lo que en realidad eras... Para no decirlo, me burlaba de tu cuarto de paredes azules, con ese tímido aire infantil, tus dieciséis años eran ignorados olímpicamente por aquellos que creían saber de tu destino...

Así, mientras tus padres te sobreprotegían y procuraban cuidarte, encerrado entre esas cuatro paredes, yo entraba en las noches para despertarte y molestarte un poco. Para recordarte que, muy a tu desgracia, no habías muerto aún.

Venganza absurda a mi orgullo herido; quitarte la almohada, tararear alguna horrible tonada un par de horas... sonreía divertido ante la expresión de enojo que solo se veía en tus labios, porque tus ojos apenas se movían. A veces fingiendo dormir y en contadas ocasiones permitiéndote el descaro de callarme o de aventarme con todas tus fuerzas, pocas en realidad, lo que tuvieras a la mano. Entre murmullos mal disimulados y esas sonrisas antinaturales tuyas, era así como pasaban nuestras noches en tu habitación hasta el gran incidente, ese que rompería con el inocente juego que entre nosotros se desarrollaba; encontré una libreta de tapas rojas... y no, no era un diario, pues no hubiera leído paginas y paginas sobre lo mucho que sufrías o sobre qué esperabas ver en el otro mundo...

No... tú habías hecho algo mucho mas interesante... escribías una historia.

La noche era oscura, parecía que la luna moría poco a poco al igual que tu cuerpo entre las sabanas, también azules. Fue en un escenario así en el que leí sobre mi mismo y sobre ti... donde un yo amable buscaba verte cada noche porque había caído en garras de una vida que se hundía... ¿Lo sabías o lo imaginabas? ¿O es que acaso tú mismo lo deseabas?

Olvidando la historia... cada palabra en su lugar, cada letra de trazo redondo y descuidado, me hacía creer que era impensable que alguien con una letra tan desordenada pudiera plasmar esa cantidad de sentimientos, que un joven de tu edad pudiera ser tan tierno y al mismo tiempo erótico, que la suavidad de tus frases describieran tórridas escenas en las que ambos disfrutábamos de algo que, en la realidad, no habíamos hecho... y muy posiblemente no podríamos hacer...

Pero el relato estaba incompleto... o al menos eso parecía porque ni tu habías muerto, ni yo había llorado por ti... sólo por esa noche te permití dormir en calma, quería que hubiera fuerza en ti para terminar nuestra historia... además necesitaba paciencia para distinguir entre rayones y anotaciones al margen aquello que habías decidido borrar, escenas fuera de lugar que, por la fuerza con que las censurabas, diría yo te avergonzaban por ser protagonista. Era adorable ver como párrafos enteros aparecían tachados, tal vez por vergüenza al leer lo que tú, como Dios, creabas...También era dulce como rayoneabas en especial mis diálogos, como si estuvieras indeciso sobre que diría yo en una situación en especial; me alegra saber que fui un personaje difícil de manejar... y que te preocupabas así por mí

La tormenta llegó a la noche siguiente, cuando viste la libreta en mis manos: por un instante te regresó el color, sonreí divertido al ver por fin ese rostro lleno de confusión con el suave sonrojo de tus mejillas. Si hubieras tenido la fuerza me hubieras golpeado por mi atrevimiento, pero no daba para tanto tu cuerpo. Un golpe “mortal” con tu almohada, golpe del que me reí, fue el punto máximo de tu ataque...

Sin embargo, algo en tus ojos era diferente, brillaban, entre apenados y divertidos, brillaban en el impasible mar azul de tu habitación. Quise entonces arrancarte de esa cama y llevarte lejos, para que hubiera en tu relato un nuevo entorno; para que pudieras describir de manera mas real como el frío en tus mejillas las llenarían también de color; como la luna parece mas grande cuando mas lejos estas de ella; como las estrellas aún brillan en donde pocos pueden verlas... y como yo podría beber de ti sólo por el simple placer de verte en mis brazos; por el simple encanto de saber que esa herida te quemaría y te haría sentir como se siente hacer el amor; porque mi cuerpo se acoplaría al tuyo, mis manos recorrerían tu piel, mis labios saboreando tu cuello robarían hasta el ultimo resquicio de conciencia... de alguna y toda manera serías mío...

Te llevaría conmigo para que pudieras escribir una noche para nosotros dos...

Era claro que te amaba, por mucho que me empeñara en no demostrártelo... si lo sabías, lo disimulabas muy bien, si no lo sabías eras mas torpe de lo que en un principio pensé...

