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Riyū to shinzō por Thai Maqui

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Notas del capitulo:

Bueno lo iba a subir mañana pero se me presentó una urgencia de trabajo y el deber llama, así que aqui el siguiente.

Por cierto el fic lleva como título razón y corazón.

 

Por algún motivo incomprensible sus piernas flaquearon al tratar de ingresar al pequeño cuarto. Su cerebro le advirtió con un álgido escalofrío el peligro oculto tras aquel brillo azul que destellaba emoción. Esos ojos añiles, hipnóticamente hermosos, innegablemente seductores y letalmente peligrosos.

 

 

Pero su corazón, sublevándose ante su razón se mostró más... admisible, contrayéndose en un fuerte vapuleo, y una emoción que creyó olvidada empezó a surgir... la humanidad.

 

 

La inquietante humanidad por aquella frágil figura que lo miraba fijamente con una sonrisa fragmentada, entre matices cálidos y fríos combinada con una dulce agonía. Ataviado por vendas teñidas de grana en todas su extremidades, apenas quedando espacios libres para observar su golpeada y purpúrea piel.

 

 

- Sasuke san - el suave sonido de su nombre emitido de los resecos labios lo sacó de su onírica irrealidad, recobrando su impertérrita actitud.

 

 

- Uchiha san - llamó nuevamente con un ligero frunce a modo de protesta al sentirse ignorado.  

 

 

- ¿Quieres jugar conmigo? - Pidió emocionado el rubio torciendo el borde de su bata naranja estampada con zorritos en señal de nerviosismo.

 

 

- Y con Alicia ttebayo - agregó ilusionado.

 

 

Oculta bajo la sabana, se encontraba una preciosa muñeca de porcelana de largos cabellos rojos y piel mármol. Llevaba un clásico vestido de encajes y frunces color dorado. Y por ojos... solo yacían los agujeros huecos. Con cierta dificultad por sus numerosas laceraciones, Naruto extendió su brazo derecho, esperanzado en que su invitado la tomase.

 

 

A pesar de su desconcierto y aprensión por la manera tan familiar con la que el rubio lo había tratado, evitó hacer un gesto de desagrado o un bufido de molestia, anteponiendo su ética profesional. Acercándose lentamente, tratando de advertir la verdad oculta en aquella invitación de juego.

 

 

Rozó apenas con la punta de sus níveos dedos la pequeña palma de la mano, sintiendo las húmedas gasas y el leve estremecimiento en el herido cuerpo... la aspereza de la maltratada piel y la agradable calidez que transmitía.

 

 

- Naruto kun - dijo Kakashi. El rubio tiritó al escuchar la grave voz del doctor y, alejándose abruptamente del azabache abrazó a su muñeca en busca de refugio.

 

 

- Necesito hablar con Sasuke - informó en el tono más dócil que pudo al percatarse del pánico en el menor.

 

 

- Quieres esperarlo en el jardín - aferrándose más al juguete corrió desesperado a pesar del punzante dolor en sus agonizantes piernas, trastabillando un par de veces antes de salir de la habitación.

 

 

- Te tiene miedo - soltó, viendo como la mata de cabellos amarilla desaparecía por el pasillo. 

 

 

- A todos - aseveró, agregando con extrañeza - menos a ti.

 

 

 

Réquiem 2. Jazmines rojos para Jashin

 

 

 

Ingresaron a un modesto recinto, apenas iluminado por un tragaluz lateral. Un área común donde el personal tomaba cortos descansos, acompañados de alguna bebida u bocadillo. Constaba de una mesa y sobre esta una jarra eléctrica, un horno de microondas y tazas personalizadas; un mullido sillón algo viejo y un reseco helecho semimuerto en una de las olvidadas esquinas.

 

 

- ¿Qué te pareció Naruto? - pregunto directo, vertiendo un poco de café en la improvisada cafetera.

 

 

- Sinceramente espera otra cosa más... deplorable - comento con cierta inseguridad ante la última reacción del rubio - el chiquillo parece un párvulo de preescolar que solo tiene ganas de jugar.

 

 

Kakashi simplemente sonrió al observar el eterno ceño fruncido de su colega, meditando sobre del gran esfuerzo que tuvo que hacer el huraño Uchiha para soportar tal muestra de afecto.

 

 

- Naruto tiene trece años - aseveró, confirmando sus sospechas de Sasuke.

 

 

- Pero su registro indica que tiene diecisiete y en seis meses cumple la mayoría de edad por eso lo trajeron aquí - comentó olisqueando el agradable aroma a cafeína, cogió un par de tazas de la repisa y sirvió el negro líquido, ofreciéndole una a su invitado.

