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Allí estaba él, clavado en el suelo como si fuera un asta, viendo con horror los cadáveres de sus familiares.
Sasuke corrió como pudo, cada paso que daba era un trauma nuevo que agregar a su colección. El tío, la tía, el primo y la prima… todo muertos, sangrando en el suelo y con los ojos en blanco.
Muy a pesar de eso, en su mente infantil existía la idea de que tal vez y sólo tal vez en su casa no había pasado semejante tragedia, quizás la muerte no entró y sus padres y hermano continuaban con vida.
Las lágrimas descendían sin pena por su pálido rostro. Corrió todas las puertas que interrumpían con su hallazgo, cortando cada respiro.
Sasuke sentía que se le trancaba la respiración, la desesperación era enorme. Gritaba el nombre de sus padres una y otra vez, tratando de llamarlos y deseando que aparecieran de la nada.
El niño quedó como de piedra al encontrar en la última habitación, los cadáveres de sus padres, uno sobre el otro.
Le dieron unas ganas de vomitar.
Al parecer alguien había estado jugando con sus cuerpos. Presentaban múltiples heridas, tenían incrustados en la piel varios objetos puntiagudos… además que se encontraban sin ropa y en sus pieles inscritas palabras obscenas.
El peliazul trató de salir corriendo. En la pared se hallaba escrito en sangre la frase “Uchihas malditos”
Pensó entonces que se trataba de alguna ceremonia satánica.
Sacó fuerzas de donde no tenía para girarse… y ahí apareció una figura…
Vigilante…
Oscura…
Sombría…
Observando…
Gimiendo…
Con los ojos rojos como el infierno.
- Hermano… los han matado a todos… - el crío lloraba – Han matado a mamá y a papá.
- Lo sé Sasuke… – una sonrisa siniestra se escapó de sus labios – Yo lo hice.
- ¿Q… Qu… Qué? – Sasuke tartamudeaba, sus ojos se movían tanto que perdía la visión - ¿Por qué… lo has hecho?
Itachi no gastó saliva ¿Para qué molestarse en hablar con un muerto?
Con una increíble rapidez tomó al niño por el brazo, le apretó fuerte haciendo que éste no parara de llorar.
- Basta… Itachi… snif… snif…
El pelinegro lamió las lágrimas de su querido hermanito ¡Oh! El aroma virgen que desprendía al chico, ese aroma era estupendo para ligarse con el olor a sangre.
De un golpe el Uchiha tiró al menor al suelo, haciendo que Sasuke cayera en un charco rojo que lo pintó con gusto.
- ¿Qué vas…? ¿Qué vas a hacer? – el peliazul temblaba, se giró para ver al que era su hermano.
El pelilargo se encaramó arriba de él, detalló los cabellos azules pintados con la sangre.
Itachi tomó un kunai de su bolsa y lo delineó con uno de sus dedos.
- Por favor Itachi… - el niño lloriqueaba – no lo hagas – podía sentir el pinchazo, el desgarre y el dolor de su piel abriéndose.
Cada segundo que el mayor se tomaba para examinar el filo de su arma era aterrador para el menor. Por fin Itachi se decidió en romper la camisa del que era su siguiente victima.
Al quedar descubierto el pecho blanco, pasó con sumo cuidado el kunai, marcando la zona que posiblemente cortaría. Bailaba la punta del arma junto a los sollozos del niño asustado.
- Deja de llorar Sasuke.
Fue lo primero que dijo el Uchiha mayor en toda la noche.
Itachi besó a su hermano descaradamente. El peliazul estaba que no se lo creía ¡Su hermano, un hombre lo estaba besando! Y no sólo eso, le metía la mano en el pantalón.
De nuevo las lágrimas salían por doquier.
Sasuke se resistió a la lengua de su hermano, apretaba la boca, movía la cabeza y se quejaba. Al no poder soportar más el pelinegro se alejó lo suficiente para abofetear a su hermano.
- ¡¡Abre la boca!! – le mandó. Amenazando con golpearle de nuevo.
- Herma…
- ¡¡Que abras la boca te digo!!
No teniendo opción obedeció el mayor, él no era el que tenía un kunai en la mano.
Al abrir la boca, la lengua se metió de lleno en su diminuta boca. Sasuke no dejaba de llorar, tenía asco, asco del que alguna vez fue su modelo a seguir. Sus pantalones eran arrebatados con furia, rasguñándole la piel con su brusquedad. De nuevo Sasuke se resistió e Itachi le golpeó más fuerte.
- ¡¡Que te quedes quieto!!
Pero Sasuke no permitiría que le arrebataran su virginidad de semejante forma… tirado en el suelo bañado en sangre, al lado de los cuerpos desnudos de sus padres y menos sin siquiera desearlo, por la persona que más quería.
Cada resistencia o negación era motivo suficiente para que Itachi golpeara con brutalidad al pequeño. Le dio de puñetazos y puntapiés, lo tomó del cuello de la camisa y empezó a chocar su cabeza con fuerza contra el suelo de madera.
