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Corazones Unidos... Literalmente por Nessa Yaoi

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Capitulo II - Aclaradas Las Dudas… Prevalecen Los Sentimientos.


El rubio permaneció inmóvil mirando a ambos lados de la calle sin saber exactamente a donde dirigirse, en realidad ya no le importaba las miradas inquisidoras que les dirigieran los aldeanos el día anterior, lo importante para él era lo que el Nara pensara al respecto sobre todo lo que había acontecido hasta ahora, lo miro de reojo antes de hablar.
- Caminare a tu lado sin que tomes mi mano, no es vergüenza, sino porque no la tengas tú, tampoco es porque sea un chico también, es solo que… soy Uzumaki Naruto, la piedra en el zapato para la mayoría de la gente de Konoha – metiendo las manos en sus bolsillos y dando un paso hacia ninguna parte, deteniéndose luego al notar que el moreno no caminaba a su lado.
El ojiazul bajo su cabeza y serró sus ojos – Veo que lo pensaste mejor, podemos regresar si…
- Solo dime a dónde quieres ir, ¿Algún lugar en especial? – pregunto el moreno poniéndose a su lado.
- Ninguno “Es extraño, siento que estando contigo, podría caminar a ninguna parte y siempre llegaría algún lugar sin importar donde sea, ¿Por qué razón? Tal vez es porque nunca he tenido a alguien tan cerca de mi y en esta forma, aunque… no lo se con exactitud, pero la sensación es muy placentera” – mirando con complacencia al moreno.
Caminaron hombro con hombro por las calles de la aldea donde las personas, al verlos pasar, ya no reían como el día anterior, por el contrario, sus ojos mostraban compasión al pensar a fondo en el problema que cambiaba por completo la vida de ambos jóvenes ninjas. El día era caluroso, lo que provoco en el rubio, grandes deseos de darse un refrescante baño en el río.
- ¿Qué te parece un chapuzón? – llevando al Nara hasta la orilla.
- ¿Qué que me parece? Definitivamente una locura, la corriente podría arrastrarnos separándonos sin remedio y con las sabidas consecuencias para los dos – razonaba el moreno.
- No seas aguafiestas, Shikamaru – quitándose sus sandalias y chaqueta – Me pegare a ti como un cachorro recién nacido a su madre, no te soltare, lo prometo… anda, di que si – haciendo gesto de niño pidiendo su juguete favorito para navidad.
- “No me pongas esa cara o te comeré a besos… ¿Quién podría negarse a semejantes ojos y alegre sonrisa? Cielos… esto se hace cada vez más difícil de soportar” Un par de minutos, y solo para que no digas que soy intransigente, nunca me ha gustado bañarme en el río – quitándose también su ropa.
- ¿Tienes miedo de encogerte? Gallina – jalando dal moreno hacia el agua.
- ¿Para que me insultas si sabes que no puedes huir de mi, eh? – parándose en el centro del río con el agua hasta los hombros.
- Porque es divertido ¡El agua esta deliciosa! ¿No crees? – echándole un poco con su mano libre en la cara al moreno, la otra la ocupaba agarrando la del Nara.
- Por estos jueguitos es que no me gusta meterme en el río – escupiendo el agua y restregando sus ojos.
- Aburrido, ¿Qué es lo que haces para entretenerte, eh? – pasando su brazo por la superficie del agua.
- Miro las nubes.
- ¿Qué tiene eso de divertido?
- Eso depende, a veces adoptan formas bastante interesantes de observar, deberías tratar alguna vez.
- Ummh… no es para mí, no podría quedarme quieto por mucho rato al no ser que este dormido – flotando sobre la superficie cuan largo era sin soltarse de la mano del Nara.
El agitar de las aguas y la corriente hizo que su nariz se llenara de liquido e instintivamente soltó la mano del moreno para limpiarla, la corriente los separó uno del otro, el moreno nado desesperadamente hacia el ojiazul hasta lograr agarrarlo por la cintura justo antes de que el dolor en ambos corazones comenzara, con el miedo reflejado en sus ojos y casi sin respiración, los brazos de Shikamaru se aferraron al cuerpo del ojiazul como tenazas a un clavo.
- Por Kami, esto era lo que quería evitar – con su cuerpo completamente agitado, no porque temiera morir, sino para evitar el hecho de que el rubio lo hiciera – ¡Me diste un buen susto, demonios! Eso pasa por hacerte caso, regresemos a la orilla – enfadado consigo mismo por dejarse convencer de lo que sabia podía resultar peligroso y mortal.
- Discúlpame, no fue mi intención querer matarnos – bajando la mirada.
- Lo se, no te estoy culpando de nada, pero creo que en tierra estaremos más seguros – caminando hasta debajo de un árbol y sentándose a su sombra sobre la hierba.
- ¿Podemos quedarnos aquí un rato más? – pregunto el rubio tumbándose de espaldas y serrando sus ojos para disfrutar de la cálida brisa.
- ¿Acaso podemos hacer algo más? – arrancando la hierba junto a él.
- Hablas como si fuera mi culpa el que estés amarrado a una situación que detestas - volteándose de espaldas al Nara sintiéndose, de nuevo, la parte negativa del problema.
- Olvida lo que dije, es que toda esta situación me tiene fuera de balance – haciendo un gesto de molestia consigo mismo por no medir sus palabras y hacer sentir mal al ojiazul.
- ¿Qué lo olvide? No tienes que fingir que no te importa, se muy bien, que si hubieras tenido la oportunidad de elegir la compañía… no hubiera sido yo, estar obligado a permanecer al lado de alguien que no te agrada, es una pesadilla, ¿No es así? Hasta tus amigos lo creen así – deprimido ante su impuesta permanencia con el Nara, su estomago comenzó a rugir – Maldición… no debí despreciar el desayuno – masajeando su estomago para tratar de apaciguar a la bestia del hambre.