 

 

- Aún así sigue siendo un menor - interrumpió Sasuke - además por su historial psicológico no presenta trastornos del grupo B* como para estar en esta sección - analizó, leyendo esta vez con tranquilidad el expediente - y solo ha matado a una persona. 

 

 

- Sabías que Orochimaru era el peor criminal de la ciudad y dueño del ochenta por ciento - explicó divertido. El bufido del Uchiha le hizo entender que no estaba de humor para absurdas bromas.

 

 

- Pero lo que no sabes es que dejó un testamento, donde su único beneficiario es Naruto - al lograr que las pupilas ébanos lo observaran con toda atención prosiguió.

 

 

- Los altos mandos del gobierno están implicados - habló bajito muy próximo al azabache, en un secreteo - se ha estipulado su ejecución inmediata para el día de su cumpleaños.

 

 

- Porque no se ahorran el teatrito y lo aniquilan de una buena vez - curioseó el psiquiatra. A pesar del tono cáustico y mordaz, la pregunta iba muy enserio. 

 

 

- Akatsuki ha tomado el control total de la mafia - informó - y como primer objetivo está el de capturar a Naruto.

 

 

- Por lo que sé, el testamento es un compendio de documentos: cuentas bancarias, títulos de propiedad, experimentos secretos... no se sabe a ciencia cierta que más contengan pero es de gran importancia.

 

 

- El gobierno espera que Naruto recobre la cordura para entonces y les diga la ubicación para deshacerse de él - concluyó el Hatake terminando su bebida. 

 

 

- Corruptos de mierda - masculló viendo la imagen del Uzumaki en la foto. Sin proponérselo el de cabellos ébano acarició la efigie, delineando las marcas en las morenas mejillas, sintiendo otra vez aquel cálido sentimiento de compasión esta vez más intensamente.

 

 

- Cual fue la relación de Naruto con...

 

 

- Su hijo y amante - dijo parco  y cortante, expeliendo un hondo suspiro.

 

 

- Según Asuma, que es el encargado de la investigación policial me infiltró que del tráfico infantil Orochimaru solía quedarse con tres chicos mensualmente - calló unos minutos ante la escalofriante realidad.

 

 

- Pero repentinamente dejó de hacerlo cuando raptó y violó a un niño en el parque y luego lo adoptó...

 

 

- A los tres años - agregó con dificultad por el opresor nudo formado en su garganta.

 

 

- Me dices que Naruto tuvo que soportar a ese maldito pederasta violador por diez años - bramó iracundo dando un fuerte golpe a la mesa, quebrándose la taza que traía entre las manos, la cual cayó haciéndose añicos en el suelo.

 

 

- Cálmate - pidió el galeno recogiendo los pedazos manchados con la negruzca infusión - esta es información confidencial si alguien nos escucha...

 

 

Pero el estridente grito del pequeño rubio llamó la atención de los mayores, advirtiéndoles del inminente peligro que corría.

 

 

- ¡¡Naruto!! - exclamó el Uchiha presa de sus recién descubiertas y agudas emociones.

 

 

Ambos corrieron lo más rápido que pudieron, llegando en efímeros segundos hasta el colorido jardín, encontrándose una macilenta escena. El rubio tan solo permanecía rígido con una dolorosa mueca en su rostro, acurrucado en posición fetal sobre el gras ahora teñido con su sangre. Una de sus manos sujetaba fuertemente su abdomen donde una profusa herida se vislumbraba y con la otra sostenía su muñeca. El incontrolable llanto se había apoderado de él y las gruesas lágrimas escurrían de sus vacíos ojos.

 

 

- Naruto - llamó con voz grave para que reaccionara mientras lo asía entre sus brazos delicadamente.

 

 

- Naruto soy yo... Sasuke - repitió trémulo, con el naciente temor de perderlo,  hasta que el Uzumaki volteó a verlo.

 

 

- Yo... yo solo... - tartamudeaba mientras su cuerpo empezaba a convulsionar, tosiendo borbotones carmesí - quería matarme dattebayo - logró decir señalando un pared aledaña al vergel, bastante frondosa por una trepadora de fragantes jazmines.

 

 

- Iré a ver - expresó Kakashi dirigiéndose a la boscosa enredadera.  

 

 

- Sasu... ke - llamó quedito - no quise - negó con la cabeza asiéndose al protector pecho del mayor.