- ¡¡Que no llores!! ¡¡Cállate!! ¡¡Quieto!!
Tam.
Tam.
Tam.
Hasta que a la final dejó de moverse…
Itachi pensó que había muerto de una contusión. Los ojos se hallaban en blanco y su boca ligeramente abierta.
Sonrió, hacerlo con un muerto era mejor, ya que estos no se quejaban ni se resistían.
Dejó a Sasuke desnudo y sacó su miembro semi erecto. Lo frotó con lujuria preparándose para entrar al cuerpo del que era su hermano fallecido.
- Tonto hermano menor. Si no hubieras sido tan molesto hubieras gozado bastante…- susurró al oído de un inmóvil Sasuke.
Rozó con la punta de su pene la entrada. Acto seguido introdujo en tieso miembro por la abertura sin estrenar. Un horrible grito lo hizo sonreír.
- ¡¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!!
- Vaya. Así que continuas con vida.
- ¡¡Itachi!!… ¡¡Itachi!!… ¡¡no por favor!!
- ¿Qué ibas a hacer? ¿Pretendías engañarme? ¿Eh? – jaló los cabellos azules con fuerza desprendiendo algunos y haciendo que brotara aquel líquido escarlata que tanto le gustaba.
- No… hermano – el peliazul continuaba llorando, sentía que se partía en dos y que le taladraban el cráneo.
- Te voy a enseñar porque no debes engañarme hermanito.
Sasuke notó la sonrisa siniestra en el rostro de su hermano y se asustó aún más.
- ¡¡N…!!
Itachi cubrió su boca con una de sus manos y amenazó con el kunai señalando su estómago.
- Vuelves a intentar detenerme y te mato ¿Me oyes?
Sasuke asintió con miedo.
El pelinegro destapó la boca, ahora que se hallaba con vida escucharía el hermoso cántico de su dolor…
Y así empezó a moverse… de adentro hacía afuera, de atrás para adelante, iba y venía, pero no con sutileza como al amante de sabanas rosas… no, entraba y salía con desespero, desgarrando el ano de su hermano.
- Ah…. Ah…. Ah… ahhhh – sakuke lloraba mientras sentía el pene entrar y salir.
Rozaba su interior con fuerza, lo rasgaba, lo quemaba, lo friccionaba sin compasión.
Itachi sudaba a mares. Tomó las nalgas de su hermano sin compasión y las apretó. El niño sintió como aparte lo lastimaba cuando lo mordía.
- Itachii…. Ah… por fa… po… por… de… ten… ah… ah – su boca ya no podía estar más abierta.
Itachi había aumentado la velocidad… le daba duro… con fuerza… salía… le daba.
De repente el mayor se detuvo…
Sacó su miembro de golpe lastimando al peliazul, quien soltó una queja.
Itachi se deleitó con la sangre que salía a cantidades considerables de aquel agujero.
- En cuatro…
Sasuke obedeció moviéndose con dolor, intentó girarse, pero un dolor lo hizo detenerse. Itachi lo jaló del brazo y con fuerza lo hizo que se volteara. Le levantó el trasero y escuchaba como Sasuke le implorara que parara.
Más no se detuvo… le introdujo de lleno su pene rígido, otra vez.
- Hermano… no…. – continuaba llorando inútilmente y mojándose el rostro.
El pelinegro admiraba la piel enrojecida de su juguete. Se acercó lo suficiente para susurrar algunas peticiones al menor mientras empezaba a embestirlo.
- Quiero escuchar… que lo estas disfrutando… de lo… contrario… te abriré el estómago y escribiré… con tu sangre por toda Konoha lo puto que eras… Le daré de comer a los perros tus intestinos… je, je, je – se burló.
El chico escuchaba con atención mientras su pobre ano era desgarrado sin compasión.
- Her… mano… oh… ah… no…
- Me encantan esos gemiditos tuyos… pero no son suficientes – jaló sus cabellos de nuevo haciéndolo quejarse de nuevo – escucha… pídeme que te perfore… ruégame que te parta en dos… - la sonrisa macabra no lo abandonaba – que te de fuerte… te la meteré hasta el fondo Sasuke…
Y así lo hizo. Tomó impulso e incrustó el trozo de carne de una manera salvaje.
- ¡¡Ahhhhhh!! “¡Kami sama! ¡¡Mamá, papá, ayúdenme por favor!!”… ¡¡Auxilio!!... ¡¡Ayu… denme!!
- ¡¡Si!!... ¡¡Quéjate!!… ¡¡Llora!!... ¡¡Patalea!!... nadie va a salvarte… mi querido hermanito… ja, ja, ja.
Se burlaba del llanto, del dolor y del sufrimiento del menor. Itachi sintió que estaba apunto de correrse y aumento la profundidad y la rapidez del desenfrenado vaivén.