- Di aaah… - apoyando su cuerpo sobre el del gitsune y poniendo una manzana en su boca – Estaba en la bolsa del desayuno, sabia que tu estomago no tardaría en pedir comida, tragón.
- ¡Se ve deliciosa! Gracias, Shikamaru – dejando, por un momento, su mirada fija en los ojos negros – Tan precavido como siempre – dándole un mordisco a la fruta, la manzana quiero decir.
- Si eso es lo que crees, ¿Por qué nunca me obedeces durante las misiones? Mi deber como capitán es proteger al grupo de cualquier daño innecesario, pero tú siempre… “Debido a tu precipitación, haces que me preocupe todo el tiempo, pierdo mi concentración pues mi mente vuela rápidamente hacia donde estés, provocando que me distraiga de todo lo demás” – deleitándose al ver al ojiazul morder con tanto placer la ofrecida fruta.
- Que me lo digas… entando aquí, seguro, tranquilo y sin ninguna preocupación, no es lo mismo que parado frente a un enemigo, simplemente hay cosas que no puedo resistir y mi cuerpo reacciona por si solo, eso es todo ¿Quieres? – ofreciéndole la mitad de la manzana al Nara.
Acostado sobre la hierba, medio desnudo y con la luz que se filtraba entre las hojas reflejándose luego en sus hermosos ojos azules, con la sonrisa más atrayente del mundo, sin darse cuenta, el gitsune provocaba las más locas fantasías en la mente del, cada vez, menos controlado moreno. El Nara no pudo resistirse en tomar la mano del rubio, donde sostenía la manzana, y llevarla hasta su boca sin quitarle la mirada de los ojos azules.
- “Cuando me mira… me siento protegido y en calma, como si no tuviera que preocuparme por nada, es la sensación de una certeza que me dice que todo estará bien y que no estoy solo” Shikamaru… si hubieras podido elegir, ¿A quien escogerías? – dejando la manzana en la boca del moreno y extendiendo sus brazos sobre la hierva mientras miraba las nubes.
- “Por supuesto que a ti, pero si te lo digo, entonces preguntaras la razón y no voy a poder contestarte” difícil pregunta, pero… - después de pensarlo mucho – Creo que estando conmigo podrías aprender algo, a tener más paciencia, por ejemplo – escupiendo las semillas de la manzana.
- Para maestro, ya tengo suficiente con Kakashi-sensei y Ero-sennin, muchas gracias – dándole de nuevo la espalda, molesto por la respuesta ya que deseaba escuchar otra cosa.
- ¿Lo ves? Ya te enfadaste, eres demasiado apasionado en lo que a discutir se refiere, te molestas fácilmente si las cosas no son como esperas y eso te lleva a cometer muchos errores de apreciación – dijo el moreno acostándose a su lado.
- ¿Aprecia qué? ¿No puedes hablar como la gente normal para que te entienda? Y no es que sea tonto, tú eres el raro – sacudiéndose unas hormigas de su cabello.
- Pon tu cabeza aquí – sentándose y señalando sus propios muslos.
- Prefiero la cama, es casi la hora del almuerzo y me muero por comer un buen tazón de ramen, aun me queda algo de dinero de nuestra ultima… y maldita misión – estirando su mano para recoger su ropa.
- “Parece que su relación ha mejorado un poco, es excelente… a veces es difícil darse cuenta de lo obvio” – pensaba una sombra situada en lo alto de un árbol no muy lejos de donde los chicos estaban.
Luego de vestirse emprendieron el camino de regreso, el gitsune caminaba dos pasos atrás con respecto al moreno, lo cual consideraba era una distancia segura para no causar sus muertes, observo por un momento la espalda del Nara sintiendo unas ganas inmensas de tomar su mano, obedeciendo a ese impulso entrelazo sus dedos con los de Shikamaru, provocando en éste una sorpresa mayúscula y a la vez muy agradable.
- Es para no perderte el paso, nada más – desviando su mirada al lado contrario del moreno.
- Me asegurare de que así sea, Naruto - apretando los dedos del gitsune después de lanzar su comentario de doble sentido, el cual no fue captado por el rubio.
Comieron en el Ichiraku para después, a sugerencia del ojiazul, hacerle una visita a la Hokage para solicitar algún trabajo que pudieran hacer juntos sin tener que salir de la aldea, la cercanía del Nara lo ponía nervioso y necesitaba ocupar su mente en algo que no fuera recordar el beso y el calor del moreno al compartir la cama.
- ¿Ya te aburriste de mi? – pregunto Shikamaru mientras subían las escaleras de la torre de la Hokage.
- ¿Qué te hace pensar eso?
- El hecho de que quieras hacer algo para distraerte, no se necesita ser demasiado inteligente para darse cuenta de eso.
- Es que… tanto tiempo libre me esta volviendo loco, no puedo entrenar, tampoco salir de misión, siento que me llenare de telarañas si no hago algo pronto, ¿No sientes lo mismo? – casi llegando a la puerta del despacho de la rubia.
- Para nada, me gusta la tranquilidad – tocando y entrando al despacho aun con sus manos agarradas.
- Ah, son ustedes, ¿Algún problema con su relación? Quiero decir, ¿Hay algún síntoma aparte de lo que ya sabemos? – echándose atrás en su sillón y entrelazando sus dedos sobre la mesa.
- Naruto quiere algo en que ocuparse, yo estoy de maravilla – metiendo su mano libre en el bolsillo.
- Lo único que hay disponible, son los trabajos que más odias, Naruto – esperando la explosión del rubio como siempre que le asignaba ese tipo de misiones.