 

 

- Solo... solo, me defendí - siguió explicando temeroso - perdóname.

 

 

- Cálmate no hables - pidió. A pesar de la reticencia del pequeño, Sasuke lo dejó en el suelo, desabotonó su camisa con rapidez haciendo largos retazos con esta para usarlas de torniquete y controlar la hemorragia.

 

 

- Ya esta - soltó en un sutil susurro acariciando las hebras doradas sobre la frente con inusual cariño. 

 

 

- ¡¡Sasuke ven!! - llamó con turbación el de cabellos plata.

 

 

El mencionado al oír la azorada voz trató de apresurarse. Tomó a Naruto entre sus brazos cargándolo dócilmente mientras que el pequeño apoyaba su cabeza torso desnudo, cerrando los ojos vencido por el cansancio. Caminó raudo pero precavido de no agrandar el dolor del Uzumaki.

 

 

Y fue entonces que lo vio...

 

 

Sobre los blancos jazmines, puros y rozagantes, yacía el cuerpo de un hombre de purpúreos cabellos... crucificado. Sus brazos y piernas eran sujetados por las matizadas ramas, como si la misma planta lo hubiese atacado y su pecho mostraba arrogante aquel palpitante órgano vital, todavía palpitante y fresco.

 

 

Pero lo que más impactaba era una guadaña de tres picos... reluciente por los últimos bríos del ocaso, que atravesaba horizontalmente todo el cráneo y cortaba hasta la altura de su yugular.

 

 

Muchas interrogares comenzaron a fluir el la cabeza ébano con respecto a lo ocurrido, ahora que había revisado a Naruto no se encontraba herido de gravedad, solo se trataban de varios puntos de sutura que se descocieron de sus anteriores lesiones. Pero aquel hombre frente a él... ¿como pudo acabar así?... de una manera tal sangrienta... al igual que Orochimaru... ¿quien era realmente Uzumaki Naruto?

 

 

Sintió unas enérgicas pisadas detrás de él, encontrándose con un fuerte respaldo policial debidamente armado.  

 

 

- Reo número cero quince... Hidan - habló contundente uno de ellos dando una última calada al cigarrillo que tenía entre los labios.

 

 

- Asuma - murmuró el doctor al reconocer a su amigo.

 

 

- Kakashi - saludó con un gesto amical siguiendo de largo - te veré en tu oficina en quince minutos - susurró al llegar a su lado sin levantar sospechas.

 

 

****

 

 

- Hiciste un buen trabajo Sasuke - alabó el Hatake recibiendo como respuesta un bufido cansino.

 

 

El médico terminó de revisar a Naruto, arropándolo con la afelpada colcha blanca, en una de las camillas de la enfermería. Sonriendo bajo su máscara al ver el apacible semblante en el infantil rostro.

 

 

- Es un asesino apostólico bajo la creencia de masacre total impartida por su dios Jashin - siguió el Sarutobi con su explicación una vez que Kakashi se incorporó - se le capturó hace tres meses en una iglesia católica tratando de conseguir nuevos miembros para su secta.

 

 

- Que terminaron como sacrifico - agregó con obviedad el Uchiha, en una sagaz deducción.

 

 

- Lo extraño es... como obtuvo esa guadaña - inquirió con una mirada furtiva hacia el catre.  

 

 

- Sabemos que hay varios infiltrados de la Luna Roja que están trabajando con los altos mandos, específicamente con Danzou - hizo un gesto contrito al nombrar al asesino de su padre - pero necesitamos pruebas concluyentes.

 

 

- Y estas se encuentran en el testamento de Orochimaru - declaró Asuma sacando un nuevo cigarrillo - por ahora con el atentado he logrado que Uzumaki kun sea transferido a la zona de baja seguridad.

 

 

- No es muy peligroso - negó categóricamente Sasuke  - lo llevaré conmigo pide un traslado - dijo imperativo logrando sacar una satisfecha sonrisa al de cabellos plata.

 

 

- Kakashi me contó de tu particular...- comentó sin poder definir la ambigua situación - esta bien, lo dejaré en sus manos Uchiha san. 

 

 

Sin más, Asuma salió del amplio consultorio, encendiendo su ansiada adicción dando un soporoso suspiro... ahora tenía mucho papeleo que rellenar. Mientras que dentro otra conversación se llevaba a cabo.

 

 

- Dime que más sabes de Naruto - ordenó Sasuke decidido a cuidar del pequeño rubio y de develar la verdad, oculta en esos ojos zafiros.