Sasuke tenía medio cuerpo pagado al suelo, sus ojos se viraban con cada ida y venía y la saliva se escurría de su boca llenándole parte de su rostro, sus manos y piernas temblaban…
- Sasuke…. Aaaaahhhhhh
Fue un alivio tremendo que aquel demonio dejara de torturarlo así. El peliazul sentía como si le hubieran introducido un palo incendiado en el culo, como si le hubieran metido una caja de tachuelas o le hubieran rasgado con una cuchilla.
El semen de Itachi lo llenaba y le ardía de los mil cojones, sentía el pene latiéndole y martillándolo al compás de los golpes en la cabeza. Los músculos de sus muslos se movían, parecía que estaba convulsionando y es que donde estaba formaba parte de los atacados por Uchiha Itachi.
Al salirse del cuerpo del menor, el pelinegro lo hizo de un tajo, dejando que el cuerpo se desboronara en el suelo al dejar de ser su soporte.
- Ah…. Ah… ah…. Ah… - Sasuke trataba de no ahogarse. Su cara parecía que hubiera sido expuesta al fuego y se hubiera quemado su piel, roja cual sangre.
I
tachi acariciaba su miembro. El orgasmo que sentía haciéndolo junto a cadáveres era extraordinario.
Sasuke tenía rabia, enojo e ira. En su pequeña mente odiaba con todas sus fuerzas al ser inmundo que le había hecho semejante atrocidad.
Sus ojos negros no veían de lo rápido que se movían… ya no podía llorar… le dolía el cuerpo entero, sentía como la sangre a coágulos se escapaba por su entrada profanada… había muerto con los demás... de eso estaba seguro.
No supo cuanto tiempo estuvo tirado en el suelo, su hermano jugaba con su cuerpo, le hacía preguntas y escribía las respuestas en su piel, con el kunai… el dolor era tanto que ya las heridas nuevas tenían que esperar para ser tomadas en cuenta.
Cuando su cruel verdugo estuvo listo para un nuevo encuentro, supo que no saldría con vida de aquel lugar, no dejaba de perder sangre y se sentía mareado. Ya no podía implorar misericordia, su voz simplemente fue cancelada, ya no podía ni quejarse, sólo mover las pupilas de un lado a otro.
- Abre, me lo vas a mamar.
Itachi no estaba en sus cabales. Tomó con brusquedad el cuerpo del niño y lo atrajo hasta su pelvis, le abrió la boca y le metió toda su masculinidad, sintiendo la tibieza de su saliva.
- Ahhh…. Así es… mámamelo…. Chupa… mira a tus padres…. Saben que te gusta…
Sasuke por más que trataba no parecía desmayarse. Se encontraba chupando la verga de su hermano mientras todas sus heridas sangraban y los cuerpos de sus padres yacían a su lado, con expresión de terror… él no terminaría así.
- Sasuke… ahgh
Itachi dejó de sonreír.
El peliazul le había desgarrado el cuello con el kunai que instantes atrás había usado para desgarrarlo, e incluso para profanar su cuerpo.
Las manos del mayor tocaron la zona herida mientras está se abría, dando paso a la sangre que salía como una cascada roja por todo su cuello y luego… desprendiéndose y rociando tan fuerte que el líquido rojo llegó a tocar el rostro del menor. Los ojos de Itachi se giraron y cayó de golpe luego de escuchar las palabras de su atormentado hermano bañado en sangre.
- Anda a lamerle el culo al diablo – esbozó Sasuke con una sonrisa – Jodido hermano mayor…
Finalmente el cuerpo del moreno cayó en el rojo suelo…
Sasuke trató de recuperarse. La sangre no dejaba de salir de su culo y por más que intentaba no podía levantarse. Por dentro percibía como sus entrañas se retorcían… lo que hacía casi imposible soportar el dolor. Se puso en posición fetal mientras se apretujaba el estómago, se revolcó en todo el piso bañado en rojo sin poder soportarlo. Vomitó sangre y pensó que sus órganos se colarían con ella por su garganta.
Y a su cabeza llegó una idea…
La idea sangrienta que lo haría acabar con su terrible y espantoso sufrimiento…
El kunai vestido de escarlata brillaba bajo la luz de la luna que se colaba por la ventana, insinuándole la oportunidad de abandonar aquel sitio nauseabundo.
Tomó el objeto corto punzante entre sus manos manchadas… ¿Desgarraría su cuello como hizo con su hermano o sus venas serían las próximas en ser acribilladas?
De repente, todo fue oscuridad… y consiguiente… luz
Quizás había muerto por fin. Todo se extinguió entre el silencio, los cadáveres y abundante sangre.
La roja noche en que exterminaron a su familia se había acabado.
Estaba en un hospital recibiendo cuidados intensivos. Pero lo que más estaba destrozado aparte de su cuerpo, era su espíritu, Sasuke Uchiha estaba roto, hueco y podrido por dentro.
Ya nunca nada lo haría volver a ser el mismo chicuelo iluso de aquel entonces, aunque, después de todo, alguien debía pagar por todo el dolor y el sufrimiento que vivía a diario psicológicamente… que nos lo diga un rubio un tanto peculiar ¿No es así Uzumaki Naruto?
Fin