Y esa noche, en silencio, prometiste no morir antes de terminar nuestra historia... aunque eso de “nuestra” era una verdad a medias. Yo sólo era un personaje y tú tenías un inestable control sobre los dos... Porque había diálogos en tu historia que no me habría atrevido a decir, y había temas que únicamente habías anotado en los márgenes, como el mudo recuerdo de que querías preguntarme pero no lo harías...

Una de esas cuestiones me sedujo, entonces fui yo quien quiso preguntarte...

¿Qué hubieras hecho con una eternidad? Una que podías desperdiciar en cualquier cosa que quisieras hacer...

Porque yo había vivido siglos para leer, para conocer un mundo más allá del que había recorrido alguna vez. Quería creer que en medio de un mundo tan inocente, había quienes jugaban con la realidad y que hacían de ella su juguete... serían entonces Dioses de un espacio y un tiempo que ellos mismos habrían creado... creerían en la fantasía escrita y por lo tanto la harían creer a los demás... Yo había dejado correr mis siglos a nombre de pasear entre bibliotecas y librerías de lugares cada vez más extraños y ver en medio de letras de diferentes eras y épocas, los sueños de un nuevo Dios... pero con los años no había cosas nuevas a leer, y el lenguaje parecía morir a nombre de un mundo que crecía y moría como todo ser natural, que se desvivía por recordar a los antiguos escritos pero no daba una oportunidad digna a los Dioses nuevos

Aunado a mi torpeza como lector... fue por eso que lo fui dejando y me dedique a ver con mis propios ojos los paisajes descritos en los libros que habían robado alguna vez mi corazón... era tan libre que me sentía completamente ajeno a cada sitio al que llegaba...

Por eso, saber que por las noches te encontraría en la habitación azul era algo especial, sentía que me esperabas, o al menos deseaba que fuera así, porque aunque a veces no abrieras esos hermosos ojos, las comisuras de tus labios se encargaban de formar esa sonrisa inexplicable que tanto me gustaba... Tu efímera existencia era una constante a la que me estaba acostumbrando con una rapidez alarmante... y fue por eso que sufrí tanto al saber que pronto terminaría... que tu enfermedad, que al principio tome tan a la ligera, ahora consumía además de tu vida, el tiempo que podría estar junto a ti...


Sólo un par de días después fue más difícil despertarte, ahora también tus labios habían perdido su color, mi sendero de seda roja tendida en la nieve había desaparecido. Los moretones en tus brazos, hechos a manos de la frustración de enfermeras cansadas de un trabajo que no serviría demasiado, y el letargo de un cóctel de medicamentos que te había dejado casi inconciente no me dejaban ver tus ojos...

La luna se escondía tras las nubes, amenazaba tormenta. Esa noche esperé un par de horas fuera de la ventana pues tu madre no quería ir a dormir... y cuando por fin pude entrar la realidad me golpeó con una fuerza terrible... era el final de nuestra historia... Mi joven Dios moría y yo no podía hacer nada para evitarlo... allí, entre las sabanas azules te consumías ante mis ojos

Recostado en tu cama, cosa que jamás había hecho, me acurruqué a tu lado, en silencio. Tan desconcertado, que me sentía perdido... Tal vez te desperté, o quizá no estabas dormido porque poco después te pusiste a enredar tus dedos en mi cabello tan despacio que creí que el tiempo había dejado de existir... casi sin voz te disculpaste, la historia aun no tenía un final... y el tiempo no podía perdonarnos...

Me levanté y me acerqué a tu rostro, bebiendo tu respiración acompasada, mientras tus manos viajaban con la calma del mundo entero por mi rostro, extraviándose de nuevo en mi cabello...tus ojos de un azul ajeno a la habitación brillaron un segundo, tu último aliento murió entre mis labios... y lo que quedaba de mi alma seguramente se fue contigo...


Ahora, mientras espero la salida del sol, es que recuerdo; fue sangre lo que esa noche resbalo por mi mejilla...

Y el alba despunta donde el cielo y el mar se besan,
colores que ya no recordaba porque deseaba olvidar.
Esperar doscientos años para conocerte
y perderte en el trayecto por ser inmortal



Ojala viajemos tranquilos, la historia sí tenía un final para mí;
en la habitación azul tú habías muerto
y yo, junto a tu cuerpo,
Lloraba por ti...



Fin.-.-.-.-

Notas finales: Bien, como notas, el pequeño poema del final lo hice yo -///- si creen que es malo... estan de acuerdo conmigo XD

Espero les haya gustado ^///^ si es así un comentario me haría muuuy feliz .////.

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).