- Cualquier cosa estará bien – sin siquiera alzar su voz.
- ¿Quién eres tú y donde esta Naruto? – sorprendida por la tranquila reacción del ojiazul.
- Se perdió el mismo día en que caímos en esta situación – observando las manos unidas de los dos – “Es lo que creo, mi yo de ahora, el anhelante de compañía, el temeroso a la soledad… hoy más que nunca, el que no quiere separarse de este baka, es ese Naruto al que temo y es ese Naruto… el que desea que esto no termine”
- Vaya, eso es un avance, aquí tienen, será su tarea para mañana – pasándole un papel al rubio, el Nara echo un vistazo al papel en cuestión.
- Pasear perros, ¿eh?
- Lo hice varias veces con Sasuke – recordando el resultado de ese entonces.
- ¿Qué, pasearlo? – picado por los celos.
- Si le hubiera puesto una correa, tal vez no se habría ido.
- De seguro la habría mordido hasta soltarse, no es del tipo que hace lo que se le dice… al igual que tú – hablaban mientras caminaban hacia la puerta del despacho y fuera de la torre de la Hokage.
- Sera por eso que lo extraño – mirando el suelo al caminar.
- ¿Cómo puedes extrañar a un sujeto que casi hace que nos maten a todos? – comenzando a revolvérsele la sangre.
- Pero no lo hiso… al final, y aun no se la razòn
- Eres la única persona que conozco, que sigue creyendo en un individuo… después de haberte dejado golpeado y medio muerto – pensando en cobrarle algún día el haber casi terminado con todo su equipo y especialmente con la persona dueña de sus pensamientos y corazón.
- Estaba confundido, la atracción de Orochimaru era muy fuerte, no razonaba con claridad.
- No lo justifiques, solo buscaba incrementar su poder sin importar de que forma, incluso trato de sacrificarte en el proceso sin pensarlo siquiera – apretando el puño dentro del bolsillo.
- Debí insistir, debí decirle…
- ¿Decirle que? Nadie lo hubiera convencido de lo contrario, ¿Sabes qué? Hablemos de otra cosa, esta conversación me esta dando dolor de cabeza, pasemos por el Ichiraku antes de volver a casa.
- “Volver a casa juntos… suena bien, además de que se esta convirtiendo en algo cotidiano, no quisiera que terminara nunca, se siente como si fuéramos una pareja, pero… ¿Por cuanto tiempo?” Es buena idea – sonriendo por dentro.
Pasaron por el puesto de ramen y compraron la cena antes de volver al departamento, los aldeanos ya no los miraban a pesar del poco tiempo que llevaban en ese predicamento, verlos juntos era algo que se había hecho cotidiano y normal a la vista de todos. Caminaron a paso lento todo el camino hacia la casa del rubio, por decirlo de alguna manera, ambos deseaban alargar el momento de su paseo agarrados de la mano, ya que pensaban que esa situación podría acabarse en cualquier instante.
- “Es hora de deshacer el lazo que los une para que den cuenta de como es vivir separados el uno del otro, después de haber estado tan cerca y compartirlo todo… solo les falta admitirlo en sus corazones” – decidió la sombra que los había estado vigilando desde que todo comenzó y el responsable de su obligada unión.
- Hogar dulce hogar – comento Shikamaru al entrar en el departamento agarrado de la cintura del rubio, había soltado su mano para que éste abriera la puerta después de entregarle las llaves, el ojiazul sonrió.
El Nara dejo la bolsa con los envases de ramen sobre la mesa de la cocina y estiro sus brazos con pereza mientras se dirigía a la habitación, dentro de la misma, Naruto camino hacia la puerta que daba a un pequeño balcón desde donde le gustaba disfrutar la puesta de sol de Konoha, era una vista increíblemente hermosa de contemplar.
- Espera – agarrándolo por la ropa.
- Salgamos un momento, ¿esta bien? Me gustan mucho los colores que se forman cuando el sol se oculta – abriendo la puerta – No hay en todo el mundo una vista tan grandiosa como esta, ¿No estas de acuerdo? – reclinando sus brazos sobre el barandal.
El astro rey se ocultaba tras la montaña de los Hokage dándole una apariencia majestuosa e imponente, los matices rojos y dorados se reflejaban en el cabello del gitsune como si fuera hijo adoptivo del padre sol, el Nara apoyo sus manos en el barandal a ambos lados del rubio, lo que hacia que ambos cuerpos se pegaran uno al otro en una suave caricia.
- Algún día mi cara estará ahí también – dando un hondo suspiro.
- No me cabe duda de eso – apoyando su frente en la cabeza del rubio.
El Nara aspiraba hondamente el aroma del cabello color sol, al tiempo que serraba sus ojos y se perdía en las sensaciones causadas por la cercanía del cuerpo del gitsune, el cerebro del moreno perdía cada vez más la sensatez reemplazándola por locura fuera de toda lógica.
- “Si dejara de sentirte tan solo por un momento… creo que moriría, después de experimentar tu calor en todas las formas posibles, ya no podría seguir adelante sin ti, siempre he sabido llevar las cosas con calma y sin que me afecten demasiado, pero tratándose de ti… mi inquietud y deseo no permitirá que olvide y deje de amarte, Naruto” Esta haciendo un poco de frio, entremos – pasando sus dos manos por la cintura del ojiazul para traerlo de vuelta a la habitación – Vamos a darnos un baño caliente antes de cenar, ¿Si?
- ¿Otro vez? ¡Pero si ya nos bañamos en el río! – protesto.
- Ese no cuenta, ¿Acaso no quieres? – deteniéndose en la puerta del baño.
- ¿Para que preguntas mi opinión si al final terminas haciendo lo que quieres?