 

 

- Cuando lo trajeron presentaba el clásico trastorno de estrés post traumático - empezó el Hatake mirando distraídamente su libro de tapa naranja - ansiedad, insomnio, falta de apetito, convulsiones.  

 

 

- Y como habrás notado sufre infantilismo psíquico* - el Uchiha tan solo asintió.

 

 

- Hasta ayer no hablaba...

 

 

- Y entonces empezó a llamarme - corroboró, acercándose a la cama para sentarse al lado del de rubios cabellos.  

 

 

- Esa no es la única incongruencia, Naruto presenta Hafefobia1 - expuso -  pero te extendió la mano por voluntad propia y no le importó abrazarte hace una hora.

 

 

- Algo más - su tono de voz cambió ligeramente a uno más gutural y sus negros ojos fulguraban un ligero destello rojizo.

 

 

- Ablutofobia2... bastante lógico si se le encontró en un jacuzzi inconsciente - siguió el galeno notando el cambio del azabache - y bañado en sangre... literalmente.

 

 

- Lo que no hemos podido determinar es el origen de su catoptrofobia3 -  habló reservado sobre esta última aversión - Kakashi miró el reloj de pared, un gracioso cucú que marcaban las cinco y media. Guardó en el bolsillo interior de la bata su amena lectura y se dirigió a la puerta.

 

 

- Te dejo un momento, tengo que ver a Tenzou - Sasuke ni siquiera respondió, mirando escrutador la figura frente a él.

 

 

- Naruto - murmuró en tono muy bajo logrando que este abriera sus azules orbes.

 

 

- Sasuke san - susurró bajito con una diminuta sonrisa. El mayor iba a continuar pero el incesante movimiento de su celular lo evitó y, con total desgano se apresuró a responder.

 

 

- Hola amor - escuchó la altisonante voz de su prometida.

 

 

- Sakura - saludo calmo - que tal tu viaje - preguntó arrepintiéndose al segundo siguiente. Realmente a Sasuke le gustaba su novia. Una persona agradable, atractiva, inteligente y compartían intereses profesionales. La mujer adecuada para ser su esposa... pero a veces era demasiado superflua.

 

 

- París es hermosa en esta época del año y hay tanto que comprar, me muero porque veas los bolsos y los zapatos también... - el Uchiha cerró los ojos, esperando pacientemente que terminara de parlotear, pero los entreabrió al sentir una agradable sensación.

 

 

Muy cerca de su rostro el cálido aliento de Naruto rozaba sobre sus labios, invitándolo a que se unieran. El rubio pasó sus brazos por el níveo cuello y de improviso terminó de romper aquella tentadora distancia en un frugal y tibio contacto, un etéreo y dulce beso.    

 

 

- Gracias dattebayo - murmuró con un suave rubor adornando sus mejillas - por salvarme.  

 

 

- Sasuke kun me escuchas - repitió la Haruno algo inquieta. El Uchiha volvió a la realidad correspondiendo el abrazo del más pequeño, estrechando su pequeña cintura.

 

 

- ¿Cuándo vuelves? - se dispuso a plantearle el asunto de Naruto, pero prefirió dejarlo para después. Sintiendo aquella aguda punzada se alojaba en su pecho, expandiéndose en su interior... esa sensación, grata, dulce y cálida, muy reconfortante. Simplemente no quiso arruinar su momento con el rubio.

 

 

- Dentro de dos semanas, en el vuelo ciento uno - confirmó emocionada - irás a recogerme verdad.

 

 

- Claro - dijo más por acto reflejo - Nos vemos en quince días, te... - pero colgó intempestivo, no quería oír la última palabra.

 

 

El Uchiha miró al rubio para indagar sobre su comportamiento, pero este ya se hallaba profundamente dormido sobre su regazo, con una sonrisilla risueña y todavía con las mejillas arreboladas.

 

 

- Naruto - exhalo confundido por sus redescubiertos sentimientos. Una salvaje vorágine tan cambiante, intensa y vertiginosa, que iba más allá de la simple misericordia, siendo algo más profundo, latente y perpetuo.

 

Existiendo la remota posibilidad que se tratara de...

 

Notas finales:  

* El DMS-IV-TR (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica de Estados Unidos) menciona diez trastornos de personalidad agrupados en tres según sus características. El tipo B engloba los trastornos en los que se cataloga generalmente a los criminales, psicópatas y asesinos.

* Persona que mentalmente se comportan como un niño.

1 Miedo a ser tocado.

2 Terror a lavarse o bañarse.

3 Miedo a los espejos.


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