Capitulo 3.
- Uruha por favor… no llores mas de verdad siento que hayan cancelado la boda por mi culpa- le decía Kyo al chico que tenia entre sus brazos.
- No…no es culpa tuya… es solo que… estoy tan feliz de que estés aquí conmigo…mira aquí están todos los regalos…p…podemos abrirlos- le decía Uruha entrecortadamente- mejor dicho… yo los abro ya que tu no puedes- le dijo con una sonrisa ya que este tenia vendas por casi todo su cuerpo.
Se dispuso a abrir los regalos… soltando exclamaciones cada vez que veían un regalo realmente lujoso o extraño.
- mira esto!- dijo Uruha al destapar un regalo que tenia unas esposas- quien seria el pervertido- dijo riéndose- las podemos usar- le dijo a Kyo con una sonrisa acecandosele y dándole un beso en los labios que continuo con otro y luego otro pero Kyo lo detuvo.
- Sabes que no podemos hacer esto- dijo este.
- pero yo- quiso decir Uruha pero Kyo lo interrumpió. - Yo también quiero… sabes que es lo que mas deseo pero… sabes que?- dijo de pronto- al final nunca viste los votos.
La cara de Uruha se ilumino…
- donde están?- pregunto poniéndose de pie de un salto.
- En mi chaqueta. Uruha no lo pensó dos veces y se dirigió a donde estaba la chaqueta para sacar un papelito arrugado.
- esto??- pregunto con desden.
- Jaja! no seas odioso y léelos si?- le respondió Kyo simulando molestia pero con una sonrisa.
Al desdoblar el papel se encontró con la letra de su amado… se veía que se había esforzado ya que el papel estaba todo sucio y lleno de tachones además de arrugado… pero con todo el esfuerzo trato de descifrar lo que decía:
“ Uru… que decirte si todo te lo he dicho. Sabes perfectamente todos y cada uno de mis sentimientos hacia ti porque simplemente nunca he podido ocultarte nada ya que me conoces mejor que nadie en el mundo. ¿Para que decirte que te amo y que no podría vivir sin ti si ya lo sabes? además de ser las palabras típicas de un enamorado, pero que remedio si eso es lo que soy. Se lo que debes estar pensando, pensaras en lo poco romántico que soy y tienes razón ese nunca ha sido mi punto fuerte, pero en estas palabras que te diré, justo antes de aceptar pasar toda mi vida y mas allá de ella contigo, me esforzare por hacer de estas palabras románticas. Te amo… si, lo sabes pero lo que no sabes es hasta donde llegaría por tu amor, tu amor… ese amor que tanta felicidad trajo a mi vida… ese por el que tanto sufrí para que aceptaras. Pero todo ese esfuerzo valió la pena porque tenerte a mi lado sabiendo que sientes lo mismo por mi es lo mejor que me pudo pasar en la vida. Estas cosas y muchas mas podría decirte pero pienso que mi vida entera no alcanzaría para decirte todo lo que siento por ti. Te amo Takashima Kouyou y eso nunca cambiara.”
Las lagrimas empezaron a caer de sus ojos, a pesar de no ser las palabras mas románticas del mundo, venían de la persona que mas amaba y eso era suficiente.
-Uru… no llores- decía Kyo preocupado- Uru… me tengo que ir.
- NO!- reacciono Uruha, todavía con lagrimas en los ojos- no Kyo no me hagas esto.
- Uruha de verdad… esto no es sano para ti… ni para los q te rodean… solo soy un producto de tu imaginación que conseguirá lastimarte mas… déjame ir… vive tu vida feliz.
- noo, noo por favor, no!... dijo Uruha antes de salir corriendo a abrazar a su amado. - chao shima… y no olvides que te amo.
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Los ojos de Uruha se abrieron, revelando un cuarto repleto de cajas, con una cama en el medio donde se encontraba el abrazando a una almohada y con un papel arrugado en sus manos… le dolía el cuerpo demasiado… y los ojos le ardían de tanto llorar.
Al principio se sentía un poco desorientado pero al recordar su sueño no pudo evitar un sollozo salir de sus labios, la realidad era tan dura…
Ruki, y Reita se encontraban en la sala de la casa de Uruha junto con Kai, esperando a que el castaño despertara. Ninguno se atrevía a decir palabra. Era un día martes y El castaño tenia durmiendo desde el domingo, gracias a los tranquilizantes que le habían administrado en el hospital.
- que paso con Aoi- dijo Kai rompiendo el silencio y sacando a los otros de su ensimismamiento.
- No lo se – dijo Reita – no ha querido salir de su apartamento.
- Sigue pensando que es su culpa – continuo Ruki.
- No es culpa de nadie… las cosas simplemente pasan porque tienen que pasar- dijo Kai.