- Así tiene que ser, ya deja de quejarte y entra ahí
- Si sigo viviendo contigo por mucho tiempo más, creo que me desgastare – dejándose quitar la ropa por el moreno.
- Solo es un baño, por dios santo – desnudándose también.
- Si, si… lo que digas
La incomodidad y vergüenza de estar desnudo frente al Nara había desaparecido por completo, ahora, el único efecto provocado por las manos del moreno en su cuerpo era la excitación, trataba de disimularlo lo más que podía cubriendo su entrepierna para que Shikamaru no notara la ansiedad que le provoca ser acariciado de esa manera. Luego de la cena ambos dormían tan plácidamente abrazados que no notaron la presencia que los observaba a través de la ventana.
- “Es hora de deshacer esa unión, depende de ustedes el notar la diferencia, que se den cuenta de que no solo mi técnica lo que los mantenía unido…, les deseo suerte a ambos”
El extraño personaje uso el raro artefacto en su mano para revertir el efecto causado en un principio, al terminar, desapareció del lugar tan misteriosamente como había aparecido. La mañana llego con el nuevo día y desagradables sorpresas para nuestros queridos ninjas, después del desayuno salieron a cumplir la misión que la Hokage les había encomendado, luego de recoger los perros que debían pasear, caminaban por el puente cuando un gato salido de la nada causo que los canes encontraran algo emocionante que perseguir para divertirse, el Nara logro sujetar el suyo con su técnica de atadura de sombras, en cambio, el del ojiazul salió disparado detrás del inoportuno felino como si un elefante hubiera pisado su cola arrastrando en su carrera al gitsune y separándolo del moreno por más de diez metros, nada paso.
- N-No es posible… - murmuro el Nara poniendo la mano sobre su pecho, no más dolor ni malestar para ninguno de los dos.
- ¿Shikamaru? No sentí nada… se termino, ¿No es grandioso? Ahora podrás deshacerte de mí y volver a nuestras vidas – fingiendo una sonrisa de alegría mientras dentro de su pecho su corazón se deshacía a pedacitos, aunque por razones muy diferentes - ¿Era lo que querías, no? – dijo a cinco metros del moreno mientras que serraba su mano sobre su pecho.
- Genial… “Nuestras vidas, siento que la mía acaba de terminarse, estoy aquí por ti, toda mi existencia se debe a ti, porque tú… tú eres mi vida, Naruto” Será mejor que vayas a buscar al pulgoso antes de que lo pierdas, baka.
- ¡Rayos, lo había olvidado! Vuelvo en un momento – echando a correr en busca del generador de sus ingresos.
- No hay prisa, tomate tu tiempo – murmuro mirando la espalda del gitsune a lo lejos, el moreno aferro sus manos en la baranda del puente – “¿Por qué? ¿Por qué ahora? No quería que este día llegara jamás, hubiera preferido que mi corazón estallara en pedazos que tener que enfrentar una vida vacía sin ti, esto es como un castigo para mi alma y espíritu, y sobre todo para mi cuerpo, ¿Qué puedo hacer, Naruto? ¿Cómo podre alejarme de ti, así sin más? Como si nada hubiera pasado entre nosotros… por Kami” ¡¿Cómo?! Es una completa y cruel pesadilla – murmuro sintiéndose desesperado y frustrado.
- ¡Ya estoy aquí! ¿Sucede algo, Shikamaru? No tienes buena cara – jalando del dichoso perro, que más bien parecía león por el tamaño.
- No es nada, regresemos – sin mirarlo.
- ¿Tan pronto? Pero si todavía no acabamos de… - no entendiendo la razón.
- Tengo algo que hacer – caminando sin esperar al rubio.
- Comprendo, “Ya veo, no pierdes el tiempo para correr lejos de mi, ¿No es así, Shikamaru? Esta bien, si eso es lo que quieres… no voy a detenerte, aunque eso sea lo que más deseo en este momento, de nuevo regresare a mi soledad, y aunque me cueste lagrimas… tratare de superarlo como he hecho con todo en la vida” – caminando a unos metros detrás el Nara.
Tras entregar los canes a un no muy contento dueño…
- Voy a informarle a la Hokage que el problema ya esta resuelto, seguramente mañana regresare a mis actividades regulares – con las manos en sus bolsillos para no mostrar lo que sentía en ese momento.
- ¿Qué sucede? ¿No puedes mirarme siquiera? Es lo menos que podrías hacer después de compartir parte de mi vida y mi cama contigo, debe ser un gran alivio para ti volver a tu vida tranquila y sin sobresaltos, olvidemos que esto paso y cada quien a lo suyo, nos vemos, Shikamaru – Aguantando las ganas de llorar - Espero no tener una misión contigo muy pronto, después de lo que paso en la ultima, no quiero ni imaginar lo que podría suceder en la siguiente – dándole una forzada sonrisa al Nara y tomando la dirección contraria.
- Naruto… te amo – susurro apretando sus ojos para retener las lágrimas por el dolor que sentía en su pacho.
El moreno luego de informar a la Hokage que la tempestad había pasado, se dirigió con el caos de sus pensamientos dando vueltas en su cabeza hasta la casa del gitsune, la puerta estaba abierta cuando llego, lo que le permitió entrar sin tocar y dirigirse directamente a la habitación, que también había sido suya en los últimos días, viendo al ojiazul sacar su ropa de las gavetas y guardarla en su bolso.
- ¿Qué haces? – acercándose a él.
- ¿Qué no es obvio? Ya no hay razón para que sigas aquí, ¿O si? Solo te ahorro el trabajo – hiendo del mueble de gavetas hasta el bolso y viceversa – Lo que fuera que nos mantenía unidos desapareció, lo que es bueno para ti, ya que es lo más has deseado desde que todo esto inicio – serrando el bolso - Otra cosa, no te preocupes por lo que paso entre estas paredes… yo ya lo olvide, da gracias que fui yo tu pareja y no Ero-sennin, de lo contrario habría aprovechado el material para escribir uno de sus venditos libros, cambiando los protagonistas, claro esta – entregándole el bolso al moreno – Sierra la puerta al salir, por favor – metiéndose en el baño para que Shikamaru no lo viera sufrir.
El ojiazul contuvo la respiración hasta que escucho la puerta serrarse, apoyo sus puños en el lavabo, bajo su cabeza, serró sus ojos y se mantuvo inmóvil por un rato recordando todo lo que había experimentado en aquel tiempo con el moreno, la convivencia había sido poca, pero también en la más significativa de toda su corta vida. El Nara lanzo el bolso contra la pared al entrar en su habitación para descargar, en parte, la ira que sentía hacia si mismo por permitir que el rubio saliera de su vida y no hubiera hecho nada para impedirlo, se sentó en la cama y tapo su cara con la almohada para no gritar el nombre del ojiazul a todo pulmón, éste por su parte, yacía sobre la gran cama sin ganas de hacer nada mientras acariciaba el lugar que el moreno ocupara cuando dormía a su lado, ambos pasaron el resto del día sin salir de sus habitaciones y sin querer ver a nadie, el gitsune se había quedado dormido después de tanto llorar la ausencia de la persona que se había convertido, de la noche a la mañana, en la más importante y querida para él, por su parte, el Nara daba vueltas por la habitación al verse imposibilitado de conciliar el sueño que le permitiera no seguir martirizándose con los recuerdos de los momentos vividos con el amor de su vida.
- Es inútil, el deseo por ti me esta quemando por dentro, es difícil respirar… el calor de tu cuerpo aun esta en mi piel, soy un cobarde, ¿Qué seguirá ahora? No puedo obligarte a que me ames, tampoco podría soportar verte con alguien más, si esto no es una ironía, entonces… que alguien me diga que diablos es entonces – dando un puñetazo contra la pared sintiendo que su cuerpo sudaba por la ansiedad y deseo de estar al lado del ojiazul compartiendo la misma cama, los mismos sentimientos e inquietudes.
A la mañana siguiente y sin misión alguna que cumplir, el gitsune salió de la aldea al bosque para no tener que tropezarse con el Nara ni siquiera por casualidad, después de entrenar un poco, como solía hacer todas las mañanas, se sentó sobre una rama a comer una manzana como desayuno, para tampoco tener que pasar por el Ichiraku, como hacia todas las mañanas. El moreno, después de saber que el gitsune estaba libre de trabajo visito los lugares que sabia que el rubio solía frecuentar cuando no estaba de misión, no obstante y a pesar de que los conocía todos, ni así dio con él.
- “¿Dónde te metiste, Naruto? Necesito verte aunque sea de lejos… ¿Estas escondiéndote de mí? Aunque lo ignoras… sabes como hacerme sufrir, baka” – cruzando el puente y adentrándose en el bosque.
- ¡Shikamaru! – llamo el gordito Chouji.
- Ah, Chouji, buenos días – saludo con desgano, más del habitual.
- Por tu cara se diría que no son nada buenos para ti – caminando al lado de su gran amigo.
- ¿Soy tan obvio? No he podido encontrar a Naruto, y eso no es nada alentador, ¿No te parece? Solo me resta buscar un hoyo y enterrarme para no…
- ¡No digas eso, Shikamaru! No pienses en tonterías – agarrándolo por los hombros – No puedes echar tu vida al olvido solo por Naruto, eso no es…
- Chouji, no lo comprendes, ¿Verdad? Naruto es mi vida, él es mi única razón para seguir adelante y como notado y podrás ver… no lo tengo– continuando con su caminata.
El ojiazul descansaba sobre una rama cuando el murmullo de las voces que se acercaban por el sendero lo alertaron, su oído reconoció de inmediato una de ellas, sentándose con los pies a ambos lados de la gruesa rama espero ver aparecer al sujeto que lo tenia completamente a sus pies y comiendo de su mano, su corazón golpeaba con fuerza en su pecho al escuchar al Nara tan cerca de donde él se encontraba.
- No imagino lo duro que debió ser para ti el estar al lado de Naruto… dadas las circunstancias, obviamente.
- Ah, Chouji, no tienes ni la más mínima idea, me vuelve completamente loco, en ocasiones creí que mi cabeza explotaría por la presión de tener que aguantar las ganas de… – los ojos azules del gitsune comenzaron aguarse al escuchar las palabras del moreno – Solo piensa por un momento… tener que comer, bañarme y dormir a su lado ya era una completa tortura para mi, si no fuera por ese lazo que nos unía… te juro que hubiera echado a correr antes de…
Las hojas del árbol junto a ellos comenzaron a caerles encima a causa del movimiento brusco de sus ramas, al alzar sus miradas pudieron captar una figura naranja que saltaba a toda prisa entre los arboles para alejarse del moreno y compañía.
- Naruto… - murmuro con pesar el Nara saltando al árbol más cercano a donde el rubio se encontraba para salir en su persecución.
- ¡Ve tras él, Shikamaru! ¡No lo dejes ir esta vez! Te deseo suerte – susurro el gordito deseándole lo mejor para su gran amigo, luego de eso regreso a la aldea.
- “Tengo que alcanzarlo sin importar que mis pulmones estallen, no puedo permitir que salga de mi vida de nuevo, no dejare que mi cobardía anterior me quite lo que más amo y deseo ¡Es nuestra oportunidad de ser felices juntos, Naruto! Se que lo entenderás, el bienestar que demostrabas al tenerte entre mis brazos no puede ser mentira, podía sentirlo… podía sentirte, mi amor” ¡Te tengo! – al verlo correr por el claro donde terminaba la arboleda.