De repente un ruido que venia del piso de arriba que sonó algo así como un sollozo, luego un golpe y finalmente un grito, alerto a los 3.
- despertó – dijo Ruki antes de salir corriendo hacia el lugar a averiguar que sucedía. Al llegar al cuarto donde se suponía estaba Uruha no encontraron nada pero Reita fue mas rápido y se dirigió a la habitación donde estaban guardadas todas las cosas de la boda, incluyendo unas cosas de Kyo y Uruha que portaban durante el accidente.
Al entrar vieron al castaño en el piso, abrazando sus rodillas y la cara entre estas mientras lloraba.
- Uruha – lo llamo Reita acercándose – ¿Uru, estas bien? – le pregunto agachándose a su lado.
La reacción de este lo desconcertó, de un momento a otro estaba abrazado a el, llorando desconsoladamente en su hombro.
- uru…- lo llamo – ya… cálmate…- le decía mientras le acariciaba el cabello.
- Reita… el...se fue- dijo entrecortadamente – Kyo… ya no esta- dijo mientras se aferraba mas fuertemente a su amigo. - Reita sin saber que hacer o como reaccionar miro a sus amigos que parecían estar en sus mismas condiciones así que se limito a abrazarlo y a acariciar sus cabellos.
Ruki de pronto también se acerco a ellos y trato de abrazar también a Uruha pero este no parecía querer despegarse del catire.
- Shima- lo llamo- como te sientes?- le pregunto cuando al fin pudo poner los brazos alrededor de este quedando los tres en una posición algo incomoda, mientras Kai se iba acercando para tratar de consolar al castaño por igual.
- Me quiero morir- fue la única respuesta de este.
- No digas eso – le dijo Kai- la vida sigue. El castaño no respondió solo se quedo en la posición en que estaba, sollozando sintiendo que el sueño se volvía a apoderar de el.
- no quiero dormir – dijo cuando sus amigos lo levantaban para recostarlo en la cama.
- Deberías… Aoi vendrá después – dijo Kai… pero tarde se dio cuenta de su error al ver la expresión de Uruha que cambiaba totalmente a una de odio.
- Aoi… noo!... yo… no quiero verlo… todo es su culpa…- empezó a decir Uruha tan rápido como sus lagrimas se lo permitían, sorprendiendo a sus amigos.
- Uru… lo que paso no es culpa de nadie- intervino Ruki.
- Déjenme solo – grito de pronto el castaño – QUE ME DEJEN SOLO DIJEE!- volvió a gritar al ver que sus amigos no se movían a lo que estos salieron sin protestar pero visiblemente confundidos.
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Aoi se encontraba en su apartamento, parecía un cadáver andante, estos últimos días no había dormido absolutamente nada y ni hablar de la comida a la que no había visto ni por asomo ya que en solo pensar en eso le daban ganas de vomitar. Se sentía terriblemente mal… nunca pensó que algo así le podía llegar a suceder… lastimar a la persona que mas quería en el mundo… porque era su culpa ¿o no? Que Kyo estuviera muerto era su culpa… por sus entupidos caprichos de borracho… por no dejar a Uruha manejar y por ponerse a pelear en medio de la carretera… aunque el examen policial había demostrado que los frenos del carro no estaban funcionando regularmente y que el no estaba tan borracho como para detenerlo por conducir ebrio, el seguía sintiéndose culpable no sabia como iba a mirar a su amigo a los ojos.
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Ruki, Reita y Kai se encontraban en la sala nuevamente… este ultimo un poco molesto con la actitud de Uruha… mientras los demás trataban de defenderlo diciéndole que en el estado en que se encontraba no podía pensar lógicamente cuando pasara un tiempo podrían hablar y hacer que el castaño recapacitara.
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Los días que siguieron fueron todos exactamente parecidos… Uruha apenas salía del cuarto e intercambiaba pocas palabras con sus amigos que se quedaban para cuidarlo, ya que sabían que solo, el castaño podía cometer alguna estupidez o en el mejor de los casos no salir del cuarto ni para comer.
En la compañía se habían enterado de lo sucedido y del estado de Uruha por lo que habían decidido darles unas semanas de descanso pero ese tiempo ya se estaba acabando y los intentos de Kai por alargarlo fueron en vano ya que la compañía alegaba que tenían que volver con o sin depresiones.
El estado de Aoi tampoco era muy bueno, se negaba a salir de su casa por igual y solo recibía las visitas de Kai, el cual estaba realmente preocupado, pero al darle la noticia de que el descanso se acababa el guitarrista solo asintió con la cabeza y no dijo mas nada, lo cual significaba que tanto la conversación, como la visita se habían acabado.
- ya sabes el jueves en el estudio- le recordó Kai antes de irse.