Utilizo rápidamente su atadura de sombras para detener al gitsune ya que la velocidad de éste era muy superior a la suya, el ojiazul trataba de zafarse con todas sus fuerzas de la técnica del Nara sin conseguirlo, la rabia y decepción hacían presa del rubio obligándolo a tratar de defenderse como una fiera herida atrapada en una red, desesperado apretaba sus dientes y puños mientras seguía en su empeño de zafarse de la efectiva trampa que resultaba dicha técnica de inmovilización.
- Al fin pude detenerte… aun a costa de que mis pulmones casi estallaran unos cientos de metros atrás, eres condenadamente rápido cuando huyes, ¿Sabias? Voy a tener que ejercitarme muchísimo más – tratando de recuperar el aire perdido durante la persecución.
- ¡Suéltame! ¡Déjame ir! – gritaba el gitsune con todas sus fuerzas.
- Sabes que no lo hare, no más… nunca más – caminando unos pasos y el rubio con él debido a la atadura de sombras.
- ¡No quiero que te me acerques! ¿Qué es lo que quieres ahora? Ya es suficiente… – más pasos del Nara, lo que obligaba al rubio a moverse con él – No me hagas esto, Shikamaru – con sus ojos llenos de lagrimas y la angustia anidando en su pecho – Sasuke tenia razón, soy un idiota… ¿Cómo pude pensar que disfrutabas el estar a mi lado? ¿Cómo pude creer que al fin había encontrado a alguien a quien verdaderamente le importaba? Volveré a ser yo… el mismo de siempre – completamente abatido por el dolor – Ahora se que es cierto, naci para no ser amado por nadie, duele… duele mucho – con lagrimas rodando por su rostro - Cuando dormíamos juntos y me abrazabas me hacías sentir protegido y querido, pero todo fue una ilusión, debí saber que las cosas buenas… nunca me pasan a mi, debí recordar que soy considerado un estorbo, algo maldito e indeseable, pero tú… tú me hiciste olvidar todo eso en el poco tiempo que compartimos… Shikamaru – sin poder detener su llanto.
- cállate – dijo el moreno.
- Es cierto, ¿Por qué querrías escuchar lo patética que es mi vida? A nadie le interesa.
- ¡Te dije que te callaras, maldición! ¡Nunca haces lo que se te ordena! Por todos los cielos… – caminando apresuradamente hacia el rubio y haciendo que éste lo hiciera hacia él gracias a su técnica - ¡Eres un torpe! ¡Jamás quiero volver a oírte decir esas estupideces! ¿Comprendes? – parándose a un metro del ojiazul.
- Libérame de tu sombra y de tu persona, no tengo deseos de seguir viéndote ni escuchándote – serrando sus ojos y tapando sus oídos - No me interesa lo que tengas que decir… incluso borrare tu nombre de mi memoria, tu imagen de mi mente y tu voz de mis oídos, aunque me tarde toda una vida para hacerlo ¡Maldita sea! Ya déjame, Shikamaru – hipando por el llanto.
- ¡Sierra la boca! ¡Por una vez escucharas lo que digo, maldición! – agarrando la cara del ojiazul al tiempo que liberaba su atadura de sombras.
- ¡Quítame las manos de encima! ¡No quiero que me toques!– apretando las muñecas del moreno para que lo soltara.
- ¡Fue la ultima vez, demonios! – recordando el primer beso que le dio al ojiazul.
El impulso ejercido por el moreno causo que ambos fueran a dar al suelo, la boca del Nara buscaba desesperadamente la del rubio ya que éste movía su cabeza frenéticamente para huir de los labios que lo acosaban, cansado de luchar por lo que creía le pertenecía, el Nara sujeto las manos del gitsune con las suyas al tiempo que aprisionaba con sus piernas el inquieto cuerpo del ojiazul para que no siguiera agitándose frenéticamente bajo el suyo.
- ¡Déjame! ¡Ya tuve suficiente de ti y de tus burlas con tus amigos! – tratando de derribar al moreno.
- Se lo que pretendes, quieres que te bese, ¿No es así? – acercando su cara a la del rubio.
- ¡Estas loco! ¡No quiero tus besos, tus ironías ni tus insultos! – echando fuego por los ojos.
- ¿Entonces porque sigues gritándome? ¿Recuerdas que paso la última vez? Lo buscaste entonces y haces lo mismo ahora – rozando sus labios con los del ojiazul.
- Ahórrate la burla, ¿Crees que puedes humillarme solo porque soy Uzumaki Naruto? Se exactamente lo que piensas de mi, fingiste amabilidad para después poder reírte de mi con tus amigos, me mostraste el cielo para luego arrojarme al infierno, ¿Fue divertido para ti? Eres un maldito… escuche tus comentario en el bosque – mirando a los ojos negros.
- Y como siempre lo malinterpretaste todo, es cierto que dije que me vuelves loco… pero no del modo que tú piensas, también es cierto que cuando estaba contigo en la ducha y en la misma cama tuve que contenerme un mundo para no comerte a besos y hacerte el amor hasta que mis venas reventaran, ¿Acaso no te diste cuenta de eso cuando te bañaba, baka? Despistado y sensible, es una combinación bastante peligrosa, ¿Sabias? Llamas la atención de cualquiera por mucho que se resista a ello, inexorablemente se pierden en tu persona, aunque es algo que no me agrada, me siento orgulloso de que sea yo el que te tenga, cachorro – sonriendo aunque sintiendo celos de sus propias palabras.
- Es una manera bastante retorcida de disculparte, ¿No te parece? Y todo para quedar bien parado – enfrentando la mirada del Nara.
- Nunca mejor dicho y totalmente cierto… parado, rígido, levantado, a punto… puedes elegir la palabra que quieras, así es como me pones siempre que te miro, cosa linda – guiñando un ojo.
- Puedes hablar hasta que se te seque la boca y aun así no te creeré absolutamente nada – achicando sus lindos ojitos.
- El que este encima de ti, te haya besado, bañado y otras cosas que no voy a mencionar, ¿No te dice nada? Es muy fácil de entender hasta para un despistado como tú.
- Puede que seas un pervertido del que nadie sospecharía debido a tu apariencia calmada y tu actitud de persona paciente y capaz de sacar de quicio a cualquiera que esté a tu alrededor, ¿Acerté?
- Lo de calmado y paciente no se aplica cando te tengo cerca, de hecho, muchas veces he tenido prácticamente que salir corriendo para que nadie notara el bulto en mi pantalón, cachorrito.
- Lo disimulas muy bien, si estuviera en tu lugar, no lo pensaría dos veces para arrancarte la ropa y devorarte a besos, claro que… no es el caso.
- No me des ideas, ¿Es lo que quieres que haga?
- No fue una sugerencia, solo una observación.
- ¿Y que pasaría si la otra persona no correspondiera tus sentimientos, eh?
- Igual me arriesgaría, Sasuke no me dio la oportunidad de… - queriendo ahondar en lo cierto de las palabras del Nara a través de los celos.
- ¡Sasuke, Sasuke, Sasuke, maldito sea!
- ¿Te molesta que hable de él? Esta es una conversación que debemos tener.
- Me molesta todo con respecto a ese sujeto, desearía que nunca volviera y que tú dejaras de nombrarlo para siempre – apretando los labios con rabia.
- No entiendo porque, si no mal recuerdo, fuiste tú el que dijo que no importando sus motivos debíamos traerlo de vuelta, ya que era un ninja de Konoha y nuestro compañero, ¿No es así? – ahora hablando tranquilamente y haciendo que el Nara perdiera la calma y el dominio de la situación.
- ¿Qué otra cosa podía decir viendo en tu rostro la desesperación por alcanzarlo? ¿Crees que fue algo fácil para mí? La promesa que hiciste a Sakura te mantendría en una búsqueda perenne del Uchiha sin importar lo que dejabas atrás, dejando todo… dejándome a mí, Naruto – pasando su mano por el rostro del ojiazul.
- Mientras estuvimos juntos… ¿Me deseaste alguna vez? Quiero decir… por ser yo – con las mejillas sonrosadas.
- Tontito, que te dijera que abrazarte al dormir evitaría que te levantaras a media noche y nos mataras a ambos… era solo una excusa para tenerte pegado a mi cuerpo, necesitaba sentirte, oler tu aroma, tocar tu cabello, hasta pensé en atar mis manos por temor a que inconscientemente te acariciaran haciéndote sospechar lo que siempre he sentido por ti, Naruto, ¿No comprendes? – rozando sus labios con los del gitsune - Te he amado desde siempre, disfrutaba los momentos en que nos escapábamos de las interminables clases de Iruka-sensei para pasarlos juntos, moría de celos cuando te veía cerca del Uchiha y botabas la baba por Sakura… tampoco dejaré en el tintero tus jueguitos corporales con Kiba… cosa que dejaras de hacer si no quieres que te castigue severamente, ¿quieres que continúe?
- Shikamaru, ¿Es verdad… todo lo que dices? ¿Realmente puedo creer en tus palabras? ¿Tú… me amas? – pregunto el ojiazul casi susurrando.
- No, todo lo que acabo de decir fue para entretenerte ¡Por supuesto que te amo, tonto despistado! Aquí estoy abriéndote mi corazón… ¿Y todavía me haces esa pregunta? Debería golpearte.
- Prefiero que me beses… o no diré que también te amo – poniendo sus brazos alrededor del cuello del Nara.
- Acabas de hacerlo, baka – besando la punta de la nariz del gitsune - Me sentí el hombre más feliz de la tierra cuando ese sujeto nos ataco y nos puso en esa situación tan ventajosa para mi, te juro que si supiera su nombre le mandaría hacer una estatua – besando con pasión la boca de su rubio de ojos azules – Ahora, y tal como sugeriste… – despojando de su ropa al ojiazul con suma rapidez.
- Oye, te tomaste muy en serio lo que dije, para ser tan calmado… eres bastante rápido para esto – viéndose desnudo en un santiamén.
- Créeme que aunque hubiera preferido hacerte mío en el lugar donde te abrase por primera vez, sin contar la ducha claro esta, ya no puedo contenerme más tiempo, estoy al límite de lo humanamente aceptable.
- Eso suena dulce y a la vez bastante sexi, eres romántico con un toque de perversión – ayudando al moreno a desnudarse ya que estaba todo enredado por las prisas.
- Solo para ti, tú eres capas de hacer caer en la tentación hasta el más célibe de los hombres – colocándosele encima y devorando su cuello.
- No se que quiere decir célibe, ¿Acaso es un halago? – respirando fuerte mientras acariciaba la espalda del moreno.
- Y de los mejores, mi amor, significa que alguien que ha decidido no tener sexo como forma de vida, igual te desearía hasta los huesos.
- V-Vaya, suena a que soy peligroso – comenzando a jadear por las caricias.
- En un buen sentido… absolutamente si.
Las manos del moreno viajaban por el tembloroso cuerpo del ojiazul como cuchillo caliente por mantequilla, los hondos suspiros, los gemidos largos y sonoros hacían saber al Nara lo mucho que disfrutaba el cachorro de sus caricias, no obstante y reprimiendo las grandes ganas de introducirse en él lo más rápido posible, intentaba no pensar en ello y alargar los toques y besos hasta donde su deseo soportara.
- Ahhh, S-Shikamaru, desde que me tocaste… p-por primera vez, quiero decir ínfimamente, Mmm… s-soñé con llegar a esto – no dando pausa a sus jadeos.
- Te llevo ventaja, yo siempre soñé con hacerte mío algún día, mi amor.
La boca del Nara pasaba con avidez de un pezón al otro mientras que con una de sus manos agarraba ambos penes y los frotaba entre si, sus dientes mordisqueaban con ansia el pecho del ojiazul al tiempo que incrementaba los movimientos de la doble masturbación hasta que ambos se corrieron entre sus vientres con un interminable gemido. El moreno bajo su boca hasta el pene del rubio y comenzó a lamer las esencias aun cuando el cuerpo de éste seguía convulsionando por el orgasmo, para hacerlo sentir un nuevo placer introduciendo su hombría en su boca.
- S-Shikamaru… c-creo que me d-desmayare… Mmm… - con los ojos casi en blanco.
- Aun no… no hasta que te haga mío, dulzura… no hasta que grites mi nombre – chupando con fuerza hasta excitar de nuevo el pene del ojiazul.
Aprovechando la completa distracción del rubio, ya que éste parecía estar en otro planeta debido al placer, el Nara mojo sus dedos en la esencia sobre el vientre del ojiazul y luego de masajear por un momento los alrededores metió uno de sus dedos la entrada que se contraía y aflojaba como pidiendo la intervención de algo más grande y contundente, el rubio se retorcía entre el placer de las dos acciones simultaneas hechas en su cuerpo, quería gritar, quería decirle que necesitaba mucho más que eso, pero las palabras no salían de su boca, solo los gemidos y jadeos eran todo su vocabulario, como adivinando los deseos de su pareja, el moreno le alzo las piernas y las coloco sobre sus hombros poniendo la punta de su hombría en la ansiosa entrada y empujando despacio se introdujo en él hasta la mitad.
- Oh, dios… e-esta tan caliente Ahhh… aquí adentro, tan… tan apretado y delicioso, Mmmm… - empujando hasta estar dentro del ojiazul por completo y quedándose quieto - ¿E-Estas bien, Naruto? – acariciando las suaves nalgas.
- ¿P-Porque te d-detienes? ¡Muévete, muévete, muévete! – bajando sus piernas hasta la cintura del moreno para alejarlo y atraerlo con el fin de sentir la posesión que tanto ansiaba.
- Te daré lo que quieres… te daré todo de mi, mi hermoso ojos azules.
Las embestidas del Nara no se hicieron esperar, una y otra vez los cuerpos se separaban y juntaban en un frenético choque, tan amoroso y sensual como el enredo de sus lenguas que expresaban todo lo que sentían en ese momento de entrega total, los audibles gemidos del ojiazul excitaban aun más el lívido del moreno haciendo que aguantara por mucho mas tiempo el descargue dentro del gitsune, lo que prolongaba el placer para ambos hasta llevarlos fuera de este mundo donde sus almas se juntaban en una sola, en algún momento el moreno, sin sacar su pene, dio vuelta al ojiazul dejándolo con la cabeza sobre una de las prendas en el suelo y sus caderas levantadas para que la penetración fuera mas efectiva y profunda, sudando como preso en cantera en el día más caluroso del año, el Nara apresuro sus embestidas al presentir que el final no tardaría en llegar, los nombres de ambos se escucharon en el aire sellando lo que seria el comienzo de su intima relación, la cal seria el plato principal del día a partir de ahora.
- M-Mi cielo… por Kami, fue fabuloso… eres increíble, ¿Lo sabias? – acostado sobre la espalda del rubio y completamente exhausto.
- No, tú lo eres, jamás en oda mi vida me había sentido así… te amo, Shikamaru – con el cuerpo estremecido pero increíblemente menos cansado - ¿Volvemos a casa? Deseo repetir todo en nuestra cama – levantando su mano y acariciando la cabeza del moreno.
- Solo deja que recobre el aliento y volveré a la carga – costándole algo de esfuerzo levantarse de sobre el rubio para vestirse y regresar.
- ¿Una carrera?
- Olvídalo, no todos tenemos tu resistencia, pareces una pila de triple poder – agarrándolo de la cintura luego de que ambos se hubieran puesto la ropa.
- Entonces creo que no me duraras mucho tiempo, luego no te quejes si tengo que buscarme un reemplazo – pegándose al pecho del Nara, Lee podría ser un buen candidato, funciona hasta dormido – sonriendo con malicia.
- Solo inténtalo y veras, puede parecer muy tranquilo, pero por ti soy capaz de sacar a flote todo el instinto animal que llevo dentro, uno bastante peligroso y sumamente celoso cuando de ti se trata, mi amor – abrazándolo con fuerza – Quiero tenerte siempre entre mis brazos para que tu calor no se me escape nunca – besando los labios con ternura.
- Lo tendré en mente si tú haces lo mismo – agarrándose de la cintura del moreno.
- Es un trato – con una sonrisa que mostraba la felicidad que lo recorría por dentro.
De regreso a casa caminaron lentamente disfrutando de la brisa fresca y del calor de sus corazones, un llama que nunca se apagaría y que perduraría en los días venideros y trascendería el tiempo al final de sus vidas encontrándose de nuevo una y otra vez.

Fin.
Nessa Yaoi.
Notas finales: ¡Hola niños y niñas! Aqui les dejo el final y espero que les agrade ya que me costo un mundo terminarlo puesto que mis dedos an no se mueven bien del todo, nos veremos pronto.
Cuidense mucho, besossss para todos y Chaio.
Nessa Yaoi

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